Capitulo 19. Fiesta en la Playa
Bella POV
Sábado en la noche y yo seguía estudiando. Maldito examen de Cálculo. ¿Qué no es suficiente con las Matemáticas? No. Desgraciadamente y para mi mala suerte no, también había Cálculo.
Mi celular sonó.
-¿Bueno?
-Hola, Bella, ¿Cómo estás?
-Hola, engendrito. Bien, ¿y tú? –le sonreí a mi libreta.
Se escucharon unas risas de fondo, seguro estaba con Jasper.
-No me digas así, Isabella.
-Que pues, Alice, ese fue un golpe bajo. -Rodé en mi cama, donde estaba estudiando, y quede mirando hacia el techo.- ¿en qué te puedo ayudar, Allie?
Su risa sonó por el teléfono. –Es para que aprendas a no decirme engendro.
-Está bien, ENGENDRO, -me reí.
-¡ISABELLA!
-Ok, ya me calmo. –me reí aun mas- ¿para que soy buena?
-Solo hablaba para saber como estabas, hoy no te vimos en todo el día y ayer menos, ¿sigues estudiando?
-Si, sabes que si no paso ese estúpido examen no podre ir con ustedes de viaje.
Charlie se había enterado de mi baja calificación en Calculo cuando llame para pedirle permiso de ir de viaje con Alice y Rose, en vacaciones. En realidad hablaba para avisarle, aun si no me hubiera dado permiso, hubiera ido de todos modos. Pero no contaba con que cambiara mi cuenta de ahorros, para no poder sacar dinero de ella hasta que cumpliera la mayoría de edad, ósea, después de vacaciones.
Alice y Rose se habían ofrecido a pagar todos mis gastos, pero claramente me negué a ello. Yo pagaría lo mío o no iría. Por eso ahora estaba de matadita, estudiando.
-Si lo sé, -suspiro- claro que pasaras, Bella.
-Eso espero, porque ya vez que el señor Howe me odia desde que le ponche las llantas de su automóvil.
Eso fue gracioso, pero él me humillo ante todo el salón.
Alice volvió a reír al teléfono. –Pues solo a ti se te ocurre poncharle las 4 llantas de su coche, mira que si nos vio con odio cuando nos reíamos de él, al ser arrastrado por la grúa.
-Ya lo sé, Alice, pero él me busco y pues…
-Te encontró.
-Exacto, Allie.
-Bueno, Bella, te dejo para que sigas estudiando, pero eso sí, mañana será día de relajación, ¿entendido?
Gruñí por lo bajo. Un día de relajación con Alice implicaba compras, maquillaje, una tortura para mí, pero ya llevaba casi dos días estudiando, me merecía una distracción.
-Está bien, Alice, mañana me relajare.
-Esa voz me agrada, Bells, hasta mañana.
-Hasta mañana, engendro.
-Hija de tu ma…
Y colgué.
Me reí. Al menos me había vengado un poco haciendo enojar a Alice.
Volví a mi estado de matadita, necesitaba aprenderme esas malditas teorías y formulas, sino de ninguna manera pasaría.
Media hora después tocaron mi puerta.
Supuse que era Alice que venía a vengarse por haberle dicho engendro. Pero oh sorpresa al encontrarme a mi novio tras la puerta.
-Hola amor, -me saludo dándome un pequeño beso en los labios- ¿Cómo estás?
-¿Tu qué haces aquí?
-Que cálido recibimiento. –dijo con su mejor tono de sarcasmo.
-No, amor, no mal interpretes, -me hice a un lado para que pasara. Cuando así lo hizo, cerré la puerta tras él. –es solo que me sorprendiste.
-Eso hago yo, sorprender.
Y eso hizo. Saco dos botes de café de Starbucks junto con dos pedazos de tartas de chocolate. Mi favorita.
-¿Y eso?
-Bella, llevas metida todo el día aquí, estudiando. Te apuesto lo que quieras que aun no has comido.
-Eso es mentira.- mentí, pero me miro dudando.
-¿Hace cuanto fue que comiste?
Me descubrió.
-Ok, no he comido, -fijo su mirada en mí y entrecerró los ojos- pero es que aun no acabo de estudiar, Edward.
-Muy bien, hagamos esto. Voy y te traigo algo de comer, - vio su reloj- bueno más bien de cenar, y después te ayudo a estudiar, ¿se te olvida que soy tu tutor?
Era cierto, Edward era mi tutor.
-Está bien.
