Todo Gracias a mi Cuaderno de Historias (+18)

Autor: Lyhh_mt
Género: Romance
Fecha Creación: 21/04/2011
Fecha Actualización: 26/09/2012
Finalizado: SI
Votos: 16
Comentarios: 87
Visitas: 117134
Capítulos: 28

 

La vida de Bella Swan no es color de rosas. El hombre al que amaba ni la miraba. Al no poder transmitir sus sentimientos, plasmaba todas sus fantasías con ÉL en un cuaderno. Un día, ese cuaderno cambiará su vida para siempre... ¿cómo? averígualo aquí.

 

Amor… odio… dolor… felicidad… y sobre todo… suspenso… muuucho suspenso…

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Hola, me llamo Lyane y este es mi primer fanfic. Bueno, qué decirles… me gusta mucho escribir y espero la opinión de ustedes, las lectoras (yo también soy lectora, por eso sé la importancia de la opinión y críticas de ellas a las autoras). Me encantaría saber lo que piensan… claro, pondré todo de mi parte para que esta historia sea de su agrado… yyy con respecto a los mensajes que sé que envían en donde incluyen insultos y demás, pues solo los ignoraré… si es que en esos mensajes, e incluyen algo así como críticas constructivas, que me ayuden a mejorar, que es lo que me importa, entonces, los tomaré en cuenta; mas no aquellos que solo ofendan…

Bueno, espero que les guste la historia y espero sus opiniones…

Lyhaane.

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Capítulo 15: CHAPTER 15

DISCLAIMER: Los personajes le pertenecen a la grandiosa Stephenie Meyer... la admiro tanto!... okz okz... yo solo plasmo las ocurrencias de mi mente y juego con sus personajes.


 

-Tenemos que hablar.

Esa frase no me estaba cayendo bien. Algo iba mal y no podía imaginármelo. Lo único que tenía claro era que no dejaría que eso arruinara mi relación con Edward. Claro, eso si no se trataba de algo sumamente importante, como de vida o muerte… ya veremos. Aclaré mi garganta sin hacer ruido y me dispuse a hablar con seguridad. Fuerte y claro.

-Ok. Hablemos. ¿Lo hacemos aquí o prefieres ir a algún otro lado?- mi voz salió un poco con brusquedad, pero prefería eso a que hubiese temblado. Tenía miedo. El nombre “Tanya” se repetía en mi mente. Una y otra vez. ¿Será ella de nuevo? ¿Querrá hacernos más daño?

Pensar eso hizo que me ponga tensa. Pero ahora algo cambió. Sentí una fuerza emanar de mí, así como seguridad. Si ella nos quería volver a dañar, no la dejaría esta vez. Estaba segura de eso. Pelearía con uñas y dientes por mi felicidad y la de Edward.

-No, aquí está bien.- mi novio me sacó de mis cavilaciones- Como habrás podido oír, Alice lo sabe todo, así que no le veo problema a hablar aquí.- su voz también emanaba seguridad, pero su mirada decía lo contrario. Me transmitía miedo, duda, cariño, pero había una pisca de rencor, como odio; pero, ¿hacia qué?

¿O hacia quién?- me recordó mi voz mental.

-Será mejor que nos sentemos.- le obedecí y pasé por su lado con pasos indecisos, pero cuando él colocó su mano en mi espalda baja y me dirigió a uno de los sofás del salón, me sentí más segura. Ahora, más decidida, hablé.

-Te escucho, Edward.- ya me estaba impacientando. Mi virtud no era la paciencia y ya me estaba poniendo nerviosa. Pero trataría de tomar las cosas con calma. Lo prometo. Trataría.

-Bella, sé que esta situación aún sigue siendo difícil para ti. Sé que aún hay huecos por llenar en tu memoria, pero que poco a poco estás logrando desaparecerlos. Lo comprendo… pero hay otras cosas que también siguen avanzando… cosas que nos ponen en riesgo, que ponen en riesgo TU vida y yo no puedo permitir que eso siga sucediendo.- Tanya. Tanya. El nombre ahora me atronaba los oídos. No era estúpida; sabía que Edward se refería a ella; pero una pequeñísima parte de mi mente, tenía esperanzas; y dejé salir la absurda pregunta de mis labios.

-¿A qué te refieres?- Alice se puso de pie y, sin decir aún nada, se sentó a mi costado, y me cogió de las manos. Ambas, volvimos a escuchar a Edward.

-Bella, no sabemos nada de Tanya, pero todos pensamos que ella está planeando algo. Así fue la primera vez. Ella amenazó, todos nos fiamos en algún momento, y de pronto atacó, tomándonos desprevenidos. No voy a permitir que eso pase otra vez. Yo te amo, Bella, y moriría si sufrieras algún otro daño. No me lo perdonaría jamás. NUNCA.- lo escuchaba con atención, pero yo, terca, lo rebatí; a pesar de que sabía que él tenía razón.

-Pero, ¿cómo pueden saber si ella está o no planeado algo? Tal vez… quizás, ella… se cansó y solo siguió su vida o …

-Bella, escúchame… A las pocas semanas que saliste del hospital, una enfermera se acercó donde Carlisle y le confesó que había escuchado hablar por celular a otra enfermera con alguien, al que nunca nombraba. La enfermera era Sofía. ¿La recuerdas?-sí la recordaba. Ella no me caía nada bien. Había algo en su mirada que me hacía desconfiar y nunca bajar la guardia. Además, me trataba de lo peor, con desprecio. No era para nada amable.

