“Esto no está sucediendo, no, esto no está pasando….” Me gritaba en mi fuero interno mientras intentaba luchar con la obscuridad que me rodeaba completamente, tenía que salir de ahí… a como diera lugar… aunque muy dentro sentía que aquí nada me podía lastimar… era como estar en un duermevela tranquilo y sin dolor… solo escuchaba susurros alrededor mio pero no les encontraba el significado… aunque sabía perfectamente bien que esto no sería lo suficiente como para escapar de lo que me esperaba.
Abrí mis ojos lenta y cautelosamente no queriendo encontrarme con la realidad y me encontré con cuatro caras de ángeles que me rodeaban observándome con los seños fruncidos y todo tipo de expresiones, alivio, enojo, ira, dolor… en fin. Rose, Alice, Jazz y Em me veían desde arriba como dioses griegos viendo desde el Olimpo y dejaron escapar un suspiro de alivio cuando vieron mis ojos abiertos. Un fuerte dolor de cabeza me pego, inconscientemente me lleve las manos a las sienes y empecé a masajeármelas.
-¿Qué sucedió?-Dije con voz pastosa.
-Te desmayaste- Contesto la vocecita de soprano de Alice mientras me veía preocupada.
-¿Hug?- Pregunte con cara de incredulidad.
-Si Bells, te desmayaste cuando viste a… bueno tu sabes a quien...- Dijo Jazz mientras me mandaba olas de tranquilidad.
En ese instante todos los recuerdos me volvieron a la mente como gotas de lluvia cuando caen. Todos al mismo tiempo. Recordé el haberme desplomado y los grandes brazos de Emmet rodearme para que no me pegase con el piso, recordé los ojos preocupados de Edward al verme, los gruñidos que salían de su boca cuando Emmet le dijo que se hiciera a un lado y el sollozo sofocado que salió de la garganta de Esme, por ultimo recordé los siseos y movimientos bruscos de Jazz y Rose al quitar a Edward de el camino para que me pudieran llevar a su habitación. Temblé ante el recuerdo y el dolor de cabeza se hizo más fuerte.
-¡¡¡Hermanita!!!... ¿Ya te sientes mejor?- Chillo Emmet como un niño pequeño.
-Si, creo que si- Murmure aun aturdida por los recuerdos vagos que me venían a la mente… pero el que más me golpeaba eran los ojos de Edward sobre mi… recordaba bien esa expresión. Era la expresión que tenía cuando me encontró en el salón de espejos donde James estaba a punto de matarme. Otro escalofrió me recorrió el cuerpo y un vacio se fue apoderando de mi… o más que vacio era el sentimiento de mis ilusiones muertas que gritaban inconscientemente por ser despertadas.
Sacudí la cabeza un par de veces, estos malditos pensamientos me los tenía que sacar, el dolor en mi pecho se volvía insoportable… me encontré a mi misma pidiéndole a dios que me volviera a dejar caer en los brazos de Morfeo… aunque aun así siguiera sintiendo… pero ya no tanto, como si fuera una medicina que calmaba el dolor… mas nunca lo quitaba.
-Bella- Murmuro Rose sacándome de mi cabeza.
-¿Si Rose?- Enfoque mi mirada en ella.
-Necesitamos hablar contigo- Dijo con el ceño fruncido.
-Claro- La duda se apodero de mi cuerpo roto… ¿De que querrían hablar conmigo? ¿Sera algo malo? ¿Tendrá que ver con el – Me había prometido mentalmente no decir su nombre- o con Tanya?
Levante mi cabeza y me senté con los pies cruzados en la cama mientras sentía que todo me daba vueltas. Emmet se sentó a mi lado izquierdo pasándome un brazo por los hombros, Alice se sentó a mi lado derecho y Jazz y Rose frente a mí.
-Bella- Comenzó Rose viéndome con una extraña expresión en la cara que no supe descifrar- Tienes que dejarlo ir.
Ipso facto me congele… sabía perfectamente a quien se referían y mi pecho también… ya que el dolor comenzó subir y bajar por todo el cuerpo dejándome sin aire.
