Gianna. El dulce despertar

Autor: CarolCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 23/12/2010
Fecha Actualización: 07/03/2011
Finalizado: SI
Votos: 57
Comentarios: 207
Visitas: 168878
Capítulos: 50

TERMINADO

 


 

Cuadré los hombros y fui a enfrentarme con mi suerte; ¿vida o muerte? simplemente me daba igual; yo ya no era nada sin su amor; yo le queria más que a mi propia vida y el se fue; dejandome en la penumbra. 

El me prometió tantas cosas; me dijo que me queria, que yo era su existencia, que no se explicaba como un demonio como el había encontrado a un ángel como yo... y a decir verdad yo me lo creí; estaba ilusionada, por primera vez me sentía querida, pero por un simple accidente se fue.

Yo solo quería despertar de este largo sueño, en el cual me creí que un ser tan hermoso, un arcángel como el se enamoro de una simple humana como yo.

 

 

 

Bueno chicas; aquí tenéis un nuevo fic.

Este fic va sobre Los Vulturis, mi familia favorita; y sobre todo va de una persona en especial; la cual no se la ha dado mucha importancia. Gianna (la recepcionista de Los Vulturis) 

Ya se que en Amanecer dan a entender que ella ya no esta presente, es decir que la aniquilaron, pero yo queria darla otro final, un final ''feliz'', aunque eso no quiere decir que la transformé...

En fin no voy a dar más detalles; solo quiero que sepáis que esta historia estará llena de pasión, amor, drama, lucha; en fin de todo un poco.

Espero que os guste esta nueva historia y me gustaría saber vuestra opinión; espero sus comentarios y sus votos. Gracias.

- CarolCullen.

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Capítulo 13: Simples miradas

Pov Gianna.


Renata y yo llegamos a la gran sala en la cual estaban todos presentes. Por primera vez no quise recorrer con la mirada a la guardia; no me quería encontrar con su rostro, el de Demetri. Tenia que aprender a vivir sin el, tenía que olvidarle por completo, ya que su rechazo, sus cambios de personalidad me hacían daño.
En cuanto me vio Aro se levanto de su trono y vino hasta mi, Renata se despegó de mí y se coloco entre los tronos de Marco y Aro.
Este venía hacia mí con cara de preocupación, ¿tal vez me hubiese escuchado llorar? Poco a poco le iba cogiendo cariño a Aro; pero me seguía extrañando su comportamiento. Yo nunca había tenido una figura paterna en mi vida; siempre me había cuidado sola, pero la actitud de Aro me agradaba.
Este se acercó a mí y acunó mi rostro entre sus manos.

- Mi dulce pequeña - dijo con cariño - ¿que te ocurrió? ¿te encontrabas mal?

Vacilé por unos momentos, pero al final le contesté

- Para que mentirte - dije intentando sacar una sonrisa - si... pero ya estoy mejor

- Me preocupas Gianna; no me gusta verte así, ¿quien te hizo llorar? - dijo mirando a Demetri

- Nadie, nadie tiene la culpa, solo la tengo yo. Pero no pasa nada; ya esta solucionado - y lo que decía era verdad, ese dolor que sentía muy pronto se iría; ya que había tomado la decisión correcta

- Mi Gianna... - dijo mientras me acariciaba la mejilla

- Gracias por preocuparte Aro

Y en ese momento me salió del alma; le di un beso en la mejilla; el intentaba ayudarme, intentaba ser un padre para mi; el ya había visto lo mal que lo había pasado, e intentaba hacerme olvidar el pasado y por así decirlo feliz.
Este se sorprendió ante mi gesto, yo lo único que hice fue sonrojarme, ¿y si había hecho mal?

- Lo siento si te molestó... - dije agachando la cabeza

Aro con una de sus frías manos subió mi rostro para poder encontrarme con su mirada.

- No permito tus disculpas - dijo mientras me sonreía - ahora ve y colócate al lado de Renata, que al parecer os habéis hecho grandes amigas, y eso me gusta. - dijo mirando a Renata - enseguida vendrán Heidi, Jane, Santiago, Félix y Alec.

- De acuerdo - dije mientras me separaba de el

Mientras que iba caminando hasta los tronos me di cuenta de que Sulpicia y Athenadora no estaban presentes. Mire confundida a Renata. Cuando llegué a la posición que me indicó Aro le pregunte el porque de su ausencia; pero justamente cuando iba a abrir la boca para preguntarle ella me cortó

- Ya se lo que me vas a preguntar... y yo también debo decirte que me parece extraño, pero no tanto como aparenta... creo que se los motivos

- ¿Y cuales son?

- Yo creo que debería decírtelos luego, ¿no crees? - dijo con una sonrisa

Entonces aparté la vista de ella y me centre en los demás; había algunos que estaban escuchando nuestra conversación, y el primero de ellos era Demetri, este en cuanto me vio apartó la mirada de mi, parece que el había captado el mensaje, mejor así.

- Tienes razón - dije mientras la volvía a mirar

Pasaron los minutos y yo todavía seguía de pie, me estaba cansando, los demás estaban como estatuas en su sitio, mirando al frente, y yo ya no sabía lo que hacer.

- Tranquila Gianna - me dijo Marco sin ninguna expresión - ya vienen, están entrando al castillo

- Ya era hora - dije en un susurro

Ante mi comentario Marco sonrió. Era vez que le veía una sonrisa en la cara; siempre estaba aburrido.