-Sí, me acuerdo de ella.- no pude decir más. No podía ser lo que me estaba imaginando. ¿Acaso ella y Tanya…?

-La enfermera, que era compañera de Sofía, le dijo a Carlisle que Sofía le daba todo tipo de información tuya a esa persona, y no solo sobre tu salud. Sino cómo iba tu relación con los demás, y en especial, conmigo. Cuando Carlisle te sacó del cargo de Sofía, debido a que te sentías incómoda, ella había hablado nuevamente con esa persona, informándole su destitución. La testigo dice que se escucharon gritos del otro lado y que Sofía lloraba y le decía que no fue su culpa. Al parecer a la otra persona no le importó, y después de unos minutos, Sofía colgó y tiró con furia su móvil. Gritó resignada y furiosa. Despotricó largo rato, maldiciéndote, a ti y a todos nosotros, por arruinarle su “negocio”. Cuando Carlisle nos dijo eso a todos, coincidimos en que esa persona misteriosa podía ser Tanya. Hay una gran probabilidad de que fuese ella. ¿Quién más querría todo tipo de información tuya y contrate a alguien cercano para averiguarlo? ¿Te das cuenta? Tanya es muy silenciosa y cuidadosa. No avisa; solo ataca cuando menos lo esperas. Después de conversar largo y tendido, todos tomamos una decisión.- estaba un poco aturdida. No podía ser que haya estado en manos del enemigo durante un tiempo. No podía creerlo. Si Tanya se lo ordenaba, Sofía pudo… matarme… pero la cuestión era, si Tanya tuvo la oportunidad de acabar de una buena vez conmigo, ¿por qué no lo hizo? Si ella le ordenaba a Sofía que me matara, estaba segura que la enfermera hubiera aceptado y le hubiera obedecido. ¿Qué es lo que en realidad quiere Tanya de mí? ¿De Edward?

Edward. Me miraba pidiéndome comprensión. Hizo que volviera a la realidad. Habían muchas preguntas en mi cabeza, pero la única que las podía responder era la misma Tanya, así que sería imposible conocer las respuestas ahora.

-¿Bella?- había vuelto a internarme en mi mente. Ahora, tenía que analizar las palabras de Edward… pero algo me llamaba la atención. Él había dicho TODOS. ¿Mis papás también sabían? Edward respondió mi pregunta silenciosa.

-Sí, tus padres también lo sabían; pero… entiéndelos, Bella. Ellos querían decirte, pero te veían tan feliz y mejorada que no querían arruinar tu  alegría y oscurecer tus días, preocuparte. Aunque… bueno, en mi caso era distinto. Yo supe que debía decírtelo… solo estaba esperando el momento, y aunque no planeé decírtelo así, tuve que hacerlo. Tú eres lo más importante para mí, Bella. Tú.- su mirada me mataba. ¿Cómo podía ser tan dulce? Casi me hace olvidar de lo que estábamos hablando. Casi.

-¿Q-qué decisión tomaron?- la pregunta salió involuntariamente de mis labios. Edward se puso más serio y cuadró sus hombros. ¿Tan malo era?

-Bueno, creímos que lo más apropiado sería… Mira, yo ya había planeado hacer esto desde antes que perdieras la memoria… lo que está pasando, solo me ha hecho acelerar las cosas. Solo quiero que entiendas que hacemos esto para que estés a salvo de… ya sabes quién.- sus ojos se oscurecieron de repente, pero se recompuso al instante- Sé que será difícil para ti, pero es necesario, Bella…- aún no me decía nada, y la verdad ya me estaba desesperando más. Decidí cortarlo.

-Edward, dime qué decisión tomaron. No importa lo demás. Quiero saber qué decidieron. Si mis padres lo aceptaron, no creo que sea algo descabellado y claro que entiendo que es para estar a salvo. Pero no solo yo. Tú también tienes que estar a salvo, Edward.- me paré de mi lugar y me acerqué a él, sin despegar mis ojos de los suyos. Al llegar a él, tomé su rostro en mis manos y lentamente, me senté en su regazo. Pasé mis brazos por su cuello y los dejé ahí- Ahora, deja de irte por las ramas y dime ya qué vamos a hacer.- le di un beso en la mejilla, para que tenga la seguridad de que no estaba enojada ni nada… bueno, solo nerviosa, pero así estaría cualquiera que estuviera en mi lugar, ¿no?

Ambos seguíamos con nuestras miradas conectadas. Decidí relajar un poco el momento acariciando el cabello de Edward. Él cerró los ojos y relajó su respiración. Cuando abrió los ojos, me miró con decisión y por fin me habló.

-Decidimos que lo mejor sería irnos del país. Para no levantar sospechas, dirían que nos estábamos yendo a estudiar…- irnos del país… mi cerebro estaba empezando a trabajar con mayor rapidez y formulando las preguntas pertinentes- cada uno por su lado, por supuesto.- sentí cómo mis ojos se abrieron desmesuradamente. Quise pararme para empezar mi protesta, pero él me detuvo colocando sus manos en mis caderas, impidiéndome movimiento alguno- Déjame terminar. El plan es hacer creer a todo el pueblo que ambos… terminamos nuestra relación y que cada uno se fue por su lado a estudiar en países distintos. Tanya es muy astuta y quién sabe si ella conociendo nuestro paradero podría ir hacia ahí e intentar dañarnos otra vez. Por eso, preferimos que toda la gente crea que ambos ya no estamos juntos.- mi expresión, así como los latidos de mi corazón se calmaron. Aceptaría lo que sea, menos separarme de Edward. Eso nunca.

