Pov Gianna.
Aturdida abrí los ojos.
Me encontraba en un pequeño claro en el cual el sol daba de lleno en el produciendo una atmósfera tranquila y relajante. Liviana me levante del tronco seco en el cual estaba sentada. No reconocía este lugar; no sabía donde estaba precisamente. Algo que me aterraba.
Mi vista fue directa al cielo, un día despejado.
Los rayos del sol daban en mi rostro con un punto de dulzura e inocencia; en ese momento me empece a sentir más tranquila.
Camine por el pequeño claro buscando una pista, algo que me dijese exactamente donde me encontraba; en que parte del mundo me hallaba... pero algo interrumpió mi busqueda. Unos pequeños destellos, a lo lejos alcanzaron mis ojos. Miles de diamantes brillaban solo para mi, una nueva sensación me invadió; no sabía como describirla; pero me sentía satisfecha. Quería alcanzar esos destellos, hacerlos míos para siempre.
Corrí todo lo que pude, me daba igual el cansancio y la falta de aire en mis pulmones, solo quería acariciar esos diminutos diamantes. Poco a poco me iba acercando a esa luz angelical y cada vez que lo hacía podía distinguir que esos diamantes tenían un dueño; un portador. Era una figura alta, musculosa y preciosa; aunque no le podía ver el rostro. Pude sentir como mi corazón bombeaba más sangre, bombeaba pasión.
Contaba los segundos, los minutos y hasta las horas para poder acercarme a esa divina sombra; pero era una eternidad.
De pronto esa sombra se movió, acortando las distancias entre nosotros; el había intuido mi dicha por tenerle y yo había intuido su dicha para que le alcanzase.
Ese ángel caído del cielo en menos de tres segundos estaba delante de mi. Pero lo que me fastidió fue que todavía no le podía ver el rostro, pero dentro de mi, en mi subconsciente me decía que era completamente hermoso.
Maravillada acerqué una de mis manos hacia su rostro. Este permitió mi acción complacido, pero justamente cuando le iba a tocar esta figura salió volando por los aires.
Una nueva figura hizo aparición en el claro. Tambien este desprendía miles de destellos brillantes; igual de hermosos.
En esta situación debería sentirme horrorizada, pero no. Me sentía complacida. ¿Por que sería?
Y de repente me derrumbé. Las dos figuras empezaron a luchar. Sentía como mi mente y mi cuerpo se iban dejandome en la oscuridad.
Con un grito ahogado me desperté.
- Gianna - dijo una voz dulce a mi lado
Guié mi mirada hacia el lugar donde se encontraba el dueño de esa maravillosa voz. Era Alec. Aunque algo me extraño, en su rostro había tristeza y confusión
- Alec - dije en un susurro - te quedastes conmigo - le seguí hablando mientras me abalanzaba sobre el y le abrazaba con delicadeza. Su aroma era un soplo de aire fresco, dulce y excitante
Este me devolvió el abrazo; pero le noté raro. Me separe de el, por unos momentos vacilé...
- ¿Te encuentras bien? ¿lo has pasado mal? - dije cabizbaja
- Yo estoy perfectamente; si te digo la verdad no sentí ansias por tu sangre, es raro...
- ¿Entonces? ¿Por que esa cara?
- No lo se, me lo puedes explicar tu. ¿Que has soñado?
Inmediatamente me sonroje; ¿y si el había escuchado algo que yo no recordaba en mis sueños?
- Gianna - me dijo al ver que no contestaba - has llorado
- ¿Llorado? - dije mientras levantaba la mirada. Eso era imposible. Yo había tenido un sueño maravilloso, salvo por la última parte, y cuando recordé esa última parte un ramalazo eléctrico recorrió mi cuerpo.
- Desde que cerrastes los ojos hasta ahora
Y dicho esto paso uno de sus dedos dulcemente por mis mejillas. Cuando lo hizo este alzó su dedo y me lo mostró. Una pequeña lágrima cristalina estaba posada en el.
Me levante de la cama y fui directa al espejo. Pude ver como mi rostro estaba empapado en lágrimas; inmediatamente fui de nuevo hasta la cama, precisamente hasta la almohada, y esta estaba mojada.
- Intente despertarte; pero estabas profundamente dormida. Me tenías preocupado
- ¿Dije algo en especial?
