(Recomendación musical: "Katy Perry" - Thinking of You)
No toda la canción tiene relación con el capítulo, pero en algunas partes ¡Si!
Se dice que los sueños no son tan reales. Yo sentía su calidez, sus manos rozando mi rostro, su respirar colisionando con el mío, la suavidad y firmeza de sus labios en los míos… Pero esto no estaba pasando de verdad, seguramente mi imaginación había llegado demasiado lejos ¡Eso era!
Tragué un cúmulo de saliva que había retenido en mi boca sin darme cuenta, y aspiré como si llevara años sin hacerlo… Su aliento se coló en mí y comprendí que había quedado como muerta en vida por mucho tiempo… Reaccioné cuando sus labios dejaron los míos y el frío de la separación me abrumó ¡No! Gritó mi mente, y obligué a mi cuerpo a reaccionar
- Lo siento.- susurró
- No.- dije en forma ansiosa.- No rompas mi sueño
- ¿Qué?.- musitó
- Sé que esto es un sueño ¡Lo sé!.- dije aferrándome a él.- Y aunque me esté volviendo loca, quiero aprovecharlo
- Bella…- susurró
- No. Escúchame.- pedí. Esto era mi mejor sueño y como tal, haría lo correcto.- Yo también siento todo por ti. Desde hace tiempo. No tengo novio. Sólo dije eso en una forma de protegerme de ti y el lo dijo para que Tanya no me siguiera humillando… Pero a la única persona que quiero es a ti ¡Ahora Bésame!.- imploré y me planté de puntitas para alcanzar sus labios
- ¿Bella?.
- ¿Mhmm?.- se sonrió y yo lo hice por acto reflejo. Si debía dormir 24 horas para ver esto nuevamente, lo haría
- ¿Crees que esto es un… sueño?.
- Si.- sonreí como tonta.- Y es genial, es lo mejor.- su risa fue más fuerte. Era música
Me aferré como si mis manos fueran tenazas al cuello de su camisa y lo jalé hacia mí. Hundí mi cara en su cuello, y su calor me transportó a mi lugar feliz. El aroma que desprendía su piel era una especie de delicia alucinógena, y me hacía llevar mi mente a cualquier escena donde nunca tuviera que alejarse de mí… Tímidamente dejé a mi boca tomar vida propia, y planté un casto beso en ese lugar…
Me separé un poco para verlo, y no dudó un momento en tomar mi mentón y acercar lentamente su rostro hacia el mío. Abrí mis ojos contemplando como cada segundo las distancias se hacían nulas, hasta que sentí el roce de sus labios con los míos en una tierna caricia que me erizó la piel… A ese toque sublime siguieron más y sentí la ansiedad crecer en mí…
Como leyendo mi mente, su boca atrapó mis labios y comenzó un movimiento, que siendo lento y sedoso, tenía los ribetes exactos para entregarme en él. No era mi primer beso, pero indiscutiblemente, era el más sublime que había recibido… Subí mi mano y acaricié sus cabellos, sintiendo como todo el momento cobraba una energía insospechada…
Su lengua hizo un contacto leve con mis labios, pero tuvo la fuerza necesaria para hacer estragos en mi estómago. Y temerosa entreabrí mis labios para él… La suavidad se convirtió en abrazador, la cercanía en necesidad… Su lengua se abrió paso hacia la mía y lo dejé a voluntad… Era un contacto como pluma, su saliva era adictiva y el sabor que desprendía podía convertirse fácilmente en mi favorito… ¡Esto era demasiado real!
De pronto lo vi abrir sus enormes y expresivos ojos verdes. Esos que con sólo una tenue mirada me hacían olvidar hasta mi nombre y la expresión que vi en ellos me aterrizó. Fue como si hubiese ido al cielo y hubiese regresado en un segundo, estrellándome en la calidez que desprendía su cercanía ¡Dios! ¡No era un sueño!