Al ver que él ya había acabado, comencé con la primera pregunta que me lanzó mi cerebro.

-¿Y a dónde iríamos?- una sonrisa empezó a formarse en su rostro y una de sus manos subió a mi mejilla, dejándola ahí. Yo incliné mi rostro hacia su mano para disfrutar más de su toque, pero nunca deje sus ojos.

-Bueno, a todo el mundo le dirían que yo me fui a Inglaterra; y tú, a Francia. Pero, en realidad, nos iremos a…- se quedó mirándome, mientras yo, expectante desesperada sentía los latidos alocados de mi corazón- Australia.

Australia. Sí que estaba lejos… Australia. No sabía qué decir.

-Wow… ¡Australia! Uhmm… ¿Sydney?- fue lo único que salió de mi boca.

-De hecho, Canberra. Estudiaremos en la Australian National University.- dijo él con seguridad.

-Pero… ¿ya mandaron las solicitudes? Yo no firmé nada. ¿Cómo puedes decir “estudiaremos” si no he recibido ninguna aceptación aún?

-Bueno, esa es otra cosa que te tenía que decir. No se mandó solicitud alguna. Mi padre se contactó con una asociación y pues él planteó que podíamos adquirir una beca de estudios en Australia. Propuso esto porque tu padre se negó fervientemente cuando Carlisle le dijo que podía ayudarle a pagar tus estudios en Australia sin tener que retribuirle nada.- ya me imaginaba la expresión de Charlie y su muestra de terquedad, que yo heredé obviamente- Reneé estuvo de acuerdo con eso de la beca y convenció a Esme y bueno, creo que basta con que las 2 digan que sí para que Charlie y Carlisle también acepten. La asociación que te mencioné analizó nuestros casos y los encontró muy beneficiosos, ya que según ellos somos “estudiantes como pocos y prometemos un exitoso futuro”. Ellos llamaron y se lo anunciaron a mis padres. También hablé con ellos un instante y me dijeron que teníamos que reunirnos para que nos expliquen qué incluye la beca y cómo funciona su sistema. Por lo que tu madre le contó a la mía, ellos ya se comunicaron con tus padres y les anunciaron que también habías conseguido la beca y te citaron para el mismo día que yo. ¿Alguna duda?- mi cara era todo un poema. ¿Cómo es que no me había podido enterar de nada? Y ni siquiera se me había pasado por la cabeza escoger una universidad.

Iré a Australia. ¿Con mis padres?

-Viviremos solos.- soltó Edward. Lo miré.

-¿Qué?

-Viajaremos solos a Australia y viviremos juntos… solo nosotros dos.- me quedé viéndolo sin poder creérmelo.

-Viviremos… solos… como… ¿una pareja?- Edward tenía una sonrisa divertida en su rostros. Sí, lo sé, estaba actuando como una retrasada mental, pero es que… ¡Compartiré una casa o departamento o lo que sea con Edward y viviremos como pareja! ¿Eso parece poco? No para mí. Esto es pasar al siguiente paso. Pensé que para llegar a convivir con él, tendría que terminar primera la universidad, pero estaba sucediendo todo lo contrario. Pero…- ¿Y Charlie no te obligó a casarte conmigo primero?- Sabía que Charlie había aceptado muy bien mi relación con Edward, pero una cosa es ver bien al novio de tu hija, y aceptarlo de la mejor manera, y otra es dejar que ambos vivan juntos… sin tu supervisión.

-A decir verdad, propuso eso como su primera condición y que nada ni nadie le haría cambiar de opinión.- me dijo como si nada. ¿Me iba a casar y nadie me había dicho nada? ¿Qué ahora también estaba embarazada y tampoco lo sabía?

Me voy a casar… ¡me voy a CASAR!...

¿A los 18?

No. Es. Posible.

Mi respiración se aceleró. Me casaría a los 18. ¡A los 18! Todos creerían que… bueno, en realidad nadie sabría que me iba a casar, porque para todos Edward y yo estaríamos separados, pero… ¿qué dirán en Australia?

¡Oh, vamos! Ni siquiera los conoces.

Pero, ¿qué dirán los profesores?

Excusas.

¿Y mis compañeros?

¡Rayos! Se trata de Edward.

Aún así. No. No. No. NO.

-No.- me puse de pie, soltando su agarre en mi cintura y alcé mi dedo índice- Planearon mi matrimonio y no me lo dijeron. ¿Y cuándo pensaban decirme, eh? Dime, Edward. No estoy de acuerdo. No. No pueden tomar decisiones por mí. Y menos esta. Escucha bien. NO. VOY. A. CASARME. ¡No lo voy a hacer!- lo miré inquisitivamente esperando a que hablara. Su expresión no estaba nada seria. Al contrario, se notaba que estaba conteniendo una sonrisa. Iba a seguir con mi protesta, cuando él se me adelantó.