Hizo una sonrisa torcida, la que me gusta. –Ok, no me tardo.
Me beso en los labios y salió de mi cuarto. Veinte minutos después, regreso con una hamburguesa. En cuanto la olí, mis tripas se movieron haciendo ruidos extraños. Edward soltó unas risas y me la tendió.
Mientras la devoraba la hamburguesa, no podía dejar de mirar a Edward como leía lo que se supone que yo estaba estudiando.
Me pillo observándolo y me sonrió.
-¿Qué?
-No, nada. Es solo… -negué con la cabeza y di otra mordida a mi hamburguesa.
-Es solo… ¿Qué?
-Que te ves muy sexy así.
-¿Así? –Pregunto sonriéndome- ¿así como?
-Pues así, así.
-No entiendo, pero ven acá.
Deje mi hamburguesa a medio comer y me arrime a Edward, ya que él estaba en la cama y yo en mi pequeño sofá.
Edward me acaricio el rostro y me dio un beso en la frente.
-Te quiero, Bells. Así tal y como eres, nunca lo dudes.
Negué con la cabeza. Pero, ¿Qué chica no se siente insegura cuando esta con algún chico? No sé si todas pero al menos así me siento yo. ¿Estoy mal? No lo sé, pero escuchar a Edward decir que me quiere para mí es suficiente.
-Y yo a ti, Edward, te quiero.
Me acerco a él y empezó a besarme.
El beso fue tierno, sin prisas, disfrutando uno del otro. Poco a poco fue el beso se torno más pasional.
De pronto me encontraba sentada encima de Edward, besándolo desesperadamente. Edward lo había dicho una vez, pero era yo quien opinaba eso, sus besos eran adictivos.
Edward me acariciaba las piernas sobre el pantalón y parte de mi abdomen que quedaba descubierto por mi playera. Yo acariciaba sus brazos y parte de su bien formado pecho sobre su playera verde, la cual hacia resaltar sus ojos color jade. Nos faltaba el aire, pero ambos estábamos recios a separarnos, al final la necesidad fue mayor, y nos separamos.
-Bella, yo…
-Shhh… -lo silencie- no digas nada.
Mi frente estaba pegada a la de él. Nos miramos a los ojos y en los suyos había fuego y pasión, deseo en si, como en los míos, pero sobretodo amor. Mis dedos cobraron vida propia y se introdujeron por debajo de su playera, sintiendo en todo su esplendor, sus perfectos músculos. Lo mire a los ojos, disfrutaba de mis caricias. Me tomo de la nuca y nuevamente me empezó a besar, su lengua recorría mi labio inferior pidiendo permiso de explorar mi boca, permiso que fue concedido.
Sus fuertes manos viajaban por mi espalda alzando mi playera. Sus toques me provocaban escalofríos, corrientes deliciosas que hacían vibrar mi columna vertebral y erizaba la piel, por donde sus dedos pasaban.
Nos separamos de nuevo por la falta de aire y mis manos retiraron su playera. Quede embobada por el tórax de Edward, él era perfecto. Bese sus hombros, pase por su cuello y subí hacia el lóbulo de su oreja, me dedique a succionarlo, besarlo, morderlo. Edward soltaba pequeños siseos, sus manos ahora volvían acariciar mis piernas pero ahora subían hasta mi trasero. Subió mi playera y me la quito, dejándome en puro sujetador. Nuestras respiraciones eran irregulares.
-Eres hermosa, mi Bella.
Tumbo los libros de mi cama y me recostó en ella.
-Simplemente perfecta.
Se coloco encima de mí y empezó a besar mi cuello, bajo un poco hacia mi clavícula, la cual lamia a su placer. Mis manos jugaban con sus cabellos rebeldes, los labios de Edward eran únicos, me hacían sentir diversas cosas difíciles de explicar. Bajo un poco más, besando el inicio de mis senos, sus manos me recorrían desde mi rodilla subiendo hasta casi tocar completamente mis pechos.
-¡Bella!
Abrieron la puerta y rápidamente Edward se alejo de mí. Me tape con las cobijas rápidamente y Edward se coloco su playera. Mi sonrojo excedía los límites normales. Parecía jitomate.
-¡Alice, ¿Qué no sabes tocar la puerta?
-Ups –dijo viéndome tapada y Edward acabando de acomodarse la playera.- los dejo un momento para que se vistan.
Se le notaban sus ganas de reírse. Yo tenía ganas de matarla. Ese engendrito nos había interrumpido.