-Bella, esto no es sano para ti- Añadió Jazz que me veía con ojos impacientes- El no va a cambiar de opinión y solo te esta lastimando.
Una gota de sudor me surco la nuca, esta era la plática que yo no quería tener… con nadie… sabía perfectamente lo que me iban a decir… pero yo no lo quería escuchar, más que nada no lo quería aceptar “Edward es diferente… el es diferente… el no ha hecho nada NADA!!!”… intente levantar las manos para taparme las orejas, pero el brazo de Emmet no me dejaba… me dio la impresión de que el sabía perfectamente lo que iba a hacer y por eso no me dejaba moverme.
-Hermanita… por favor… el solo te hace daño… ya no soportamos verte así… no podemos… no a ti- Murmuro Emmet con voz enojada… jamás en mi vida lo había visto así, con los ojos entrecerrados y las comisuras de su boca levantadas dejando ver sus dientes… se veía realmente como un… vampiro.
Mi mente comenzó a comprender sus palabras… aunque su significado no me dijese nada… podrían decirme lo que quisieran… pero yo sabía perfectamente que nunca lo olvidaría “nunca te olvidare… nunca amor… nunca” una vocecita me susurraba desde el fondo de mi cabeza. Y aunque yo supiese que eso estuviera mal… tenía miedo… una parte de mi no quería dejar ir a Edward, aunque supiese que eso significara ser infeliz por el resto de mi vida.
-Bella- Alice tomo mi cara con sus dos manitas frías y me obligo a mirarla- Esto te está destrozando… y si no lo dejas ir… pronto será demasiado tarde. Ve lo que hiciste, huiste hasta Phoenix, dejaste a Charlie en el hospital, estas más delgada que nunca porque no has probado ni un solo bocado… ¿Es que enserio piensas estar así toda tu vida? ¿A la espera de que Edward regrese y te diga que te ama?... no puedes seguir así Bells.- Dijo con un tono maternal.
No podía articular ni una sola palabra… el dolor que tenia internamente me bloqueo todo lo físico… sabia que lo que me estaban diciendo era la verdad, sabía que yo no podía seguir así… pero algo me detenía… aunque realmente no sabía que era.
-No puedo…, El es mi vida- Murmure bajando la mirada con los ojos llenos de lagrimas y el dolor en el corazón.
-Bella- Rose me hablo con voz firme- Mírame Bella- dijo con un tono que no se podía ignorar, así que subí mis ojos bañados en lagrimas y me la encontré cerca de mí, tomo mi cara con sus dos manos y me vio a los ojos con expresión demandante- Tu eres fuerte, Dios, no sé cómo has soportado todo esto. Y por eso eres lo suficientemente inteligente para hacer lo que es correcto, así que escúchame bien- Dio un largo suspiro pero sin soltarme ni dejar de observarme- Deja a Edward, deja que haga su vida… tu y el ya no están juntos y te estás aferrando a una idea que no va a suceder. El ya escogió su camino, y me duele decirte esto, pero no lo va a cambiar… así que solo déjalo ir.
No fui capaz de decir ni media palabra porque los sollozos salían por mi boca como aire… “No lo va a cambiar… su camino… no lo va a cambiar por ti” las palabras seguían retumbando en mi mente como tambores, sabía perfectamente eso… lo sabía desde un principio, desde que lo vi en la escuela hace ya algunas semanas, lo sabía, solo que no había sido lo suficientemente fuerte como para pensarlo.
Y ahí en medio de esos bellos ángeles fue cuando todas las conjeturas que me había formado en la cabeza de un posible cariño de Edward hacia mí se desmoronaron. Nada era real… todo había sido una pantalla, una maldita pantalla… y sabia que yo había sido la culpable por haberme dejado llevar. Edward solo me había besado porque era egoísta, porque no quería verme feliz, porque sabía perfectamente que Anthony podría ser mi salvavidas. Él lo sabía… y eso le enojaba. Lo sabía desde el primer momento en que vio al chico en la clase de lengua…
Este pensamiento hizo que me diera un ataque más fuerte de lagrimas, Emmet me paso los dos brazos y dejo que me recargara en su pecho… llorando más de lo que había llorado hace ya bastante tiempo.