-Yo tampoco.- me dijo

-¡No me imp… ¿Qué dijiste?- ¿Había oído bien?

-Que tampoco me casaré.

-Pero tú dijiste antes que…- tomó mi mano y me volvió a acercar a él, haciéndome sentar en su regazo nuevamente.

-¿Por qué no me dejas terminar? Cuando Charlie dijo que la única condición para realizar ese viaje era casarnos, bueno, pasaron muchas cosas. Esme y Alice se emocionaron. No hicieron un escándalo, pero el brillo en sus ojos las delató. Mi padre me miró de inmediato para ver mi reacción, lo que me indicó que todo lo dejaba en mis manos. Y yo, pues, no sabía qué hacer ni qué decir. Ya una vez me había imaginado esperándote en el altar y tú vestida con un hermoso traje de novia… pero no tan pronto. Tengo muy claro que tenemos que hacer las cosas con calma y la verdad es que no estaba en mis planes pedirte matrimonio en los próximos meses… a no ser claro que algo nos… incite a hacerlo. Sabes a qué me refiero.- ambos desviamos nuestras miradas por un momento. Tampoco me imaginaba como madre… aún no. Volví a mirarlo para expresarle mi apoyo.

-Edward… mírame.- él levantó su mirada- Tienes razón. Todo a su tiempo. Yo tampoco me veo casada a los 18 y pues tampoco me veo como madre… aún.- sus ojos brillaron y no se despegaron de los míos. Yo dirigí una de mis manos a su mejilla y la dejé ahí- La única persona con la que quiero formar una familia es contigo, pero aún es muy apresurado para eso. Cuando llegue el momento, seré la mujer más feliz cuando un médico me confirme que espero un hijo tuyo. Pero eso ocurrirá a su debido tiempo.- él me sonrió y acercó su rostro al mío, rozando mis labios. Me encantaban estos momentos. A veces, sentía que expresábamos más con ese simple roce que con un apasionado beso… era extraño.

Después de varios minutos de sumergirnos en nuestro mundo, hablé.

-Uhm, entonces… no me dijiste ¿cómo cambió Charlie de opinión?- no me imaginaba qué fuerza pudo haber hecho que el testarudo Charlie Swan se echase para atrás en alguna decisión que él tomaba.

-¿Cómo crees tú que sucedió?- no tenía respuesta a su pregunta. Nunca había presenciado que mi papá cambiase de opinión en el mismo momento que diga que estaba decidido a hacer algo. Al no obtener respuesta, Edward siguió hablando- Pensé que ya lo habías deducido. Gracias a Dios no eres consciente de lo que nos hacen.- ¿Qué? ¿De qué estaba hablando?- La que lo convención fue Reneé, Bella. Pensé que ya lo sabrías, ya que se notaba que no era la primera vez que influía en alguna decisión de Charlie, y juraría que vi en la expresión de él que estaba esperando que Reneé lo hiciera negar lo que dijo antes.- ¿Reneé? ¿Ella fue? Estaba más que sorprendida. No sabía que mi mamá tenía ese poder sobre mi padre. Interesante.

-Wao, no me lo esperaba. ¿Y solo le dijo que no era posible que me casara contigo y Charlie deshizo su decisión?

-Bueno, no fue tan sencillo como eso. Reneé le dio una sermoneada que duró minutos, muchos minutos. Alegó que no podía obligarte, ya que ella sabía que no estarías de acuerdo; también dijo que ahora las costumbres eran otras y que las parejas bien podían convivir sin necesidad de estar casados y muchas otras cosas más. Cuando Charlie se dio por vencido y dijo que tal vez estaba exagerando, anunciando así que lo de nuestro casamiento se cancelaba, respiré más aliviado. Porque, de acuerdo con Reneé, tenía miedo a cómo reaccionarías tú, porque además de no haberte dicho que nos iríamos a estudiar al extranjero, estaría esto de la boda, y yo siempre he pensado que cuando llegue ese momento será porque tú quieres hacerlo y no por una obligación. Esa era mi preocupación más apremiante; ahora, no puedo decir lo mismo de Esme y Alice.

-¿A qué te refieres? ¿Acaso ellas sí querían que nosotros…?- ¿Esme quería a su único hijo casado a los 18? Wao.

-Decir “querían” queda corto. ¿Puedes creer que en esos minutos ya habían planeado en dónde harían tu vestido, el lugar donde se realizaría la boda, la iglesia donde nos casaríamos, el día que lo haríamos, hasta cómo sería la recepción? Hasta ya se habían comunicado con la casa de modas para iniciar la confección de tu vestido, el de ellas y el de tu madre. Es impresionante cómo de iguales son en ese aspecto.- sorprendida otra vez. Así estaba. Bueno, al menos cuando de verdad me case, no tendré que preocuparme por los preparativos. Y a eso sumándole a Reneé… Porque estoy segura que si ella no hubiera tenido la certeza de que yo no estaría de acuerdo con esa boda, se habría unido a Esme y Alice.

-Entonces, quedamos libres de una boda inminente.- dije suspirando.

-Así parece.- recosté mi cabeza en la base de su cuello.

-¿Y cuándo nos iremos? ¿Cómo evadiremos a todos los pobladores de Forks?

