Pov Alec.
Me adentré en la gran sala en la cual todos estaban presentes. Pude percibir las miradas de todos posadas en mi, seguramente el dulce aroma de Gianna seguía presente en mi.
- Querido - dijo Aro mientras se levantaba de su trono
- Señor - dije haciéndole una reverencia
- Me tenias preocupado; ¿se puede saber donde estabas?
- Con Gianna mi señor.
Pude ver como el rostro de todos aparecía la sorpresa. Eché una rápida mirada a la guardia pero hubo dos rostros que me sorprendieron. El de Santiago y el de Demetri; en estos dos rostros había algo más que confusión y sorpresa; había...
- ¿Y se puede saber por que? - dijo Aro interrumpiendo mi pensamiento.
- Claro señor, no tengo nada que ocultar.
Bueno en verdad si tenía algo que ocultar, la conversación de mi hermana. Ya tenía ella bastante con que para ahora se le sumase la charla de hace unos minutos; en la cual a esta se la veía humillada. Con el tiempo había aprendido a ocultar cosas a Aro, nunca lo había hecho, esta sería la primera vez.
Me acerqué a el lentamente y a la vez observando los rostros de Santiago y Demetri. Los dos estaban realmente tensos.
Le otorgue mi mano a Aro para que pudiese ver lo que había sucedido. Le mostré absolutamente todo. Solo de volver a recordar el suceso de ayer me llenaba de ira, habían intentado abusar de Gianna. Queria matarlo con mis propias manos, extraer de su débil cuerpo la sangre caliente... y lo hubiese hecho, pero ella me lo impidió, sabiendo que nosotros los Vulturi no matábamos en Volterra; ya que era una norma. Ella era tan compasiva, tan dulce... ella con ese acto me protegió.
Mire a Aro con curiosidad y en su rostro solo había rabia; pero no por el hecho de que yo hubiese estado la noche con Gianna; sino por el casi incidente.
- Mátalo - dijo Aro aún con rabia
- ¿Disculpe? - dije aturdido, el nunca rompía una norma
- Mátalo - dijo dando un gritó - ese ser no merece la vida. ¿Como esta ella? ¿Esta bien? Mi pobre pequeña...
- Hermano, ¿que ocurrió? - dijo Marco haciéndose notar, ya que el muy pocas veces hablaba.
- Ayer intentaron abusar de Gianna - dijo mientras regresaba a su trono
- ¿Que? - dijo Santiago emitiendo un leve gruñido
Le mire y este estaba ¿destrozado? por la noticia, se le veía angustiado; y Demetri era más de lo mismo, aunque intentaba ocultar sus emociones
- Mi pequeña tiene maneras de ser una excelente Vulturi, se defendió bien, pero según veo en los pensamientos de Alec el chico fue mucho más rapido y se la llevo a un callejón
- ¿Y que hacías tu siguiéndola? - esta vez el que hablo fue Demetri, se le veía que ya no podía más con esta situación
- No creo que te importe Demetri - dije entre dientes
- ¿Y tu que sabes? - dijo furioso
- Para ti es una simple humana, ¿no? - dije mientras me encaraba a el
- Basta - dijo Cayo mientras se levantaba
- Gracias hermano - dijo Aro mientras le daba una palmadita en el hombro
- Pero... ¿consiguió algo? ¿por que el chico esta vivo? - preguntó Marco
- No consiguió nada, ya que enseguida se le quite de encima. Estaba dispuesto a matárle pero Gianna me detuvo.
- ¿Por que? - y de nuevo volvió a hablar Cayo
- Ella sabe las normas hermano, en Volterra no podemos matar. Ella consiguió controlar a Alec y le detuvo. Es una chica muy lista mi pequeña - dijo Aro mientras se frotaba la frente.
- Ya lo creo - habló Marco
- Alec te doy mi permiso para que le mates. Tienes todo el derecho, ya que fuiste tu el que la salvastes.
- De acuerdo mi señor
- Pero buscale más tarde, ahora enseguida vendrá Gianna y quiero que estés presente - dijo con una sonrisa - y si te digo la verdad me fascina esa maravillosa conexión
- A mi tambien - dije mientras le devolvía la sonrisa
Me coloqué en mi puesto esperando la llegada de Gianna junto a Renata.
En apenas unos segundos un dulce aroma inundo todo el castillo. Ella estaba entrando en este, escuchar su corazón era pura felicidad. Estaba charlando alegremente con Renata.
Pude ver en el rostro de todos la adoración por ese excitante aroma. En ese momento pudimos escuchar su conversación; todos estaban atentos.
- Venga Gianna vamos a la gran sala; seguramente Aro te espera
- ¿Pasó algo malo? - preguntó esta con un tono aterrador
- No tonta, y no pongas esa cara por favor - le respondió Renata mientras reía
- Esta bien, pero Renata... ¿no crees que este vestido es un poco...como decirlo, atrevido?