Muchos recuerdos me inundaron la mente, El beso de Edward en la obscuridad… la sensación de felicidad que me había embargado, sus orbes color miel que me observaban con diferentes sentimientos que me confundían, recordé aquella noche en el lago de su casa… la manera en que se había portado… aquella noche en Phoenix cuando me tomo de la cintura… su roce aun dolía, aun podía sentir el vacio amargo que dejaban sus manos por mi cuerpo.
-Bella- Emmet me murmuro al oído.- Tranquilízate hermanita… yo se que te duele… pero tranquilízate- Decía suavemente… y por extraño que pareciese sus palabras lograron parar un poco las lagrimas que salían por mis ojos, pero no del todo… aun había rastros de el agua salada que corría por mis mejillas.
-Bella- Alice me miraba con ojos avergonzados- Siento mucho haberte traído hoy aquí… no pensé que esto fuera tan fuerte para ti, pero te prometo que en cuanto despiertes iremos a Seattle por Charlie… lo llevaremos a tu casa y no tendrás que regresar aquí… lo siento mucho- Bajo la cabeza en estas últimas palabras.
La observe por largo rato, también vi los rostros de Jazz, Rose y Emmet… todos me veían con preocupación… como si fuera una muñeca de cristal que con cualquier cosa se pudiera romper. Y en todo caso así era, me sentía tan frágil que sentía que hasta el viento en ese instante me podría destrozar con una sola de sus ráfagas.
Tendría que reponerme, lo sabia… por el bien de todos aquellos a quien amaba… incluyendo a Edward, sabía que con mi sufrimiento lo único que hacía era lastimarlo… y eso era algo que no me podía perdonar. Yo no podía lastimar a un ángel… así que aunque me costara la vida intentaría hacer lo mejor por los demás. Aunque muriese en el intento. Lo tenía que hacer.
-Todo va a estar bien- Canturreaba Jazz mientras me mandaba olas y olas de tranquilidad quedando exhausto.
-Bella- Rose llamo mi atención- Prométenos que lo vas a intentar por favor.- Vi en sus ojos que en verdad quería que yo me repusiera… que en verdad se preocupaba por mí. Así que tuve que prometerlo, no quedaban más opciones.
-Lo prometo- Murmure hundiendo mas mi cabeza en el hombro de Emmet y cerré mis ojos para intentar dormirme.
Todo se quedo en silencio… un silencio muy largo, solo se escuchaba de fondo el latir rápido de mi corazón. Los pensamientos que tanto había encerrado en un cajón en mi cerebro se liberaron. ¿Cómo superaría a Edward? ¿Cómo sobreviviría? ¿Edward se pondría contento por esto?... mil y un preguntas rodaban por mi mente como mariposas en verano. Las manos me sudaban y la mandíbula me empezó a temblar al empezar a buscar las respuestas que tanto había evadido…
Las lágrimas salían silenciosas por mis ojos cerrados e hinchados. Las horas parecían eternas en aquella habitación. No quería abrir los ojos, no, aun no. Quería quedarme un poco más dentro de mi mente, aquel lugar donde la única persona que podía lastimarme era yo y mi subconsciente.
Mis recuerdos me inundaron la cabeza… todas las veces que Edward había estado conmigo, los besos que nos habíamos dado, las caricias llenas de sentimientos que habían inundado cada parte de nuestro cuerpo.
No supe en qué momento me quede dormida soñando con cosas lindas y agradables, posibles finales de cuentos de hadas que venían a mi mente donde yo era la princesa y Edward mi príncipe azul… se que sonaba como una soberana tontería… pero por unos escasos momentos me hubiese gustado que así fuera. Princesa y príncipe. Cuentos de hadas, corceles blancos, sapos que hablaban y mariposas de colores que soltaban algún polvo mágico. Por desgracia mi realidad era otra. Una demasiado diferente.
