Ed.-
...
Un insistente ruido me hizo abrir los ojos lentamente. Miré a mi costado y el cuerpo de Bella estaba ovillado casi rozando el borde de la cama. La tomé y la atraje hacia mí, besando la tersa piel de su espalda… Me maravillé con los pequeños lunares que adornaban esa parte de su cuerpo. Los besé uno a uno y sentí como sus suspiros comenzaban a incrementarse, pero la realidad me pegó un remezón y el sonido molesto que me había despertado volvió a la carga.
Me levanté y ella se removió, pero siguió durmiendo intensamente. Salí y me dirigí escaleras abajo. La persona que osara despertarme y sacarme de mi lugar cálido junto a ella, se arrepentiría… Pero me quedé anclado en mi lugar cuando abrí la puerta. Con las palabras atoradas en mi garganta
- ¿Mi hijo regalón no saludará a su madre que lo ha extrañado tanto?.- regañó cariñosamente Esme
- Mamá, Papá.- susurré aun ido
- Buenos días hijo ¿Tan tarde en la cama?.- bromeó mi padre
Ambos me tomaron y saludaron como cuando era un niño pequeño. Les devolví los saludos, pero mi mente estaba conectada con la mujer que aun dormía y que en cualquier momento bajaría, encontrándose con la misma sorpresa que me azotó a mí.
No quería que esta fuera la forma de enfrentar el día siguiente a nuestro más íntimo contacto. Había ideado miles de planes para hacer de este día algo especial. Y aunque había extrañado a mis padres, sentía que no era el mejor momento para que regresaran. Miré nuevamente con sigilo hacia la segunda planta, pero aun no había señales de ella.
- ¿Cómo ha estado Bella?.- inquirió mi padre. Luego que comentáramos su viaje
- Bien.- asentí.- Algo nerviosa
- Es normal ¿Estará despierta? Tengo tantas ganas de verla. Le he traído miles de regalitos.- comentó mi madre poniéndose de pié. Me alarmé
- ¡No!.- grité y ambos fruncieron sus ceños.- Ella… Ella se acostó tarde.- carraspee. Lo único que faltaba era que la vieran desnuda
- Entonces que duerma más. Ya habrá tiempo de saludarla.-
- ¿Cómo va la empresa Edward?.- inquirió mi padre. Pero ya notaba su mirada inquisidora
- Bien.- volví a responder como autómata
- ¿Cómo haz estado tu mi amor?.- mi madre se sentó a mi lado y tomó mi mano. Entendí hacia qué se dirigía su pregunta
- Todo en orden en mi vida madre. Por primera vez.- sonreí
- Buenos días.- saludó una voz suavemente y me giré de inmediato hacia ella
- ¡Bella!.- gritó mi madre y salió disparada a recibirla mientras bajaba
Ella estaba notoriamente intranquila. Saludaba a mis padres, mientras su sonrojo se extendía por sus mejillas y sus labios se movían nerviosamente. No quité mis ojos de ella, quería que sintiera que a pesar de todo esto… mi atención sólo era para ella. Y quería decirle con mis ojos, que lo único que quería era estar con ella.
- Tenemos tu cuarto listo en nuestra casa. Te va a encantar.- una punzada se instaló en mi estómago y miré a mi madre
- No veo necesario que Bella tenga que marcharse.- musité.
- Te agradezco tus intenciones hijo.- intervino mi padre.- Pero ahora que Bella se operará, lo mejor será que yo esté cerca de ella por mayores cuidados
- He contratado a una enfermera.- contradije
- ¿En serio? ¡Oh, hijo! Eso es muy dulce de tu parte.- halagó mi madre
- Concuerdo con tu madre, pero igualmente es preferible que Bella esté bajo mi custodia.- señaló demasiado serio
Mis padres nos absorbieron durante todo el día. Y parecía como si todo estuviera en mi contra, sin poder pasar un solo minuto a solas con ella. Nuestras miradas se encontraban y ella la desviada inmediatamente con sus mejillas brillantes por su sonrojo. Necesitaba estar cerca de ella, saber qué pensaba sobre la noche anterior y sobre todo, hacerle saber que lo único que deseaba era que se repitiera… Que necesitaba tocar su cuerpo solamente para sentirme vivo, porque eso era lo que pasaba.
