Tus Imperfecciones Mi Perfección (+18)

Autor: AliceJoziCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 07/11/2010
Fecha Actualización: 30/01/2011
Finalizado: SI
Votos: 47
Comentarios: 81
Visitas: 148305
Capítulos: 26

FIC FINALIZADO!!

"Edward Cullen creyó tener una vida perfecta a sus 25 años. La llegada de una nueva persona a su hogar, le demuestra que la perfección no está en lo externo y lo hace replantearse todo su entorno y defender lo que nunca creyó posible; la belleza interna"

Antes de continuar quiero aclara que este fic no es mio, en teoria ,sino de PAM3.C.S con la cual me he comunicado y cuento con su total autorizacion, espero que lo disfruten igual que yo ¡Comenten y voten plis!

Bueno chikas me alegraaa q les aia gustadoo este fickk enserio no tienen ni ideaaa i bueno nada maz me keda dezirles q grax x los votos i toodoo :) si kieren leer otros ficks q bueno estoi escribiendo aka les doi los nombres i los link:

- PASIONES PROHIBIDAS (+18)

- LA SEGUNDA OPORTUNIDAD DE BREE

- MUNDOS DIFERENTES... UN MISMO SENTIMIENTO

Si kieren pueden pasarse por mi blog: www.alicejozicullen-fanfiction.blogspot.com

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Capítulo 20:


ED.-

 

...

Paciencia Edward, practica la paciencia

Tuve que repetirme mentalmente esa frase cada 5 segundos desde que había salido del despacho del doctor. Me dolía la cabeza de tanto reprimir mis gruñidos animales hacia el idiota que aun seguía aquí. Me corroían las ganas por ir, olvidar mi educación y sacarlo-literalmente-a patadas de este lugar.

Miré a mi padre y me arrepentí de hacerlo, estaba seguro que no sería de su agrado verme actuar como un cavernícola con ataque de celotipia en un recinto donde el silencio era lo primordial… Mandando mis instintos asesinos al fondo de mi cabeza, lo miré con el peor desprecio que podía darle.

- ¿Todo bien?.- mi madre tomó mi brazo y lo apretó cariñosamente

- Perfecto.- sonreí hacia ella

- Espero que las indicaciones que el médico te ha dado, te hayan quedado claras. No sería agradable que por alguna complicación debiera volver aquí

- Creo que si he tenido la cabeza para ser un buen profesional. Es porque puedo lograr entender cuanto es dos más dos.- le respondí irritado

- La arquitectura está relacionada con objetos inertes. Aquí estamos hablando de una vida humana.- volvió a punzar

- ¡Ya, basta!.- habló mi madre.- Parecen dos perros rabiosos. Carlisle, Edward es tan capaz como cualquiera de hacerse cargo de Bella.- lo indicó y se volteó a mí.- Y tú Edward, te quiero con los ojos puestos las 24 horas del día en ella

- Si madre.- asentí

- ¿Edward?.- me giré y Christian con Jane estaban allí

- ¿Si?

- Nosotros tenemos que irnos.- miré más allá de ellos, al parecer sólo los dos tenían intenciones de hacerlo

- Está bien.- contesté

- Dale mis saludos a Bella. Dile que mañana vendré a verla.- pidió su amigo

- Le haré saber que han estado aquí todo el tiempo.- dije amable

- Muchas gracias. Cuida de ella por nosotros.- Jane me observó precavida, seguramente por el encuentro poco agradable con su hermano

- No hay problema con eso. Será mi único trabajo.- manifesté en tono cordial. Haciéndole saber que mi problema era con su hermano y no con ella

- Eh…- titubeó Christian, asentí para que continuara.- Bella está loquita por ti. No tienes que preocuparte por el hermano de Jane.- indicó el lugar por el cual ella se había ido

- Gracias.- dije sonriendo

- Sólo… no vuelvas a ser el odioso ogro verde que fuiste antes.- hizo una mueca.- Lo siento, pero tenía que decirlo.

