Forks, Washington.
Pov: Demetri.
Día 1: “EL POETA”
Después de escuchar los sabios consejos de mi hermana fui a arreglarme, Jane decía que el color negro me hacía lucir muy apuesto así que me vestí de negro, hoy empezaba mi semana de prácticas para enamorar a mi chica, hoy era el día uno, Jane me había asegurado que si seguía sus consejos Carol sería mía en una semana, eso ya lo veríamos.
Al llegar al instituto el aparcamiento estaba totalmente vació, después de un rato comenzó a llenarse, Jess luego me miró y se siguió derecho, al parecer había captado muy bien el mensaje y era lo mejor, de pronto Jane me dijo “Tú humana a la vista” lo susurró solo para que yo pudiera oírla. Me giré y ahí estaba el auto de mi chica, cuando la puerta se abrió estuve a punto de lanzarme hacia ella y abrazarla pero del auto no salió Carol, de nuevo el maldito perro había ido por ella para ir a la escuela, maldita la hora en que había conocido a ese inestable e insignificante cachorrillo, él le dio la vuelta al auto para abrirle la puerta a Carol y cuando ésta bajó del auto le plantó un beso a Paul, al parecer ella gozaba haciéndome sufrir.
Mi primer intento sería fallido, pero ya me las averiguaría para recitarle mi poema.
Las primeras clases pasaron sin mayor relevancia, a la hora de biología noté que Carol tenía gimnasia y mi laboratorio estaba a lado, la oportunidad perfecta para llevar a cabo mi plan “A”.
-Profesor Stewart ¿me permite ir al sanitario?-
-Ve Demetri y no tardes-al parecer la salida sería pan comido.
Me dirigí al gimnasio, era clase teórica sería fácil que la dejaran salir.
-Buenos días profesor Campbell, me permite a la alumna Carol, la llaman en orientación-
-Señorita McCarty salga y no se demore demasiado-
-Si profesor Campbell-salimos y ella se detuvo.
-¿Por qué rayos te mandaron precisamente a ti?-su voz sonaba furiosa, lucía muy linda cuando se enfurecía.
-Carol sólo quiero hablar contigo-
-Bien pues aprovecha porque ya estamos hablando y tu tiempo se agota-
La acorralé contra los casilleros y puse mis brazos cada uno a lado de su cabeza a modo de que no pudiera salir.
-Carol, ¿por qué eres tan mala conmigo?-
-¿Y ser patán no es malo también?-
-Carol, no me respondas con otra pregunta, contéstame ya sin rodeos-
-No tengo nada que decir-
-Bien pues yo sí así que aquí voy:
Ojos marrón
Cabello castaño
Eres hermosa
Y tu desprecio me hace daño-nunca en mi vida había recitado para una chica y debo admitir que era patético, era tan poco creativo.
-A mi no vas a impresionarme con unas palabrejas tan cursis-ella gozaba haciéndome sufrir no había nada que me doliera más que su desprecio.
-Carol, ¿y esto no te impresiona?-acerqué lentamente mis labios a los suyos acortando la distancia pero sin hacer contacto-Dime Carol que no te mueres porque esto pase-
Sin acortar distancia me susurró-Eres el hombre más ególatra que he conocido en mi vida, y eso es desagradable-su dulce aliento dio de lleno contra mi rostro y antes de que pudiera besarla se marchó. Vi a lo lejos su figura perfecta mientras me quedaba ahí enterrado en el suelo, odiaba que ella me hiciera sentir así, odiaba esa cálida corriente eléctrica que me recorría cada que ella estaba cerca de mí, odiaba su desprecio y también odiaba no poder tenerla entre mis brazos.
-Vi que Carol estaba contigo, dame los detalles, hermano dímelo todo, ¿cómo te fue?-Jane hablaba como desesperada.
-Jane yo en verdad creo que ella no está ni tantito interesada en mí, más bien creo que esta guerra está perdida-
-Demetri me avergüenzas, ese no es mi hermano, lucha por ella recuerda que no hay peor lucha que la que no se hace-
-Tienes razón Jane gracias por ser la mejor hermana-y sin más la abracé, a pesar de no ser hermanos biológicos la amaba y agradecía tenerla a mi lado.
Pov: Carol.
Era el poema más bello que me habían recitado jamás, las palabras aún hacían eco en mi cabeza.
-Bien pues yo sí así que aquí voy:
Ojos marrón
Cabello castaño
Eres hermosa
Y tu desprecio me hace daño-
Nunca nadie me había dicho unas palabras tan dulces y nunca nadie había provocado en mí los sentimientos que Demetri movía en mi ser, pero no podía ser estúpida y caer ante las garras de un patán de su calaña, yo jamás me enamoraría de un tipo como Demetri, de eso estaba segura además yo tenía a Paul y eso era más que suficiente.
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