Estaba en un camino oscuro, era una noche sin luna, podía ver un lago negro. Una alta figura emergió de él y se acercaba a mí. Traté de buscar ayuda, miré en todas direcciones, Edward estaba de pie en el borde del bosque. La siniestra sombra llegó a mí, no podía hacer nada por defenderme y Edward no me oía, sentí que era arrastrada hacia el lago. Mis pies se hundieron en el agua poco a poco la sombra me fue sumergiendo y no podía hacer nada por salvarme.
Desperté muy asustada, mi corazón latía a prisa.
Edward yacía a mi lado recordé todo lo ocurrido la noche pasada, la discoteca, las peleas y a mi esposo siendo besado por la intrigante Tanya. Sabía que quizás él no recordaría mucho pero quería saber que fue lo que pasó o lo último que se acordaba.
Me levanté y preparé un desayuno frugal. Lo llevé a mi habitación, que era donde ahora dormíamos cada noche, y me senté a su lado a esperar a que despertara. Pasé mis dedos por sus cabellos, se sentía tan bien, su rostro era sereno, al parecer sus sueños eran plácidos.
Se movió un poco acercándose más a mí y extendiendo una mano para rodear mi cintura.
- Buenos días amor- le dije con todo el cariño que sentía en mi pecho.
- Hola preciosa- dijo aún sin abrir los ojos. –He tenido un mal sueño- dijo abriendo los ojos de golpe.
- Que coincidencia, yo también- le contesté con una sonrisa. Su rostro de confusión era adorable parecía tratar de recordar algo. Temblé al pensar que de no haber sido por Jasper me habría marchado de la discoteca sin darme cuenta del engaño. Mi amiga había elegido bien, Jazz era un buen hombre. Casi tanto como el que yo tenía ante mí. Y que habría pasado entonces, ¿Tanya se habría salido con la suya? Y ahora yo estaría desconsolada y tal vez él se habría despertado con esa confusión en el rostro en otra cama y con otra mujer. Jamás volvería a dudar de él y sobretodo quería a Tanya tan lejos de nosotros como fuera posible por su propio bien.
-Preciosa ¿a que hora vinimos a casa anoche?- preguntó.
- A media noche.
-Creo que fue un sueño pero no estoy seguro, las imágenes son borrosas.
-Cuéntame todo lo que recuerdes y yo te ayudaré a discernir entre la realidad y el sueño- le sonreí, debía ser muy paciente con él.
-Recuerdo haberte dejado en la discoteca y haber llegado a casa de Jasper con Félix. Fuimos a la bodega y cargamos dos cajas de whiskey al auto pero olvidé mi abrigo dentro y regresé por él. Tanya estaba allí, me sorprendió porque después de haber organizado todo con tanto entusiasmo no había ido a la fiesta, me dijo que estaba indispuesta y me ofreció un refresco. Pero después no recuerdo bien. Estoy tratando de recordar y sólo vienen partes sin sentido.
- Bueno cuéntame todo, hasta lo que te parezca extraño- le insistí.
- Recuerdo que Félix regresó y estaba enfadado porque me había esperado en el auto. Discutió con Tanya. Luego recuerdo estar en el asiento de un auto, fuera de la discoteca. Tanya nuevamente hablándome pero no entendía de que. Luego me besaba, eso debe de ser un mal sueño. Y luego tú me mirabas y llorabas, quería abrazarte pero mi cuerpo no me respondía. Y alguien me golpeó- Se llevó las manos a labio inferior. –Wow, eso debe ser cierto, tengo el labio hinchado y me duele. Y lo peor de todo que recuerdo, tú me decías que me odiabas. Luego recuerdo agua tibia sobre mi ropa, me estaba bañando con ropa y luego tú rostro pero esta vez me mirabas con cariño. ¿Qué parte de todo eso fue verdad?
- Todo amor, todo eso pasó- le dije y él me miraba incrédulo.
-¿Qué? No entiendo Bella porque me decías que me odiabas y porque Tanya estaba besándome.
- Tanya puso algo en tu bebida, una droga, luego te llevó a la discoteca para que yo los viera.
- ¿Qué?- gritó y luego puso sus manos en su cabeza.
- ¿Te duele amor?- pregunté un poco preocupada.