- No hay problema.- extendí mi mano hacia él

- ¿Odioso ogro verde, eh?.- se burló mi madre. Mi padre me observó reticente

- Creo que me lo merecí en su momento.- barbotee incómodo

- ¿Doctor Cullen?.- agradecí la intervención del médico hacia mi padre.- La señorita Swan será trasladada a la habitación en unos minutos

- ¿Cómo se encuentra?.- inquirió mi madre. Y aunque yo estaba igualmente interesado en saberlo. Mi atención se fijó en la persona que se acercó a nuestro lado para oír las palabras del médico. Quise gruñirle como el perro rabioso que había dicho mi madre

- Mmm, ella está bien. Aunque los efectos de los medicamentos aun no pasan del todo.- nos brindó una mirada extraña.- Ha estado parloteando algunas cosas ¡Ehem!.- carraspeó.- Sobre usted.- me indicó y sentí mi cara arder

- ¿Cómo qué cosas?.- curioseó mi madre. Quise dar media vuelta y salir de allí. El doctor observaba con una ceja alzada

- Me atrevería decir que son incoherencias.- volvió a aclarar su garganta.- Demasiado explícitas.- murmuró con asombro

Mi padre hubiese querido que mi edad no sobrepasara los 10 años en ese momento. Estaba seguro que su mejor idea, era alzarme en sus piernas y darme una docena de nalgadas. Mi madre en cambio, trataba de ocultar muy penosamente su risita. El idiota de mi lado intentaba ubicar mi yugular y yo sentía mi sangre agolparse en mi rostro.

- ¿Cuándo podremos verla?.- antes de responder, el médico me propinó una mirada amenazante. Con el claro mensaje de "No sexo en mi hospital"

- Pueden ir hacia su habitación, ella será trasladada en pocos minutos más.

Mis padres se adelantaron. Más yo me quedé para saber cuales serían los nuevos pasos del invitado no grato. Se quedó allí, podía presentir que quería decirme algo y tenía claro cuales serían sus palabras, así mismo mis respuestas y no me equivoqué. Soltó un suspiro exasperado y se enfrentó a mí.

- Solamente quiero verla

- No.- dije tajante

-¿Cuál es tu problema?.- preguntó cabreado, así mismo como estaba yo

- ¿Te parece querer mantener alejado al idiota que pretende más que una amistad de la mujer con la que estoy?.- dije sarcástico

- ¿Miedo?.- me increpó.- ¿Tantos errores haz cometido que temes el primer paso en falso perderla?.- mi rabia aumentó al escuchar sus palabras. Ciertamente tenían sentido

- Lárgate.- sisee.- Porque me voy a olvidar que estoy en un lugar público y no es bueno para ti, ni para mí. Y menos para Bella

- Está bien, tu ganas.- quise reírme en su cara.- Pero sólo esta vez. Y lo hago por ella

Jalé con fuerza mi pelo, al extremo de creer que quedaría sin un solo pelo en mi cabeza ¿En qué momento aprendería a dar media vuelta y salir de una puta vez de nuestras vidas? Estaba comenzando a hartarme y eso no era bueno. No estaba consiguiendo visualizarme en otro encuentro de forma civilizada.

Di media vuelta y me dirigí a lo más importante por ahora, Bella… En cuanto crucé el umbral de su habitación, las dos enfermeras que allí estaban se observaron y soltaron risitas tontas. Pasaron por mi lado y con la cara en llamas me hice un lado para dejarlas pasar, no sin antes comprobar con escalofríos el par de miradas inquisidoras que le dieron a todo mi cuerpo.

- Mira quien está aquí Bella.- canturreó alegre mi madre

Me acerqué a la cama y allí estaba ella. Su pelo estaba totalmente arreglado en una coleta a su costado, sin embargo, el color de sus mejillas se encontraba lejos de ser ese rubor exquisito que siempre las cubría. Los vendajes tapaban toda la piel que había recorrido días atrás con mis manos y mi boca. Y me alegré de haber llegado a ese punto. Ésta era ella, no antes o después. Era sólo mi Bella

- Hola amor.- susurré cuando estuve a su lado. Dejaron de existir mis padres y todo alrededor

- Hola.- susurró y el sabor a menta de sus labios me llamó como un poseso. Su rostro aun se veía adormilado

- Mmmm, era lo que más extrañaba.- se lamió los labios cuando me separé. Me reí de ella, benditos medicamentos nuevamente

- ¿Cómo estás?.- me incliné más, para que no se esforzara en levantar su cuerpo

- Aburrida.- la miré alzando una ceja, llevaba poco tiempo y ya rezongaba.- No me veas así, mi lugar favorito es cuando estamos solos.- un carraspeo nos cortó la conversación

- Han venido tus amigos a verte Bella.- cambió el tema mi padre.- Alice y Jasper igual han estado aquí. Y tus padres han llamado para saber