Y aun así en los sueños podía sentir un leve dolor nebuloso que se extendía por mi cuerpo.
Una voz que gritaba mi nombre se escuchaba a lo lejos, “Bella… Bells… despierta” se hacía cada vez más cercana… hasta el punto en que desperté de mi sueño y me encontré aun en los brazos musculosos de Emmet que me observaba con curiosidad.
-Hermanita… estabas hablando en sueños… príncipes y princesas- Intento sofocar su risa en un ataque de tos… pero no lo logro.
-Lo siento…- “y un demonio!!!” Maldije en mi fuero interno, siempre me tenía que pasar lo mismo- ¿Dónde están los demás Emmet?- Pregunte mientras me tallaba los ojos rojos y adoloridos de tanto llorar.
-Rose y Alice han ido abajo por agua y comida para ti- Contesto tranquilamente.
No alcance a contestar cuando alguien entro por la puerta. Me tense al instante y escondí la cara en el hombro de Emmet… pero me tranquilice al instante… solo era Jazz. Una oleada de paz y calma inundo el cuarto… como por arte de magia.
-Hermanita, sé que no es el momento adecuado… pero te queremos preguntar algo- Emmet se puso serio, dio un suspiro y apretó su agarre alrededor mío.- ¿No tienes algo que decirnos a Jasper y a mí?- Sentí el escrutinio detrás de su voz y sus ojos se entrecerraron un poco al igual que los de Jasper que se sentó a un lado mío.
-¿Algo como que Emmet?- Pregunte en un bostezo.
-Algo como – Empezó a imitar mi voz con sarcasmo- “Hermanito, Jasper… me he vuelto novia del idiota de Anthony”- Entrecerró un poco más los ojos y Jasper que se encontraba a un lado mío se tenso.
-Esto… yo…- No sabía por dónde comenzar… sabia que a Jazz y a Em no les caía bien Anthony… así que no supe bien cómo explicarlo- Yo…. Bueno… y un demonio!!!... si Emmet y Jasper soy novia de Anthony- Gruñí un poco divertida por sus expresiones de enojo.
-No nos cae bien- Siseo Jasper a mi lado y yo torcí el gesto.
-Así que, aunque sabemos que está contigo- Dijo Emmet entre dientes- No nos caerá bien- Me apretó un poco mas casi dejándome sin aire- Y tendrá que pasar nuestro interrogatorio ¿De acuerdo?- Dijo con voz firme.
Tuve que utilizar todo mi autocontrol para no reírme en ese momento, así que solo atine a asentir utilizando mi pelo como cortina para que no vieran la sonrisa que jugueteaba en mis labios. Enserio estaban enojados y celosos… como los hermanitos que nunca he tenido. Por extraño que parezca esto me subió un poco mi estado de ánimo, logro calmar un poco mi dolor del pecho… aunque no del todo.
-¿Por qué les cae tan mal?- Cuchichee con cara de incredulidad. No conocía a nadie aparte de ellos dos que les callera mal Anthony. Era una excelente persona.
Emmet abrió la boca, pero en el momento en que iba a contestarme entro Alice y Rose por la puerta y la volvió a cerrar. Le di una mirada para que supiera que esto no se quedaría así, igual a Jasper. Tenía que haber una verdadera razón por la cual lo odiaran. Y yo la tenía que saber.
-Bells- Canturreo Alice danzando hasta mi con una bandeja de comida- Te hemos hecho el desayuno- Frunció el ceño- Aunque no hemos comido en más de 60 años comida humana… presiento que ha quedado muy bien.
-Gracias Alice- Mire la bandeja frente a mi sin mucho apetito- Pero de verdad no tengo hambre- Baje la mirada.
-Isabela Marie Swan… Vas a comer AHORA!!!- Dijo Rose con aquel tono suyo que daba miedo desobedecer.
Negué con la cabeza.
-No tengo hambre… de veras…- Mire por la ventana un momento y se veía que empezaba a aclarar un poco- ¿Qué hora es?- Pregunte mirando a Alice.