…
Llegamos a casa de Alice para terminar el día. Mi padre en innumerables veces me repetía el necesario traslado de las pertenencias de Bella, y yo en esas mismas veces evadía el tema de cualquier forma. Luego de cenar nos sentamos a tomar algo entre todos, y nuevamente Bella quedó alejada de mí. En su lugar, era Rose la que estaba a mi lado y me conversaba sin prestar yo, atención alguna a lo que decía.
- ¡Edward!.- sacudió mi brazo
- ¿Eh?.- la miré y noté que estaba esperando una respuesta mía.- Lo siento Rose, no estaba prestando atención ¿Qué me decías?
- Lo noté.- dijo seria para luego sonreír y ver a Bella.- Te preguntaba por tu amigo
- ¿Qué amigo?.- cuestioné poniendo interés a ella
- Por… Por Emmett.- dijo algo avergonzada.- Me invitó a salir, pero quisiera saber si…
- No tiene novia, no está casado y tampoco tiene hijos.- terminé por ella. Sonriendo cuando la vi ponerse de un tono rojo
- ¿Cómo sabías que iba a preguntarte eso?.- trató de disimular
- ¿Era otra cosa?.- me divertía a sus expensas
- No.- musitó y me reí fuertemente de ella llamando la curiosidad del resto
Mi mirada se fijó en Bella y estaba seria, terminando mi risa en ese mismo instante. Simuló estar atenta a algo más, pero su expresión me denotaba que su seriedad tenía relación con mi interacción con Rose… Se levantó y se disculpó para ir al baño. Me comían los pies por levantarme de inmediato y correr donde ella, pero seria notorio para mi padre que no terminaba de examinarme.
Esperé unos minutos y fingí ir hacia la cocina, pero me desvié y casi corrí al lugar donde estaba ella. Me la encontré saliendo del cuarto y no vacilé en tomarla y entrarla conmigo nuevamente. Ella me miró sorprendida, más no dijo nada
- Hola amor.- susurré con una sonrisa idiota tomando su cara y dándole un corto beso
- H-hola.- tartamudeó ella
- Necesitaba saludarte bien.- le expliqué
- Ok.- musitó ella y bajó su mirada
- ¿Qué pasa?.- levanté su barbilla. Estaba avergonzada y algo molesta
- Nada.- mordió su labio
- ¿Estás arrepentida?.- inquirí. Me miró asustada.- Yo no estoy arrepentido de lo que hicimos anoche ¿Tú?.- apremié con temor a que su respuesta fuera positiva
- N-no.- dijo con voz queda, pero solo eso bastó para que me volviera a adueñar de sus labios
- Quería que hoy fuera un día distinto, pero no pudo ser.- hice una mueca. Ella sonrió tímida.- No te vayas con mis padres.- pedí en un impulso
- Edward.- habló ella y pude ver su pelea interna por hacer lo que creía que debía y lo que quería. O al menos yo quería verlo así
- Yo no podré hacer cambiar de opinión a Carlisle, pero tu si.- sentí que la presionaba, pero no la quería lejos de mí
- No puedo Edward.- susurró y mi rostro decayó. Era su decisión.- Yo… Yo quiero estar contigo.- se apresuró a aclarar.- Pero tu papá es responsable de mí
- Pero yo también puedo serlo.- me estaba comportando como un crío
- Yo no quiero que tus padres se vayan a molestar conmigo ¿Me entiendes?
- Si.- farfullé algo molesto
- ¿Estás enojado?.- sus ojos lucían asustados y me obligué a calmar mis ansias
- No.- sonreí y la besé nuevamente.- Era otra persona la que parecía molesta ahí afuera.- bromee apuntando con mi barbilla la salida. Se removió inquieta en mis brazos
- N-no, nada que ver.- se defendió, pero no sabía mentir. Era un libro abierto
- ¿Celosa?.- jugué y su rosa no se hizo esperar, tratando de zafarse de mí.- Bella.- la llamé, pero siguió intentando apartarme.- Bella, mírame
- No me gusta que se burlen de mí.- contestó seria empujando mis brazos
- Amor, no puedes estar celosa de nadie más.- sujeté fuertemente su rostro.- Te quiero y creo que ha quedado claro anoche.- se movió nerviosa.- No sabes las ganas que tengo de volver a estar contigo así
Mi cuerpo estaba reaccionando a su cercanía, y terminó de hacerlo cuando la besé con hambre de ella. Sintiendo su lengua, sus labios, su cuerpo pegado al mío… Pero no estábamos en el lugar indicado para nada más, y tampoco quería apresurar las cosas entre nosotros. No quería que ella pensara que era lo único que anhelaba… Un gemido de sus labios cuando presioné mi cadera de forma inconciente sobre la suya, me hizo separarme levemente de ella.