- ¡Wow! Cuanta gente. Y yo lo único que pensaba era en nuestro…

Tomé delicadamente su rostro y uní mis labios con urgencia a los de ella. Algo me decía que las palabras casi dichas, ayudarían a que mi padre tuviera tinta para seguir añadiendo desventajas de que ella estuviera conmigo… Sentí sus labios dejar de moverse, y me separé con cuidado para verla dormida nuevamente…

- Estará así hasta mañana hijo.- me informó Esme.- El médico dice que los sedantes han sido fuertes, para que no pueda sentir ningún tipo de dolor

- Entiendo.- suspiré, al mismo tiempo que ella lo hacía.

- Bien Isabella. Nos veremos todas las semanas para evaluar como va la cicatrización y la evolución del tratamiento.- asintió

- Estaremos aquí la semana que viene y todas las que usted disponga.- corroboré

- Y una última indicación.- revolvió unos papeles sobre su escritorio.- No es… Es poco conveniente que mantengan relaciones sexuales en este período.- terminó incómodo

- ¿Cómo?.- preguntó Bella con semblante contrariado.

- No se preocupe. No, no, no….- tartamudee

- No hemos hecho nada.- soltó ella y miró a otro lado

- Los efectos secundarios serán sólo hasta hoy.- tranquilizó el médico alarmado con la conversación.- Entonces, nos vemos pronto

No quiso depender de una silla de ruedas para salir del lugar, así que caminando lentamente la llevé hasta mi auto. Mis padres y la nueva enfermera estarían en casa para cuando llegáramos. Durante todo el trayecto, sostuve su mano junto a la mía. Habían sido muchos días dependiendo de los horarios que implantaba el hospital, para poder estar cerca de ella… Sus ojos se cerraron lentamente y se durmió nuevamente.

- Bella. Llegamos.- la moví delicadamente

- 5 minutos y no pido nada más.- murmuró

- Bella.- volví a llamarla

- Dame un besito.- volvió a murmurar con los ojos cerrados

- Me pregunto si te estás aprovechando de lo sedada que estás de las medicinas para decirme todo lo que quieres.- bromee. Y fui testigo de su sonrojo que tanto había extrañado. Abrió sus ojos y noté que lo había jodido, estaba molesta

- Bajemos.- dijo seca. Intenté frenarla, pero prácticamente se tiró bajo el auto

- Bella.- la llamé cuando iba rápidamente subiendo a la entrada.- Bella. Espera.- la tomé del brazo y la giré hacia mí.- Era una broma ¿Ok?

- No me gustan tus bromas.- señaló enojada

- No tienes que pedirme besos.- intenté terminar con su disgusto.- Porque yo te los doy sin que sean requeridos

La tomé y uní sus labios a los míos. Cerró su boca fuertemente para no poder profundizar nada, así que me valí de eso para succionar sus labios en mi boca. Gimió en respuesta y cuando sentí que había ganado la batalla y ella comenzaba a ceder, la puerta se abrió

- Bienvenidos.- saludó Carlisle, haciendo que nos separáramos.- ¿Cómo estás Bella? Que gusto que estés en casa nuevamente

- Estoy bien Carlisle. Gracias.- contestó ella, sin perder el rosado de sus mejillas

- Hijos, los estábamos esperando.- salió mi madre emocionada y abrazó a Bella

- Hola Esme, gracias por…- Bella dejó la frase a medias y yo sosteniendo su maleta, me voltee a ver qué ocurría

"Oh-oh" Gritó mi mente en cuanto mi vista se posó en la chica que esperaba por nosotros, su nueva enfermera. Mi padre me miró inquisitivamente, al igual que mi madre. Y Bella tenía una mezcla de emociones en sus ojos, una más mala que la otra.

