Edward Cullen
Estaba más que feliz de llegar en mi dormitorio esa noche. Estaba cansado, el subidón de adrenalina ya había desaparecido. Sin embargo no lo habían hecho los efectos permanentes de las sustancias químicas creadas. Podía proteger a Bella. Tal vez no contra todo pero sí contra algunas cosas.
Me sorprendí cuando ella no discutió conmigo por el tema de su madre. Todo lo que quería era hablar con la mujer. Sabía que no iba a aceptarme pero por lo menos podría explicarle lo que sentía por su hija. Además, quería aclarar una cosa. Yo no iba a ir a ninguna parte y ninguna maldita cosa iba a cambiar. Solo Bella tenía ese poder.
Jasper y yo habíamos salido, dejando a las chicas arrastrándose a la cama a la una de la mañana. Me alegraba de que no fuese a durar para siempre. Tenía algunos asuntos que arreglar cuando volviese.
“Hey, Jazz… ¿Cuál es el mejor hotel de Shreveport?”
“¿Planificando una noche especial para Bella y para ti?”
“Sí, algo así ¿Tienes alguna recomendación?”
“Bueno, cuando puedo permitírmelo llevo a Alice al Horseshoe.”
“El Casino.”Pregunté dudoso. Los juegos de azar eran una forma de vida aquí, en Shreveport. Había cinco tragaperras, un casino con una pista para las carreras de caballos e innumerables pequeños casinos. Por lo que había entendido, todos los grandes hoteles eran casinos. También tenían unos de los mejores restaurantes en la ciudad.
“Sí, la llevé el día de su cumpleaños y casi le da un ataque. Le encantó cada minuto que estuvo por allí.”
“¿Podrías hacerme un favor y conseguirme el numero? Esta noche, si puedes.”Le pregunté en un tono suplicante. Era tarde y estábamos cansados, pero tenia que solucionar esa parte.
“Claro. Lo buscaré.”Se movió por el cuarto y oí el golpeteo de sus dedos contra el teclado.
No llevó más de cinco minutos que encontrase el número y que yo mantuviese mi estado de suspense. Golpeé con mis dedos por la impaciencia esperando que alguien contestase.
“Casino y Hotel Horseshoe, le habla Nancy ¿En qué puedo ayudarle?”Preguntó la mujer con un fuerte acento del sur.
“Sí, me gustaría reservar la mejor suite que tengan para mañana y el domingo hasta la noche, por favor.”
“Desde luego tenemos la suite Premium o la Luxury.
“Cual me recomienda. El precio no importa.”Dije sacando ya mi tarjeta de crédito para hacer la reserva.
“La Premium es mas espaciosa y tiene las mejores vistas.”
Me mordí la lengua, evitando decir que eso realmente no importaba pero decidí que explicarlo llevaría demasiado tiempo.”Esa estará bien. Además me gustaría hacer unos encargos especiales…”
Bella Swan
Después de limpiar rápidamente subí a mi cama. Estaba tan cansada que no me llevó demasiado tiempo dormirme.
Soñé con la llamada que tendría lugar en unas horas. Mi madre gritaría, Edward se enfadaría y yo, lloraría. No era algo que esperase con impaciencia. El sueño terminó cuando Edward se marchó, abandonándome, y yo cayendo el suelo. Literalmente, cayendo al suelo. Me desperté enredada en las sabanas y mantas. Froté mi mejilla dolorida, deseando que Edward estuviese allí para abrazarme. Nunca tenía pesadillas cuando él estaba junto a mí.
Después de eso estuve dando vueltas en la cama, no podía dormir. Me levanté alrededor de las siete y fui a la sala de estar. Alice ya estaba despierta y sonriendo intensamente. Gruñí por su entusiasmo. Al menos la casa y el jardín trasero estaban limpios, así no tendría que hacerlo ahora.
“Buenos días, tesoro.”Bromeó Alice, con una dulce sonrisa plantada en su perfecto rostro.
“Muérdeme.”Gemí, posando la cabeza sobre la encimera.
“Tú eres la vampira, no yo ¿Quieres un café?”
Asentí con la cabeza, sin quitarla de la encimera.
“¿Porqué tienes tanta… alegría… esta mañana?”Preguntó con sequedad.
“Edward quiere hablar con mi madre.”Mascullé.
Alice me dio una taza, ya estaba perfectamente hecho. Tenía que admitir algo sobre Alice, era una gran compañera de habitación.
“Ah, ya veo.”