-La fecha aún está por verse. Las clases en Australia comienzan en febrero, así que aún tenemos tiempo. Y en cuanto a la segunda pregunta, créeme que pasaremos desapercibidos; solo déjalo en mis manos.

-Voy a extrañar a todos aquí… bueno, si consideramos que todos incluye a Alice, Emmett, Jasper, Rose, Jake, mis padres, los tuyos… los echaré tanto de menos…

-Y yo, Bella. Pero tenemos que hacer esto… por nuestro bien. Además, no será para siempre. Volveremos.

-Volveremos.

 

Después de aquella conversación, todo fluyó con mucha rapidez. Edward y yo fuimos a las reuniones de la organización que nos estaba ofreciendo las becas; nos enteramos del sistema de estudio utilizado, los beneficios de la beca, dónde viviríamos, aunque esto último tuvo que variar cuando les dijimos que preferíamos una casa. También, nos explicaron cuáles eran los requisitos para mantener la beca. No lo veía como algo de otro mundo, pero sí que sería difícil obtener las notas más altas en una universidad tan prestigiosa como esa. Sin embargo, no sería algo imposible…y si estaba con Edward, lo lograría, estaba segura.

Mis amigos… todos nos volvimos muy unidos. Incluso, Jake y Nessie se nos unieron. Salíamos juntos a bailar, o a incursionar por las montañas. Eso era lo que menos me gustaba. Emmett se la pasaba burlándose de mí cada que podía. Qué podía hacer. Había nacido con una torpeza que no me podía quitar ahora siendo casi adulta. A pesar de todo, la pasábamos muy bien juntos. Echaría esto de menos. Pero al menos nos podríamos comunicar por redes sociales o videoconferencias. Eso me consolaba un poco.

Mis padres se habían convertido cada vez más melancólicos conmigo… al menos, Reneé. Siempre que me veía, me abrazaba muy fuerte diciéndome que me extrañaría enormemente…y claro, Charlie no podía evadir la petición de mi madre para que hagamos un abrazo grupal. Así la pasábamos casi la mayor parte del tiempo que estábamos juntos. Pero al menos me alegraba que se hubieran vuelto tan amigos con los padres de Edward. Hasta a veces se juntaban y salían los 4 a cenar o a algunas fiestas de adultos… esas donde se sientan a conversar y conversar y bailar esos valses o música de los 70. Al menos así no estarían todo el tiempo tristes por mi distanciamiento.

En un abrir y cerrar de ojos, llegó mi cumpleaños. No me había dado cuenta que odiaba ese día, hasta que llegó. Supongo que no había logrado recordar eso a tiempo. Pero tuve el cumpleaños más feliz de toda mi vida. Todos estuvieron reunidos: mi familia, mis amigos, mi hermoso novio. No hubo ningún percance ni nada que arruinara el momento, aunque no puedo negar que en el fondo esperaba que sucediera algo, ya que con Tanya nadie sabe. Sin embargo, nada sucedió. Todo fue felicidad… felicidad que Emmett convirtió en irritación y enfado en mí. ¿Por qué? Pues, resulta que, como la cena que se había organizado se dio en la casa de Edward por ser la más grande, cuando ya nos estábamos despidiendo en el jardín trasero de Esme, Emmett se escabulló y sin que me dé cuenta cómo, sentí algo reventarse en mi cabeza. Sí, eso. De un momento a otro, 5 huevos fueron reventados en mi cabeza y luego sentí que fui bañada en una sustancia blanca. Sí, eso otra vez. Harina, mucha harina en mi cuerpo. Y cuando ya estaba hecha toda una masa para pastel, Emmett me gritó con júbilo un “feliz cumpleaños, Bells”. En ese momento, recién pude reaccionar y vi cómo todos se habían quedado perplejos, pero de un momento a otro, estaban resistiéndose las risas. Miré con mucho enfado a Emmett, pero al parecer no se notaba por la enorme capa de harina sobre mi rostro. Impotente, llevé mis manos atrás y las cerré en puños. No sabía qué hacer, pero Emmett me las tenía que pagar. En ese momento, sentí que depositaban algo duro y casi circular en una de mis manos y en la otra una especie de bolsa. A quién haya sido, le agradecí mentalmente y llevé a cabo mi plan. Fingí una sonrisa y todos me quedaron mirando, ya que hasta ese momento no se habían carcajeado esperando a mi reacción. Así que con todas mis fuerzas, reí como si de verdad me pareciera divertida la situación. Después de unos segundos, todos me imitaron, incluso Emmett, que se había alejado lo suficiente para escapar si se me ocurría perseguirlo. No me moví de mi lugar y esperé que él se acercara. Así lo hizo después de un momento, diciéndome que ya sabía que encontraría ese acto que había hecho como algo que los amigos suelen hacer. Yo solo asentí naturalmente. Lo tenía a 3 metros de mí. Sabía que si me acercaba a él, lo tomaría como que lo quería atacar y no podría cumplir mi cometido. En ese momento, y sin esperármelo, Rosalie entró en el juego, a mi favor por supuesto, y se dirigió a Emmett, a quien solo le dijo “Emmett, cariño, lo siento pero es que no puedo tolerar que le hagas eso a una mujer”. Cuando terminó de decir la frase, yo ya estaba con la mano en el aire, llevando el huevo conmigo hacia la cabeza de mi chistoso amigo. El huevo estrelló y lo manchó todo, pero no quedaba ahí. Mi otra mano entró en acción y vació todo el contenido que tenía la bolsa que sostenía esa mano en la cabeza y cara de Emmett. Él estaba más que perplejo y yo solo le dije “¡Muy divertido! ¿Verdad? Ahora puedes reírte conmigo.” Pero él no se rió nadita. En ese momento, sí me reí con ganas. Cuando miré a Rose para agradecerle, me encontré a Alice y a Nessie junto a ella y las 3 me hicieron una señal de “bien hecho” con sus manos. Y así terminó mi noche. La más feliz y la más divertida de toda mi vida.

