Dejé a Edward y fui a casa para conversar con Alice, mi amiga y yo nos debíamos una larga conversación.
-No puedo creer lo que ese piojoso le hizo al malcriado. Bella amiga, desatas pasiones.
-Alice me sentí desesperada cuando Jake golpeo a Edward, fue terrible.
-¿Por qué? El engreído necesitaba que lo sacudan un poco. No niego que tengo a tu amiguito de La Push en mi lista negra, no sólo porque no se baña todos los días y porque viste horrible sino porque está obsesionado contigo. Te lo advertí Bella siempre he visto su mirada de perro rabioso, si hasta de mi tiene celos.
- Pensé que mataría a Edward, no lo pude resistir. Pero Jake es mi amigo, pasamos muchas cosas juntos me apena que se aleje.
- Y ahora cuéntame qué pasó después, vamos muero de curiosidad.
- Bien cuando llegamos a casa, conversamos, Edward me contó que yo le gustaba desde que nos conocimos en la librería pero que cuando se enteró que se tenía que casar conmigo pensaba que me interesaba el dinero. Después creyó que mis intenciones eran sinceras, lo de salvar a la familia.
- Pero porque siguió acosándote de esa manera, amiga soy testigo de que ese niño es terrible cuando quiere molestar.
- Porque le encanta verme molesta, no lo sé. El caso es Alice que me confesó que le gustaba y que me quería. Pero no se que me paso, él trato de besarme y lo eche a perder.
- Bella ya se que no sabes besar pero es instintivo, no creo que seas tan mala….
- No. Fue todo lo contrario. Me dejé llevar por el impulso, él iba muy lento y prácticamente me le tiré encima. Él se asustó y dijo una serie de cosas que me enfurecieron y peleamos otra vez.
- Cuando no los hombres echando a perder el momento. Si mantuvieran su boca cerrada el mundo sería distinto.
-Pero hoy por la mañana como que arreglamos un poco las cosas, o eso creí, porque
Él también me beso desesperadamente.
- ¿Y eso porque? ¿Ya le gustó o qué? No te tenía miedo.
- Dijo que lo había tomado por sorpresa y quería mostrarme lo que había sentido.
- Vaya el niño resultó respondón. Bueno no niego que me dejaste impresionada amiga. Yo pensé venir ahora y encontrar un campo de batalla. La casa hecha un desastre por las cosas que se podían tirar. Por eso pusimos muchos cojines y vajilla barata. Esme también tenía miedo Bella, pero por ti. Y mira como se volteó la tortilla. Ahora la pregunta de rigor. ¿Te gusta?
- Si me gusta muchos Alice.
- Bien. ¿Lo quieres?
- Creo que si, me encanta.
- Vamos bien. ¿Lo amas?
- Creo que me tomará un poco más de tiempo saberlo.
- Pues entonces como amiga y casi hermana mi consejo es que mantengas tus manos alejadas del sujeto hasta que no estés completamente segura. Bella, una cosa lleva a la otra y es peligroso. Sé que ya es tu esposo y que no tendrás que esperar a casare para entregarte a él, pero sólo hazlo cuando estés segura 100%.
- Si Alice, no volverá a ocurrir lo de ayer.
- Y mantenlo a raya, hasta ahora parece portarse bien pero con esa especie una nunca sabe. ¿Y en la luna de miel como se portó?
- Después de que salimos del encierro, bastante bien. Incluso nos divertimos conociendo Chicago, me llevó a casa de sus abuelos y hasta me dijo que me podía quedar con esa casa.
- Perece que por fin le está saliendo lo caballero.
- Bueno ya hablé mucho de mí. ¿Qué hay contigo y Jazz?
- Ay Bella, fue un sueño conocerlo. Creo que fue lo mejor que pasó en tu boda. Es el hombre de mi vida. Lo sé. Y es tan fuerte y gentil. Lo ví por primera vez cuando entré en la iglesia y él no dejaba de mirarme. Se me acercó a hablarme cuando terminó la ceremonia y durante la fiesta bailamos bastante. Pero lo mejor fue cuando ustedes se marcharon.
- Claro aprovecharon la ocasión. Mientras tu amiga se sacrificaba tu te divertías.
- No me digas que te sacrificaste porque eso ni tú te lo crees Bella. Siempre te gustó el malcriado yo ví como lo mirabas. Además aún sigo molesta por lo del bouquet.
