Mi vida se estaba convirtiendo en una confusión, me encontraba en una situación en la que no sabía qué hacer, pensar o decir, no quería lastimar a nadie, para tener una visión más objetiva de todo esto, decidí encontrar todo lo que está oculto, bien sea los secretos de Jacob o lo que Edward no me termino de contar, todas las reflexiones iban y venían mientras mi mano se posaba sobre el pecho de Jacob, quería tener algo con él, pero primero tenía que conocerlo más.
- Bella ¿te sucede algo?- decía Jacob mirándome fijamente a los ojos y levantando mi barbilla.
- No sucede nada Jacob, estaba pensando… tengo deportes y las chicas me están esperando- dije mirando hacia el final del pasillo.
- Estas cohibida por la presencia de tu ex novio, eso es lo que pasa, no debí presionarte y menos besándote en el pasillo delante de todos- dijo Jacob soltándome la barbilla y apartándose de mí.
- No es cierto, es solo que acabo de salir de una mala relación, quiero darme tiempo, bueno Jake me voy a clases, necesito cambiarme- me despedí de él con un beso en la mejilla, al voltear, pude apreciar que Edward seguía allí, observándome fijamente.
Camine arrastrando los pies, al entrar estaban las chicas, Ángela y Jessica empezaron a molestarme haciendo bromas sobre el beso que me dio Jacob, la profesora estaba lista, nos pidió que tomáramos la pelota de voleibol y empezáramos a practicar ya que la evaluación sería la semana que viene, yo sabía que aplazaría ese esa evaluación, de repente entró una chica de la otra sección, corriendo.
- Todas tienen que ver esto- decía la chica saltando.
- ¿Qué sucede?- dijo Jessica.
- Hay una pelea, una pelea grande- decía la chica emocionada.
- ¿Quiénes están peleando?- dijo Ángela.
- Es Edward el chico retraído y Jacob Black, vamos a verla- salió la chica corriendo, Jessica y Ángela me miraron atónitas y salieron corriendo.
Yo estaba paralizada, no sabía qué hacer entonces Ángela se regreso y me jalo, al salir del gimnasio se escuchaban los gritos, Mike estaba a un lado apostando, yo hacía gesto un gesto de negación con la cabeza, era como una pesadilla hecha realidad, entonces me acorde que Edward es un ser sobrenatural, lo mataría, tropecé al montón de personas que estaban mirando y gritando, digamos que entre al círculo que habían formado, observaba como Jacob estaba encima de Edward dándole algunos golpes, pero el rostro de Edward se tornaba violento, entonces él lo volteo y se coloco encima de Jacob, dispuesto a ahorcarlo, todos me miraban con cara de asombro, ninguno de los dos aspirantes a Rocky Balboa había notado mi presencia.
- ¡Edward!- grité. Sin embargo él me ignoro. Estaba desesperada, lo estaba matando, los alumnos no dejaban pasar al Director, de repente sentí como todos desaparecieron y yo me encontraba sola en esa situación, sin poder hacer nada al respecto.
- ¡Edward Cullen! ¡Déjalo!- mis gritos no hacían nada, no me escuchaba, entonces uno de los chicos que estaba en el gimnasio, toco la alarma de incendios, en cuestión de segundos todos estábamos mojados, Edward reaccionó soltando a Jacob, su gesto de sorpresa al verme había iluminado su rostro.
- Siempre supe que eras un miserable, casi lo matas, ¡Por Dios! ¿qué demonios pasa contigo?- estaba furiosa, Jacob estaba tirado en el suelo.
- Que dices, falle, quería darme el placer de sacarlo del juego, pero no soy un asesino, estaba lleno de ira, eso es todo- decía Edward excusándose por la acción que todos presenciamos.
- Vete al infierno Edward, desaparece ya de mi vida, no me busques más problemas- dije corriendo hacia donde estaba Jacob, lo ayude a levantarse junto a su amigo Embry.
- Esto no se quedara así Cullen, me las pagaras todas las que me debes, acabas de firmar tu sentencia de muerte, desgraciado- el gesto de Jacob me dejo impactada, apretaba los dientes con fuerza y los puños también.
- Jacob, ¿te encuentras bien?- le decía tocándole el rostro.
- Aléjate de mi Bella, estoy muy enojado y no me quiero desquitar contigo, déjame solo, mis amigos me acompañaran.
- Ustedes dos no se moverán de aquí, Jacob Black y Edward Cullen irán a Dirección ahora mismo, sus representantes vienen en camino, ya es hora que exista mas disciplina y ustedes dos se comporten como casi adultos, los demás vayan a sus clases, termino el espectáculo- decía el director llevando a Edward del brazo, mientras Jacob iba más atrás-
- Jacob espera, necesito que me digas toda la verdad sobre ti, no importa, lo que sea, pero se sincero conmigo- le decía tomándolo del brazo, suplicándole.
- Está bien, lo sabrás todo, ya es hora que las mentiras se acaben, te diré quien soy y que quiero contigo, digamos que vengo en una misión, los detalles te los daré más tarde, después que salgas de clase y yo de dirección lo más probable es que me expulsen, nos vemos- el tono que uso fue sereno y serio.