- No solo quiero recordar lo que pasó. Amor cuéntamelo todo.
Le narré a Edward todo lo que me ocurrió después de que se marchara. El excesivo licor en la fiesta, las insinuaciones de James y la pelea con Jake y sus amigos. El momento en que los vi a él y a Tanya, todo lo que ella me dijo y cómo me sentí. El rostro de Edward se contraía cada vez que le decía algo nuevo o impactante.
- Y entonces me acosté a tu lado y por fin pudimos descansar- le dije par terminar mi narración.
Se quedó con la mirada perdida durante un momento, sabía que estaba pensando en varias cosas al mismo tiempo.
- Caímos en la trampa- dijo finalmente.
- Pues parece ser que si, amor. Al parecer James y Tanya lo planearon todo o simplemente unieron sus planes.
- ¿Crees que haya alguien más implicado?- preguntó.
- No lo se. ¿Dudas de alguien más?
- Félix. Pero no lo creo, él me dijo que James se había dado cuenta de que faltaba el licor y le había pedido que vayamos a buscarlo. Creo que son sólo James y Tanya.
-Creo que si- respondí
- Bella, ¿cómo golpeaste a Tanya?- me dijo sonriendo.
- Bueno, ella se lo venía buscando desde hace tiempo, digamos que sólo dejé salir a la fiera que tengo dentro- respondí un poco sonrojada.
- Vaya lo tendré en cuenta la próxima vez que te vea enojada- y se rió muy fuerte.
Yo también reí con él de pronto se puso serio.
- ¿James trató de hacerte algo? Me las va a pagar- dijo
- Tranquilo le dí su merecido y creo que Jacob y su pandilla también.
- No sabes cómo es James, una vez en Seattle se obsesionó con un perro que lo mordió. Le dio caza durante una semana y hasta estuvo dos días en prisión por entrar en propiedad privada.
- ¿Y que pasó con el perro?
- James acabó con el animal con sus propias manos, o al menos eso oí. Victoria pagó la fianza y la multa. Lo tendré vigilado, no quiero que se te vuelva a acercar o yo mismo le daré una golpiza- dijo cerrando sus puños.
- No más peleas Edward- dije ya no quería más mas violencia, no me gustaba la idea de verlo herido.
- Mira quien habla de peleas- dijo volviendo a sonreír.
***
Las clases en el instituto se ponían cada vez mas complicadas y tenía mucha tarea, así que por las tardes nos turnábamos para estudiar en casa de Alice o en la mía, aunque me gustaba más quedarme en mi casita, pues mi profesor personal era extremadamente atractivo y sensual. Obtenía un delicioso beso por cada problema de matemática bien resuelto. Esa semana, no había cruzado palabra con Tanya, hasta podría decir que me vitaba y ahora andaba mas con Laurent, Rosalie ya no la acompañaba a todos lados como antes.
Jane y Alec parecían estarse habituando a la escuela, ya no tenían esa cara de aburrimiento.
- Brujis tengo que contártelo- me sorprendió una mañana mi pequeño hermanito, tomadote con sus enormes brazos y levantándome hasta la altura de sus ojos para verme de frente.
- Emmet, bájala o le harás daño- dijo Edward sonriendo.
- Si la hubieras visto patear a Tanya no pensarías que es frágil- sonrió el grandulón.
- Yo no le hice eso- dije ofuscada –y bájame de inmediato o a ti si que te patearé.
- Soy tan feliz- dijo soltándome, Edward me atrapó en el aire o hubiera dado contra el piso.
- Bueno suéltalo de una vez o te dejaremos acá con esa cara de tonto- le dije porque estábamos a punto de partir hacia el instituto.
- Ahora a parte de ser hermanitos somos primos- dijo él muy feliz.
- ¿A qué te refieres Em?- pregunté aunque sabía más o menos por dónde iba todo.
- Mi diosa me aceptó- dijo sonriendo más aún.
- ¿La muñequita es ahora tu novia?- pregunté incrédula
- ¿Mi prima Rosalie?- dijo Edward acercándose a nosotros.
- Mi musa, mi estrella, ella es un ángel- empezó a recitar el grandote, traté de reprimir una mueca de asco, la mole hablando de romance. Bueno en realidad él tenía buen corazón debajo de todos esos músculos y se veía tierno, tal vez si estaba enamorado después de todo. Y a lo mejor alguien que no había vivido con el por 18 años y no supiera todos los ruidos asquerosos que podía hacer, lo encontraría guapo. Tal vez.