- Te quiero.- volví a susurrar con su frente junto a la mía.- ¿Y tú?.- quería oírlo
- También.- habló rápido.- Edward, tengo que volver. Tenemos que volver.- se apresuró, pero no la solté
- No. Primero quiero que me contestes ¿Me quieres?.- mojó sus labios intranquila
- Si.- dijo simplemente
- Dímelo.- la presioné
- T-te quiero.- pronunció finalmente y con un último beso la dejé ir.
Apenas salió por la puerta, me recargué en ella con la sonrisa tonta aflorando en mis labios y negando con mi cabeza por mi actitud ¿Me había metido en una máquina del tiempo y había vuelto a tener 17 años? Eso era lo que parecía, pero se sentía tan bien estar así, que no me importaba quedar como un idiota sólo, con ella o los demás.
Un destello de viejos recuerdos pasaron por mi mente, pero nada se comparaba. Ningún momento feliz o agradable llegaba a la altura de los que estaba viviendo. Las sensaciones que experimentaba mi cuerpo, eran nuevas… ¿Sería que estaba recién conociendo lo que era el verdadero amor? Si eso era así, no tenía intención de dejarlo pasar…
…
Lunes por la mañana y estaba furioso. La rabia y el enojo me habían consumido desde ese bendito día sábado en que mis padres habían decidido regresar… Algo me decía que mi padre o estaba enterado de todo o lo sospechaba con demasía. Porque me extrañaba que hubiese insistido en que desde ese día Bella se fuera con ellos… La excusa de el cuidado de sus comidas antes de la intervención, de los regalos traídos no me satisfacía… Y me había hecho llegar como una fiera esa noche y estar de igual forma estos días…
Estaba siendo exagerado, pero dos días sin ella había sido el punto exacto para tenerme de mal humor todo el tiempo. No había querido siquiera aparecerme por casa de mis padres, porque no quería que mi ira asustara a Bella, creyendo que ella estaba envuelta en ese sentimiento. El teléfono sonó y gruñí a quien quiera que fuera
- Bueno.- solté molesto
- ¿Edward?.- me golpee por ser tan impulsivo. Bella se oía temerosa
- Hola amor.- suavicé mi tono
- Hola ¿Te pasa algo?.- preguntó de inmediato
- ¿Qué te he extrañado es una buena razón?.- devolví la pregunta
- Pensé que… Creí que vendrías.- musito ¿Podrían darme el premio a la idiotez?
- Quise ir, pero estaba demasiado molesto con la actitud de Carlisle por llevarte ese mismo día a su casa.- me sinceré.- Lo siento
- No te preocupes, sólo pensé que…
- ¿Qué?.- la alenté a que dijera lo que fuese
- Nada.- suspiré pesado ¿Por qué le costaba tanto actuar naturalmente conmigo?
- ¿Estás nerviosa?.- preferí cambiar de tema
- Demasiado.- una risita histérica se escuchó del otro lado y sonreí con ella.- ¿Irás?.- su voz fue un susurro dudoso
- Por supuesto que sí. De hecho ya estaba saliendo para allá.