Me encontraba de nuevo en otra encrucijada, Jacob no era solamente humano, había algo mas en esas palabras, no podía estar en clase tranquila, la incertidumbre me invadía, las teorías redundaban mi cabeza, Edward es un ser fuera de este mundo, ahora la nueva incógnita sería ¿qué es Jacob Black? ,otro alienígena con ganas de invadir el Planeta o peor un psicópata que no puede resistir sus ganas de acechar una joven indefensa, la clase de voleibol estaba transcurriendo lenta, lo único que hacia mi cuerpo era responder como un acto reflejo cuando la pelota venía hacia mí, mi primer instinto era golpearla hacia el otro lado de la red. Solo había transcurrido una hora, faltaba media para que la clase terminara. Tomamos un descanso de diez minutos, entonces Jacob se asomo por la ventanilla de la puerta del gimnasio, se veía mas interesado en contarme la verdad, sentía como bajaba sudor frio por mi frente, ya no quería mas sucesos paranormales en mi vida, depende de lo que dijera Jacob juro tomar unas vacaciones extensas y zafarme por completo de esta nueva realidad que me estaba persiguiendo. Termino la clase, salí del gimnasio y allí estaba Jacob con los brazos cruzados, recostado en la pared, con el moretón en el ojo.
- Creo que llegó el momento, acompáñame, hablaremos debajo del puente que comunica Forks con la ciudad- hizo un gesto de invitación, extendiéndome su mano, yo no la recibí, decidí caminar sola y un poco apartada de él.
En camino al bosque yo no pronuncie ninguna palabra, estaba asustada, sería mi terminología favorita usada en estos días, la expresión de su rostro era serena y distante, la mía me imagino que era de pánico.
- Comenzare por decirte, no he matado a nadie ni he pensado hacerlo con mucho detenimiento, no soy un loco, ni cambio de forma, mi misión desde hace años es tratar de preservar a los seres humanos, mantener la bondad en el Planeta, hacer obras buenas mientras mis alas me lo permitan, cuido de ti todas las noches, desde que te mudaste a este pueblo has sido mi razón para mantenerme vivo, tengo un motivo por el cual soñar, reír, enfadarme, hasta llorar. Mi madre es la persona que tu conoces, ella no sabe lo que soy, no he tenido necesidad de confesárselo ya que no la he lastimado, fui engendrado biológicamente, mi don fue concedido a la hora de mi nacimiento. Soy un angel, puedo curar, estar en todos lados y puedo escuchar cuando las personas tienen problemas, sin embargo todos es muy bueno para ser cierto, no puedo enamorarme de los seres humanos, consigo convivir con ellos, quererlos, tener amigos, salir a divertirme, pero no puedo relacionarme con ustedes- dijo todo esto dando pasos sin rumbo, iba de un lado a otro.
- ¿Un ángel?, no puede ser, pensé que eras el chico malo, no podemos estar juntos. ¿ por qué?- me senté en una piedra y me dio tristeza.
- Bella no podemos estar juntos, de esa manera no, lo siento, me quitaran mis alas, me castigaran, necesito estar cerca de este pueblo, sé que un futuro necesitaran mi ayuda- tomo mi mano, tratando de hacerme entender.
- Sabes, te entiendo, no forzare mi destino, no te odio, al contrario, me odio, por fijarme en personas que no debo. ¿podrías hacer algo por mí? Cura mi corazón herido, ya no soporta más tantas decepciones- mi llanto reflejaba tristeza.
- No puedo, esos males no los curo, el remedio es el tiempo, esa es la mejor medicina para los corazones rotos, pero siempre estaré contigo, no importa a donde vayas, sólo seamos amigos, por favor- usaba un tono suplicante.
- Está bien como quieras, contare contigo, etc., etc., si todo es muy romántico, lo mejor es que me vaya, por cierto ¿te curaras el golpe?- dije en tono burlón.
- No, se curara solo, mi madre se pondrá histérica, sabes la diferencia entre Cullen y yo, es que él si puede estar contigo, pero tú quieres mantener la distancia, sus hermanos no permitirían que estén juntos, y yo bueno… ya sabes- bajo la cabeza.
- Está bien Jake, no importa, necesito descansar, colocar las situaciones en frío, mañana veré las cosas con mejor color.
Camino a casa quise llegar sola, lo hice caminando, desde el bosque hasta mi hogar había tres kilómetros de vía plana, Jake también caminaba conmigo, éramos vecinos desgraciadamente, lo único que pedía en estos momentos era una maquina aceleradora del tiempo, para que así, éste se encargara de mi maldita suerte, si esa es la palabra, desde que llegue a este pueblo todo ha sido desilusión, quería morirme, pero Jacob no lo permitiría, tenía que ser más que fuerte, Edward es un desgraciado extraterrestre con planes de invasión, quien sabe cuales poderes tendrá, hoy íbamos a charlar, él me debía una explicación más larga, pero actualmente no, mi corazón no soportaría más razones para separarme de los seres que amo. Al llegar a la puerta de mi casa, Jacob decidió hablarme, en todo el camino estuvo callado.
- Isabella Swan, te amo, te prometo que nunca estarás sola, pero por favor te lo suplico, déjame cuidarte, estar contigo aunque sea de lejos, quiero sentir tu dolor porque es el mismo para mi, quiero escuchar cuando lloras y cuando me aborreces, quiero todo de ti, porque yo intentare luchar por ti, ahora no quiero estas alas, ¿por qué me enamore? Solo Dios sabe, solo él sabe cuánto te amo- su dolor era incomparable, sus lagrimas brotaban, entonces su corazón se ilumino con una luz destellante, que cubrió la entrada de mi casa.
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