-Las 7:30 de la mañana- Acerco un poco la bandeja hacia mi- Así que señorita “Desvió-el-tema” comerás A-HO-RA- separo las palabras como si estuviese diciéndolas a un niño pequeño.
Acepte refunfuñando, a veces Alice podía ser tan… decidida. Picotee mi desayuno, sin saber en sí que engullía… me perdí en mis pensamientos mientras veía fijamente por la ventana… escuchando sin escuchar lo que sucedía a mi alrededor. Escuche que Alice decía algo de ropa, y Rose algo de unos autos… pero al fin y al cabo me perdí, en mi interior mi conciencia gritaba “Lo tienes que olvidar Isabella… por tu bien, por su bien y por el de los demás… lo tienes que olvidar” Y por cada una de esas palabras sentía como si me quitaran una parte de mi interior. Era consciente de lo que sucedería en algunos días… su boda. Pero aun no me podía hacer a la idea de que Edward realmente se fuera a casar con una persona que no fuera yo. El hueco en mi interior se volvió a tensar a causa del dolor que sentía, pero sabía perfectamente que tendría que aprender a lidiar con el… porque ahora si dudaba demasiado que se fuera… ni siquiera aunque pasaran los años. Me terminaría acostumbrando… porque será algo con lo que tendría que vivir día a día… año tras año... hasta que dejase de existir… y aun así dudo que dejara de sentir ese tipo de vacío en mi interior.
La luz de la ventana seguía aclarándose y con ella mi mente se iba despejando cada vez más. Ahora lo veía todo con más claridad… sabía perfectamente lo que tendría que hacer. Aunque no lo quisiese “Es todo por tu bien Isabella… todo por tu bien” me repetía aquella vocecita desde el interior de mi cabeza.
-¿Bella?- Pregunto Alice sacándome de mi ensoñación- Báñate y vámonos, Hoy Charlie sale del hospital- y Diciendo esto me puso de pie me dio un conjunto de ropa limpia y me empujo hacia el baño.
Hoy a Charlie lo daban de alta, sentía como si cada una de esas palabritas tan simples me quitaran uno de los muchos pesos con los que cargaba encima… “Charlie por fin estaría en casa… por fin…”. Una sonrisita de suficiencia se formo en mi cara. Por fin Charlie estaría bien.
Me bañe rápidamente y me cambie… sin darme cuenta en sí que era lo que traía puesto… era una playera negra y unos pantalones de mezclilla demasiado bajos, pero por las prisas no me moleste ni en chistar por la ropa.
Salí pitando del baño hacia el cuarto de Emmet y Rose que era donde Alice me estaba esperando. Me arreglo el cabello y me pinto rápidamente, en una ocasión normal me hubiera negado y refunfuñado durante todo ese lapso, pero mis nervios eran tan grandes por ir por Charlie que deje que jugara a Barbie Bella, de todos modos Alice lo hacía a velocidad inhumana.
Bajamos las escaleras para ir por las chaquetas y fue cuando caí en cuenta…, no había visto a la familia de Denalí ni tampoco a Esme… ¿Dónde se encontrarían?
-Alice- Pregunte dubitativamente- ¿Dónde está Esme?
-Ah…- Dudo un poco pero contesto- Se fue de caza ayer con los de Denalí y con el.
No pregunte más. Era normal que se haya ido con ellos… quiero decir, el –A quien me había negado a pronunciar su nombre por temor a que me rompiera en pedazos- formaría parte de su familia en muy poco tiempo. Gemí internamente ante el dolor de mi pecho.
Emmet, Jazz, Rose y Alice me acompañaron al hospital, íbamos todos en el Jeep de Emmet, cuando subimos a el me extraño no ver el Volvo de el estacionado. Pero mi mente inconscientemente repelo ese pensamiento… me había dicho – o más bien obligado- Internamente a repeler como peste cualquier pensamiento que tuviese que ver con el… aunque era demasiado difícil, ya que toda mi vida giraba alrededor suyo.