Despegué mi boca de la de el como si me hubiese quemado y aproveché para pellizcar mi piel con mis brazos cruzados tras su cabeza…
- ¡Auch!.- exclamé y el me miró asustado. Quité mis brazos rápidamente de su cuello
- ¿Qué pasa? ¿Te hice daño?.- mi cara se volvió un tomate maduro
- ¡Dios!.- susurré y comencé a apartarme.- Esto… esto no es un sueño ¿Verdad?.- cuestioné con mi corazón latiendo desbocado del terror. El sólo sonrió
´- No Bella, esto no es un sueño…
- Santa Madre.- murmuré con pánico
- Bella…-
- ¡Ay, no! ¡No!.- grité para que no siguiera avanzando hacia mí de nuevo.- Que vergüenza.- gemí
Nunca antes me había movido tan rápido, pero desaparecí de su despacho como un torrente y corrí al refugio de mi cuarto. Cerré la puerta de golpe y apoye mi espalda contra ella, llevé mi mano a mi pecho y parecía como si pudiese tomar el corazón con mi mano de tan violentos latidos que daba ¡Cielos! ¡No era un sueño! Una sonrisa nerviosa se dibujo en mi rostro y corrí para lanzarme en mi cama y amortiguar los gritos en mi almohada
…
Miré el reloj. Seis de la mañana en punto y yo no había pegado ojo en toda la noche ¡Dios! Aun miles de mariposas revoloteaban en mi estómago, parecía como si hubiesen hecho de ese lugar, su hogar preferido… ¿Cuántas veces volví a rememorar lo sucedido con Edward? Había perdido la cuenta en la vez número 30 o algo así…
Me levanté y me di una ducha, mi mente no procesaba absolutamente nada más que él y su contacto. Era como si todo lo demás se hubiese bloqueado y no podía evitar gemir cuando recordaba mi genial comportamiento infantil. Había salido corriendo como una demente y lo había dejado allí, pensando quizás que cosa… Hoy se había comprometido a acompañarme, pero ¡No! Necesitaba ir sola…
En realidad lo que necesitaba era un profundo horificio en el suelo y enterrar mi cabeza allí hasta saber qué pasaría ahora ¿Cómo reaccionaría? ¿Estaría arrepentido? ¿Cómo me saludaría? ¿Me hablaría? ¡Ugh! Miles de preguntas y sin ninguna respuesta. Sabia que tarde o temprano tendría que afrontarlo, pero por ahora bajaba sin hacer el menor ruido las escaleras para dirigirme a la realización de mis exámenes.
Agradecía que el no fuera un ser sobrenatural, porque de seguro mis latidos lo hubieran alertado… Llegué a la puerta y la abrí silenciosamente, así mismo la cerré… Apoyé mi frente en ella, feliz de haber logrado mi objetivo y expulsé todo el aire de un golpe…
- Pensé que tendría que ir a despertarte.- salté en mi lugar y di un grito ahogado cuando lo escuché tras de mí.
Me voltee lentamente y allí estaba él con su auto listo para partir. Había dejado de ser el siempre elegante arquitecto para lucir unos pantalones desgastados y una polera totalmente informal… ¡Jesús! ¡Lánzame un rayo y mátame ahora mismo! Pedí para mis adentros…
- Bella. Es el mundo real y si no nos damos prisa, llegaremos tarde a tus exámenes.- rió y se acercó a mí
Tomó mi mano y me encaminó a la puerta del copiloto. Había dicho durante la noche que no volvería a quedarme muda y reaccionaría de forma madura, pero… ¡No podía!... Abrió su puerta y antes de subir me sujetó
- Buenos días.- susurró y dejó un beso en mis labios ¡En mis labios!
- B-bue… Buenos días.- respondí tontamente y me tiré en el asiento prácticamente
- ¿Cómo amaneciste?.- consultó una vez que íbamos de camino
- Bien.- fue mi única respuesta. Me aventuré a verlo y sus ojos estaban igual a los míos. Parecía como si no hubiese dormido.- ¿Y tú?
- Mejor que nunca, pero no he dormido mucho.- contestó sonriendo
- Ah.- musité y me voltee para mirar las calles. Sentí un toque cálido en mi mano y di un respingo. El tomó la mía y la dejó descansar en la palanca de cambios bajo la suya
- ¿Nerviosa?.- inquirió y no supe a qué se refería
Si era en relación a sacarme sangre y esas cosas, un día atrás le hubiese respondido que aterrada a ver agujas y aparatos médicos, pero hoy… Eso me tenía sin cuidado. Era él quien me tenía de los nervios, pero no podía llegar y decirle eso...