- ¿Lo dices en serio Em? Bueno pues te felicito- dijo acercándome para darle una palmada en el brazo y el mastodonte me levantó por los aires y dio vueltas conmigo.
- Serán grandes amigas, las dos mujeres que más quiero en el mundo- gritó.
- Emmet ten cuidado no la vayas a tirar- dijo Edward con cara de espanto.
Mi hermano me bajó al piso, yo aún estaba mareada.
- Oye Brutus, no me vuelvas a cargar así. Y que no te oiga mamá decir eso o se ofenderá. Ya sabes lo sensible que es.
- Si bueno entonces serán las tres mujeres que más quiero en el mundo- dijo pensando.
-Pues te deseo lo mejor- dijo Edward estrechando sus manos con él. –Mi prima Rosalie es un tanto retraída, no le gusta hablar mucho pero te puedo asegurar que tiene un carácter fuerte. Ten cuidado de no hacerla enojar- le aconsejó
**
Ese día pude ver a Emmet y Rosalie caminar juntos entre clases y sentarse a comer en el instituto.
- Hacen una linda pareja- dijo Alice mirándolos.
- Claro Sansón y Dalila- dije sonriendo.
- No seas dura con ella Bella, después de todo es hermana de mi Jazz y no creo que alguien que es tan unida a él pueda ser mala, quizás un poco altiva, pero no mala. Sé que seremos grandes amigas las tres.
- Quizás tengas razón Alice, me alegra ver a Emmet tan feliz y ella también parece estar contenta.
**
Esa tarde dejé a Edward preparar la cena y fui a visitar a mis padres. Charlie estaba empezando a aceptar a mi esposo, al menos ahora lo saludaba y hasta recordaba su nombre y ya no le decía “el chico ese” como antes.
Estaba sentada viendo un programa de concursos en la sala cuando llegaron Billy y Jake de visita.
- Hola Bella- me saludó Jake con una gran sonrisa -Que bueno verte de buen humor.
- Jake no empieces- le contesté. Habíamos conversado días atrás y le había aclarado lo que le pasó en realidad a Edward, Jake no parecía creerlo al principio pero después decidió otorgarle el beneficio de la duda, aunque seguía insistiendo que se mereció el golpe que le había dado por ser tan tonto y dejarse drogar.
- Ven Bella, tengo algo para ti- me dijo y me tomó de la mano y me sacó a la calle. Me llevó hasta su auto y me pidió que subiera a la camioneta de su padre. Sacó una caja y me la dio.
- Es para ti- me dijo.
- Jake, no me gustan las sorpresas no debiste haberte molestado…
- Anda, soy tu mejor amigo, tengo privilegios, además no me costó nada, solo mírala.
Abrí la caja con cuidado notando que se movía un poco. Dentro había un perrito precioso con ojos celestes. Quedé sin aliento, lo tomé entre mis brazos y lo acuné, él pareció aceptar mis caricias y se acurrucó.
- Ves, le gustas Bella, es aún una cachorrita, apenas tiene 1 mes y medio.
- ¿Pero no debería pasar mas tiempo con su mamá?
- Su madre murió en el lío ese en la reserva el mes pasado. Ella apenas tenía tres semanas. Solo sobrevivieron dos, a su hermanito me lo quedo yo, será buen compañero para salir a correr pero ella necesita cuidado femenino.
- ¿Ella? ¿Cómo se llama? ¿Qué raza es?- pregunté interesada.
- Es una siberian husky y bueno no tiene nombre oficial, y si es una ella, yo le digo Bombón
- Ese nombre suena bien. ¿Ya come sola?
- Pues si, aunque no le he dado esa tonta comida para perro que les dan ahora. Ella come carne y toma leche. Pero tu puedes darle lo que quieras, verás como se acostumbra a ti y te hace compañía- dijo sonriendo
- La verdad Jake no se si deba aceptarla así tan de pronto, tendría que consultárselo a Edward, no se si le gustan los perros.