Me destape y me coloque mi respectiva playera. Cuando me levante de la cama, Edward me atrajo hacia él y me beso.
-No pasa nada, Bella. –Me acaricio la mejilla.- no te enojes con Alice.
Respire varias veces, calmando mi respiración que seguía irregular y también para aplacar mi enojo. La frustración crecía dentro de mí.
Edward me beso nuevamente y mis manos viajaron de muevo a sus brazos y espalda.
-¿Ya puedo entrar? –pregunto Alice tras la puerta.
Edward rio sobre mis labios mientras yo gruñía bajo. Me beso por última vez.
-Adelante, Alice.
La engendrito abrió lentamente la puerta y asomo su cabeza de duende diabólico.
-Perdón por abrir la puerta de golpe, pensé que seguías sola, estudiado.
-Pues no, Alice, Edward me estaba ayudando.
-Si, ya lo note. –susurro bajo.
-¿Qué?
-No, nada. –hablo a la defensiva.
-¿Entonces que se te ofrece, Allie?
-Solo venia avisarte, que mañana iremos a la playa, ya lo tengo todo planeado.
Arque una ceja. -¿Y no pudiste esperar decirme mañana?
-Eh… buen punto. –Edward rio y yo la mire enojada- no se me ocurrió.
-Si, ya me di cuenta.
Mi frustración hacia que sacara de mí, todo el sarcasmo posible.
-Bueno, -miro dudosa la puerta- mejor me voy de aquí.
-Creo que yo también. –Hablo Edward besando mis cabellos- ya es tarde y debes descansar.
-Pero todavía no termino de estudiar.
-Claro que ya terminaste de estudiar, amor, ya devoraste todo el libro y por tus apuntes, creo que lo has entendido bien.
-¿Seguro? –me abrace a Edward y volvió a besar mis labios.
-Claro que si, Bella. Sacaras un diez.
-Seguro que si, Bells. –dijo Alice desde la puerta.
-Está bien, les creo.
-Hasta mañana entonces y trata de descansar.
-Ok, ok. Lo hare.
Edward y Alice salieron de mi habitación y me tumbe en la cama. Todavía sentía los labios de Edward besando mis pechos y sus manos recorriendo mi cuerpo.
Mi móvil vibro, señal de que me había llegado un mensaje.
¿Te molestaste conmigo? Juro que no fue mi intención interrumpir.
Allie. Tu engendrito.
No podía enojarme con Alice, sabía que no era su intención lo que acababa de pasar. Respondí su mensaje:
No, Allie, no me enoje, es solo… que me quede frustrada, ¿me explico?
Bells.
No tardo mucho en con testarme.
Si te entiendo. Entonces, ¿estás de acuerdo con la ida a la playa mañana?
Allie.
Playa. No sonaba mal. Pero había un problema.
Claro, Alice, vamos a la playa, solo una cosa, no tengo bikini.
Bells.
Espere la respuesta de Alice. Mi celular volvió a vibrar.
No te preocupes, ya te dije que tengo todo planeado. Tu solo descansa y no te preocupes por nada. Mañana será un día estupendo. Descansa Bella, buenas noches.
Allie.
Está bien, por una vez no me preocuparía por lo que fuera a hacer Alice. Conteste su mensaje deseándole buenas noches. Deje mi celular a un lado y me dormí, así tal cual, como caí en la cama, así quede.
Mañana seria un día agradable, así que me dispuse a descansar.
Alice POV
-Hija de tu ma…- ¡Argg! Me había colgado esa gusana. Solo se la pasaría por que la adoro y porque necesita estudiar y yo arreglar muchas cosas.
-Ya, Allie. Lo hizo jugando.
Ay mi Jasper tan lindo y tierno. Era mi todo, él era mi otra mitad. Algún nos casaremos, haremos cochinaditas y tendremos muchas Alicitas y muchos Jaspersitos. Ok Alice, regresa a tierra. Ya te estamos perdiendo.
-Lo sé, Jazz. –Suspire- ¿me ayudas a planear lo de mañana?
-Lo que quieras, mi vida. -¿Así o más tierno?
Le di un pequeño beso en los labios.
-Bueno pues necesito que llames a todos nuestros amigos y conocidos, yo llamare a Luna para que nos ayude también.
-¿Qué planeas hacer, Allie?
-!Una fiesta en la playa¡
Abrace a Jasper.