- Un poco.- decidí equiparar mi contestación a los dos hechos. Quedaba en mitad
- Saldrá todo bien.- me aseguró.- Tengo planes mientras están tus resultados y vas con el médico. Te los entrega hoy mismo ¿Verdad?
- Por la tarde.- era una autómata
- Bien. Entonces tenemos suficiente tiempo para hacer algunas cosas.- llevó mi mano a su boca y dio un beso en el dorso ¡Morí!
Al llegar al lugar me di cuenta que había respondido todo el camino con monosílabos, parecía una verdadera sosa. Me preguntaba qué planes tendría y la verdad estaba por decirle que debía quedarme encerrada en la consulta del doctor todo el día. Mis nervios colapsarían de un momento a otro… El actuaba normal ¡Demasiado normal! Era como si… como si fuéramos una pareja ¡Pareja!
La recepcionista que atendía en el lugar donde tuve que acudir se lo comía con la mirada y me sentí peor ¿Qué hacía yo con él? Me indicó que entrara a una sala y le sonrió a él, quise arrancarle la aguja de su mano y ensartarla en su cuello… Pero antes que me convirtiera en una asesina, él tomó mi cara y me dio otro beso antes de entrar…
Estuve por creer que la mujer haría mis pensamientos reales y ensartaría ella esa temible aguja en mi cuello…
Durante las largas horas que pasé de aquí para allá con los diversos exámenes, la rutina fue la misma. El me dejaba en la puerta de cada sala y se despedía con un beso. A la hora ya me estaba acostumbrando que hiciera eso… y en repetidas ocasiones me encontré siendo yo quien estiraba mis labios para recibir su premio…
Ni siquiera fui conciente de todo lo que me hicieron en cada habitación… Y menos cuando me informaron que por el carácter de urgente, los exámenes estarían todos para unas cuantas horas más y el doctor me atendería inmediatamente…
- Tenemos exactamente 6 horas, antes que debas volver.- calculó el cuando estábamos nuevamente en su auto
- Ajá.- murmuré.- ¿Dónde vamos?.- hablé por primera algo más. Al ver que no tomábamos el camino a casa
- Quiero ir a comprar algunas cosas y tu vas a acompañarme.- me guiñó
- ¿Qué cosas?.- seguí mi interrogatorio
- Ya lo verás.- tomó mi mano nuevamente y le dio un leve mordisco.- No seas impaciente.- terminó cuando ya veía que me desmayaba
…
Pasé mi mano por los diversos instrumentos musicales que había en la tienda. Edward estaba totalmente cautivado observando y consultando cada detalle de un elegante y moderno piano. Me quedé pegada viéndolo durante un buen tiempo… Quizás solo eran ideas mías, pero jamás lo había visto reír de esa forma y en un comportamiento tan relajado… Es como si por primera vez lo viera a él de verdad…
- ¿Te gusta?.- me sacó de mis pensamientos
- Si, es muy bonito.- aprecié el piano que me mostraba
- Esta será mi nueva adquisición.- sonrió orgulloso
- No sabía que te gustara tocar piano.- comenté sorprendida
- Siempre me gustó y cuando estaba de tu porte practicaba.- bromeó
- Ja.- solté irónica. Al lado de él cualquiera era pequeña.- ¿Y por qué nunca antes lo compraste?.- su cara denotó incomodidad por mi pregunta
- No lo sé.- se encogió de hombros, pero no tuvo que decir el nombre para saber la verdadera respuesta, Tanya.- ¿Y tú? ¿Prácticas algún instrumento?.- me señaló el lugar
- Solía tocar guitarra.- comenté recordando años pasados.- Pero nunca me salió muy bien
- Y según tu criterio ¿Cuál de todas las que hay aquí es más apetecible?
- No lo sé.- miré en todas direcciones hasta que vi una hermosa.- ¡Esa!.- apunté
- Bien. Me llevo este y ésa.- le ordenó al dependiente y me lancé encima de él
- ¡No! ¿Qué estás haciendo?.- dije frenética.- Edward sólo dije que era bonita, nada más ¡No puedes llegar y llevarla!