- Buenas tardes. Soy Rachel, su nueva enfermera.- su presentación impecable. Lo malo, es que iba dirigida a mí

- Buenas…- balbucee

-¿Querías una enfermera o una modelo?.- susurró mi padre tras mío enfadado

- Es ella quien necesita cuidados. Creo que sus vendas lo dicen ¿No?.- explotó mi madre sin tratar de sonar amable siquiera

- Por supuesto. Usted es Bella, seremos grandes amigas el tiempo que dure mi trabajo aquí.- se acercó a una Bella que no ocultaba su rechazo

- Claro.- musitó.- El doctor dijo que necesitaba reposo, voy a mi cuarto

- Necesito poner sus medicamentos y los utensilios de curación en su habitación. Yo te acompaño.- se ofreció la chica

- Subiendo la escalera, a mano derecha.- indiqué mi habitación

Mi padre estuvo a punto de asesinarme en ese instante. Mi mamá sonrió de oreja a oreja y Bella me observaba con curiosidad. Lo cierto era que ella dormiría en lo que era mi cuarto, la nueva chica en su habitación y yo… Yo buscaría donde arrimarme, pero no pensaba decirlo delante de alguien que clavaba sus ojos sin disimulo en mí ¿Por qué me pasaba esto a mí? Mataría a Emmett, por haberme recomendado lo que sería un dolor de cabeza más para mí.

- Vamos.- instó la chica y acompañó a Bella

- Explícate. Y tienes menos de un minuto para hacerlo.- siseó mi padre

- No voy acostarme con ella. Mi habitación es más amplia y estará más cómoda. Además, no tengo otra habitación desocupada para la chica y no la voy a meter a ella en mí cuarto. Y Emmett me la recomendó, yo ni siquiera sabía su nombre

- ¿Y tú dónde dormirás?.- apremió

- En mi sofá, despacho, cocina o baño. Me las arreglaré.- zanjé

- Tu cama es amplia.- comentó mi madre mirando sus uñas despreocupada

- ¡Esme!.- gritó mi padre

- ¡Pf! Ahora te haces el puritano. Al menos Edward, no entrará a hurtadillas a casas ajenas para ver a la novia.- repuso y se marchó de allí

- Traeré a los padres de Bella.- soltó mi padre de pronto y me ahogué con mi propia saliva.- ¿Estás dispuesto a reconocer una relación formal delante de Nene y su marido?

- ¿Me estás poniendo pruebas?.- lo reté

- Si.- ni siquiera lo pensó.- Pero también tiene que ver con Bella.- cambió su tono de voz.- Creo que sería bueno que viera a sus padres en estos momentos. Además, ella no podrá viajar hasta Forks, mientras dure su recuperación, lo que es alrededor de un mes, cuando se vuelva a intervenir

- Comprendo. Lo encuentro lógico.- le di la razón

- ¿Vas a ponerlos al tanto de la relación que tienes con su hija?.- cuestionó

- Es algo que tenemos que hablar con ella.- me encogí de hombros.- Si ella siente que está bien. Por mi está perfecto

Me quedó observando sin pestañear. Y su rostro mostró algo que no supe descifrar del todo, pero estaba seguro que mi respuesta lo había logrado convencer algún porcentaje más, que mis intenciones iban con seriedad… Mi madre lo llamó y fueron a despedirse de Bella, antes de marcharse… En cuanto salieron de mi casa, me encerré y tomé mi móvil. El me escucharía

- ¿Hola?.- canturreó

- ¿Dónde mierda tienes la cabeza?.- grité.- ¿Acaso te volviste loco? ¿Cual era tu idea?

- ¡Epa! Más lento Edward, mi CI no era tan alto ¿Recuerdas? Tuve que sobornarte a ti, Jake y Leah para pasar materias y bueno, sacrificarme con una que otra maestra.- se rió de su hazaña. Las conocía, pero no estaba para bromas ahora

- Me queda perfectamente claro que tu inteligencia da pena ¡Dije una enfermera, no una bailarina Emmett!.- le rugí

- ¡Ah! Tu estás así por la chica que te recomendé para cuidar de Bella ¿Está buena, cierto?.- apreté el mis ojos con fuerza

- Emmett.- apreté mis dientes con fuerza.- Te pedí una profesional buena en su trabajo. No para otras cosas

- Es buena en lo que hace Eddie, puedes estar tranquilo con eso. Aunque debo añadir que también es buena en otras cosas.- dijo sugerente

- ¡¿Me estás diciendo que te acostaste con la enfermera que me haz recomendado? ¡Jesús! ¿En qué momento se me ocurrió confiar en ti

- No me acosté con ella Edward.- dijo tranquilamente.- Estoy en eso, por lo mismo te la llevé. Así tendré oportunidad de verla más seguido

- Te recomiendo que no te aparezcas por aquí, porque te juro que ileso no sales.- espeté.- Y otra cosa, trata de irte enfermando de algo para contratar a una enfermera. Porque la que me haz traído se va ¡Ahora!