 

Una vez más, el tiempo se pasó volando. Estaba tratando de vivir lo más que podía en compañía de mis amigos, de mi familia, ya que el momento de irme a Australia con Edward se acercaba más y más. Estábamos a inicios de diciembre y nos iríamos en enero, para acostumbrarnos al ritmo de vida de ese país. Cuando llamaba a Alice para hacer algo juntas con Rose y Nessie, siempre me salía con lo mismo: ir de compras. Decía que tenía que renovar mi clóset, ya que no podía llevar la ropa antigua si iba a empezar una nueva vida en Australia, y siempre con esa excusa me torturaba el día entero entrando y saliendo de numerosas tiendas. Nessie tampoco era muy pegada a la moda y era la única que me comprendía. Además, así como yo, ella no tenía tantos recursos como Rose y Alice y siempre se avergonzaba de que una de ellas le comprara algo, así como me pasaba a mí también; pero claro, con Alice nadie podía y con Rose… pues su mirada sí que intimidaba.

Así, entre compras y más compras, escapadas con mi novio, cenas familiares y salidas en grupo, llegaron las fiestas. Los Cullen organizaron una especie de fiesta “familiar”. Incluiría a Rose, Emmett, Jasper, Jake, Nessie, yo y nuestros padres; así que, en verdad parecía una fiesta con taaanta gente reunida. Esa también fue la navidad más divertida y feliz que tuve, sobre todo porque descubrimos que Emmett tenía una desesperación que solo se ve en niños para abrir los regalos.

FLASHBACK

-¿Ahora sí? ¿Podemos?- era la décima vez en 5 minutos que Emmett le decía lo mismo a su madre.

-Emmett, compórtate. Ya tienes 19 años, actúa como un joven de tu edad. Te he dicho desde hace una hora que aún no es tiempo.

-¿Pero entonces cuándo será tiempo? Ya va a ser la medianoche.

-Pues pasada la medianoche será.- decía la señora muy seria y algo avergonzada por la situación.

-Pero, mamá. Sabes que me gusta abrir mis regalos antes de la medianoche.- chillaba Emmett como un niño pequeño. Era tan gracioso, que de no ser por respeto a los presentes, ya me estuviera partiendo de la risa.

-Hijo, he dicho que después de medianoche. Y ya no insistas.- terminó ella, pero Emmett se estaba preparando para protestar nuevamente. La señora McCarthy perdió la paciencia y antes de volver a oír a su hijo, se dirigió a su esposo- Carl.- solo eso dijo, y bastó para que el susodicho hablara.

-Emmett, obedece a tu madre. Si será después de la medianoche, que así sea.- mi amigo no se daba por vencido, y parece que ni le importaba que lo estábamos viendo y que Jasper lo estaba filmando. Mañana, todo el mundo podrá ver los berrinches de Emmett en navidad- Hijo, ¿acaso no te avergüenza que todos tus amigos te vean en esta situación tan deplorable? Tan solo míralos. Ahora, compórtate, que esta no es nuestra casa y no voy a aguantar tus berrinches de niño. Ya eres todo un hombre; no estás para estas cosas.- el padre de mi amigo ya había perdido la paciencia así como su esposa, así que para no hacer más escándalo, dejó a su hijo allí parado y se fue a la sala principal con su mujer.

En ese momento, Emmett dirigió su vista a todos nosotros. Esme y Carlisle estaban sorprendidos, y parece que Esme no le quería hacer pasar un peor rato a Emmett, porque llevó a Carlisle consigo, imitando a los padres de Emmett. Los seguí con la mirada hasta que desaparecieron de mi vista, para luego seguir observando a Emmett. Ahora, él se había quedado viendo un punto y no quitaba los ojos de él… o más bien de ella, porque se trataba de Rosalie. Ella estaba delante de sus padres, que estaban tan sorprendidos como Carlisle y Esme. ¿Y quién no? No ves todos los días a un joven de 19 años comportándose como un niño de 5 y que este chico sea el novio de tu hija. Por eso, supongo yo, Rosalie fulminaba con la mirada a Emmett y le decía algo solo moviendo los labios y las manos. Tanto Alice como Jasper, Edward y yo supimos lo que le dijo: “Si sigues así, te juro que te dejo sin sexo durante 5 meses” Y recalcó 5 con sus manos. Emmett la miró horrorizado y asintió casi imperceptiblemente. Luego, carraspeó y volvió a hablar.

-Jasper, ¿ya tienes el video? Espero que sí, porque ya me cansé de actuar de esta manera tan ridícula. Ahora, por favor, cuida el videíto con tu propia vida, porque no estoy dispuesto a hacer este papelón de nuevo, ¿ok? La próxima semana, lo enviaré al correo electrónico del profesor de Teatro. Espero que quede satisfecho y que considere que la escena fue hecha con “naturalidad”.- recalcó esta última palabra haciendo comillas imaginarias con sus manos.