Y en ese momento ya me imaginé a Gianna sonrojada; cuando estaba así aún era más dulce.
- Yo lo veo perfectamente, ya veras como le gustará a...
- ¿Quien? - dijo molesta - porque si creo que es el que creo que es... - y dejo caer la frase
- ¿Que? - pregunto Renata curiosa
- Renata no empecemos ya lo sabes. Demetri... - y se quedo callada por unos momentos
Mire por el rabillo del ojo a Demetri y en su rostro pude ver un punto de esperanza, pero sin embargo en el de Santiago dolor
- Espera un momento; nos están escuchando, ¿no es cierto?
- Eh... seguramente si
- Mierda
- ¿Que pasa?
- ¿Ahora con que cara entró a la sala?
- Con la que tienes
- Mejor cierro la boca, ya que no quiero irme de la lengua, ¿verdad Renata?
Y lo último que escuchamos fue un suspiro por parte de Renata
- Bonita conversación - dijo Félix mientras se reía
- Félix - dijo Aro molesto
- Perdón mi señor
Y cuando acabó de contestar Félix las grandes puertas de la sala se abrieron. Dejando ver a una hermosa criatura.
Llevaba un vestido verde esmeralda muy pegado al cuerpo dejando ver sus maravillosas curvas, con un gran escote y bastante corto, haciendo que sus piernas se hiciesen interminables e irresistibles. Su pelo estaba rizado y su rostro era el de un ángel. Esta estaba ruborizada debido a que ella sabía que habíamos escuchado su conversación.
En ese momento ella me buscó con la mirada y me encontró; su rostro se lleno de felicidad. Yo le dediqué una gran sonrisa
- Adelante - dejo Aro mientras me miraba. Había captado nuestras intenciones.
Sin pensarlo fui corriendo hacia ella y la cogí por la cintura, levantándola y haciendo que esta diese una maravillosa vuelta gracias a mi.
- Alec por favor bájame, que al final me voy a marear - dijo mientras se reía
- Bueno tienes aquí mis brazos para evitar tu caída debido al mareo
- Ya lo se - y dicho esto me dio un beso en la mejilla.
Pude captar dos gruñidos realmente fuertes procedentes de Santiago y Demetri. Tanta intriga me mataba; ¿por que se pondrían así?
- Por cierto - dije mientras acercaba mis labios a su oído - no escuchamos nada de vuestra conversación - dije mientras la guiñaba un ojo
Esta no contestó solo desvió la mirada a la nada
- Y otro por cierto, hoy estas verdaderamente hermosa
- Lo que yo decía - dijo Renata en un susurro el cual todos captaron menos Gianna
Me separe un poco de ella y la cogí de la mano. Su contacto era único. La llevé hasta Aro. Este cuando se dio cuenta de que nuestro encuentro había finalizado por así decirlo se abalanzó sobre Gianna y la abrazó con fuerza. Me di cuenta de que con la llegada de Gianna se habían ido Sulpicia y Athenadora.
- Mi dulce princesa, ¿como estás? - dijo Aro aún abrazándola. Era raro ver este comportamiento en Aro
- Eh... estoy bien - dijo Gianna confusa. No sabía de lo que le hablaban
- ¿No sabes de lo que te hablo,no?
- Lo siento Aro, pero ahora mismo...
- Es normal que quieras olvidarte de ello. Te hablaba del incidente de ayer; ya sabes el de el chico
En ese momento el rostro se descompuso al recordar lo de ayer.
- Tranquila mi pequeña. Todo saldrá bien. ¿Te digo una cosa? te defendiste bien, tienes artes para ser una Vulturi. Me siento orgulloso de ti
- Gracias - dijo Gianna mientras se abrazaba más a Aro
- Aunque debo decir que esto no queda así. El será aniquilado
- De verdad Aro no hace falta; ya pasó...
- No Gianna. Ya esta decidido. Alec lo matará
- Pero Aro una norma es...
- Ya lo se, pero las normas están para romperlas, ¿no? además yo me responsabilizo de todo esto.
Y Gianna no contestó. Se quedo con la mirada perdida en la nada.
La volví a coger de la mano y de nuevo unos leves gruñidos venían a mi oído.
- Puedes volver a tu puesto de trabajo Gianna. Alec por favor acompañala
- Sera un placer - y dicho esto la cogí y me la lleve en brazos; como la dulce princesa que era
- Alec - dijo molesta
- Nada de Alec, ni de nada. Ahora tu eres mi princesa - y le di un beso en la frente.
En ese momento eché la mirada atrás y pude ver como Félix contenía a Santiago y a Demetri. En sus rostros había celos. Ahora lo entendía. Los dos estaban enamorados de Gianna.
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