- Objeción. Puedo y la voy a llevar
- Pero…
- Si no llevo esa guitarra, no compraré el piano que ha sido mi sueño desde que tenía memoria y me sentiré frustrado el resto de mi vida.
- Eso es chantaje.- lo acusé
- No. Esto es chantaje.- me rebatió y se acercó peligrosamente hasta mí.- Voy a besarte en cada lugar y rincón donde estemos para que veas que no es un sueño y es real si sigues intentando hacer como que nada ha pasado- me quedé sin palabras
Me dio un rápido beso y se alejó con la sonrisa pegada al rostro… Me giré hacia el otro lado con mi cara encendida al máximo y una señora que trabajaba también en la tienda me veía de forma risueña
- Un novio muy cariñoso.- expresó y no supe donde meterme
- Eh, si…- bisbisee ¿Cómo le decía que él no era mi novio? Preferí callarme, además... se escuchaba bien
- No hay muchos como él.- señaló con seriedad.- Así que debería ser más amorosa. Y no lo tome a mal, pero le brillan los ojitos cuando usted está cerca
- ¿De verdad?.- mi pregunta resonó ansiosa
- Por supuesto. Siga mi consejo.- terminó para pasar por mi lado y darme un leve apretón en mi brazo
- ¿Nos vamos? Esta todo listo, esta semana llegarán las cosas a casa.- informó. Asentí y temblorosa fui yo esta vez la que acerqué mi mano a la suya
- Me alegro.- sonreí nerviosa. Sus dedos se entrelazaron con los míos y me miró como siempre lo esperé
- Yo más.- concluyó
…
Nos sentamos a esperar que el Doctor me llamara. Edward estaba enviando y respondiendo algunos mail por su moderno teléfono y con su otra mano no soltaba la mía. La unión de ellas me tenía en otro planeta. Era como si me hubiera despertado y me dijeran que estaba en otro lugar… A cada momento sentía ganas enormes de ponerme a llorar, pero es que era tanta la felicidad que tenía…
No terminaba de creerme que esto estuviera pasando…
- ¿Señorita Swan?.- levanté mi cabeza cuando la secretaria me llamó.- El Doctor la está esperando.- asentí y me levanté
- Te estaré esperando.- me indicó Edward
- Está bien.- compartimos otro beso y me encaminé hacia el despacho. A cada momento que pasaba esto tomaba más fuerzas en mí
- ¿Bella?.- llamó él nuevamente y se acercó a mí.- El Doctor te dirá todo ahora, pero… Quiero que tomes las decisiones por ti, que nada más influya ¿Ok?.- asentí.- Te quiero así, y sólo ahora lo he comprendido. No pienses en nadie más a la hora de tomar la decisión final.- murmuró cohibído
- Yo también te quiero.- dije desde mi corazón por sus palabras… ¡Verguenza y rojo no tardaron en aparecer!
El doctor revisó todos mis exámenes en mi presencia. Yo solo estaba ahí analizando las palabras de Edward. Puse en una balanza todas las cosas… Mi sobrepeso nunca había sido un problema para mí desde que lo comencé a tener. No era una mujer delgada y tampoco era una obesidad extrema… Nunca había tenido problemas con mi ropa, tan sólo una talla más que la media…
Sin embargo, mis cicatrices eran otra cosa. Nunca podía usar ropas con escote para que no fueran visibles… Y más de alguna vez había ansiado usar algo que no tuviera que cubrirme el cuello, que era donde se podían notar algunas… Y la respuesta llegó a mi… El decía quererme, y si todo lo vivido hoy era real y había pasado así… No tendría por qué variar con un bisturí más o menos…
- Bien. Los exámenes están en total normalidad Bella. Así que solamente quedaría programar una hora y fecha adecuada para la intervención ¿Te parece que sea el lunes subsiguiente? Yo tendría todo listo y estaríamos a buena fecha para que el tratamiento tome los días que requiere y luego te vuelvas a intervenir finalmente.