- Edward no puedes hacerle eso.- gimió.- La chica es pobre, y tiene a su familia enferma gravemente

- ¿Su familia?.- dije irónico. Algo me decía que Emmett estaba mintiendo o aumentando las cosas

- Bueno, su hermana.- habló más bajo

- Emmett.- le advertí

- Ok, ok… Es su perrita la que está enferma. Por eso ella necesita el dinero. Es como si fuera su mamá, ha estado toda la vida con ella…

Corté antes de seguir escuchando la sarta de estupideces que seguramente seguirían a las que ya había dicho. Me tomé la cabeza y comencé a frotar mis sienes para quitarme el dolor de cabeza que estaba teniendo. Esa chica no podía quedarse aquí, ni por Emmett o sin él… Entonces recordé algo. Emmett estaba interesado en Rose ¿Qué hacía tratando de ligarse a la enfermera?

- ¿Edward?

- ¿Mhmm?.- la chica en cuestión se encontraba apoyada en la puerta

- Tu hermana necesita que subas.- fruncí el ceño ¿Alice?

- ¿Alice está aquí?.- cuestioné acercándome a ella para salir

- ¿No es Bella?.- me devolvió la pregunta

- ¿Bella?.- ella asintió.- Eh, creo que hay un error. Bella no es mi hermana, es mi… Mi novia.- la expresión de shock en su rostro me confirmó que ella no sabía eso. Y me dejó más relajado, al menos no tendría una acosadora en potencia entre mis cuatro paredes

Entre el idiota acosador de Bella, y la enfermera o supuesta enfermera, estaría genial

Be.-


 

 

...

- Es una casa muy bonita.- comentó ella.- No entiendo cómo aun no tiene dueña.- sentí salir humo de mis orejas

- ¿Perdón?.- cuestioné inclinándome más a ella, como si no hubiese oído

- Nada.- sonrió, y quise borrarle la sonrisa.

- ¿Podrías decirle a Edward que suba?.- pedí sin sonar una pizca amable

- Le digo a tu hermano que suba inmediatamente. Con gusto.- sonrió y se marchó casi bailando

¿Hermano? ¿Acaso alguien le y había dicho que Edward era mi hermano? ¿Sería él? Pensé seriamente, mientras los minutos pasaban, en fingir algún tipo de ataque de locura temporal. La pregunta era ¿Con ella o con Edward? La mujer era estupenda, sería acaso… ¿Edward la vería con otros ojos?

- ¿Me llamabas?.- entró de pronto. Mi cara tuvo que ponerlo sobre aviso, porque se apresuró a hablar.- Yo no sabía que ella era así. Emmett me dio su número, ni siquiera la había visto. Y sólo estará acá hasta que encuentre a otra persona, no tienes que mirarme así

Mi rabia e inseguridades se esfumaron como humo, y no pude evitar reírme como loca. Era un hombre adulto, responsable y seguro. Pero en estos momentos parecía un pequeño niño pillado en alguna travesura. Se veía tan tierno, tan especial… Y era mío.

- ¿Qué esto te cause gracia es bueno o malo para mí?.- inquirió aun en medio de mi ataque de risa.- ¿Los medicamentos?.- cuestionó mirando la mesa de noche

- Tu cara.- logré decir. Y casi juntó sus cejas sin entender

- Ok. Estoy perdido.- murmuró y se sentó a mi lado

- Ella puede quedarse.- dije una vez calmada

- Ok.- asintió sin saber qué más decir

- Está bien, lo admito… En cuanto la vi quise matarte.- alzó una ceja.- No me miras tú así ahora, ella parece modelo de pasarela. No una enfermera

- Concuerdo contigo.- pronunció

- Pero no voy a ser la novia histérica y celosa.- en cuanto dije eso, me arrepentí

- ¿Novia?.- sonrió y mi sonrojo apareció sin ser llamado

- Lo…lo que quise… Este…- balbucee nerviosa, más sin poder moverme allí acostada

- Me gusta.- susurró y se las arregló para quedar en tiempo record sobre mí, sin tocar mis partes delicadas.- Mi novia

- ¿Lo…lo soy?.- pregunté con temor. Un temor idiota de que el me dijera que no ¿O si?