“Algún consejo.”Pregunté antes de beber un trago.
“Invierte en Advil.”Dijo en un tono esperanzador.
“Gracias.”Refunfuñé.
Rodeó la encimera y me dio un gran abrazo.”Edward te ama, seguirá amándote tras haber hablado con la tonta del culo de tu madre. Así que ¿Qué harás después?”
“Al parecer vamos a irnos a un hotel. Dijo que se encargaría de hacer todos los arreglos y que todo lo que yo tendría que hacer era encargarme de organizar una maleta para dos días. No creo que dejemos la habitación hasta el lunes por la mañana.”
“Suena bien.”
“Aunque estoy un poco asustada.”Admití entre dientes. Alice cogió mi taza y la rellenó.
“¿Por qué tienes miedo?”Preguntó, levantando las cejas.
“Quiere enseñarme como es ser él.”Removí el líquido, como si buscase respuestas en él.
“Oh ¿Va a vendarte los ojos? ¡Qué travieso!”Rió tontamente.
“Alice.”Gemí su nombre.”Soy demasiado torpe para eso.”
“¿Por qué piensas que darás rienda suelta a tu poder destructivo en una habitación? Me refiero a que de verdad ¿Qué tipo de daño puedes hacer en una habitación?”
La miré mal y comenzó a reir.”Sabes exactamente lo que podría hacer. Ugh, acabaré matando a Edward o a mí misma.”
“Él no te dejará morir. Puede que termines con algunos moratones, pero hey, eres tú.”Siguió burlándose. Palmeó mi mano de forma reconfortante.”Bella, confía en él tanto como él confía en ti.”
“Lo hago.”Murmuré.
“Pues demuéstraselo esta noche.”
Edward Cullen
Después de arreglar algo más metí unas cosas más en mi maleta e hice el camino a casa de Bella. Mi nueva encontrada confianza todavía no dudaba pero estaba empezando a preocuparme por la llamada. No sabía lo que tenía que decir, o lo que ella diría. O si ella diría algo, en realidad.
Llamé a la puerta y sentí unos pequeños brazos que rodeaban mi cuello. Me encontré siendo inundado por besos que cubrieron mi rostro y me reí, cogiendo a mi dulce Bella.”¿Me echaste de menos?”
“Más de lo que alguna vez sabrás.”Contestó, solo había amor en su voz. Besó la curva de mi cuello, provocándome escalofríos en mi columna vertebral.
“Bien, prometo que no me alejaré de tu lado hasta el lunes por la mañana.”
“Suena como el paraíso.”
“También para mí.”Admití con una sonrisa. Volví a colocarla sobre sus pies.”Venga, permíteme que hable con tu madre y termine con esto.”
“¿Puede esperar hasta la próxima semana?”Preguntó débilmente.
“Bella, cuanto antes mejor. No quiero que pierdas a tu madre por mí. Estaré contigo cueste lo que cueste, quiero que lo recuerdes. Tu madre va a tener que aceptarlo. Cuanto antes se lo hagamos saber, mejor.”
“Bien.”Refunfuñó derrotada. Me quitó la mochila de mi hombro y la dejó en algún sitio. Me condujo despacio hasta su dormitorio.
Oí como marcaba los números.”Pon el manos libre ¿vale?”Le pregunté entre dientes. Mi mano encontró su muslo y le di un apretón de ánimo. Despacio tomé el teléfono de sus temblorosas manos.
Sonó dos veces antes de que alguien contestase. Una mujer desesperada comenzó a balbucear.”¡Oh! Dios Bella ¡He estado tan preocupada por ti! ¿Por qué no me has llamado? ¡No me importa si estas enfadada conmigo, no hay ninguna razón para que me ignores durante tanto tiempo! Estaba a punto de coger un vuelo hacia allí solo para hablar contigo…”
Apreté el muslo de Bella otra vez pero sabía que no iba a decir nada.”Hola ¿Sra. Dwyer?
“Sí, soy yo.”Dijo aun más desesperada.
“Ella está bien, Sra. Dwyer soy Edward Cullen y-“Me cortó antes de que pudiese terminar.
“Oh, tu eres ese chico.”
Sentí como el cuerpo de Bella se tensaba a mi lado. Sabía que estaba tratando de no gritarle al teléfono por lo que decidí tomar el control.”Sí, señora. Soy el hombre que sale con Bella y me gustaría hablar de algunas cosas con usted.”
“¿Cómo cuales?”Preguntó sonando más molesta que curiosa.