- ¿Lo del bouquet?
- Claro lo tiraste y ni volteaste a ver quien lo atrapó, eso no es de una novia educada.
- Lo siento. ¿Tú lo atrapaste?
- Si. Fue sensacional. Sabía que estabas molesta y que lo arrojarías lejos. Así que me ubique detrás de todas las casaderas. Pero iba muy alto y tuve que saltar. Me hubiera roto la cabeza si un par de fuertes brazos no me atrapan en el aire...
- Jasper. Fue él verdad.
- Si amiga, prácticamente él también atrapó el bouquet que iba conmigo. Lo vez es el destino. Somos el uno para el otro. Desde ese día somos muy amigos, sé que estoy loquita por él pero le doy tiempo para que se dé cuenta de lo que siente por mí.
- Alice no me había dado cuenta de que es tan tarde. Ya oscureció y Edward no me ha llamado tenía que ir buscarle al instituto.
- Seguro algo se le cruzó por el camino.
Sentí entonces que un auto se estacionaba enfrente de casa. Era un mercedes negro precioso. Me preguntaba quién manejaría un auto así aquí en este pueblo.
- Es Jazz, Bella podemos invitarlo un momento, ahora es tu primo.
- Bien hazlo pasar, debo ofrecerle algo como buena anfitriona.
Fui a la cocina por un refresco y galletas. Cuando volví ya estaban conversando.
- Hola Bella, bonita casita, muy acogedora.
- Gracias Jasper, me alegro que te guste nuestro nidito de amor.
Alice soltó una risita comprometedora y yo me ruboricé un poco. Últimamente estaba siendo muy descarada. Después de unos minutos se levantaron para irse y los acompañe a la puerta tal y como mandan las reglas del anfitrión. Me agradaba tener visitas y mi propia casa.
- Hasta mañana amiga, que duermas bien y no te preocupes ya aparecerá tu Romeo.
- Si prima Edward no debe tardar, lo ví súper aburrido en casa.
- ¿Edward está en tu casa?
- Si llegó con mi papá hace un par de horas. Parece que hablaban de negocios.
- Gracias Jasper y adiós, cuida bien de mi amiga por favor.
- No hay de que preocuparse la cuidaré con mi vida.
Parecía un chico bastante sencillo no tenía ni una pizca de vanidad como los demás miembros de su familia. Pero lo que no entendía era que hacía Edward en casa de su tío y porqué no me había llamado. Decidí esperarlo un poco, no iba a correr por él a pesar de saber que en esa casa también vive Tanya.
Después de una hora de espera y con la cena lista, decidí llamarlo a su celular.
- Edward Cullen tengo la cena hecha más te vale que aparezcas por aquí pronto- Fue lo primero que dije cuando contesto.
Oí risitas al otro lado. Una mujer, perdón una arpía. Podría reconocer esa risita en cualquier lado. La resbalosa. ¿Y que hacía ella con el teléfono de mi marido?
- Ok Tanya, dile a Edward que si no llega para cenar iré a buscarlo. No creo que quiera que lo humille frente a su familia, ni tú que te arranque todos tus rubios cabellos
- Pero que celosa prima- oí su asquerosa voz
- ¿Y quién te ha dicho que estoy celosa? Para eso se necesita desconfiar. Y yo no desconfío ni un poquito de mi marido. Pero me presentaré allá si mi cena se enfría.
Y ruega a Dios de no provocar nunca mis celos porque te descuartizo rubia insípida.
Le colgué furiosa. Qué rayos, si estaba celosa. Pero no hay que desconfiar. Edward detesta a esa calabaza.
Menos de 5 minutos pasaron cuando oí el auto.
- Hola preciosa- dijo abriendo la puerta.
- ¿Dónde esta tu celular?- le increpé
Se hurgó los bolsillos y buscó en su maletín.
- Pues no lo sé, lo traía en la tarde. Se me debe haber quedado en casa de…
- ¿Y si lo tenías en la tarde no pudiste haberme llamado?
- Lo siento Marcus llegó de improviso y cuando me día cuenta…
- Ya estabas en casa de la insípida. Te llamé hace 5 minutos y me contestó ésa.
- Bella no estarás….
- Ni lo digas, sólo estoy molesta porque preparé la cena y se está enfriando.
- Gracias. La primera cena en casa. Eso merece un brindis.
- No tenemos nada con que brindar. Ve a darte un baño, le pediré prestada una botella a mi mamá.
