Bella
Salió lo más rápido posible de la estancia y mis pies trataron de moverse detrás de él pero una mano me lo impidió. Lo mire desafiante, no podía permitir que me hiciera esto y más cuando había descubierto que amaba a Edward, era una tonta, jamás debí de ser tan obvia con Steve y tratar de terminar con él y mucho menos tenía que ser su novia, ahora si era definitivamente Bella la tonta Swan. Dios.
-Vámonos-dijo él y me condujo hacia la puerta, pero como yo no me quería ir, lo solté y camine de nuevo hacia el interior para pedirle a alguien que me llevara a la casa de Edward.
No quería dejarlo, no quería estar ni un minuto lejos de él y es que tenía miedo de perderlo y de dejar que se alejara de mí. Seguí caminando hasta el interior cuando una mano me volvió a detener y volvió a dirigirme hacia la puerta consiguiendo que saliera de la gran mansión de los Brandon.
-Steve suéltame, de verdad, si no me dejas ir hare que Emmett te de una paliza-amenace pero al momento en que lo hice, me subió a su carro logrando ponerme el cinturón y subiendo el también-Te odio-dije ya vencida.
-¡Escúchame bien Bella!-tomo mi rostro con brusquedad e hizo que lo mirara a los ojos-¡Ya sabes lo que le pasara a Edward y a tus amigos sino haces lo que yo diga, así que coperas o te juro que la que saldrá dañada serás tú!-arranco el carro dejándome un dolor en el rostro por su agarre.
De verdad que lo odiaba y de verdad me odiaba a mi misma por hacerle caso y por hacerme su novia, como me encantaría regresar el tiempo y decirle a Steve que “no” que no estaba preparada para tener un novio aun que esa fuera una cruel y estúpida mentira. Dios pero como podía haberme enamorado de este estúpido. Una lagrima escapo de mi ojo rodando por mi mejilla y Steve me vio.
-Deja de llorar sino te daré una buena razón para que llores-lo observe sorprendida, el no sería capaz de pegarme, el seria un idiota pero no un golpeador, aun que después de pedirme lo que quiso, creo que Steve era capaz de todo.
Otra lagrima resbalo por mi rostro cuando recordé lo de hace un rato.
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-Steve tengo que decirte algo importante-comencé y él me miro-Sabes he pensado bien las cosas y lo cierto es que… que no quiero estar contigo, la verdad no siento que esto funcione así que, si tu quieres claro, podemos ser amigos-suspire.
-No, ni creas que me dejaras para irte con Cullen-abrí rápidamente los ojos al ser sorprendida por esas palabras y es que no me esperaba eso de Steve y mucho menos me esperaba que el supiera que lo dejaba por estar con Edward.
-Steve no es por…-no me dejo terminar.
-¡No Bella, no me importa si es por él o por cualquiera!-lo mire-¡Si tú me dejas te juro por Dios que Cullen lo pagara y no solo él sino todos tus amigos.
Las lagrimas volvieron amenazar con salir y trate de detenerlas pero me fue imposible porque Steve tomo mi rostro entre sus manos y me beso. Era asqueroso besarlo y más cuando lo había hecho con Edward, el estaba borrando su esencia.
-Bella me habías dicho que iba a ir a casa de tus amigos, se que ahí vamos a ver a Edward, así que quiero que te alejes de él sino lo haces ya sabes lo que pasara-Y seguía amenazando>>
Y así fue como hice lo que hice y aun que fue un dolor demasiado grande para mi y mas observarlo como se fue, lo hice para protegerlo. Steve me quito el cinturón de seguridad y observe por la ventanilla que ya habíamos llegado a mi casa. Yo no quería estar ahí, no tenía ganas de estar en un lugar donde Edward había estado, suspire y baje del carro para seguir a Steve hasta la entrada, abrí la puerta y en cuento entramos me tomo de la cintura besándole el cuello y cerrando la puerta con su pie, era más asqueroso, me besaba y dejaba su ADN en todo mi cuerpo, como pude me zafe y él me miro extrañado.
-No quiero Steve, escúchame no quiero hacerlo contigo-las palabras salieron de mi boca sin remedio y de todos modos no me arrepentía de ello.
-¡Cállate!-grito y me golpeo en el rostro haciendo que este volteara-Era un dolor horrible, jamás me había golpeado y esto era como si miles de cuchillos se clavaran e mi rostro-¡Tu harás lo que yo quiera!
Y volvió a tomarme entre sus brazos y volver a besarme, entonces mi celular sonó y fue salvada por la campana. Conteste sin observar quien era y entonces…
-Bella, ¿Qué has hecho?-pregunto Alice y quise colgar el teléfono.
-Alice no se dé que me hablas-conteste por fin.
-Bella Edward se fue y tu también ¿y dices que no sabes de que hablo?
Alice colgó el teléfono mientras Steve me observaba orgulloso por lo que había hecho y entonces a los cinco minutos volvió a marcar.
-Alice enserio...-no me dejo terminar y empezó a llorar.
-Bella, Edward ha sufrido un accidente, está muy grave-mi mundo se paralizo.
No sabía qué hacer, no sabía dónde demonios estaba lo único que sentía era que me hundía dentro de un agujero negro y que trataba de salir de ahí y pedir ayuda, no pude decir nada mas, el teléfono se me cayó de las manos y salí disparada hacia la puerta, pero unas manos me detuvieron. Ahora no me dejaría, Edward había sufrido un accidente y había sido yo la culpable, ¿Por qué quien más? Solo podía ser la causante y es que había peleado con él y él había salido corriendo. Dios me quiero morir.