Por unos momentos le mire incrédula hasta que sentí como las puertas de la gran sala se abrían.
En la gran sala entraron todos; Heidi, que ni siquiera me miró; Jane, me miró con indiferencia; Félix que me guiño un ojo, en ese momento las palabras de Renata pasaron por mi cabeza ''se lo que sientes por Demetri, yo también siento lo mismo por Félix'' mire por el rabillo del ojo a Renata; su mirada estaba centrada en Félix. Seguido de este entro Santiago; cuando le vi mi corazón dio un pequeño vuelco y ante ese vuelco a mi cabeza vino mi sueño, y con el un escalofrío, este me miro con adoración. A decir verdad le había echado de menos, lo menos que puede hacer fue dedicarle una de mis mejores sonrisas, y el último en entrar fue Alec.
Su rostro era el más angelical que había visto, un rostro lleno de ternura, de dulzura y de inocencia; sabía que tenía trece años, pero aparentaba dieciséis, algo dentro de mi me hizo reaccionar, fue como una brisa de aire fresco. Me le quede mirando durante unos segundos; este se dio cuenta de mi mirada y también me miró; en el había una expresión extraña; pude notar como una conexión se entrelazaba ante nuestras mirados; algo dentro de mi quería protegerlo, cuidar de el... apenas había cruzado cuatro palabras con el, pero era un sentimiento tan fuerte.
Pude ver como Aro hablaba con Jane, pero no le hice caso, mi mente estaba en otra cosa, en la dulzura de Alec.
Podía sentir que el también había sentido algo extraño al mirarme, lo intuía, seguimos mirándonos hasta que Alec desvió la mirada y se centro en Aro.
El hechizo se apagó, desperté de esa mágica conexión. Por un momento, al mirar a Alec se me olvido todo el dolor que sentía, y eso lo agradecía.
Aturdida mire a Santiago, este estaba con la mirada perdida en alguna parte, pero parecía que estaba dolido, ¿por que sería?

- Me alegra teneros de nuevo a mi lado - dijo Aro con una sonrisa - tal vez tengáis sed, ¿no?

- La verdad es que si amo - dijo Jane

Pude ver como Heidi se adelantaba un paso,  esperando las palabras de Aro, pero este en vez de mirarla me miró a mi.

- Querida ven por favor - me dijo alargando una de sus manos
 
- ¿Si? - dije mientras me colocaba a su lado

- ¿Por que no haces tu el trabajo de Heidi?

Del pecho de Heidi nació un leve gruñido, estaba molesta y confundida

- ¿Por que ella? - preguntó Jane

- Querida mía - dijo Aro con una sonrisa - no sabéis lo que os habéis perdido.  Gianna sabe perfectamente escoger a nuestras victimas; verdaderamente una delicia; y a decir verdad conseguía más turistas que Heidi...

La cara de Heidi era todo un poema; la habían humillado en público; tenía que hacer algo, yo no quería tener otra enemiga más

- Aro - dije interrumpiéndole - creo que es mejor que lo haga Heidi, lo mío fue pura suerte. Prefiero que lo haga ella; ya sabes como sentí cuando lo hice... no me gustaría estar de nuevo en esa situación, aunque si tengo que hacerlo lo haré; pero es el trabajo de Heidi

- Entiendo... bueno Heidi, ve y haz tu trabajo - dijo Aro resignado

Heidi me miro llena de rabia, perfecto... otro problema más que añadir a mi vida.
Heidi se fue dejando un profundo silencio.

- Es mejor que me vaya; ¿alguna cosa más antes de irme? - dije mirando a Aro

- No querida, te puedes ir a casa. Te veré mañana; y por favor Gianna no me hagas sufrir, ¿quieres? - dijo mientras me dedicaba una sonrisa. Yo ya sabía a que se refería.

- Descuida Aro - dije mientras le guiñaba un ojo.

Mientras iba caminando hacia la salida pude sentir una mirada nueva sobre mi, la de Alec.

Capítulo 12: El no me hace bien Capítulo 14: Diversas sensaciones

 


Capítulos

Capitulo 1: Extraña existencia Capitulo 2: Primeras impresiones Capitulo 3: Todo está perdido Capitulo 4: ¿Alucinaciones? Capitulo 5: Todo por ella Capitulo 6: La gota que colmó el vaso. Capitulo 7: En brazos de otro Capitulo 8: Difícil de explicar Capitulo 9: Diferentes sueños Capitulo 10: Culpabilidad Capitulo 11: Consecuencias Capitulo 12: El no me hace bien Capitulo 13: Simples miradas Capitulo 14: Diversas sensaciones Capitulo 15: Hermanos Capitulo 16: Verdades Capitulo 17: Nada es lo que parece Capitulo 18: Charla pendiente Capitulo 19: Descubrimientos Capitulo 20: El jardín Capitulo 21: ¿Luchar por ella? Capitulo 22: Algo nuevo nació Capitulo 23: Se tu misma Capitulo 24: ¿Por qué? Capitulo 25: ¿Posible solución? Capitulo 26: Fuera de tu alcance Capitulo 27: Las mismas sensaciones Capitulo 28: Confesiones Capitulo 29: Una parte desconocida Capitulo 30: Segundas oportunidades Capitulo 31: Todo estaba planeado Capitulo 32: Por mi misma Capitulo 33: Santiago Capitulo 34: Entre dos aguas Capitulo 35: Amarga tortura Capitulo 36: El comienzo de una historia Capitulo 37: Eterno dilema y algo más Capitulo 38: Después de la dicha vino el dolor Capitulo 39: Tomando forma Capitulo 40: Llegó el olvido Capitulo 41: Todo encaja Capitulo 42: Ojala Capitulo 43: Nada está perdido Capitulo 44: No tan pronto Capitulo 45: Un nuevo trabajo Capitulo 46: Dejando paso a la felicidad Capitulo 47: Mi pasado Capitulo 48: Libertad Capitulo 49: El amargo otoño Capitulo 50: Segunda parte

 


 
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