- Bien, no olvides las velas.
- No lo olvidaré.
Me puse el abrigo y fui a casa de mis padres, sólo estaba a 50 metros. Al llegar me di cuenta que había un auto demás. La camioneta de Billy había olvidado que hoy era día de visita y juego en la televisión.
Entré decidida. Charlie y Billy estaban frente al televisor como siempre. Jake y Emmet en el comedor y mi madre en la cocina.
- Brujis, llegaste. ¿Ya te peleaste con el pianista?
- Hola Emmet, Jake. Hola papá- y corrí a abrazarlo. – Hola Billy.
- Hola Bella, que gusto verte, justamente quería hablar contigo.
- ¿A cerca de?- lo miré intrigada.
- Verás Bella sé que tu matrimonio es una farsa pero a pesar de todo eres una Cullen y pues es necesario avisarte.
- ¿Me asustas, pasa algo con mi nueva familia?
- Verás, tus nuevos tíos tienes muchos negocios algo retorcidos. Uno de ellos es dedicarse a la extracción de madera. Habíamos firmado hace años un tratado con el gobierno para extraer y reforestar de modo que no se viera afectado el ecosistema pero al parecer ellos han negociado con algún empleado del gobierno y han desestimado la administración de la reserva. En otras palabras no han hecho a un lado y han tratado de irrumpir con su maquinaria para talar parte del bosque en el que vivimos.
- Pero Billy, eso es terrible. ¿Qué han hecho para detenerlos?
- Las obras están paralizadas porque los hemos saboteado. Hemos puesto una demanda y nos apoyan los locos de Greenpeace pero tememos que nos ataquen en la noche y que entren en la reserva.
- No lo puedo creer- Dije sentándome, no sabía que Marcus empleaba así parte de nuestro patrimonio. Era despreciable.
- ¿Acaso no puedes creer que tu familia sea así?- Era la voz de Jacob.
- No dije eso, es sólo una expresión. Marcus Cullen es capaz de todo.
- Todos los Cullen son despreciables- dijo mi amigo.
- Jake cállate- dijo su padre. –Bella, por eso quería hablarte, no es conveniente que vayas por La Push de ahora en adelante, hasta que las cosas se calmen. Después de todo legalmente eres una Cullen y los chicos no saben porqué te casaste. Sé que ayer estuvieron por allí tu y ese joven. Suerte que sólo los vio Jake.
- Si, aunque él tampoco fue muy cortés que digamos Billy.
- ¿Te hizo algo?
- Sólo le dí un escarmiento al idiota ese- dijo Jacob.
- Jake por favor.
- ¿Porque no les dices a tus padres que lo quieres? ¿No fue eso lo que me diste a entender anoche?
- ¿Bella qué es lo que pasa entre ese chico y tu?- oí la voz de mi padre a mis espaldas.
- No pasa nada papá- dije asustada. –Es sólo que querían matarse anoche y tuve que hacer algo.
- Claro sólo lo defendiste- dijo Jake con cara de haber descubierto América
- Bella hija, que gusto verte de nuevo, he estado tentada toda la tarde a ir a tu casa- dijo mi madre abrazándome.
- ¿Porque no lo hiciste mamá? Me he pasado la tarde con Alice.
- ¿Tal vez no quería molestar a los recién casados?- dijo mi hermano tan oportuno como siempre.
- Bella esto no me gusta nada, estás emparentada ahora con esa familia deshonesta y ruin. No niego que Carlisle y Esme son diferentes pero todos los otros son despreciables. ME arrepiento de haber permitido algo así- Dijo Charlie molesto.
- No todos son así papá- Dije defendiéndolos, pensando en Jasper y en Edward.
- Tienes razón Bella, Rose tampoco es mala persona- Dijo mi hermanito.
- ¿Rose? ¿Te refieres a la insípida gemela de Jasper? Con razón la miras tanto- dije sonriendo porque acababa de darme cuenta de que al grandulón le gustaba esa Barbie.
- Te prohíbo tener alguna relación con alguna Cullen- dijo mi padre mirándolo.
- ¿Porque a mi me prohíbes eso y permitiste que Bella se casara con uno de ellos?- se quejó Emmet.
- No sabía como eran ellos antes. Además tu hermana se casó para ayudarnos, ahora no se si haya sido buena idea. Bella debes tener tus maletas hechas, si esto se pone peor te sacaremos de esa casa- sentenció mi padre.