- Usted dirá… Aunque quisiera… Ehm... No quiero realizarme toda la operación
- Entiendo ¿Qué es lo que realmente deseas hacer y cuales no?.- cuestionó tomando nota
- Quiero quitarme mis marcas, pero… no deseo intervenirme para… lo de mi gordura
- Yo no hablaría de gordura propiamente tal Bella.- me contradijo.- Sólo hay exceso de grasa en algunos lugares de tu cuerpo, y eso perfectamente puede tratarse naturalmente. Llevando una dieta adecuada… Podrías llegar a tener peso normal a la media… Así que es tu decisión…
Eso lo tenía claro. Mi cuerpo ya se había desarrollado de una manera tal. No era como si mis huesos se fueran a recoger totalmente y me convirtiera en una súper modelo. Pero me sentía bien así… Nunca puse en entredicho el tema de la sensualidad. Había aprendido que eso no se llevaba según tú talla; sino según tu forma de verte… Yo podía ser sensual para él con kilos de más o kilos de menos…
El estaba aceptándome así, y eso era lo que yo quería. No quería tener que convertirme en una Tanya II para que a sus ojos fuera hermosa. Quería serlo por mí, como yo y sin variantes…
- No lo voy hacer.- dije al fin, cuando salí de mi revelación
- ¿Estás segura?.- me miró ladeando su cabeza
- Como nunca antes.- asentí
- Bien, creo que estamos esclarecidos entonces.- afirmó sentenciando.- Pero… ¿Podría saber el motivo final?
- Necesito enseñarle a amar a alguien.- me miró como si estuviese loca
- ¿Perdón?
- Usted no lo comprenderá, pero necesito que alguien aprenda que el amor no se mide por lo externo… Si fallo en mi cometido, entonces entenderé que la equivocada soy yo
- Realmente admiro tu valor.- sonreí y salí de allí
Caminé directo a la secretaria para darle los papeles que el Doctor me había entregado. Ella los observó y de seguro se asombró cuando la intervención que había rechazado estaba tachada, pero sólo levantó su cabeza y me sonrió… Me dio la hora, fecha y todo cuanto necesitaba saber para estar lista para ese día…
- Estoy lista.- dije parándome delante de Edward
- ¿Totalmente?.- preguntó mirándome minuciosamente
- Como nunca antes.- sonreí
…
Ed.-
...
Cuando había salido corriendo de allí, no pude más que reírme como idiota. Por su actitud y la mía. Me había sentido estúpido cuando ella no había respondido por primera vez el beso que le había dado, pero cuando pensó y aseguraba que era un sueño… Fue totalmente extraño y tranquilizador, sobre todo oír lo que quería de sus labios…
Había dado vueltas en mi cama toda la noche. Antes de acostarme había querido tocar su puerta y conversar con ella sobre todo, pero había desistido al recordar su cara encendida y su huída magistral… Las horas que pasé despierto me sirvieron para tomar mis decisiones de la mejor manera.
Si al día siguiente actuaba como si nada hubiera pasado, estaba seguro que ella se sentiría usada y engañada. Pensaría que todo había sido un juego y que ahora estaba arrepentido, y eso no podía ser más errado. No me arrepentía de nada, incluso de todos los errores cometidos antes, porque cada uno de ellos me hacía converger en ella… Y ella era la única perfección que tenía en mi vida, junto a mi familia y amigos. Lo único que realmente valía la pena…
Así que las cartas estabas echadas. El primer y decisivo paso estaba dado y no había vueltas atrás, y tampoco lo quería… Yo era el mayor en esto y como tal actuaría a esa altura… Me imaginaba y no estuve mal, que ella intentaría evitarme por todos los medios. Y lo corroboré cuando quise adelantarme y tener todo listo para acompañarla. Ella estaba saliendo como una delincuente que acababa de cometer alguna fechoría, quise reírme pero me contuve
Ella no se lo esperó y yo sólo actué. Mentiría si dijera que no estaba hecho un mar de nervios por dentro, pero sabía que si no era yo quien daba los siguientes pasos... ella simplemente procedería como si todo siguiera siendo un sueño o su imaginación. Así que la besé, en repetidas ocasiones y con diferentes matices, la besé. Tomé su mano y no la solté, quería que entendiera que esto estaba pasando…
La idea del piano me venía dando vueltas hacia tiempo. Siempre había querido tener uno, pero a ella, no le gustaba y decía que era una compra innecesaria. Y yo, como el monigote que era, siempre me hice relegar a sus deseos. Pero ahora todo era distinto, más cuando la vi compartir conmigo su entusiasmo por mis intereses, disfrutar de mi estado febril por tener uno en casa… Y acompañé la idea con algo que fuera para ella y pudiéramos compartirlo juntos… Me sentía como un niño… Más cuando ella con timidez tomó mi mano por decisión propia… Era otro universo alterno…
Sabía que todo tenía que ir lento, pero era demasiado difícil cuando sentía que el Edward que había habitado este mundo por varios años pasados, no era el que se presentaba ahora… Tenía la tonta sensación de haber pasado en una caja de cristal mucho tiempo, sin poder tocar y hacer nada por mí. Solo dejándome llevar y guiar por alguien más.