“Amo a su hija y no voy a dejarla. Puede que no sea capad de protegerla de todo pero estaré ahí para ella. No quiero que Bella sea infeliz. Al no hablar con usted.”Añadí, con un tono de voz firme.
“No hablar con ella también me hace infeliz.”Dijo entre dientes.
“Pero señora, con el debido respeto, hablando mal de mí también la hace infeliz. No tengo que gustarla, pero protegeré a Bella de las cosas que le molesten, incluso si se trata de su propia familia. Bella estaba empeñada y dispuesta a ignorarla el resto de su vida, yo no quería eso y sé que realmente ella tampoco. Por lo tanto, usted va a tener que encontrar un término medio.”
Creo que la sorprendí. Creo que también me sorprendí a mí mismo. Pasó casi un minuto hasta que respondió.”Solo quiero lo mejor para mi hija.”
“Entonces estamos de acuerdo en algo.”
“Por favor, dile a Bella que lo siento pero que sigo pensando lo mismo.”Dijo con un pequeño suspiro.
“Está bien. Es su elección, pero ¿Quiere lo suficiente a su hija como para guardarse sus opiniones para usted cuando hable con ella?”
Bella resopló a mi lado. Se levantó y se puso a andar por el cuarto.”
“¡Desde luego que la quiero!” Pero tengo que decirle-“
“No, usted tiene que dejarla vivir su vida y que decida sus propias decisiones. Si ella siente que soy bueno para ella, me quedaré. Si no, me marcharé. Pero usted no puede elegir por ella.”
“¡Solo quiero que Bella este feliz y a salvo!”Trató de defenderse.
“Mamá, soy feliz y estoy a salvo.”Bella cogió el teléfono de mis manos.
“Bella, mi vida-“
“No, mama escúchame. Amo a Edward. No va a dejarme. Él también me ama. Esperaba que estuvieses contenta por mí. Pero si sigues siendo tan cerrada de mente con tus ideas preconcebidas no volveré a hablarte. ¡Todo esto fue idea de Edward!”Bella gritó al última parte, su temperamento sacaba lo mejor de ella. Me levanté y la rodeé con mis brazos. Se apretó contra mi cuerpo, temblando ligeramente.
Me molestó que su madre pudiese influir tanto en ella. Había silencio al otro lado del teléfono y me pregunté si Bella habría colgado.
“¿Fue idea de Edward?”Preguntó finalmente.
“Sí.”Dijimos los dos a la vez. Acaricié su brazo izquierdo, tocando brevemente la pulsera antes de volver al teléfono otra vez.
“¿Puede al menos tratar de ser educada? Es lo único que pido.”Dije en un tono casi suplicante.
“Sí.”Refunfuñó despacio.”Nunca fue mi intención hacerle daño y Edward, estoy segura de que eres un buen hombre pero tienes que entender mi punto de vista.”
“Está bien. Pero, haré todo lo posible por cuidarla.”De verdad lo entendía, pero quería ser más fuerte que todo eso. Ella me hacía de esa manera.
“Bella ¿Vendrás a casa el día de acción de gracias?”Preguntó con esperanza.
“No, Charlie vendrá hasta aquí.”
Esta era la primera noticia que tenia. No estaba seguro de cuanto sabía su padre de mí y todavía tenía un poco de miedo a un jefe de policía que llevaba consigo un arma. Sin embargo, estaba seguro que cualquier hombre que saliese con Bella le temería.
“Oh, vale.”Dijo su madre, con clara tristeza en su voz.”Entonces, creo que hablaré contigo más tarde ¿de acuerdo?”
“Muy bien, mama. Te enviaré un correo electrónico el lunes.”
“Hablaré contigo luego, cielo.”Dijo su madre con más entusiasmo.
“Adiós mama.”Contestó Bella entre dientes.
Colgué el teléfono y lo lancé a la cama. Abracé a Bella y le acaricié el pelo. Respiró profundamente, aplastando la cara contra mi pecho.”¿Estás bien?”
“Sí.”Su boca envió una ola caliente a través de mi sweater.”Gracias.”
“¿Por qué?”
“Por amarme.”Levantó la cabeza y colocó un beso en mi barbilla. Apoyé mi frente contra la suya.
“Entonces también debo darte las gracias.”
Bella Swan
“¿A dónde vamos?”Pregunté total y completamente sorprendida.
“Horseshoe ¿Sabes cómo llegar?”
“Sí, Edward, sé llegar. Es gigantesco ¿Cómo podría perderme? Es demasiado caro. No quiero que gastes tanto dinero en mi.”Me quejé.