El viaje fue callado, cada quien iba inmerso en sus pensamientos… íbamos a una velocidad terrorífica, pero no me sentía de ánimos para ponerme a discutir con Emmet respecto a eso. Iba perdida viendo los manchones de colores que se pintaban en la ventana como cuadros de museos. ¿Sera feliz?.... esa simple pregunta rondaba por mi cabeza desarmando todos mis pensamientos. Esperaba realmente que así lo fuera… él se lo merecía. El se merecía esa oportunidad y esperaba fervientemente que Tanya se la pudiese dar… a comparación de mí que nada mas servía para darle dolores de cabeza. ¿Estará enamorado?... Una pregunta nueva regurgito de mis pensamientos… y digamos que eso era más que obvio… Tanya en si era la mujer que todos quieren… bella tanto como por fuera… como – Me imagino- Por dentro. “Es que enserio Isabella Marie Swan no hay nada atractivo en ti como para retenerlo METETELO EN LA CABEZA DE UNA MALDITA VEZ!!!” me gritaba internamente intentando por todos los medios que esas palabras me quedaran grabadas en toda mi mente y pensamientos.
Escalofríos internos me recorrían el cuerpo una y otra vez haciéndome estremecer por dentro. Amargamente disfrutaba de esta situación, porque mínimo era sentir algo diferente a solo el dolor que me embargaba desde hace ya bastante tiempo
“Tonta, tonta, tonta… Isabella Tonta!!!” me gritaba una de mis mil vocecitas… todas al unisonó eran verdades que por tanto tiempo había intentado evadir. Me pregunte por un momento si esto era lo que sentía Edward al escuchar las mentes de los demás, porque en mi interior había una batalla interna entre diferentes voces. Aunque todas gritasen lo mismo.
Seguía inmersa en la batalla con mis voces interiores hasta que un grito ahogado me saco de mi pensamiento.
Alice… Alice había gritado.
-¿Qué sucede Alice?- Chille tomándola de un brazo ya que estaba a un lado mío.
-Bella… Bella- Empezó a murmurar.
Emmet aparco el Jeep a un lado de la carretera y se giro hacia donde estaba Alice que tenia la mirada perdida… conocía perfectamente esa expresión.
-¿Qué sucede Alice que viste?- Pregunte tensa… sabia que esa visión tenía que ver conmigo… murmuro mi nombre.
-Victoria… Bella… Victoria- Sollozo abrazándome.
-Alice que sucede- Hablo Rose mientras le tomaba una de sus manos.
-La vi… a Bella…- Desvió la mirada de mis ojos y se centro en Rose y Jasper que la veía con cara de preocupación- Muerta...- Murmuro la última palabra.
-Alice ¿De qué hablas?- Dijo Jasper cada vez más tenso.
-Bella… en el bosque de la casa de Charlie- Empezó a hablar tan rápido que se le atropellaban todas las palabras- Muerta… Victoria la mataba… por un descuido nuestro… no no no…- Y diciendo esto se tapo la cara con sus manitas y comenzó a sollozar pero sin lagrimas.
Ipso facto me congele…. “y es que enserio no me puede pasar nada mas???” me pregunte internamente. No.. Yo realmente tenía la peor suerte de todo el mundo. Me sentía extraña, porque en realidad no me impresiono demasiado esa visión… lo sabia… sabía desde hace demasiado tiempo de que había demasiadas probabilidades de que Victoria me matara, aunque en realidad nunca lo había pensado lo suficiente como para asustarme o algo así.
Emmet arranco el Jeep mientras hablaba a velocidad vampírica… solo entendí algunas palabras que eran... Carlisle, Bella, casa, protección, pero me perdí toda la conversación.
El ambiente en el auto era cada vez más tenso… Jasper intentaba mandarnos olas de tranquilidad, pero ni el mismo las conseguía. Alice estaba hablando por teléfono –lo más probable es que fuera con Carlisle- Rose hablaba con Jasper y Emmet iba concentrado en la carretera por la que íbamos de nuevo a la mayor velocidad que alcanzara el Jeep.