Me tomo de la mano y caminamos a una heladería, mientras él pedía un par de conos de nieve, yo marcaba a Luna.
Espere en la línea mientras me contestaba. A la tercera vez que timbro el teléfono me contesto.
-Yo aquí, ¿allá quien?
Me reí de su forma de contestar. –Hola Luna, soy Alice.
-Pequeña Alice, hola, ¿Cómo estás?, ¿a qué debo tu llamada?
-Pues veras, Bella lleva todo el fin de semana estudiando para un examen.
-Ándale, ¿a poco Swan estudia? –Me dijo con asombro y yo reí- quien la viera a la canija esa.
-Si, es que necesita pasar ese examen, sino Charlie le retira todos los permisos, inclusive el de las vacaciones.
-Oh, entiendo, ¿y en que te puedo ayudar?
Jasper volvió con los helados. Me entrego el mío, de vainilla, mi favorito. Le di un beso en los labios, y le susurre un espera mientras se sentaba en la silla continua a mí y me rodeaba con un brazo, Jasper asintió y le dio unas lamidas a su helado.
-Pues veras, quería ver si podías llamar a algunos grupos para que tocaran en la playa mañana, quiero hacer una fiesta para que Bella se relaje un poco, ¿podrás hacerlos?
-Uy pequeña Alice, lo veo un poco difícil, pero veré que puedo hacer, pero de que habrán grupos mañana, lo habrán, como que me llamo, Luna Jett.
-Entonces, me avisas y me confirmas, ¿si? Ahí te esperamos mañana.
-Eso si no se si podre, con lo del concurso de Guerra de Bandas, ando toda loca. –se rio- bueno mas –moví mi cabeza en acuerdo.
-Ok, comprendo. Es una lástima que no nos acompañes mañana.
-No te preocupes, Alice. Ya habrá otras ocasiones.
-Eso espero. –Sonreí- ¿Entonces me mandas un mensaje o me llamas?
-Te mando un mensaje. Conseguiré a una banda.
-Está bien, espero el mensaje. Descansa Luna. –Me despedí- y perdona si te cause alguna molestia.
-Para nada, Alice. Todo sea por los amigos. Descansa tú también, en un rato te mando el mensaje.
-Ok, hasta luego.
Colgué mi móvil.
Suspire y le di un lamida a mi helado, ya se me estaba derritiendo.
-Y bien, ¿Qué te dijo?
-¡Que nos ayudaría!
-Que bien, mi amor. –Jasper me beso y me limpio la nariz, tenia restos de helado.
Cuando acabamos de comernos nuestros conos de nieve, caminamos por el centro comercial, rumbo al cine. Si había un cine dentro de centro comercial. Pero cuando pasamos por enfrente de Victoria's Secret me di cuenta de que no tenia trajes de baño y mucho menos Bella. Rose se pondría feliz por comprarle uno.
Mire a Jasper con ojos de cachorrito.
Negó con la cabeza y suspiro. –Adelante.
-¡Por eso te quiero, Jazz!
Arrastra a mi Jasper dentro de local, tomo asiento en una silla cerca de los probadores y saco su celular.
Yo mientras corría y tomaba todo tipos de trajes de baño, tankini's, monokini's, bikinis, todo.
Me metí a un probador y me medí los que eran para mí. Bella y yo teníamos casi el mismo cuerpo, solo que yo era más chiquita, y Rose, a Rose le quedaba bien todo, además ya me sabia su medida.
Estaba indecisa si le modelaba a Jasper o no, los trajes que había escogido, preferí no hacerlo, así mañana vería su rostro al igual que el de Emmett y Edward.
Pagamos las prendas que llevaba y nos dirigimos al cine.
-Ya pase la alerta a todos y di instrucciones de que pasaran la voz, Alice. –Me dijo Jasper cuando estábamos sentados en las butacas del cine.- mañana estará a reventar la playa.
-Excelente. –Sonreí- entre más gente mejor.
Las luces se apagaron y nos dedicamos a ver la película, en realidad solo miramos como 10 minutos, porque después nos dedicamos a besarnos y tocarnos, hasta que la seguridad del cine nos saco de las instalaciones.
Jasper y yo regresamos a la Academia, yo aun seguía agitada, aun no me sentía preparada para hacerlo con Jasper, lo quería, pero aun no estaba lista.
Me despedí de él en la entrada, y corrí al cuarto de Bella, tenía que decirle de los planes.
