No dejaba de mirar su estampa tan perfecta alejarse de la puerta de mi casa, hay una frase muy usada, que dice “las cosas suceden por alguna razón”, desde hace varias semanas he tratado de conseguirle una razón a todo lo que me rodeaba, ya tengo casi 3 meses en este pueblo sin sentido ni emoción aparente, donde se ha dado la tarea de romperme el corazón cuantas veces yo lo he permitido, al ver a Edward Cullen salir por esta puerta, en mi corazón no cabía mas el sufrimiento, este acto me demostraba que tenía que madurar en este aspecto de mi vida.
Después de ver como se alejo por la calle de mi casa, decidí entrar, mi madre estaba en la cocina, me quede un rato observando lo que preparaba, ni se inmuto que Edward se había marchado, Renee es tan despistada, cocinaba como una especie de pollo con papas y zanahorias, listo para hornear, la cena se tardaría, pensé, le di un beso a mi madre en la frente, introduciendo mi dedo en la mezcla de un batido de crema que también preparaba, hacia un poco de calor, me encontraba inquieta, abrí la nevera, saque un cubito de hielo y lo iba comiendo mientras subía a mi habitación, al entrar allí, preparé la ducha, me desvestí y me metí allí, el agua estaba tan fría que no quería salir, tomaba el champú y simulaba que era mi micrófono, estaba cantando, tenía tiempo sin liberarme tanto, me estaba divirtiendo y lo estaba disfrutando, salí del baño, me seque el cabello con un secador, me puse ropa fresca ya que el clima seguía cálido para ser Forks, baje y me percate que en la sala tenía visita.
Al bajar solté una sonrisita, era la Señora Black y su hijo el “angelical” Jacob Black, traían chocolates y pan, en realidad eso lo hacían todas las tardes mi mamá y ella. Salude a Jacob que indescriptiblemente se veía hermoso y olía muy bien, le di un beso en la mejilla mientras me bajaba una gota de sudor por la frente. Él no paraba de mirarme, tan tiernamente.
- Bella corazón iremos la Señora Black y yo al Supermercado a comprar unas cositas, ellos cenaran con nosotros hoy- dije mi madre tomando su cartera.
- Pero mamá, el supermercado queda lejos de aquí- dije comiéndome un chocolate, listo para el despecho.
- Iremos en mi auto Bella, creo que no tardaremos- dijo la Señora Black tomando su cartera y sacando las llaves del auto.- Jacob acompáñanos. ¿o te quieres quedar?- mi madre y ella ya tenían un pie afuera.
- No mamá, me encantaría pero mejor me quedo con Swan, se que no querrá quedarse sola- soltó una sonrisa.
- Está bien quédense, apague el horno por seguridad, no quiero que dejen quemar el pollo- me beso en la frente y me susurro: pórtate bien Bella.
Yo asentí con la cabeza, restándole importancia al hecho de que me quedaría sola con Jacob, sola sonaba muy estremecedor, mi piel temblaba, mi corazón latía, mis mejillas se sonrojaban, mi cuerpo estaba percibiendo una reacción extraña, solo lo mire, y él asintió con la cabeza, parece que leyera mis pensamientos, volví a pensar, eso fue lo que vio Edward, mi beso con Jacob Black, todo había cambiado, él jamás me perdonaría y yo tampoco me perdonaría perderme un momento como este.
Chicas aquí empezaría lo que comúnmente llaman: LEMMON, este capítulo lo escribí en sugerencias hechas por algunas personas que me leen, aunque no es mi genero, ni especialidad espero que lo disfruten, tanto como yo me divertí escribiéndolo, lo siento por las chicas Team Edward, pero si se molestaran, discúlpenme, en la variedad está el gusto y Bella es una mujer soltera, así que ella misma toma sus propias decisiones…
Nos encontrábamos solos en la sala, mirándonos fijamente, yo no podía dejar de pensarlo sin camisa, no sé que ocurría conmigo pero mis hormonas adolescentes empezaban a alborotarse, me acerque, el se distancio, dándome la espalda.
- Bella, creo saber lo que estas pensando, no creo que sea conveniente que juegues con mis sentimientos, yo me muero por ti, y tú te aprovechas de eso, no es justo- decía dándome la espalda.
- Eres tú lo que quiero ahora Jacob, entiéndelo, no me hagas esperar, yo también muero por ti- le susurraba al oído, sabía que no se resistiría, mi cuerpo me pedía mas acercamiento hacia él, ya no aguantaba más.
