Gianna. El dulce despertar

Autor: CarolCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 23/12/2010
Fecha Actualización: 07/03/2011
Finalizado: SI
Votos: 57
Comentarios: 207
Visitas: 168892
Capítulos: 50

TERMINADO

 


 

Cuadré los hombros y fui a enfrentarme con mi suerte; ¿vida o muerte? simplemente me daba igual; yo ya no era nada sin su amor; yo le queria más que a mi propia vida y el se fue; dejandome en la penumbra. 

El me prometió tantas cosas; me dijo que me queria, que yo era su existencia, que no se explicaba como un demonio como el había encontrado a un ángel como yo... y a decir verdad yo me lo creí; estaba ilusionada, por primera vez me sentía querida, pero por un simple accidente se fue.

Yo solo quería despertar de este largo sueño, en el cual me creí que un ser tan hermoso, un arcángel como el se enamoro de una simple humana como yo.

 

 

 

Bueno chicas; aquí tenéis un nuevo fic.

Este fic va sobre Los Vulturis, mi familia favorita; y sobre todo va de una persona en especial; la cual no se la ha dado mucha importancia. Gianna (la recepcionista de Los Vulturis) 

Ya se que en Amanecer dan a entender que ella ya no esta presente, es decir que la aniquilaron, pero yo queria darla otro final, un final ''feliz'', aunque eso no quiere decir que la transformé...

En fin no voy a dar más detalles; solo quiero que sepáis que esta historia estará llena de pasión, amor, drama, lucha; en fin de todo un poco.

Espero que os guste esta nueva historia y me gustaría saber vuestra opinión; espero sus comentarios y sus votos. Gracias.

- CarolCullen.

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Capítulo 11: Consecuencias

Pov Gianna.


Intenté taparme los oídos, pero fue demasiado tarde. Estos captaron los gritos de la gran sala; eran desgarradores, aterradores; un fuerte dolor en mi pecho me invadió; solo de pensar en que yo había acabado con la vida de esos muchachos... ¿por que me sentía culpable? yo sabía lo que me esperaba al entrar a este trabajo, sabía lo que tenía que llegar a hacer; sabía que tenía que ser fría; sin ningún aprecio por la vida humana, salvo la mía, pero era imposible.

Sentía como mi mundo se me iba de las manos; me sentía débil, la culpabilidad era demasiado grande; tenía ganas de llorar, en ese momento me hubiese gustado estar en el lugar de esos chicos; aunque yo moriría; lo haría tranquila.

''Se egoísta Gianna, piensa en ti nada más, solo en ti.'' Esas palabras rondaban por mi mente; estaban grabadas en mi cabeza; y esas palabras decían la pura verdad, tenía que ser fría y solo pensar en mi; pero ¿como lo haría?

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, sentí que mis piernas cedían... espere a sentir el fuerte golpe contra el suelo, pero unas manos frías lo impidieron. Estas aferraron mi cintura con dulzura; evitando mi caída. 

No sabía quien había sido, quería verle el rostro, aunque algo me decía que yo ya conocía a mi salvador. Su aliento frío y excitante chocó contra mi nuca; haciendo que respirase con dificultad; sus manos todavía seguían aferradas a mi cintura.

Este me atrajo hacia el y delicadamente me dio la vuelta; en ese momento le vi el rostro.

Estaba lleno de preocupación y de agonía. Era Demetri; pero,¿por que hacía esto? unas veces me ignoraba, otras me hacía caso, otras... en definitiva, era bipolar

- ¿Te encuentras bien? - dijo mientras me perdía en su mirada

Me daba igual que dentro de dos horas me ignorara; me daba igual que dentro de un año no me hablase o simplemente que mi vida se terminase. Quería tenerle conmigo, quería un hombro en el que poder llorar; quería desahogarme; contarle mi malestar...

Sin decirle nada me abracé a el, escondí mi rostro en su pecho y empece a llorar. Me encontraba mal, solo quería algo de consuelo por su parte, solo quería sentirle.

Este se sorprendió ante mi reacción, se quedo parado ante mi contacto, vaciló unos instantes y me rodeo entre sus brazos. A pesar de su contacto frío me sentía bien; me sentía correspondida. Mientras que mi corazón iba en aumento y mi respiración tambien debido a su contacto y al llanto este lo único que hizo fue acariciarme el pelo.

Después de unos pocos minutos, cuando sentí que mi mente se relajaba me separé de Demetri. Este estaba con los ojos cerrados, pude comprobar que su camisa estaba empapada

- Lo siento - dije avergonzada

Este abrió los ojos y me miró con dulzura

- No pasa nada; es solo una camisa, ¿estás mejor?