Abrí la puerta de golpe y lo que me encontré fue a Edward y a Bella semidesnudos, a punto de hacerlos y yo interrumpiendo.
-¡Alice, ¿Qué no sabes tocar la puerta?
No encontraba que decir y lo primero que se me ocurrió fue decir: Ups.
Cerré la puerta para que se vistieran.
¡Bien Alice, ahora si llegaste en buen momento! Me regañe a mí misma.
Esta vez toque la puerta.
Bella estaba enojada o eso creía, y después de decirle los planes y que me cachara al no haber pensado en decirle mañana, me decidí retirar. Edward dijo lo mismo y los dos salimos de la habitación de Bella.
-Edward, siento mucho haberlos interrumpido. –le comente en el elevador.
-No pasa nada, Allie.
-Claro que si, Edward. Ahora Bella está molesta conmigo.
Baje la cabeza y mire mis pies.
-Eso no es cierto, Alice. –Revolvió mis cabellos con su mano.- Bells nunca se enojaría contigo, eres su mejor amiga, junto con Rose, jamás se enojaría con ustedes.
Eso me hizo sonreír. Bella y Rose también eran mis mejores amigas.
-Solo una cosa, duende, - fruncí el seño ante su apodo- te recomiendo que no vayas al cuarto de Rosalie, según tengo entendido iría a cenar con Emmett y volverían a la Academia. Con ellos si te llevarías una sorpresa mayor.
Cierto era mejor evitar la habitación de Rosalie esta noche.
-Gracias, Edward. –sonreí y lo abrace. Edward era un excelente amigo y se le notaba en la cara que adoraba a Bella.
–La quieres mucho, ¿verdad? –le pregunte cuando me separe de él.
-Mas que a mi propia vida, Allie.
Sonreí ante su respuesta. Los dos se miraban felices, entre los dos se equilibraban y eso era bueno.
El elevador se abrió y baje en el que era mi piso.
Ya en mi habitación le mande mensajes a Bella.
Me aseguro que no estaba enojada solo frustrada y claro que la comprendía, yo más que nadie la comprendía. Me moría de ganas de hacerlo con Jasper, pero, ¡maldita sea!, no me sentía preparada.
Deje mi móvil a un lado y me dispuse a dormir, tenía que descansar bien para mañana, había muchas cosas que hacer.
Bella POV
Tocaron mi puerta y muy a mi pesar abrí los ojos. El sol me pego en los ojos, no era un sol deslumbrante como el de Phoenix, pero aun así me segó.
-Adelante. –gruñí tratando de conciliar el sueño.
La puerta se abrió y por ella entraron Alice y Rose, ya había aprendido a reconocer sus presencias, además de sus característicos olores.
-Levántate, Bella. –Rose me movió un poco, tratando de despertarme completamente. Me negaba a levantarme.
-Ya son las 8:30 de la mañana, Bella. –me hablo Alice. – tenemos que alistarnos.
-¿Qué? ¿Las 8: 30 de la madrugada?, es muy temprano, engendro. –cualquiera pensaría que soy una floja, pero en realidad, no quiero privar a mi cama de mi presencia. Está bien si soy una floja, ¿y qué?
Se rieron. -Ándale, Bella.
-Está bien, está bien, -me senté aun sin abrir los ojos y estire el cuerpo.
-¿Qué no te cambiaste anoche?
-No. Así me acosté.
-Entonces metete a bañar enseguida. – me dijo Alice.
-Si mama.
Las risas de ambas no se hicieron esperar.
Me metí a la ducha y el agua me fue despertando poco a poco. Cuando por fin estaba despierta salí de la regadera. Sobre el estante donde se encontraban las toallas, había diferentes trajes de baño. Tome uno y era demasiado pequeño.
-¡Alice! –grite y las risas de Rosalie y Alice resonaron en mi cuarto.- ¡¿Qué es esto?
-Son trajes de baño, Bella, dijiste que no tenias y ayer compre varios, mídetelos y nos los enseñas, debemos elegir cuál es el perfecto para ti.
-¡No quiero!
-¡No me hagas entrar al baño a vestirte, Bella, sabes que si soy capaz!
Gruñí. Sabía que era capaz. Mejor me los media.
Me puse un traje de una sola pieza de color blanco y salí a modelar, negaron con la cabeza y volví a entrar al baño.
Paso como una hora más o menos, en la que me medí alrededor de 20 o 25 conjuntos de baño, todos de diferentes colores, cortes y demás, y aun no se decidían por cual era perfecto para mí.