O quizás no era tan tonta y en realidad había sido así…
Las palabras que le dije antes que entrara a la consulta, nunca habían tenido tanta fuerza como ahora, en aquel momento. Pasar el día en su compañía me hacía ver que no necesitaba cambios para estar bien… ¡Era ella! ¡Tal cual! Como la quería y ese sentimiento se solidificaba con cada roce de ella… Una electricidad, vuelcos de estómago, nervios y sonrisas tontas que había olvidado. Me hacían entender que con lo que estaba el presente, era lo que quería estar…
…
- ¡¿Te tomarás vacaciones?.- gritó Emmett cuando lo comuniqué
- Así es. Tengo que hacer algunas cosas desde la próxima semana.- respondí
- ¿Y se puede saber o es secreto profesional?.- fue el turno de Jacob
- Bella va a operarse.- hablé luego de unos minutos. Los dos me observaron como si me hubiese salido un tercer ojo
- ¡Yaaaa!.- señaló Emmett sin saber qué decir.- Espera… Entiendo todo lo que nos explicaste la otra vez. Acerca de ese proyecto que estamos beneficiando y Alice, pero… ¿Qué tienen que ver tus vacaciones con la operación de Bella?
- Eso mismo quisiera saber yo.- planteó Jacob. Y los dos quedaron expectantes. Decidí que era hora de hablar
- Ella va a necesitar cuidado y yo se los daré. Además de ciertas curaciones que tendrá que hacerse, contraté una enfermera por el tiempo que lo requiera…- los dos me miraban intrigados.- Bella… Ella y yo…
- ¿Ella y tu qué Edward?.- el tono de voz de Emmett era serio
- Estamos saliendo.- solté de golpe. A ambos se les desencajó la mandíbula
- Muérdeme el trasero.- fue la exclamación de Em con los ojos como plato
- Creo que no escuché bien…- Jacob se paró y comenzó a pasearse.- Tu y ella saliendo… Saliendo ¿Cómo? Quiero decir, hay muchas formas de salir… Y ese término se adjudica a adolescentes. Tu eres un hombre mayor, así que no comprendo…
- Mierda.- dije frustrado y pasé mi mano ansiosamente por mi rostro
- Mierda que sí.- dijo Emmett.- ¿Qué es lo que estás haciendo con Bella? Y empieza a hablar antes que te despelleje hasta el último lugar de tu lindo cuerpo Cullen
- ¿Y eso por qué?.- pregunté molesto
- Porque la haz tratado con la punta de tu caro y puto zapato. Te reíste de ella junto a tu ex noviecita, esa arpía con título, cuantas veces quisiste y fuiste un jodido imbécil de mierda todo este tiempo.- exclamó el doble de molesto que yo
- Eso ya fue.- corté y fue mi turno de ponerme en pié.- Se que fui un imbécil
- Eso, es quedarse cortó.- me interrumpió nuevamente
- Déjalo que hable Emmett.- terció Jacob.- Habla Edward
- Se que todo lo que me dicen fue así. No voy a negarlo… Pero las cosas cambiaron…
- ¿Cuándo?.- apremió Emmett
- Ni siquiera yo lo sé. Solamente me vi un día… necesitándole más que a nada… No puedo decirle cosas exactas porque no lo sé, pero… Me gusta, me gusta estar con ella, conversar, besarla….- susurré al final
- ¡¿Besarla?.- gritaron ambos
- ¡Si! ¡De acuerdo! Estamos saliendo y cuando me refiero a eso es como a cuando sale un hombre y una mujer…-
- ¿Estás hablando en serio Edward?.- cuestionó cauteloso Jake
- Es la verdad.- dije simplemente. Y Emmett se levantó como un cohete de su asiento para acorralarme contra la pared.