- No tendrías que repetírmelo dos veces Charlie- dijo Jake sonriendo.
- Pues no he visto que Bella se queje de su matrimonio ¿verdad hermanita?- dijo Emmet. Me quedé helada y paralizada temiendo que el sin cerebro abriera la boca. Pero al parecer entendió mi gesto y no habló más.
En ese momento llamaron a la puerta y Jake se apresuró en abrir.
- ¿Dónde está mi esposa?- oí la voz divertida de Edward.
- Bella está aquí con su familia- dijo Jake
- ¿Y entonces que haces tu aquí?- preguntó mi esposo.
- No lo quiero aquí- me dijo mi padre al oído.
- Eso es injusto- le dije sin poderme contener. –Edward no es como su demás familia, él es bueno. Y fuiste tú quien me metió en esto papá.
- Y estoy arrepentido Bella.
- Yo no papá y si él no puede venir aquí, entonces yo tampoco- le dije dejando mi asiento y dirigiéndome hacia la puerta.
- Bella cariño, la cena ya se enfrió- dijo Edward sonriéndome.
- Ya deja de fingir Cullen. Ya nos dijo Bella que sólo dijo anoche que te quería para evitar que te partiera el alma- susurró Jake para que los demás no oyeran.
- ¿Les dijo? A ti y a cuantos más
- Pues toda su familia. Todos sabemos que su matrimonio es solo pantalla pero estamos al tanto de lo que hace tu familia, si hay algún ataque a la reserva personalmente me encargaré de llevarme a Bella fuera de tus garras.
- ¿Y con qué derecho piensas poner tus patas sobre mi esposa?
- Su padre ya está arrepentido de haberla sacrificado. Sólo es cuestión de tiempo para que la quiera de vuelta en su casa. Y entonces me la llevaré.
- Bella si este perro pone una sola pata en casa te juro que te quedas sin amigo. Ahora vámonos que tengo mucha hambre- dijo Edward perdiendo la paciencia. Este asunto estaba complicándose y no quería estar en medio de otra gresca.
- Un segundo Edward voy por la botella de vino- y entré corriendo a la casa para pedirle a mi madre que me prestara una.
- Emmet, no permitas que se maten- le dije a mi hermano para que vigilara a ese par en la puerta.
- Mamá, ¿podrías prestarme una de tus botellas de vino tinto? Prometo devolvértela, queríamos celebrar nuestra primera comida en casa y ponerle nombre a nuestro hogar.
- Bella me sorprendes hija. Pensé que estarías pasando malos momentos y me sentía fatal. No niego que cuando conocí a ese muchacho me impresionó lo guapo que era. Pero al verlos peleando siempre supuse que no se llevarían bien.
- Digamos que tenemos una tregua de mutua cooperación mamá- dije buscando un pretexto.
- Bueno ten el vino, pero no le digas a tu padre, no quiero que tenga otro motivo para odiar a tu nueva familia.
- Gracias mami. Te veré mañana- y le di un beso de despedida y me escondí la botella en el abrigo.
- Nos vemos Billy. Adiós papá.
- Bella ven a casa cuando quieras y llámame si algo pasa no dudes que iré a buscarte de inmediato- dijo Charlie.
- Si papá
Cuando llegué a la puerta Jake estaba solo. Creí que Edward se había marchado pero pude verlo unos metros mas allá conversando con mi hermano.
- Hasta pronto Jake gusto saludarte.
- Bella no tienes que hacer esto, no me cansaré de repetírtelo. Sólo regresa a tu casa. No pases más tiempo con él. Te lastimará, tarde o temprano lo hará.
- Jake, quiero que mi matrimonio funcione por favor, no intervengas.
- Como que funcione. ¿Estás loca Bella?- y el tono de su voz fue un poco amenazante. Edward estaba junto a mí en dos segundos y lo empujó.
- ¿Cómo te atreves a levantarle la voz?
Pero mi hermano y sus dos metros se pusieron en medio de ellos.
- Vamos chicos, calma. Hay Bella para todos. Mi hermana, tu amiga y tu esposa- dijo mirándome, luego a Jake y finalmente a Edward.
- Nos vemos Emmet. Gracias- le dije abrazándolo. Y sin mirar atrás caminé hasta mi casa. Pude sentir los pasos de Edward siguiéndome.