-Este es el último, -avise al salir del cuarto de baño con un tankini de color café claro.
Negaron con la cabeza inmediatamente.
Me regresaba al baño para por fin poder vestirme, cuando Alice hablo:
-Espera, ¿Y en bikini de colores que puse entre los que te mediste?
-¿Cuál? –fingí demencia.
Alice frunció el ceño y camino decidida hacia el baño. La intercepte.
-Está bien, me lo mediré.
-Así me gusta, anda.
¡Carajo!. El ultimo traje de baño era pequeño y de corte bajo, dejaría al descubierto… ya que.
Salí de el baño y Alice y Rose abrieron demasiado los ojos.
-Definitivamente ese. – contesto Rosalie.
-Sabía que dirían eso. –torcí el gesto, ya estaba cansada de probarme bikini's, así que este sería mi traje de baño. Suspire. –Un momento, ¿y sus trajes de baño?
-Bella, nosotros ya los llevamos puestos. –dijo Rose, secundada por Alice.
Ahora que lo notaba bien, ellas ya estaban preparadas para irnos.
Alice llevaba una falda de mezclilla que le llegaba a medio muslo, junto con una blusa blanca de hombros caídos que dejaba ver los tirantes de su traje de baño y unas sandalias de playa amarillas.
Rosalie portaba un short negro junto con una blusa de tirantes roja, rematado con unos tenis Nike blancos.
Me metí a mi closet y tome lo primero que vi: unas bermudas de mezclilla y una playera azul. Y unas sandalias de playa azules también.
Alice ya me tenía una bolsa con lo que fuera a necesitar en la playa.
Salimos a eso de las 10 de la mañana de la Academia.
-¿Y los chicos? –pregunte desde el asiento trasero de mi automóvil. No tenía ganas de conducir así que le entregue las llaves a Rosalie.
-En la playa –me contesto Rose.
-Los mandamos a que verificaran que todo estuviera listo. – siguió Alice.
-¿Qué estuviera listo qué?
-Pues todo, Bella, sino, ¿como se organizaría una fiesta así?
-¡¿Una fiesta?
-Sip – dijo Alice volteándome a ver desde el asiento del copiloto.- ¿no es la mejor forma de relajarte, después de un fin de semana estudiando?
-Pero, ¿hiciste una fiesta en la playa solo para que yo pudiera relajarme?
-Así es, ¿no es genial?
-Además no te preocupes, Bella, -me hablo Rosalie sin apartar la vista de la carretera- será una fiesta genial, nosotros estaremos por un lado si así lo deseas, la banda y demás pueden estar en otro lado.
-¿Habrá una banda?
-Si, Bella, ¿sino como sería una fiesta?
-Tu solo relájate y disfruta, ¿ok?
No conteste nada. 10 minutos después aparcamos en la playa. Cuando baje del auto, aprecie como la playa, de la Push, estaba a reventar.
Chicas y chicos corrían por la playa, algunos jugaban Volleyball, otros estaban enfrente del escenario donde una banda tocaba, y muchos más estaban en metidos en el mar. A reventar se encontraba la playa.
-¿Quiénes son todos estos?
-Amigos de por aquí y por allá. – me contesto Rose
-Andando Bella, los chicos están por allá.
Seguimos a Alice.
Después de caminar unos metros, localizamos a los chicos. Ellos traían bermudas a cuadros de color café (Emmett), verdes (Jasper) y morados (Edward), y playeras color arena, azul y blancas respectivamente.
Llegamos y los saludamos.
-Se tardaron, chicas. –Dijo Emmett dándole vuelta a la carne que se encontraba sobre una parrilla.
-Es que estábamos ayudando a Bella, con algo muy importante, osito.
-Si, osito, no enojes, lo importante es que ya llegamos.
Emmett solo dejaba a Rose decirle osito, todos los demás lo teníamos prohibidísimo.
-Está bien enana, ya casi están las hamburguesas.
-¡Que bueno! –Exclame abrazada de Edward- me muero de hambre, estas loquitas no me dejaron comer nada.
Todos reímos y Edward beso mis cabellos. La mañana nos la pasamos riendo. Jasper y Emmett salían con cada cosa que era imposible no riese.
Las bocinas de la banda invadían cada rincón de la playa, todos bailaban al son de la música, no supe que banda era, solo me dijo Alice que Luna la había conseguido y que no pudo venir. Era una lástima.
-¡Hora de nadar un poco! –grito Emmett muy divertido, había llegado la hora.