“Dios… esto sí es demasiada mala suerte” me repetía internamente. Estaba en blanco, ningún pensamiento coherente me venía a la mente… la única imagen que se aparecía era la cara felina con pelo anaranjado que me acechaba, pero, por extraño que pareciese… más que miedo me daba alegría verla, una manera más de acabar con el sufrimiento de todos los que estaban a mi alrededor.
A mi mente se vino otra imagen, la cara de Edward sonriendo de esa manera que tanto me encantaba y me quitaba el aliento… dios… esto era tan difícil. Sabía perfectamente que si Victoria me llegaba a matar seria un respiro para todos. Aunque me dijesen lo contrario.
La hora se paso demasiado rápido y de un momento a otro ya nos encontrábamos frente al hospital. Emmet se estaciono en un lugar que yo pensé sería demasiado pequeño para el Jeep, pero el lo logro en un solo intento. Bajamos del auto, mis acompañantes estaban todos tensos. Jazz llego a un lado mío y Emmet del otro, me paso un brazo por los hombros, Rose se puso detrás de mí y Alice delante. Si hubiesen estado de mejor humor se hubiese visto graciosa la Escena. Cinco vampiros cuidando a una humana.
Caminamos hacia la entrada y ahí Rose, Jazz y Alice se fueron a los consultorios donde supuse los estaría esperando Carlisle, Emmet se quedo conmigo.
-Hermanita- Me dijo suavemente aunque se le podía notar lo tenso que estaba- Todo va a estar bien, te prometí que nada ni nadie te haría daño y pienso cumplir mi promesa- Sonrió, pero esa alegría no le subió a los ojos.
-Gracias Em- Lo abrace y así nos quedamos por unos minutos que se hicieron eternos, adoraba a este gran tonto… era como el hermano que en verdad nunca había tenido… igual a toda la familia Cullen… todos menos una excepción… que era a la persona que mas amaba en el mundo… aunque el sentimiento no fuese mutuo, este pensamiento hizo que me doliera mas el pecho y me aferre mas a Emmet en un intento estúpido de calmarme, el contesto abrazándome un poco más fuerte. Justo cuando íbamos a separarnos Emmet se tenso al instante y cerro la mandíbula audiblemente.
-Hay viene tu “Noviecito”- Mascullo entre dientes, y yo observe en la dirección de su mirada.
Frente a nosotros Anthony se estaba acercando con una sonrisa en su rostro, viéndome con sus orbes verdes que tanto me gustaban. Un escalofrió me recorrió el cuerpo al ver el gran parecido con el… un dolor mas fuerte me llego, pero no tuve ni tiempo de estremecerme cuando Anthony ya había llegado a mi lado.
-Hola princesita, Cullen- Dijo con amabilidad.
Me separe de Emmet que seguía viéndolo envenenadamente pero Anthony ni se inmuto, me acerque a mi novio –me patee mentalmente por esto, aunque no supiese el porqué- y le di un suave beso en los labios.
-Hola- Dije con una sonrisa tímida mientras nos tomábamos de la mano casualmente.
-Hermanita- Gruño Emmet- Ve con Charlie, yo iré con Carlisle- vio a Anthony con desprecio y sus labios se curvaron hacia arriba- Ve directo con Charlie Bella… no quiero que te desvíes.- Y diciendo esto se fue a zancadas para el área de consultorios.
Todo se quedo en silencio hasta que vimos que Emmet se perdió de vista y Anthony hablo.
-Princesita- Dijo suavemente tomándome la cara con sus dos manos- Te he extrañado- antes de poderle contestar pego sus labios con los míos y nos fundimos en un beso suave y tierno… pero para mi desgracia mis labios deseaban la boca de otra persona y a mi mente solo se vino la imagen de el a quien no quería nombrar. Esto hizo que rompiera el beso instantáneamente. Me sonroje al instante pero el solo sonrió con aquella sonrisa torcida que tanto me mataba.
Le sonreí tímidamente y lo tome de la mano para caminar hacia la habitación de Charlie, sintiéndome extraña por su tacto cálido al que por cierto no estaba acostumbrada.