Lo bese por el cuello, demostrándole que yo también quería que pasara algo contundente en mi vida, ya no quería ser la ingenua Bella, la que espera sentada a que las oportunidades lleguen y me toquen la puerta de mi vida, lo envolví con mis manos por toda la espalda, su respiración se notaba alterada, se volteo y me besó en la mejilla, recorriendo mi boca, con la punta de su lengua, me beso apasionadamente, sus manos bajaban por la parte inferior de mis espalda, yo me acercaba más a él, no paraba de besarme, hasta que se detuvo.
- Bella no puedo, siento que esto está subiendo de nivel- su cara notaba preocupación pero su mirada brillaba.
Yo no le respondí, seguí besándolo con mucho deseo, él se estaba acercando mucho mas, su corazón latía desbocado, el mío iba tan rápido que ni lo sentía latir, intente meter mis manos por debajo de su camisa, él saco mis manos de allí, esto se estaba colocando difícil, este hombre no cedería, entonces me sorprendió cuando me cargo dejando que mis piernas lo envolvieran, yo halaba fuerte su cabello, y él no paraba de besarme, en el cuello, besaba mis oídos, sentía su respiración tan cerca de mi.
Termine de abrir la puerta con mi espalda, delicadamente me lanzo sobre la cama, aun yo lo envolvía, pero quería deshacerme de esa camisa, del pantalón, de todo lo que lo cubría, empecé por besar su cuello, entonces me quede de rodillas sobre la cama, él tenía esa misma posición, me miro fijamente, me tomo de cuello y me susurro:- Bella, ¿aun quieres seguir?- tomando la mano.+
- Ninguna persona en mi vida me había hecho sentir tantas cosas como las que tú me estás haciendo sentir, quiero seguir, quiero que seas el primero y yo la primera en tú vida- dije jadeando.
El mismo continuo besándome, mis manos se resbalaron hasta el primer botón de su camisa, empecé a zafarme de ellos con bastante rapidez, intenté a pasar mis dedos por su pecho ejercitado, tocando cada centímetro de su piel, él no se estremeció, al contrario, me tomo de los brazos y se deshizo de mi camisa, estaba completamente en sostén, me abrazo y aprovecho para quitármelo, lo dos teníamos el tronco descubierto, yo me comencé a sentir apenada, bajo sus dedos por mi espalda, besando mis hombros, después de cuelo de arriba hacia abajo y luego empezó a besar mis senos, solté un gemido, me acostó y seguía besándolos, succionándolos, yo tome su cinturón y se lo quite, el tomo mi pierna derecha y la subió al nivel de su cadera, desamarro mi mono deportivo, no paraba de besarme, baje el cierre del pantalón, el se detuvo y se los quito, quedo completamente en bóxers de color negro, su miembro estaba como la Torre Eiffel, levantado en su máxima expresión, al ver esto me dieron ganas de sentirlo dentro de mí, me quite los zapatos, y me baje el mono, quede en ropa interior, luego me acostó, me susurraba, que me amaba, que tenía la piel más transparente y delicada que jamás habría tocado, sus manos tomaron mis muslos, siguió besándome y bajo mi cachetero, estaba expuesta hacia él, mi frente sudaba, yo jadeaba, el gemía, con la yema de sus dedos me recorrió del estomago hacia abajo, empezó besarme y ya su cabeza estaba en medio de mis piernas, empezó a besarme con suavidad mi clítoris, yo no aguantaba mas, gemía y gritaba de placer.
- Jacob no aguanto más, hazlo ya, hazlo- mis palabras se cortaban.
Sacó un condón, el mismo que alguna vez nos entregaron de la clase de sexualidad, lo saco se lo coloco y me embistió con movimientos lentos y fuertes, al principio introdujo su miembro en mí, con miedo, pero después se soltó y cada embestida era más fuerte, entonces soltó un pequeño grito, y yo veía las estrellas, estaba sintiendo la gloria en mi cuerpo, y ya sentía que no podía apartarme de él, todo termino en el feliz orgasmo, una sensación que muchos no saben describir, ya que es una sensación inimaginable.
- Te amo demasiado, Isabella Swan, quiero que estés conmigo por siempre- sus manos y las mías se entrelazaron.
- Yo también, te amo, sencillamente me has hecho sentir dichosa y feliz, no me importa lo que seas, yo te quiero junto a mi- mi respiración volvía a la normalidad.
Entonces escuchamos el sonido de un auto, me levante corriendo, y me asome, mi padre había llegado, entonces Jacob se percato de la situación y los dos nos miramos sorprendidos.
- Jacob mi padre va a matarme, ¿qué haremos ahora?- pegunte angustiada.
- Tranquila mi amor, yo resolveré- decía recogiendo su ropa. Entonces la recogió, me beso en la boca y desapareció frente a mí, se transporto hasta su casa, yo reía sin parar, era feliz y ahora estaba viviendo mi vida a mi manera, fue un momento celestial, que quiero volver a repetir.
|