Los chicos, incluyendo a Edward se quitaron la playera dejándonos ver sus bien y formados músculos. Fije la mirada en el pecho desnudo de Edward y sonroje, todavía tenía frescos los recuerdos de anoche. Edward lo noto, camino hacia mí y me plato un mega beso.
Los demás silbaron y gritaron mientras nos seguíamos besando. Cuando nos separamos, mi sonrojo se torno más fuerte y me refugie en su pecho.
Ahora era nuestro turno.
Rosalie se quito el short y la blusa que traía dejando ver su monokini escotado de color negro, con detalles a los costados. Emmett silbo cuando la vio, su mirada la recorría de arriba abajo, estaba impresionado.
Alice desbrocho los dos botones de su falda de mezclilla se inclino y se la quito, después se levanto la blusa que traía puesta y se la quito también. Ella traía un bikini color verde, la parte de abajo al igual que el de Rose tenia detalles a los lados, el top era de tirantes a los costados y al frente era sujeto de dos barrillas paralelas de corte recto, se veía muy linda, y al igual que Emmett, Jasper se quedo con la boca abierta, su mandíbula caía sobre él, muy bien abierta.
Suspire, era mi turno. Coloque mis manos cruzadas a los bordes de mi playera y tire para arriba. Mi bikini era strapple de corto cruzado al frente, mi traje era de diferentes colores, morados, azules, amarillo, verdes, diferentes colores. Desabroche el botón de mi bermuda y baje el cierre, agache para quitármelo, cuando me enderece, los chicos se me quedaron viendo, mi bikini era de corte bajo, así que dejaba al descubierto lo que oculte por mucho tiempo.
-Veo Londres, veo Francia, pero lo que más veo, es un tatuaje en tu pansa.
Emmett canto burlándose de mí y yo como toda una mujer madura que soy… le levante mi dedo de en medio.
Hace como un año y medio que tenía ese tatuaje, no me arrepentía de habérmelo hecho, dolió un poco, lo normal, pero aun así no me arrepentía, eran varias estrellas y la más grande la tenia donde se me marcaba un poco el hueso pélvico. Cuando acompañaba a mis papas a la playa siempre usaba trajes de baño de una sola pieza o bikkini's de corte alto, perfectos para taparme el tatuaje, por eso nunca me descubrieron.
-No seas imbécil, Emmett –dijo Jasper dándole un reverendo zape en la nuca lo que me causo mucha gracia.- el tatuaje lo tiene en el vientre no en la pansa.
Bien ahora me ganaría bromas de por vida.
-¿Qué ustedes nunca han visto un tatuaje o qué? –Me defendió Edward- ya vayamos a nadar.
Edward me tomo de la mano y lo seguí hacia el mar. Emmett cargo Rose en los brazos y Jasper cargo fácilmente sobre un hombro Alice, ambos corrieron al mar y las chicas gritaban y pataleaban para que las bajaran. Edward y yo nos metimos al mar, el agua estaba helada pero aun así estaba deliciosa. Los chicos aventaron a Alice y a Rose al mar, pero enseguida las rescataron, yo me reía de la escena, era divertido ver a Emmett y a Jasper nadar tratando de huir de la furia de Rosalie y Alice.
Edward me atrajo hacia él y me dio un apasionado beso.
-¿Y eso? –pregunte cuando por fin me dejo respirar.
Los chicos ni siquiera se habían dado cuenta. Jasper y Emmett seguían huyendo de las garras de sus novias.
Edward me abrazo y me susurro al oído:
-Es para que sepas lo que provocas en mi… -me mordió delicadamente el lóbulo de mi oreja- y para que sepas que m encanto tu tatuaje.
Me dio un rápido beso.
-Toma aire.
-Pero para qu… - no pude completar la pregunta. Él tomo una gran bocanada de aire y me beso, pero a la vez nos sumergió a ambos en el agua salada. Besar a Edward bajo el mar fue maravilloso. La necesidad del aire se hacía cada vez más presente, pero Edward, había tomado suficiente aire para aguantar un poco más. Cuando ya no pudimos más, salimos a flote.
Jadeando volvió a besarme, pero esta vez duro poco.
-Eso fue…
-Grandioso. –termino por mí.
Asentí con la cabeza, volteamos a buscar a los chicos con la mirada. Ambas parejas ya se encontraban jugando, así que nos les unimos.