- Entonces aquí te espero. En media hora más debo pasar a la habitación
- Salgo de inmediato para allá
- Ok… Edward, te quiero.- dijo rápido y cortó presurosa
Salí hacia mi auto sonriendo por su actitud infantil. Había momentos en que me desesperaba que ella no pudiese abrirse tal cual era delante de mí, pero otras solo hacía que me divirtiera con sus arranques de niñería como éste, sin esperar a que yo respondiera algo… Llegué pronto al Hospital y bajé corriendo hasta llegar al lugar donde estaba toda mi familia. Saludé a todos y tuve que reprimir mis ganas de besar sus labios cuando estuvo frente a mí… Y conformarme con tomar disimuladamente su mano…
- Todo va a salir bien Bella.- la alentó Jasper
- Eso espero.- contestó ella retorciendo sus manos
- Será un placentero sueño Bella. Tómalo así, podrás descansar un largo momento mientras los doctores trabajan en ti.- bromeaba mi hermana
- ¿Hablaste con tus padres?.- cuestioné
- Si. Estaban igual o más nerviosos que yo.- rió.- Pero felices
- Bella.- habló mi padre.- Ya es hora. Te pasarán a la habitación para prepararte y luego pasaremos contigo hasta que te lleven al quirófano.- ella asintió
- Bien, nos vemos luego.- murmuró y me miró con una intensidad que me hizo olvidarme de todo. Me acerqué y la abracé con fuerza
- Te quiero.- susurré sólo para ella.- Voy a estar en todo momento contigo amor. Siempre
- Yo te quiero más.- me contestó en el mismo tono y se separó sonrojada
- Tranquilo hermano.- me alentó Jasper, mientras yo la veía alejarse
- Lo sé.- suspiré profundamente
- ¿Pasa algo?.- inquirió mi madre que se acercó. Miré a Jasper y Alice y negué
- No madre. Nada.- sonreí forzado
- Necesito un café. Estoy de los nervios.- comentó luego de olvidar el fondo de su pregunta
- Voy con usted.- y se perdieron con Jasper
- ¿Las chicas?.- traté de hacer tema con mi hermana
- Rose y la nueva niñera se quedaron con ellas.- asentí.- Edward ¿Carlisle ha hablado contigo?.- consultó luego y supe que esto iba más allá
- No, pero estoy seguro que algo está pasando.- movió su cabeza afirmativamente.- ¿Quién le comentó algo?
- No fue con mala intención Edward.- se defendió de inmediato. Gemí y caminé en círculos alrededor de ella. Las ganas de saltarle encima no me faltaban
- ¿Por qué?.- dije mas duro de lo que quería
- Estábamos conversando y él preguntó por cómo te habías comportado con ella. Te lo digo, no fue con ninguna mala intención. Solamente lo dije y ya ¿Le ha parecido mal?.- estaba arrepentida y me obligué a dejar mi malos modales de lado
- Al parecer si.- dije derrotado.- Ha actuado extraño y como si lo único que quisiera es sacarla de mi lado
- Quizás el también necesita que salga de tus labios una firme aclaración que lo que quieres con ella no es un juego.- se encogió de hombros.- Yo lo necesité
- Quizás.- estuve de acuerdo con ella
Los minutos pasaban y yo estaba más ansioso. Mi padre aun no volvía y necesitaba saber qué carajo estaba pasando allí adentro. Las enfermeras y los doctores entraban y salían y ahora me arrepentía de haber estudiado Arquitectura antes que Medicina… Miré hacia el pasillo y distinguí a dos figuras que corrían en dirección nuestra, eran los amigos de Bella. Me aseguré que sólo fueran ellos y cuando lo constaté, relajé mi postura
- ¿Bella ya ha entrado?.- consultó su amigo
- No. Aun la están preparando para entrar a pabellón.- respondí
- Soy Jane. La mejor amiga de Bella.- saludó la chica y me dio un caluroso beso y abrazo. Presumí que ella no estaba al tanto que su amiga y yo estábamos juntos
- Edward.- dije algo incómodo
- ¡Oh! Lo sé.- sonrió y movió sus pestañas de forma exagerada. El otro chico rodó los ojos
- Deja de coquetear con el novio de tu mejor amiga entonces.- le susurró el chico y a ella casi se le salen los ojos
- ¡¿De verdad? ¡¿Eres el novio de Bella?.- gritó y miré a todos lados, preocupado por mis padres. Por suerte sólo Jasper y Alice estaba allí para reírse a costillas mías
- ¡Sht!.- la silenció él.- Te ubico, estamos en un hospital y es secreto ¿Entiendes eso?.- me reí cuando ella casi lo asesinó con la mirada
- ¿O es que estás celoso?.- lo increpó y el quedó mudo. Se volvió hacia mí y sonrió ampliamente.- Mucho gusto entonces. Hubiera querido que ella fuese mi la novia de mi hermano y tú el mío, pero bueno…
Con esa información registré que su rostro era similar al del tipo ese. Le obsequié una mueca extraña con intención de sonrisa y me corrí de su lado. Escuché murmullos, y estaba seguro que los dos estaban discutiendo por las palabras de ella, pero preferí estar al margen y esperar que el idiota ese no hiciera acto de presencia donde no era requerido.