-¿Adonde crees que vas, Bella?-pregunto Steve estampándome en la pared.
-¡Edward ha tenido un accidente y quiero estar con él, tengo que estar con él!-grite desesperada.
-¡No tu no vas a ningún lado!
-¡Déjame en paz, ya no te hare caso, hice lo que me pediste así que voy a verlo!
-¡Que no!-grito y golpeo la pared dejándome petrificada-¡Ya te dije que no veras a Cullen!
Las lágrimas comenzaron a salir y me costaba respirar.
-Steve por favor déjame ir-suplique y él me ignoro.
-¡Si tanto quieres ir a ver a tu amiguito, pues ve!-dijo al final y se me ilumino la mirada-Pero si quieres ir, tendrás que irte tu sola.
Y salió por la puerta dejándome sola y estampada contra la pared. Yo no tenía como irme, no tenía carro y siempre me iba con Edward. Corrí detrás de Steve y lo detuve suplicándole que me llevara, que lo hiciera si de verdad me quería, pero me fue inútil, ahora más que nunca odiaba no haberle aceptado ese carro a Edward cuando me lo regalaba. Dios quería verlo, me era urgente verlo.
-Steve llévame no seas así-Casi me hinque, pero solo me miro y camino hacia su carro dejándome ahí de nuevo, sola.
Y el carro desapareció en la esquina y caí al suelo cuando no supe que hacer. No podía hablar con mis amigos y pedirles que me vengan a recoger para que vaya al hospital, porque después de lo de hace un rato, no van a querer verme ni en pintura. Entonces alguien me ayudo a levantar y gire el rostro para encontrarme con Nana. Tenía los ojos hinchados de tanto llorar y también venía bien abrigada con un suéter, inmediatamente reconocí el suéter, era aquel que Edward le había regalado.
-Sabes hija-comenzó-No deberías dejar que ese chico te hable así-la mire de nuevo a los ojos.
-Nana yo…
-Toma hija, ve a ver a Edward, me marcas cuando estés allá-me dio las llaves de uno de los carros y reconocí el carro negro de Edward.
No lo pensé dos veces, corrí hasta el carro y entre en el arrancando lo más rápido que se me dio. Quería verlo ya, quería saber que estaba bien y quería saber que no me odiaba, ahora mismo le diría todo, le diría que lo amaba y que él era todo para mí, que había sido una tonta en no darme cuenta que era así. Maneje lo más rápido posible y cuando llegue, aparque el carro para salir corriendo hacia la puerta, pregunte por él en la entrada y me guiaron al piso dos, subí rápidamente por el elevador y cuando por fin las puertas se abrieron, observe a Rosalie y a Emmett abrazados y a Alice sentada con las manos sobre el rostro, Jasper venía con unos cafés.
-¡Alice!-grite y corrí hacia donde ella estaba, ella alzo la mirada y empezó a llorar-¡Alice ¿Cómo esta?!
-No ha despertado Bella-Alice seguía llorando-Esta muy grave, tiene varios huesos rotos y no reacciona, además se dio un fuerte golpe en la cabeza cuando salió volando del carro y es que el cinturón se rompió y salió por la ventana en una de las vueltas-Alice volvió a llorar y me uní a sus sollozos.
-Dios Alice, es mi culpa, fue mi culpa.
-Bella no, no es culpa de nadie, Edward conduce como loco y pues…-no deje que terminara.
-¡No! ¡Esto es mi culpa!-grite y empecé a golpear la pared, no me importo que mis manos sangraran o que Emmett trataba de calmarme aguantando que le pegara también, quería morir, quería ser yo quien estuviera en esa cama y no Edward.
-Bella tienes que calmarte-dijo Rosalie.
-¡No!
Entonces de la nada salió Carlisle diciendo que Edward estaba reaccionando, me limpie las lágrimas y lo mire implorando para que me dejara pasar. No sabía por qué motivo el doctor Cullen me miraba como tratando de matarme, o bueno si sabia pero mi subconsciente de decía que él no podía saber nada de lo que paso con Edward, ¿O sí?
-Doctor Cullen, ¿Puedo pasar a verlo?-pregunte, el suspiro y asintió con la cabeza.
-Si Bella, puedes pasar, pero después tienen que esperar para que los demás pasaran.
Camine no muy segura de mi misma ya que los pies me pesaban y era como si no quisiera entrar a verlo, pero aun así, seguí y tome la perilla para después abrir la puerta con mucho cuidado, el ruido de los aparatos me aturdió al entrar y las lagrimas volvieron a salir al ver a Edward recostado y viendo hacia el techo. Tenía parches en el rostro y también tenía el brazo derecho con yeso. Me quede en la puerta recargada observándolo, entonces me miro y me tembló el cuerpo al notar aquella mirada de tristeza.
Silencio, puro silencio es lo que hubo.
-Bella…-comenzó y lo mire ilusionada, pero después callo y volvió a mirar hacia el techo sin decir nada. Eso dolió.
-Edward yo quiero pedirte perdón por lo que dije hace rato-me volvió a mirar y de nuevo vamos con las piernitas flojas.
-No tienes porque pedir perdón-me hizo señas para que caminara hacia él-Sabes acabo de descubrir algo-sonrió pero hizo una mueca de dolor-Con saber que estas aquí, quiere decir que si te importo y que lo que dijiste era mentira.
Edward era inteligente. Sonreí.
Y así nos quedamos sonriendo y de vez en cuanto las lagrimas salían cuando observaba su cuerpo lastimado. Estaba arrepentida de todo y me odiaba por hacerle esto a mi mejor amigo y amor imposible.
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