- ¡Júrame que no estás jugando con ella! ¡Y más te vale ser sincero, porque soy capaz de castrarte aquí mismo!.- amenazó
- ¡¿Qué carajo te pasa?.- le grité intentando soltarme de su agarre, pero el idiota era más fuerte que yo
- ¡Que Bella no es como la tarada de Tanya!.- bramó él mas fuerte.- ¡Y te conozco lo suficiente para saber que tu eras igual que esa zorra hace un tiempo atrás!
- ¡No estoy mintiendo!
- Chicos, basta.- pidió Jake, pero Emmett afianzó su agarre
- ¡Habla!.- ordenó en un gruñido.- ¡Porque no voy a dejar que juegues con ella! Se ha ganado mi cariño, es como la hermana que jamás tuve y no me va a temblar la mano para partirte la cara de marica que tienes. Ni siquiera los años de amistad.
- Entonces puedes guardar tus puños. Estoy con Bella y no estoy jugando. Yo la quiero, quizás enamorado aun no esté… Pero no es como con Tanya y ella por supuesto no es Tanya y nunca lo será.- hablé sin buscar aire y él me soltó
Emmett caminó hacia el ventanal y se quedó allí. Jacob aun estaba meditando todas mis palabras y mantenía su vista fija en el suelo… Se sentía bien decirlo, y aunque pareciera un gilipollas, estaba riendo a pesar del trancazo que Emmett me había dado en la espalda con la pared…
- Me alegro por ti Edward.- habló de repente Jacob y sonrió por primera vez
- Yo también.- ambos volteamos a verlo. Se giró lentamente hacia mí.- No me alegro por ella, porque si yo fuera mujer jamás me hubiera fijado en ti.- bromeó
- Yo menos.- lo secundó Jake con burla y asco en su cara
- Gracias.- dije entendiendo que ellos aprobaban esto y creían en mis palabras
- Pero te lo advierto. A la primera que cometas una burrada, esta vez no será la pared la que te sostenga. Porque juro que aventaré tu trasero por esa ventana
- Estoy seguro que conservaré mi trasero por muchos años.- reí con ellos
- Bueno, creo que el que vuelvas a ser una persona normal, amerita una celebración ¿No?.- propuso Jake
- Me sumo. Eras bastante jodido hace un tiempo atrás Eddie.- puso voz chillona Emmett
- Bien, vamos…
Mientras nos dirigíamos al local, tomé mi móvil y marqué su número… Estos días pasados había sido igual, la llamaba a la oportunidad que tenía. Realmente me parecía un adolescente en su primera cita.
- ¿Hola?
- Hola ¿Cómo estas?.- sonreí cuando la escuhé suspirar
- Ahora bien.- dijo tímidamente
- ¿Ahora? ¿Y eso?.- jugué con ella
- Bueno… pues… porque…- comenzó a tartamudear
- Bella cuando quieras hablar conmigo, tan solo tienes que marcar mi número.- escuché su risa
- Está bien.- volvió a suspirar.- ¿Llegarás pronto? Pasa que un compañero de Universidad me pidió ayuda en unas materias y le dije que viniera ¿Te molesta?.- me tensé ante la mención de un compañero y estuve a punto de girar en la próxima esquina y dirigirme a casa
- ¿Quién?.- mi voz salió más dura de lo que quería y ella tardó en hablar
- No te preocupes, yo… bueno, puedo enseñarle en la… y…
- No me molesta Bella. Sólo quiero…
- Es Christian.- señaló. Su sólo nombre me relajó.- Pensé en ir a su casa, pero… Quería verte cuando llegaras… Y… por eso lo… invité acá.- terminó susurrando y casi me puse a saltar como mi sobrina por sus palabras
- Iré a tomar algo con Emmett y Jacob, pero estaré de regreso pronto… Yo también quiero verte…- suspiré.- El día se me ha hecho eterno…
- Entonces aquí te veré.- juraría que su cara estaba rojo escarlata.- Te quiero
- Yo igual.- corté riendo como poseso
El lugar al que tuvo la genial idea de asistir Emmett, era un total caos. Estaba absolutamente repleto, pero era lo que él quería… Estaba en su gloria al ver tantas chicas por todos lados. Así que mientras con Jake ocupábamos del tiempo para hablar de Bella y Leah, el se dedicaba a catar lo que allí había
- ¿Edward?.- preguntó alguien detrás de mí. Me voltee y Rose estaba allí
- Hola Rose ¿Qué haces aquí?.- me paré y la saludé
- Vine con unos compañeros de universidad, pero ya nos íbamos.- noté como su mirada se pasó en mi mesa
- Ellos son Jacob y Emmett. Unos compañeros de trabajo.- no me pasó desapercibida la amplia sonrisa de mi compañero.- Chicos, ella es Rose. La hermana de Jasper
- Un gusto.- saludó ella
- Igualmente.- lo hizo Jake
- Santa mierda.- susurró Emmett
- ¿Perdón?.- inquirió Rose y quise golpear a Em por su pelotudez
- Eh… Este… Un gusto enorme conocerte Rose.- pronunció su nombre como una maravilla
- ¿Te irás con algún compañero?.- pregunté. Era tarde y peligroso para que anduviera sola por ahí
- No. Voy a tomar el autobús aquí cerca.