A eso las 4 de la tarde y después de jugar varias veces a las luchas sobre los hombros de nuestros novios, ganando tres de seis debo recalcar, salimos a la playa a buscar algo de tomar.
-Las cervezas se acabaron – dijo Jasper, viendo la hielera vacía.- bueno mas bien, Emmett se acabo la cerveza.
Emmett se empinaba la última botella y al darse cuenta de que hablábamos de eso, escondió la botella tras su espalda y sonrió inocentemente.
-Yo voy por más cerveza.
-Oh no, claro que no iras sola. –repico Edward.
Lo mire a los ojos como queriéndole decir ay no mames Edward, pero el solo negó con la cabeza y frunciendo el ceño.
-Nosotras te acompañamos, Bella.
-Claro que no.
Esta vez Jasper y Emmett hablaron. Suspiramos pesadamente.
-Vamos los seis entonces.
Los tres sonrieron ampliamente. Cada uno nos tomo de la mano y caminamos hacia las cervezas, aun lado del escenario, cuando pasamos por enfrente y la gente brincaba, bailando god sabe the queen de Motorhead.
Compramos las cervezas cuando la canción termino.
-¡Chicos, ¿se están divirtiendo?
Todos gritaron en afirmación. -¡miren nada mas a quienes tenemos aquí, son la banda Rebeld Girl, -nos señalo y todos voltearon a vernos- vamos chicos toquen algo para a fiesta!
Yo negué con la cabeza, no conocía al chico, pero yo me negaba a cantar. Todos nos llamaban a gritos para que tocáramos.
-Vamos Bella, toquemos, ¿siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii?
Alice se puso delante de mí rogándome, cuando hacia ojitos de borrego a medio morir y movía sutilmente su labio inferior. No podía negarle nada, suspire y camine hacia el escenario.
-Pero esta vez cantaras tú, engendro.
Frunció el seño por su apodo, pero acepto.
Todos nos colocamos en nuestro sitio. Le dije a Rosalie cual cantaría Alice, así que empezó marcando la canción.
La engendrito tomo el micrófono un poco indecisa, pero le sonreí dándole ánimos.
Turn up that radio Hear the rock and roll Malibu shines like summer gold Wild beaches In the salty wind California summers never end
California - you're so nice California - your paradise
Alice me sonrio y comenzo a cantar con mas confianza. La verdad no entendia a que le tenia miedo, pero en cuanto su confiaza aumento, todo fue pan comido.
The kids are ripping up the streets In their super cars All night parties and loud guitars Hot hot neighbourhoods Its the silver sound Wicked hollywood goes round and round
California - you're so nice California - your paradise
La cancion termino y todos le aplaudieron a Alice, tenia una hermosa voz, la gente debia de saberlo.
Jasper le llego por detras y la beso. –Cantaste hermoso, Allie.
-Gracias, mi Jazz. –contesto sonriendole-
El chico que nos habia pedido cantar tomo el microfono.
-¡WOW! ¡eso fue grandioso! –Hablo mientras nos miraba- ¡seguro ganaran, ¿no es así chavos?
Nosotros reíamos, esperábamos ganar.
-¡Toquen otra, chavos!
La verdad no tenía ganas, se supone que era día de relajarme, así que declinamos su invitación. Volvimos a donde se encontraban nuestras cosas. Comimos y tomamos a reventar, a eso de las 7 de la tarde decidimos irnos, en arte por estar cansados y por otra, porque a Emmett se le había subido la cerveza y se estaba poniendo muy alegre.
Las chicas y yo nos colocamos nuestras ropas al igual que los chavos, recogimos las cosas y nos dirigimos al estacionamiento. La fiesta en la playa se miraba para largo, así que nos despedimos de los pocos que conocíamos ahí.
Las chicas se fueron conmigo y los chicos en el Jeep. Alice y Rose decían que no querían ver si Emmett devolvía toda la cerveza que se había tomado.
Llegamos a la Academia a eso de las 8:30. Edward y Jasper se despidieron de nosotras con esfuerzo, pues ambos cargaban a Emmett que se había quedado dormido camino a la escuela.
Nosotras al igual nos despedimos, camine a mi habitación y ya dentro me dirigí al baño, necesitaba una ducha, tenia arena en todo mi cabello y en diversas partes de mi cuerpo.
Ya limpia me puse el pijama y me acomode debajo de mis cobijas. Este día si que había sido de los más divertido y relajante. Me tendí a los brazos de morfeo, mañana seria otro día.
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