- Vamos Bella mira como se ha apegado a ti- dijo mi amigo tratando de acariciarla, Bombón se había acurrucado más en mis brazos. Tenía a Jake muy cerca y estábamos dentro de su camioneta cuando sentí unos pasos.
- ¿Se puede saber que haces con ese perro allí?- dijo mi esposo molesto.
- Oh Edward lo siento, me entretuve, ¿no es lo mas bello que hayas visto? Espero que no te opongas a que viva con nosotros- dije mirando todavía a la pequeña que estaba en mis brazos.
- ¿De que estás hablando Bella, que acaso éste no tiene casa?- miré a Edward desconcertada. Jake se partía de risa. Y entendí que cuando dijo perro se refería a mi amigo y no a Bombón.
- Edward mira-dije sacando la preciosa perrita de mis brazos y levantándola para que la viera.
- ¿Otro perro mas?- dijo él sonriendo y con cara de alivio.
- No hables así Edward no seas ofensivo. ¿Que dices podemos adoptar un animalito?- Dije poniendo mi mejor cara de ruego.
- Bueno entonces que sea un solo perro, podemos llamarlo Jake y así estaré feliz.- dijo abriendo la puerta de la camioneta y ayudándome a bajar.
- Edward Cullen deja de ser tan grosero- le reñí.
-Es que nos están invadiendo Bella- se defendió.
-Ya basta, además ella es una perrita y se llama Bombón. ¿Podemos adoptarla?- pregunté nuevamente
- Pues no sé Bella- dijo acariciándome el rostro –A mi nunca me han gustado muchos los perros, prefiero algo menos tonto, quizás un gato o hasta un conejo.
- Vamos sólo mírala- dije entregándosela para que la cargara. Entonces Bombón si previo aviso y cuando estaba pasándosela orinó encima de Edward.
Vi a Jake en su asiento doblado en dos y riéndose a más no poder.
- ¿Ves a lo que me refiero? Ya me ensució, si estos animales no tienen cerebro- dijo mi esposo sacudiéndose el pantalón.
- No la ofendas así, es sólo una cachorrita- dije un poco avergonzada por lo que acababa de hacer mi Bombón, ya me estaba encariñando con ella.
- Bella, esta raza necesita mucho ejercicio y deja pelo en todos lados, nuestra casita es pequeña para ella. Además que no son muy fieles, se van con cualquiera- dijo defendiendo su posición.
-No es cierto, mi perrita nos fue fiel durante muchos años- dijo Jake defendiendo a su difunta mascota. –Sólo necesitará que le cepilles el pelo para que no lo deje regado por allí y que la saquen a pasear diariamente como cualquier animalito.
- Vamos Edward por favor-pidiendo otra vez.
-Pero le cambias el nombre, no me apetecería salir a correr con ella y llamarla por un nombre tan ridículo- dijo ablandándose más.
- Su nombre no es ridículo. ¿Tal vez preferirías otro mas atrevido? ¿Qué te parece Tanya?- pregunte mordazmente.
- Bella, ahora tú estás siendo ofensiva.
- Claro que si, pobre Bombón no merece nombre de zorra- dije abrazando a mi pequeña. Edward rodó los ojos y se giró hacia Jake.
-Y tú para de reírte que todavía no olvido el golpe que me diste- le dijo a mi amigo en tono de amenaza.
- ¿Cual de los dos? ¿En la playa o el día que te querías comer a tu prima?- dijo Jake ofreciéndole una sonrisa burlona.
- Eso no fue lo que pasó…
-Si claro ya me contó Bella que te drogaron, aunque un drogado no besa de esa forma Cullen- dijo acercándose más a él. Mi esposo parecía querer explotar.
- Edward tengo hambre- dije en voz alta. Él se giró y me abrazó.
-¿Cuando dejarás que me desquite?- me dijo al oído.
**
-Si llora por las noches deberás levantarte a consolarle- me dijo cuando llegamos a casa. –Y no se te ocurra traerla a la cama no me gustaría llenarme de pelos de perro. Y por favor báñala seguido que los perros apestan- dijo advirtiéndome antes de quedárnosla
-Si no hay problema, yo me haré cargo- le dije dándole un beso. Él sonrió y me abrazó.
- Te ayudaré con ella, es linda- dijo más tranquilo.
Así fue como Bombón se quedó a vivir con nosotros. Ahora éramos tres