-Princesa- Dijo Anthony con tono burlón- ¿Me debería de presentar con el Jefe Swan como tu novio?- Dijo con una carita angelical que me recordó a las caritas que hacia Alice.
-Esto… am…- “y un demonio!!! ¿Qué hago? ¿Qué hago?”- Si… de todos modos… se va a enterar- Dije frunciendo el seño. Y era la verdad, lo más probable era que Charlie ya lo supiera.
Rio entre dientes y me dio un rápido beso que hizo que me sonrojara. El espectro de el agujero en mi pecho estaba a la espera de hacerme caer, pero Anthony hacia que todo esto se tranquilizara… su sola presencia hacia que todo estuviera en calma, aunque sabía que la única razón por la cual sucedía eso era porque era el doble de el amor de mi vida.
Llegamos a la habitación de Charlie y me puse nerviosa al instante, Anthony sintió eso y me dio un suave apretón en la mano dándome confianza y yo le sonreí tímidamente antes de tomar el picaporte y abrir la puerta.
Entramos y Charlie tenía una sonrisa triunfal en su cara, la habitación estaba llena de felicidad, como si Charlie la iluminara con su sonrisa.
-Hija- Grito- Te he extrañado pequeña- Abrió los brazos para que me acercara y le diera un abrazo, a lo que yo respondí.
-Lo siento papa, pero Esme me obligo- Dije en un susurro.
-No hay problema pequeña- Contesto emocionado y me dio un beso en la frente.
-Jefe Swan- Dijo Anthony con caballerosidad.
-¡¡¡Anthony!!!- Chillo Charlie como un niño pequeño- Hijo que bueno que vienes por aquí… hace mucho que no te veía.
-Igualmente Jefe Swan- Dijo Anthony con una sonrisita jugueteando en sus labios.
-Dime Charlie por favor- Dijo mi papa intentando sentirse joven.- Así que… -Me miro dubitativamente- Ustedes dos…- y al instante me congele ¿Era posible que fuera tan observador aun en esa cama de hospital?
-Así es Jefe… Charlie- Dijo Anthony con otra sonrisa que iluminaba su cara mientras yo me ponía de todas las tonalidades de rojo posibles- mi princesita y yo estamos juntos.- y diciendo esto se acerco y me tomo de la mano.
Por un momento pensé que a Charlie se le iba a descomponer la mandíbula de tanto que sonreía como niño pequeño.
-Eso es genial chicos los felicito- Dijo con una sonrisa.
Anthony se acerco a mí y me tomo la cara con las dos manos, giro un poco la cabeza y se acerco a mí un poco… todo a mi alrededor desapareció… pero escuche a lo lejos silbido bajo de Charlie… aunque en realidad eso ya no importara. Era como estar en una burbuja privada. Sus orbes verdes me observaban con pasión, bajaba su mirada de mi boca a mis ojos y otra vez, hasta que acorto el espacio que nos separaba y me dio un beso cargado de deseo… al que yo correspondí sin chistar… no era porque me gustase… sino porque me recordaba demasiado a el…
Me deje llevar y le respondí el beso hundiendo mis dedos en su sedoso pelo negro mientras él me tomaba por la cintura… estaba demasiado concentrada en nuestro beso cuando escuche el ruido de una puerta abrirse y me separe al instante.
Frente a nosotros estaba Carlisle que sonreía con tristeza y… -“no no… esto no puede estar sucediendo… ¿Por qué a mí?..." me gritaba internamente- el detrás de Carlisle con los ojos llenos de fuego y su boca en una línea… conocía demasiado esa expresión… estaba furioso.
Ipso facto la culpabilidad me llego el cuerpo… aunque sabía que no tenía que sentir eso.
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Que les pareció el cap mis niñas..?
pobre bella vale como sufre por edward =( y que lindos los cullen en apoyarla en un situación como esa..! =)
creen que la visión de alice se cumpla..?
porque edward se puso tan molesto..?
se enteraran en el prox cap..! jejejeje un beso y un abrazo a todas..! =)
gracias por apoyarme con esta historia..! ;) las invito también a que lean Si, Amo les va a encantar..! =)
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