- Si quieres…- un vozarrón y una patada por debajo de la mesa me hizo callarme
- Yo te llevo.- se levantó de un salto Em.- Justo tengo que terminar unos trabajos y ya es tarde ¡Cielo santo!.- exclamó dramáticamente mirando su reloj.- A esta hora prácticamente estoy desvelándome. Te llevo
- Ehm, está bien.- señaló extrañada Rose y se despidió de todos
- ¡Tú!.- tomé a Emmett antes que saliera como perro tras de ella.- Es la hermana de Jasper, y si le haces algo. Será tu trasero el que quedará estampado en el ventanal o fuera de él
- Mi trasero quedará en mejor lugar que ese.- palmeó mi hombro.- Y eternamente, lo juro.- y salió corriendo de allí
- Otra más a la lista.- murmuré
- No.- rebatió Jake.- Apostaría que esta no. Es la hermana de Jasper, familiar tuyo. Emmett sabe donde jugar y donde no le conviene
- Eso espero
…
Estuvimos un par de horas más en el local y luego nos retiramos. Estaba llegando cuando el mismo auto que había visto el día en que Tanya había estado aquí, se encontraba estacionándose frente a mi casa. Aceleré y estacioné tras de él, bajando como poseído del mismo.
- ¿Puedo ayudarte en algo?.- dije una vez al lado del tipo. Quería pensar que sólo había sido coincidencia y que Bella no lo había llamado
- Si ¿Estará Isabella? La llamé, pero no respondió y necesito hablar con ella.- mis músculos se relajaron. Había llegado sin invitación
- Ella está ocupada.- solté
- Ehh... Vienes llegando recién. Sería amable de tu parte si entras y lo compruebas antes de responderme.- su tono fue amable, pero detrás había molestia
- No tengo que entrar para saberlo.- dije tajante
- Ok. Me atrevo a intuir que tenemos un problema de comunicación y posesividad elocuente.- se tomó la barbilla y sonrió irónico.- Necesito hablar con Bella por las buenas o por las malas. Tú elijes…
...
Continuará...
¡Yaaa! Aquí está el capítulo ¡Eh, eh, eh! =) Estaba en shock, Bella estaba en shock ¿Y quién no? jaja pero lo importante esq mi hermosoooo Edyy la empezo a ayudar para q se diera cuenta q no era un sueñooo waaaaa diganmee akazo edyy no es bello? jajajaja iaaaa xikassss espero q les aia gustado el capi d hoy aunq tengo una mala notica q darles.. buuu sorri chikas pero durante este fin d semana no podre entrar al msn por motivos netamentes familiares asi q no podre actualizarlo ni el sabado, domingo i qizaz tampoko el lunes perooo les prometo q si puedo el lunes aktualizo zii?? porfisss no se desesperennn aguantense un pokitoo el proximo capi tambien estara superr eso se los puedo asegurar pero no hay duda jaja q este xcapi d hoy es mi faporito... bnoo uno d mis faporitos ♥ jejeje byee las kierooo i ia zabenn...
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