Todos nos le quedamos mirando. Y él a nosotros.

-¿Qué? ¿Acaso pensaban que actuaba en serio? Por favor, tengo 19. Todo se trataba de un trabajo que tenía que presentar para mi clase de Teatro en la escuela. ¿No es así, Edward?- Todos voltearon hacia mi novio, esperando su respuesta. Emmett le dio una mirada que Edward entendió y le respondió.

-Claro. Yo también lo hice, pero ya hace unos días. Mis padres pensaron que me debían llevar urgentemente al psicólogo por mi manera de actuar. Luego, les expliqué y se aliviaron.- rió ligeramente y dirigió su mirada a los señores Hale. Estos solo sonrieron dubitativamente.- ¿Pasamos a la sala?- él me tomó de la cintura y me llevó con él. Luego todos nos siguieron.

FIN FLASHBACK

El año nuevo también llegó y me la pasé muy bien con mis amigos y mi novio. Todos nuestros padres habían salido juntos a una cena de recibimiento del año nuevo, pero a su manera. Así que todos nosotros decidimos pasarla juntos también. Primero fuimos a cenar a un restaurante muy bonito. La comida estuvo deliciosa. Todos la disfrutamos… bueno, en especial Emmett y Jake. Sí que comen por montón. Luego, fuimos a la disco a la que fuimos Edward y yo cuando tenía poco tiempo de inaugurada. Gracias a Dios no hubieron problemas serios. Y digo serios, porque Rosalie tuvo que lidiar con un sujeto ebrio que se le quería ir encima. Pues, el individuo se equivocó de chica, porque mi amiga lo inmovilizó en un segundo y le propinó 2 bofetadas que dudo que el hombre olvide en su vida. Incluso, creo que hasta la borrachera se le fue. Nuestras parejas la miraban sorprendidos. Ver a Rose en acción era… alucinante. Luego, ella solo se arregló el vestido y el cabello y con una sonrisa, como si no hubiera pasado nada, se acercó a su novio, quien aún atónito la recibió por acto reflejo.

Después de bailar y divertirnos con los pasos de baile de Emmett, nos dirigimos a un lugar que Edward, Jake y Emmett decían era el mejor para recibir el año nuevo. Pero no nos dijeron dónde era ese lugar. Cuando llegamos, supimos que sí era un buen lugar para dar comienzo a un nuevo año. Se trataba de un mirador… pero no era un simple mirador. Parecía que todo había estado planeado por los chicos. Estaba todo decorado románticamente. Había una especie de mesa adornada que contenía botellas de champagne y copas. También habían collares amarillos, lentes, gorros, como para armar una fiesta allí. ¿Y la música? Pues, el estéreo del auto de Edward fue utilizado para amenizar el ambiente. Habían instalado muebles colocados en media luna y en el centro una alfombra que tenía escrita en ella la frase “FELIZ AÑO NUEVO”. Todo estaba genial. Las chicas y yo fuimos emocionadas hasta los muebles y nos lanzamos hacia ellos. Mientras tanto, los muchachos servían el champagne y llevaron las copas y las botellas hasta la alfombra en una especie de mesita con ruedas. Emmett nos repartió los accesorios que teníamos que usar y luego se unieron con nosotras. Cada quien tenía a su pareja abrazada. Todos veíamos el cielo, a la espera de los fuegos artificiales, que no tardaban en dar el espectáculo a nuestros ojos. Justo en ese momento, llevé mi mirada a todos los que estaban ahí. Parecían muy felices. Quería llevarme esa imagen cuando me vaya a Australia. Todos felices, como debe ser. No pude seguir viéndolos, ya que los fuegos artificiales llegaron en ese momento. Miramos las luces mientras nos saludábamos unos a otros con fuertes abrazos. Luego, volvimos a nuestras posiciones y nos quedamos charlando por horas, hasta que nos dimos cuenta que el sol estaba demasiado visible en el horizonte.

En esas horas de conversación, pude enterarme de lo que mis amigos harían en el nuevo año. Rosalie estudiaría Artes escénicas en Seattle, Emmett había recibido una beca para la misma universidad por ser el mejor deportista del instituto y estudiaría Arquitectura. Así que ellos dos, estarían en contacto siempre. Nessie también iría a estudiar a Seattle, Periodismo. Jake nos dijo que pediría un traslado a dicha ciudad y se mudaría ahí con su padre, ya que no quería estar lejos de Nessie por tanto tiempo, ya que sus guardias no le darían ni tiempo para viajar a verla. Ya había hablado con Billy del asunto, y él comprendió a su hijo; además, él se había encariñado mucho con Vanessa, así que no le objetó nada. Por último, Alice. Ella terminaría su año en el instituto y luego iría a estudiar diseño de modas, como era su gran sueño. Era la única que quedaría lejos de su Jasper, ya que él ya estaba en la universidad, pero estudiaba en el extranjero. Alice estaba considerando seriamente ir a estudiar a la misma ciudad que él. Pero eso aún no era seguro. Por el momento, ellos no querían saber nada de separaciones. Aún faltaba tiempo para que Jasper vuelva a la universidad.