Mi padre y el Doctor aparecieron e informaron que Bella estaba totalmente lista para intervenirse. Que sólo esperaban a que los medicamentos comenzaran a hacerle efecto. Preguntó quien deseaba entrar a verla e iba a responder, cuando la mirada que me otorgó mi padre me hizo guardar silencio. Estaba serio y calculaba todos mis movimientos.
- Edward. Acompáñame.- ordenó
- Pero…
- Tu madre y tu hermana se van a encargar. Ahora, sígueme.- me cortó
Se dio media vuelta y comenzó a caminar a paso raudo hacia el lugar más apartado. Alice quien se disculpó con la mirada y lo seguí. Se detuvo en forma abrupta y se volteó con el ceño fruncido y la mandíbula tensa.
- He estado observando, pero no quiero apresurarme y sacar conclusiones erradas, así que ¿Qué está pasando?.- cuestionó sin rodeos
- ¿Respecto a qué?.- me hice el desentendido
- Sabes perfectamente a qué me refiero. A Bella.- respiré profundo
- Estamos juntos.- afirmé sosteniendo el contacto de sus ojos
- Juntos.- reflexionó posando una mano en su barbilla.- ¿En qué sentido?.- me taladró con la mirada
- Como pareja.- soné firme, pero tragando saliva compulsivamente
El rostro de mi padre se descompuso y caminó de un lado a otro. Podía sentir de igual manera como la rabia encapsulada desde hacía unas horas, también comenzaba a aflorar con su reacción. Metí mis manos en mis bolsillos y las hice un puño de la ira contenida. Se detuvo frente a mí, yo en ningún momento bajé mi cabeza. Iba a ser fuerte y demostrar que lo mío con ella era sólido y no una simple calentura de quinceañero.
- Desde cuando.- rugió
- Pocos días.- imité su tono
- ¿Estás conciente que ella es una niña a tu lado?.- atacó
- Papá…
- No, Edward.- me cortó.- Hace cuanto que terminaste una relación ¿Semanas? ¿Par de meses?
- ¿Qué tiene que ver eso con esto?.- interpelé
- ¡Mucho!.- gritó y unas enfermeras que pasaban lo silenciaron.- Tu relación con Tanya se terminó hace muy poco tiempo como para que me vengas a decir que ahora estás enamorado de otra chica.- las aletas de su nariz se dilataban cada vez más.- Y esa chica es Bella… Esto no es un juego Edward. Esa niña está bajo mi custodia en esta ciudad y tú eres mucho mayor que ella.- me reí de él en su cara
- ¿Esas son tus excusas para que no pueda estar con ella?.- dije sonriendo irónico. Lo cual puso la cuota de furia más alta
- Odio decirlo, pero Tanya hizo de ti una persona que sólo mira lo externo.- me dolieron sus palabras.- Eres mi hijo, pero he aprendido a reconocer los errores de ellos. Y tú cometiste muchos
- Se supone que los padres den segundas oportunidades a sus hijos, cuando estos van por el camino equivocado.- confronté sus palabras
- Y te puedo dar las que tu desees, pero a Bella la dejarás fuera de esto Edward.- iba a replicar, pero el cortó.- No es un consejo hijo. Es una advertencia
- No soy un niño.- hablé entre dientes.- Y ella tampoco ¿Qué pasa si no hago caso a tus advertencias?.- me mofé en su última palabra
- Tomaré medidas extremas. No dejé a Bella bajo tu cargo para que la enamoraras y sedujeras. La dejé porque te creí responsable con tus 25 años.- lo miré atónito.- No voy a dejar que lastimes a la hija de Renée y Charlie.