Entré a casa, calenté la comida y use la mesa.
- Olvidaste las velas- dijo Edward. –Pero no pienso dejarte ir por ellas, no es importante.
- Sabes, ya me estoy cansando que me digan lo que puedo y no puedo hacer. De ahora en adelante voy a actuar como yo quiera e iré a donde quiera. Al diablo con mi padre, contigo, con Jake y hasta con Billy.
- Está bien. Cálmate, de eso quería hablarte. Sobre la reserva de tu amigo.
- Edward la cena se va a enfriar otra vez.
- Comamos entonces y luego conversamos.
Nos sentamos y brindamos. La cena a pesar de estar calentada sabía bien.
- Eres buena en la cocina, esto está delicioso.
- Gracias- dije todavía preocupada.
- Debemos repartirnos los deberes. Ya sabes no quiero que te quejes después de que no hago nada- dijo otra vez de buen humor.
- Eso me parece genial. ¿Qué propones?
- Tú puedes cocinar ya que te queda genial la comida. Yo puedo limpiar todo lo que ensucies y lavar los servicios. Nos turnaremos para limpiar la casa y como soy el que más ensucia el baño yo lo limpiaré. Los sábados podemos ir de compras para abastecernos. Si quieres yo puedo hacerlo pero me das la lista completa. Y me agradaría tener una libreta para anotar los gastos. Sería terrible quedarnos sin dinero a mitad de mes. Tengo una cuenta de ahorros, no hay mucho pero podría sacarnos de alguna emergencia. Mañana pasaré por el banco para sacar otra tarjeta a tu nombre. Y a pedir servicio de teléfono para la casa.
- Eso suena bien. Te oyes como todo un esposo responsable.
- Y yo brindo por eso- dijo levantando su copa. Ya casi íbamos por la mitad de la botella.
-Edward Billy, el padre de Jacob, me dijo hace un rato que no podíamos ir a La Push.
- Ya no hay problema Bella. Hablé hoy con Marcus. A pesar de no poder manejar nuestro dinero aún, tenemos voz y voto en la compañía. Le dije que no cuente conmigo para ir talando árboles, aunque ese negocio es bastante rentable el daño que se hace es prácticamente irreparable. Además pude observar ayer que ese bosque es precioso, no permitiré que lo destruyan. El sábado que viene debemos ir a Seattle para una reunión de directorio.
- Gracias Edward- dije terminando de comer y llenando su copa nuevamente. Me sentía tan a gusto con este hombre. Su manera de ver las cosas en casa y en la vida me fascinaban.
Tomamos la última copa sentados en el sillón. Ya estábamos muy animados y nos reíamos de todo.
- Me hubiera gustado ver la cara de Tanya cuando le dijiste que la ibas a descuartizar- se reía Edward.
- He estado molestándola durante todo el día, haciéndole creer que teníamos mucha actividad y que siempre tengo hambre- le dije riéndome también.
- Entonces era eso lo que me insinuaba hoy- dijo pensando.
- ¿Qué te dijo la muy ofrecida?
- Que había oído de mis talentos. Pero no le entendí, pensaba que se refería al piano. Que tonto, me ofrecí a tocarle algo pero en ese momento me fijé en la hora y le dije que mejor otro día porque era tarde- y se rió más fuerte aún.
- Si le tocas algo te descuartizo a ti Edward Cullen- dije amenazándolo.
- Me encanta cuando te pones así de celosa- dijo tomándome entre sus brazos y besándome suavemente. Yo le correspondí también, solo que esta vez me aseguré de no cometer ninguna locura.
- Si tu amigo no para de decir tonterías yo también lo voy a descuartizar- dijo sonriéndome
- Olvida eso. Yo te quiero- le dije y volvió a besarme. Era adictivo, como un dulce que no puedes dejar de comer.
Tenía mucho sueño a pesar de que mi corazón latía a prisa. El vino me había relajado.
Me tomó entre sus brazos y me llevó hasta mi habitación.
- Voy a cambiarme- dijo y salió. Me puse mi pijama esperando a que regresara, después de todo no me había dado las buenas noches aún. La cabeza aún me daba vueltas y me sentía mareada. Cuando él volvió yo ya estaba acostada y casi dormida.
- Buenas noches mi dulce y preciosa esposa- le oí decir.
- Buenas noches Edward- dije entre sueños.
Le oí tararear algo que me relajó más aún y empecé a soñar con él.