Después de lo que hablamos, me di cuenta que eso que decían de que una vez que los jóvenes salieran de la escuela y supieran que les espera un mundo por descubrir, dejarían atrás todo… incluso esos novios a los que decían amar, era falso. Un adolescente sí se podía enamorar. No se trataba solo de un capricho. Lo veía en todos mis amigos, y en mí. Ahora esperaba que todos ellos pudieran hacer sus sueños realidad, al igual que yo.

Así, diciembre dio paso a enero y con ello, el día de la despedida llegó. Por supuesto, ese día no faltaron las lágrimas y abrazos prolongados. Fue muy triste despedirme de mis papás, después de haber vivido toda mi vida con ellos. Ahora, era tiempo de un nuevo comienzo junto a Edward.

-Hijita mía, te voy a extrañar muchísimo.- me repetía una y otra vez mi madre, quien no me soltaba de su abrazo. Parecía que habíamos pasado horas así.

-Yo también, mamá. Pero recuerda que ahora hay medios para estar siempre contactadas. Y yo siempre llamaré y me comunicaré contigo y con papá.- la traté de consolar.

-Lo sé, hija, lo sé. Solo… es difícil ver cómo te vas, cuando parece que fue ayer cuando te llevaba en mis brazos a todas partes.

-Oh, mamá.- mis lágrimas estuvieron presentes al instante. Para mí también era difícil. Mis padres y yo éramos muy unidos.

-Reneé, lo siento, pero ya es hora de abordar.- mi madre apretó más su abrazo y yo no pude más que responderle. Sentí otro par de brazos y me di cuenta que mi padre también se había unido a nosotras.

-Bells, sabes que te quiero mucho, hija. Tú y tu madre son mi vida. Y aunque para mí también es muy difícil dejarte ir, sé que será por tu bien. Solo te digo una cosa, Bella. Esa mujer no se te acercará. Lo prometo.

-Lo amo, a los dos. Siempre estaré agradecida con Dios por haberme dado unos padres como ustedes. Siempre.- deshice delicadamente el abrazo y me fui separando de ellos. Ahí estaban todos mis amigos presentes. Me despedí de todos ellos y también de mis suegros.

-Los quiero a todos. Muchas gracias por estar ahí cuando más los necesitaba y por llegar a mi vida de la manera más inesperada que alguna vez pude imaginarme. Gracias por su amistad. Es muy importante para mí. Siempre estarán presentes en mi vida.

Vuelo 3215 con destino a Canberra, último llamado para abordar.

El llanto me imposibilitaba hablar, así que solo pude mover mi mano a modo de despedida, mientras Edward tiraba de mí.  Los perdí de vista… ¡Rayos! Estuve a punto de correr nuevamente hacia ellos. No pensé que fuera tan duro. Pero gracias a Dios, Edward estuvo ahí y me abrazó muy fuerte, mostrándome que no estaba sola. Así, abrazados, subimos al avión. Yo me senté al lado de la ventana, así que mi vista no dejó de mirar el aeropuerto. Mi novio tomó mi mano y la apretó con cariño. Volteé a verlo. Sabía que esto era igual de difícil para él, pero me tenía a mí como yo lo tenía a él. Si estábamos juntos, todo saldría bien.

-¿Preparada para partir?- me preguntó.

-¿La verdad? No. Pero sé que todo saldrá bien.- Te tengo a ti, estudiaré Economía, la carrera que yo quería… viviría con Edward… hasta ahora no lo podía creer. Viviríamos juntos… por fin. Sentía cada día esa necesidad de no separarme de él y ahora que sabía que no había nadie de por medio para impedírnoslo, hasta me sentía eufórica.

-Y así será, amor. Así será. Siempre que estemos juntos, así será.- acercó su rostro al mío y nos besamos con lentitud. Nos acercamos todo lo que pudimos… era insuficiente, pero qué más daba. Cuando se necesitamos respirar, nos separamos.- Te amo tanto, mi Bella.

-Y yo más. Te amo.- recosté mi cabeza en su hombre y suspiré.

-Australia, allá vamos.- terminó Edward.

Una nueva aventura nos esperaba y estaba dispuesta a vivirla con Edward. Siempre con Edward.


Holaaaa chicas... me tardé demasiado????? perdónenme... en verdad lo siento, pero es k casi ni duermo, ya estoy en mis ultimas semanas de la universidad así k las cosas se están volviendo locas... y más yooo.... ahora, recién estoy escribiendo el cap 16, k como dije empezará a correr... espero de todo corazon poder terminarlo el fin de semana y de acuerdo a su apoyo de siempre, veré si lo cuelgo el domingo o el lunes... ustedes deciden... solo.... stán preparadas para el regreso de nuestra kerida Tanya???... ufff lo k nos espera, chicas... nos leemos prontito okz... y spero k les haya gustado el cap... byeeeee

Lyhaane.


Un agradecimiento a: Vampiressa, Jazz_666, Kriss, Marie10, Maacri_Cullen, Lolovampira, Silmo,  Rosiecullen, Rosemarycullen, MT_Cullen, Bellamariswan y Martha.... yy gracias tb a las chikas k no dan señales de vida, pero k están ahí... gracias por seguirme y por sus comments...

Capítulo 14: CHAPTER 14 Capítulo 16: CHAPTER 16

 
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