- Si - y este se puso tenso
- ¿Que dije? - pronuncie avergonzada
- Demetri
Y en ese momento deje la realidad y me deje llevar por mi mente. ¿Como era posible que yo hubiese nombrado a Demetri? Eso era imposible, yo no había soñado con el, ni siquiera había visto su rostro en mi sueño... esto no podía estar pasando. Cada vez que me quería olvidar de el siempre regresaba con mucha más fuerza. Yo no, yo no...
- Tranquila - dijo Alec mientras escondía mi rostro entre sus brazos y acariciaba mis cabellos
En ese momento me di cuenta de que estaba llorando.
Lo descargué todo con el; tenía que contarselo. El era mi otra mitad, mi otro yo...
Después de varios minutos de agonía pude comprobar como mi respiración se acompasaba y mi llanto cesaba
Este me acuno como a una niña pequeña entre sus brazos cuando deje de llorar.
- ¿Estas mejor? - preguntó mientras me miraba dulcemente
- Si. Lo siento. No debí...
- No te preocupes Gianna, no pasa nada - dijo este cortándome mi respuesta
- Debo decirtelo Alec
- No tienes que contarme nada
- Siento que debo de contartelo. Veras yo siento algo por Demetri, algo muy fuerte, y....
- Vale eso ya lo sabía - dijo Alec resignado
- ¿Acaso todo el mundo lo sabe? - dije avergonzada
- Casi todo el mundo - dijo este con una sonrisa - vemos como te comportas cuando el esta cerca, ya sabes podemos captar tus latidos desenfrenados; tu respiración agitada; te quedas como en una especie de trance cuando le ves y tambien te pones nerviosa; y...
- Basta ya Alec por favor - de nuevo lo dije avergonzada - Y... ¿el lo sabe? O sea que...
- Si
Mi mundo se derrumbó por completo. Demetri sabía lo que yo sentía por el, y el... mi mente no daba para más, ¿por que no podía tener una vida tranquila? una vida como la de cualquier humana, una vida...
- Ya basta Gianna. Esto no puede seguir así
+ No puedo más con esto; yo le quiero, yo...
- Yo nada Gianna. Tienes que olvidar a Demetri Vulturi de una vez. ¿Acaso te has olvidado de lo que te acaba de contar Alec? El lo sabe, y se esta riendo de ti en plena cara...
+ Pero de un ser así no me puedo olvidar.
- Si que puedes. Tu misma lo dijiste, el no te hace bien. Tienes que cambiar el chip; olvidarte de todo y renacer de nuevo. Se cariñosa con las personas que te tiene aprecio, y despiadada con las personas que te odian, aunque seas una simple humana. Nadie te puede hacer nada, eres Gianna. La favorita de Aro
Y de esa manera termino mi conversación mental conmigo misma. Estaba decidido, era hora de cambiar. Levante la vista y me encontré con Alec.
- ¿Estas bien?
- Ahora si - dije mientras le daba un beso en la mejilla
- Eh vale... ¿hay algo más que me quieras contar?
- No solo era eso. Una simple tontería.
- De acuerdo, confió en tu buen juicio. Y por favor Gianna no quiero verte sufrir, centrate en otras metas, en otras personas...
- ¿En otras personas? - dije enarcando una ceja
- Creo que dije eso, pero es mejor que olvides a Demetri, y que...
- ¿Que que?
- Nada - dijo Alec intranquilo - es mejor que me vaya; se preguntaran donde estoy.
- Estas raro Alec Vulturi, pero bueno... - dije con una sonrisa torcida - no creo que tengas ningun problema con Aro; tal vez...
- Con Aro no tengo problema; es con Jane... - me respondió
Vaya. Jane.
Su presencia era sádica y maliciosa, no era como su hermano. Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando pensé en ella. Tenía entendido que ella era muy celosa, sobre todo con su hermano, ¿que pensaría de nuestra amistad? ella seguramente me tendría entre ceja y ceja por lo de Aro... y con lo de su hermano; no sabía como acabaría esto. Tal vez me haría la vida imposible, tal vez...
- No te hará nada - dijo Alec intuyendo mi pensamiento
- Eso espero - dije mirando a la nada
- Te lo prometo
Este deposito un beso en mi cuello y se fue por la ventana.
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