“Bella, es para mi también. Por favor, sígueme la corriente.”
“Edward…”
Estábamos en mi camioneta, pero aun no nos habíamos movido. Tiró de mí y me puso sobre su regazo.”Bella, deja que te lleve a un sitio bueno. Tengo algunos planes especiales y ya están puestos en marcha. Sería horrible cancelarlos ahora.”
“Bien.”Refunfuñé. Él sonrió y apretó sus labios lisos contra mi mejilla.
“Va a gustarte te lo prometo.”
“Me gustaría un motel si fuese contigo.”
Rió entre dientes antes de oler mi cuello.”Solo lo mejor para mi amante.”
La palabra amante me produjo escalofríos en la espalda y él lo notó. Me acercó más, besando mi oído. Capturó el lóbulo entre sus labios, succionando suavemente.”Eres un tramposo.”Gimoteé.
“No soy un tramposo, solo el que mejor sabe jugar a este juego.”Dijo con una hermosa sonrisa torcida. Mi corazón palpitó y olvidé lo que estaba pensando. Sacudí la cabeza antes de volver lentamente al lado del conductor.
El camino del Centenary al hotel no era largo. Fue una de las primeras cosas que vi cuando entré en la ciudad. El gran edificio de cristal dorado sobre el rio Red era difícil de ignorar. Nunca entendí el atractivo de estos lugares, pero tampoco había estado en alguno antes. Al parecer, si querías algo bueno para comer a las cuatro de la mañana estos sitios eran los indicados.
Aparqué el coche en el aparcamiento entrando por la puerta derecha. Mi camioneta oxidada no parecía fuera de lugar, para mi sorpresa. Cogí mi mochila del suelo del coche y Edward salió por la puerta. Ya estaba afuera esperándome, con el brazo extendido para que le tomase la mano.
Solo la zona de espera para los ascensores ya era una sala estrambótica con televisiones de pantalla plana y lujosas alfombras. Los ascensores eran de cristal.
Mientras bajábamos apareció en mi campo de visión una pequeña hilera de tiendas situadas en el centro del hotel.”Santo cielo.”Murmuré.
Era increíble. El suelo de mármol y una lámpara gigante de araña. Todo era de oro y brillaba a la suave luz. Un acuario tan grande como una pared estaba lleno de peces exóticos y corales. El sitio era enorme y un poco abrumador.
Encontré los mostradores en la recepción y me dirigí hacia ellos.”Bella, ya tengo la llave.”Me susurró Edward.
“¿Qué?”Pregunté sorprendida.
“Vine a buscarla esta mañana para asegurarme que todo estaba listo para nosotros.”
“No tenias por qué haberlo hecho.”Dije tercamente.
“Si, tenía que hacerlo. Debe de ser perfecto.”
“Será perfecto siempre y cuando estés contigo.”Dije dándole un pequeño beso.
“Me siento igual. Simplemente deja de discutir conmigo y vayamos a nuestra habitación, señora Swan.”Me dio una pequeña tarjeta de acceso negra y dijo.”Suite 1001.”
Caminamos hasta otro par de ascensores. Leí los botones con cuidado tratando de entender donde estaría nuestro cuarto. Estaba en el segundo piso más alto. Suspiré, sabiendo que Edward se estaba gastando demasiado dinero. Presioné el botón.
Edward me envolvió la cintura con sus brazos, presionando su pecho contra mi espalda.”Hueles increíblemente bien.”
“Me mimas demasiado.”
“¡De ninguna manera!”Me apretó juguetonamente mientras las puertas se abrían. Agarró mi mano y me llevó a lo largo del corredor.
Se detuvo frente a la habitación derecha, no era difícil de encontrar. Presionó su espalda contra la puerta manteniendo su agarre.”¿Confías en mi?”
“Con todo mi corazón.”Respondí sin reservas. Confiaba en él, incluso sin confiar en mi misma.
Sacó un pañuelo negro de seda de su bolsillo. Estaba preparado para esta noche, pensé para mí. Su mano subió y rozó mi mejilla. Cubrió mis ojos con cuidado y ató el pañuelo detrás de mi cabeza. Todo se volvió oscuro. Se inclinó hacia mí y presionó sus labios con los míos.”¿Puedes ver algo?”
“No.”Por alguna razón susurré la palabra.
Sus labios fueron hasta mi oído y su cálido aliento me acarició cuando habló.”Entonces déjame mostrarte mi mundo.”
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