- Depende.- susurró y rozó su nariz con la mía

- ¿De qué?.- dije totalmente perdida en su aroma

- Mmm.- fingió pensarlo.- De si quieres tenerme contigo todo el tiempo, si estás dispuesta a que te mime todo el tiempo. De si puedo robarte los besos que quiera, cuando quiera. De que pueda presumir de ti siempre y lo más importante… Que estés dispuesta a pasar toda la vida conmigo

"Toda la vida conmigo" ¿Era eso lo que él quería? ¿Realmente lo que él sentía por mi iba a ese punto? Pensé en mí, y yo daría lo que fuera por tenerlo para siempre a mi lado. Nunca jamás separarme de él

- Entonces creo que estamos en la misma sintonía, porque yo también quiero lo mismo.- sonreí y estiré mi cuello para darle un dulce beso

- Te quiero.- murmuró en mi boca

- Yo igual.- sonreí

Se levantó y comenzó a sacar cosas de su armario. No dije nada, solamente me quedé allí viéndolo ir de allá para acá. Cuando tuve la viva imagen de ver su ropa de dormir en sus manos, fue cuando la luz se encendió en mi cabeza. Una cosa era que esa chica se quedara aquí, pero otra muy distinta es que le pusiera el plato de la mejor carne a su entera disposición con él durmiendo en otro lado

- ¿Qué haces?.- se volteó y me enseñó las cobijas, almohadas y ropa.- ¿Y eso?

- Voy a preparar una especie de habitación en el despacho. Fui de campamento cuando niño, así que no creo que me cueste tanto dormir en un sofá

- ¡Olvídalo!.- hablé mas fuerte de lo que quería. Me miró anonadado y esperando una respuesta.- Tú vas a dormir justo aquí.- señalé el lado de la cama

- Bella…

- Bella, nada. Como cuidadora del rebaño, no dejaré a ninguna oveja suelta a expensas del león. Así que tú te quedas aquí

- Puedo pasar a llevar tus heridas mientras duermo Bella.- intentó hacerme entrar en razón

- Y a ti te pueden ensartar los colmillos mientras duermes.- rebatí, causándole risa

- ¿Y en esa cama no?.- dijo divertido insinuando que podría ser yo la atacante

- Al menos mis colmillos son conocidos.- agregué y lo miré seria.- Donde mis ojos te vean

- ¿Eres tu la misma Bella que salió de esta casa hace cuatro días?.- cuestionó riendo

- La misma. Quizás con un poco más de droga en el cuerpo, una que otra venda.- moví mi mano para restarle importancia.- Pero seguro la misma

- Me gusta.- sonrió y se recostó a mi lado

Sin embargo, la seguridad no me la había dado una simple operación. Me la había dado oír de boca de otros, la forma en que mi novio se preocupaba por mí mientras todo esto pasaba… El saber, que detrás de todo esto. Estaba él… Porque aunque somnolienta por los sedantes, había oído claramente que mi novio, era el que buscaba darle toda la felicidad a esa chica ¿Cómo? Ayudándola a borrar sus cicatrices… Lo que no sabía él, es que no sólo borrada mis defectos exteriores, sino también los internos. Aquellos que nadie podía ver y nunca nadie los vería, porque gracias a él habían desaparecido.

Habían pasado dos semanas desde la primera cirugía, y mis heridas estaban cada vez mejor. Aunque aun no podía quitarme las vendas. Edward me mantenía acostada todo el día, y ya estaba empezando a sentir dormidas mis piernas… Miré a mi lado y Edward estaba profundamente dormido, así que sin emitir ningún ruido me levanté.

La casa estaba empezando a iluminarse con los primeros rayos de sol. No quise ni observar mi vientre, con las válvulas en mi interior, se había expandido enorme. Casi, como si fuera una mujer embarazada de varios meses… Bajé las escaleras y escuché el sonido de cubiertos en la cocina, así que me asomé por allí.

Mi enfermera estaba tomando una taza de café y observaba la televisión. Me vio y sonrió de forma inmediata. A lo largo de los días, había notado que no era una mala persona y lo cierto era que nos llevábamos bien. Me senté con ella y comenzamos a conversar de cosas mundanas. Cuando mi vista se fijó en una enorme bolsa negra.