- ¡¿Por qué mierda crees eso de mí?.- grité fuera de mis cabales
- Porque Tanya te dañó a ti. Y eso es suficiente para saber que no estás listo para empezar nada nuevo Edward.- no subió su voz, a pesar de la mía.- Los términos de relaciones necesitan un tiempo de duelo… Y…
- Dilo.- lo miré con rencor por primera vez en mi vida
- Bella no entra en la categoría de mujeres que haz tenido y nunca lo hará… Estás cegado por el dolor de un amor mal correspondido y te haz aferrado a lo más cercano que tienes… Pero en el momento que vuelvas a ver la luz, ella será la única dañada y perjudicada…
- Gracias por tu confianza en mí.- negué con mi sonrisa más sarcástica, pero en el fondo dolía sinceramente la poca credibilidad en mí
- Hijo. Esto no lo hago de mal forma…- intentó tocar mi hombro, pero retrocedí.- Algún día lo entenderás.- asintió como convenciéndose a él mismo
- Voy a ir a verla.- caminé, pero él me detuvo. Mi paciencia se agotó
- Edward.-
- No. También tengo algo que decirte.- informé con mi rostro deformado.- Mientras esto siga siendo un asunto que ataña sólo la decisión de ella y mía, tus advertencias, amenazas y demás están de sobra. No voy alejarme de ella y hacerle creer lo que tu quieres pensar, que ha sido sólo un tema de soledad o conformidad. Yo la quiero y ella a mí, así que haz lo que quieras. Yo también puedo tomar mis medidas extremas
- ¡Edward!.- gritó, pero no me voltee y seguí mi camino
Llegué a su puerta justo cuando mi hermana y Jasper entraban a verla. Mi madre me observó con curiosidad, seguramente mi rostro aun mostraba los vestigios del mal rato que había pasado con la nada amigable conversación de mi padre. Pero al estar los amigos de Bella, tuvo que guardar sus consultas… Cinco minutos más tarde fue mi turno de entrar. Mi padre había llegado a nuestro lado, pero ni siquiera lo miré.
Bella estaba atenta observando la ventana que mostraba un cielo despejado… Las cicatrices más visibles en torno a su cuello y donde cubría su camisa, estaban marcadas con algunas sustancias que enrojecían su piel… Me acerqué lento hasta estar a su lado y tomé su mano entre la mía… Giró su rostro y me obsequió una pequeña sonrisa. Los medicamentos estaban haciendo efecto…
- Pensé que no entrarías. Ya te estaba extrañando.- solté una gran risotada
- Parece que necesitamos medicarte más seguido para que me hables con honestidad.- bromee
- ¿Por qué?.- murmuró con voz extraña, sus ojos cerrándose de a poco
- Te quiero.- me acerqué y la besé suavemente
- Yo también te quiero. Incluso creo que estoy enamorada ¿Qué crees tú?.- frunció su entrecejo
- Que definitivamente compraré más medicamentos para darte.- sonreí con ella
- ¿Me querrás cuando salga de aquí? No seré una súper modelo, pero al menos estaré a la altura del último lugar del concurso más bajo de belleza.- rió fuerte de su broma
- Estás loca.- toqué su nariz con mi dedo
- Estoy drogada.- me contradijo siguiendo con sus risas
- Lo estás.- corroboré sus palabras
- Te quiero, te quiero, te quiero…- canturreó para cerrar sus ojos totalmente
- Yo también.- sonreí y la besé por última vez
Era primera vez que sin insistir, ella por desición propia expresaba sus sentimientos. Bendita sean las drogas que la llevaban al mundo de los sueños...
…
La espera se hizo eterna. Parecía que el reloj estaba totalmente en mi contra. Mi padre había entrado con la autorización del médico cabecera en la operación y salía cada cuantos minutos hasta la ventanilla para decirnos que todo iba bien. Alice y Jasper habían tenido que retirarse por las niñas y sólo estábamos Christian, Jane y mi madre en la sala de espera… Los únicos, hasta que la silueta de alguien se materializó frente a nosotros y me paré como un poseso de mi asiento
- No tienes nada que hacer aquí.- sisee
- La persona que me importa está siendo operada en este lugar y a esta hora. Y mi hermana está sentada al lado tuyo.- soltó con aires prepotentes
- Demetri.- intervino ella.- ¿Qué haces aquí?
- Vine a saber de Bella.- bufé
- Existen líneas telefónicas. Haz funcionar tu única neurona.- solté
- ¿Cómo está?.- me ignoró y se dirigió a su hermana, que lo tomó y lo llevó hacia otro lado
- ¿Edward?.- llamó Esme.- ¿Qué ocurre?.- miré hacia otro lado
- Nada mamá.- bisbisee no queriendo meterla en todo esto
- Soy tu madre hijo.- acarició mi brazo.- Y he venido notando cosas. No soy tonta y me gustaría que tuvieras confianza en mí
- No quiero ser juzgado por otro más Esme.- respondí harto de esto
- ¿Por qué dices eso Edward? ¿Quién se ha atrevido a hacer eso con mi niño?.- dijo maternalmente
- Todos.- suspiré.- Entiendo que me crean un imbécil, por como era cuando estaba con Tanya. Pero todo el mundo tiene derecho a cambiar… Y eso, parece que me va a costar sangre hacerlo ver
- Cuéntame mi amor.- apremió. Me tomó y nos sentó alejados.
Miré al idiota ese y allí estaba aun. Entre sus miradas y las mías, sacaban fuego en el aire. Mi madre esperaba paciente y expectante lo que fuese a decirle. Y finalmente decidí que si ya todo el mundo había hecho su juicio, ella sería la última.
- Estoy en una relación con Bella.- solté lo suficientemente bajo, para que solo ella escuchara
- ¿Cómo?.- cuestionó extrañada
- Somos pareja…- refregué mi cara.- Estamos juntos, somos especie de novios… ¡Eso!
- Bella.- repitió ella como para sí misma. Se quedó en silencio sopesando mis palabras
- ¿Y? ¿Cuánto debo esperar para recibir el último ataque de mi familia?.- ironicé
- No me hables de ese modo Edward Anthony. Soy tu madre y te pido respeto.- reprendió
- Lo siento.- susurré.- Pero creo que ya estoy algo acostumbrado a que sea esa la reacción de los demás
- Yo soy Esme y no me llamo los demás.- la miré al notar su voz divertida. Y en efecto una sonrisa tiraba de las comisuras de sus labios
- ¿No vas a lanzarme tomates y palabras cariñosas?.- dije divertido
- ¡Claro que no!.- se hizo la ofendida.- Estoy feliz por ti mi amor… Alguien como ella es que tu vida necesitaba para volver al camino
- ¡Por fin!.- alcé la voz y mi cara al cielo teatralmente. Sacando sonrisas de ella. La abracé fuerte y besé su cara
- Ahora ¿Quiénes son todos esos que han tratado mal a mi regalón?
Mas serios, le conté todo lo que había venido ocurriendo desde que estaba con ella. Pero mi madre me hizo relatar punto por punto, todo cuanto había pasado con Bella. Me salté escenarios poco afables y otros que correspondían a nuestra intimidad… Mi madre asentía y opinaba emocionada o disgustada fuera el caso… Al igual que yo, se mostró contrariada y sorprendida de la mala acogida que mi padre había tenido…
Estaba terminando de relatarle mi discusión con Emmett, cuando el Doctor y mi padre salieron por las anchas puertas. Corrimos a escuchar lo que tenía que decir y un gran peso se quitó de mi espalda cuando confirmó que todo había salido excelente y ella estaba recuperándose de la sedación… Comenzó a dar las indicaciones que ella tendría que seguir en adelante y pidió a alguien acompañarlo a su despacho.
- Yo iré.- afirme, ante la mirada furibunda de Carlisle
- Edward. Bella estará en mi casa, bajo mis cuidados. Así que lo más lógico es que yo me instruya de las indicaciones
- Carlisle.- advirtió mi madre
- Esme.- mi padre comenzó a replicar, pero yo me adelanté
- Las decisiones que hemos tomado Bella y yo, van a ser llevadas a cabo. Ella hará su reposo en la casa que ha estado todo este tiempo y yo cuidaré de ella, junto a la enfermera que he contratado
La cara de mi padre parecía arder de la rabia e impotencia que sentía. Sabía que no armaría un escándalo delante de las demás personas y mucho menos del Doctor que estaba a la espera de alguien. Me envió una última mirada asesina y se volteó para entrar nuevamente a la sala
- Ve.- alentó mi madre
Sabía que mi padre era un hombre calmo, pero cuando alguien se interponía en sus decisiones esa parte de él quedaba en el olvido. Y estaba conciente que eso pasaría desde hoy… Sin embargo, caminé sonriente al lado del médico que me diría como tenía que cuidar a la mujer que estaba metida con dientes y uñas en mi cabeza y corazón… Y que seguiría adueñándose de cada parte de mi ser con el paso del tiempo… Porque aunque me pasara media vida intentando convencer al resto, que mis sentimientos eran sinceros y estaban en aumento, lo haría sin temor…
Además, algo me decía que los medicamentos serían un buen aliado con ella en casa. Al menos, escucharía continuamente lo que quería de sus labios…
...
Continuará...
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