- ¿Qué es eso?.- cuestioné apuntando hacia el objeto

- Eso…- pronunció dudosa.- No… no lo sé

- ¿Qué es?.- volví a preguntar más para mi y me puse de pié

- Bella…- intentó detenerme

La abrí y quedé pasmada. Dentro de aquella bolsa para los desperdicios, había cientos de flores y obsequios aun envueltos en papel de regalo. La tomé y como pude la puse sobre la encimera y fui sacando uno por uno… Miré de soslayo a Rachel, que estaba notoriamente incómoda con mi descubrimiento

- ¿Sabes qué es esto?.- cuestioné, creyéndola culpable de ello

- Bella, creo que…

- Yo la tiré.- se inculpó Edward entrando hacia la habitación.- No deberías estar levantada.- cambió de tema

- Estoy bien ¿Por qué tiraste esto? ¿De quién es?.- Rachel se levantó y abandonó el lugar

- Son… tuyos.- articuló Edward, pasando su mano por su rostro

- ¿Míos?.- repetí mirando el contenido

- Te lo ha enviado tu amigo Demetri. Uno cada día…- me miró esperando que dijera algo, pero ¿Qué?

- ¿Por qué no me los diste o al menos me dijiste de ellos?.- no era una acusación, simplemente una duda.- ¿Y por qué los estás juntando aquí?

- No pensé que quisieras recibirlos, me disculpo por aquello.- contestó molesto, abrí mi boca para hablar, pero el prosiguió.- Y si están todos allí, es porque estoy esperando que venga él personalmente

- Edward…

- Perdonen.- habló Rachel en forma baja.- Los buscan.- asentimos y dejé la bolsa en el mismo lugar

Edward ni siquiera espero, se dio media vuelta y salió de allí. Me quedé sopesando todo ¿No tenía que ser yo la molesta? Miré la bolsa y me decidí a hablar seriamente con Demetri. Se lo agradecía, pero las cosas estaban claras entre nosotros. Y esto, mas que ser una muestra de afecto o algo por el estilo, me parecía más bien una provocación o intento de discordia entre Edward y yo. Y lo había conseguido…

- Bella.- susurró alguien a mi espalda y mi corazón comenzó a bombear con fuerza

Me voltee y ahí estaba, no era obra de mi imaginación. Mis papás estaban allí. Una enorme sonrisa salió de mis labios y sin importarme más, me abalancé a ellos. Y como la llorona que era, comencé a botar agua por montón.

- Pero…

- El Señor Cullen nos trajo a verte hija.- dijo mi padre, emocionado igual que yo

- Como tu no podías ir donde nosotros. Pues hemos hecho el esfuerzo y aquí estamos. Todo gracias a Carlisle.- explicó mi mamá

- ¡Estoy tan feliz de que estén aquí!.- grité y volví a abrazarlos

- ¿Bonita sorpresa Bella?.- sonrió Carlisle

- La mejor.- le devolví su sonrisa.- Pero ¿Tan temprano? ¿A qué hora llegaron?

- Anoche hija, pero quisimos venir hoy.- me agaché a la altura de la silla de papá y acaricié su mejilla.

- Pareces una embarazada hija.- se rió mi mamá de mi abultada barriga

- Estoy segura que no se reirían si fuese así.- bromee poniéndome seria

- ¿Y Edward?.- inquirió Carlisle. La broma no había sido de su gracia noté

- ¿No estaba con ustedes?.- miré por sobre ellos, pero sólo estaba Rachel

Ella movió su cabeza negativamente y su rostro se mostró compungido. Decidí dejar todo de lado por el momento y disfrutar la visita de mis padres… Pero cuando las horas comenzaron a pasar y él no volvía de donde fuera que haya ido, empecé a preocuparme… Marqué su número infinidad de veces y en ningún momento contestó. Llamé a Emmett, Alice y Jacob, pero tampoco sabían de él…

Cuatro horas llevaba fuera. Estaba pasando un ameno momento con mis padres, pero extrañaba que él no estuviera aquí. Y me inquietaba estar conciente que hubiese salido molesto conmigo... La puerta fue llamada y me levanté tan rápido como pude. Rachel corrió a abrir y un torbellino llamado Emmett entró como torrente.

- Bella... ¡Carlisle!.- gritó y se acercó a él. Mis padres miraban extrañados la excitación del recién llegado. Sin embargo yo me alarmé

- Emmett ¿Que pasa?.- me acerqué a él

- Tenemos problemas.- dijo serio frunciendo su boca.- Serios problemas.- repitió mirando a Carlisle y a mí alternadamente

¡Edward! fué lo único que vino a mi mente...

Continuará…

Capítulo 19: Capítulo 21:

 
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