- Si mucho mejor; gracias por consolarme - dije mientras me limpiaba las pequeñas gotitas de agua que se encontraban en mis mejillas

- Sinceramente no he hecho nada - dijo desviando la mirada 

- Te equivocas, aunque no lo creas me has ayudado; necesitaba despejarme, tengo muchas cosas en la cabeza... y lo de hoy; fue la gota que colmó el vaso

- ¿Que te ocurre? - dijo este ansioso

Quería contarle todo, quería arremeter contra el y decirle que me explicase sus cambios de humor... pero no me atrevía; no sabía como salir de esa situación, su mirada me incomodaba. Desvié la mirada hacía mi lado izquierdo, y me encontré con Renata; mi salvación. 

Esta nos miro con curiosidad; pero no dijo nada, solo de su perfecto rostro nació una sonrisa realmente encantadora. A decir verdad nunca había tenido relación con ella; pero parecía agradable; ella era una de las pocas que no me miraba con odio.

- Por fin te encuentro Gianna; Aro solicita tu presencia... pero creo que en otras condiciones - dijo mientras soltaba una maravillosa carcajada

- ¿Que condiciones? - dije asustada

- Adiós al maquillaje; ¿por que has llorado? - dijo esta mientras me acariciaba la mejilla

- Dejame ir a arreglarme y ahora voy

- Espera que yo te ayudo

Y dicho esto me cogió de la mano y me llevo hasta los baños. Dejando a Demetri parado en mitad del pasillo.


Esta me limpio la cara y me maquillo, estaba feliz; pero en su cara podía ver la preocupación

- Entiendo que no me lo quieras contar - dijo mientras me arreglaba el pelo

- Yo... lo siento Renata, pero...

- No hace falta que me des explicaciones Gianna, no pasa nada; cuando necesites hablar solo me lo tienes que decir, soy toda oidos y absolutamente puedes confiar en mi. No soy como las otras... - dijo en un susurro

- ¿Que otras? - pregunte confundida

- Sulpicia y Athenadora; no te fíes de ellas por favor Gianna; aléjate lo máximo posible de ellas, ¿de acuerdo?

- Claro... aunque en un momento a otro ellas estallarán y vendrán a por mi

- Lo dudo mucho, eres muy preciada para Aro; el te quiere como a una hija, y dudo que te hagan algo, pero si eso llega a pasar yo estaré allí.

- Gracias Renata, pero no se por que haces todo esto por mi - dije avergonzada

- Me recuerdas a alguien muy especial

- ¿Se puede saber a quien?

- Mi hermana pequeña - dijo resignada

- ¿Ella también es vampiro?

- No; ella ya murió; pocos meses antes de que yo fuese transformada

- Oh, lo siento muchisimo Renata; yo no quería...

- No te disculpes, eso esta más que superado - dijo intentando sacarme una sonrisa - bueno yo creo que esto ya esta - dijo mientras pasaba por última ves sus manos por mi cabello

- Gracias de nuevo - la dije

- De nada; y ahora ve, que Aro te esta esperando

- Vale, ¿me acompañas?

- No, ve tu sola... yo tengo que hacer unas cosas en mi habitación, pero enseguida nos veremos

- De acuerdo - dije mientras salía del baño

Camine hasta la gran sala en la que me esperaba Aro, tenía miedo de volver a ver aquellos ojos aterradores, en los cuales solo había odio.

Entré en la gran sala y como siempre toda la guardia estaba en su lugar, tambien estaba Demetri, se había cambiado de camisa; le mire sin ninguna expresión y el tambien hizo lo mismo, en estos momentos me arrepentía de lo de antes.

- Mis felicitaciones mi querida Gianna - dijo Aro mientras se levantaba de su asiento

- ¿Por que Aro? - pregunté confundida

- Cariño, no te hagas la modesta. 

- ¿De verdad Aro? mi mente esta en otro sitio y no se a lo que te refieres - dije avergonzada

- De verdad cielo; ya se que no te gusta esto... pero lo tengo que hacer

Y dicho esto me cogió de la mano, no podía hacer nada; el me estaría leyendo la mente. 

- Y a lo que me refería antes era al almuerzo, de verdad Gianna no esperaba menos de ti, has superado a Heidi con creces - dijo mientras me leí la mente

No le contesté por palabras, sino por pensamientos.

Pasaron unos minutos y este se alejo de mi preocupado.

- Cuanto lo siento mi dulce Gianna - me dijo mientras me abrazaba.

Su contacto era extraño; todavía no me había acostumbrado a su caracter, a su forma de ser conmigo.

Este me acunó el rostro entre sus manos y me dio yn tierno en la frente

- De verdad Gianna; si yo hubiese sabido esto...

- Tranquilo Aro, no hay problema. Solo fue un pequeño bajón nada más; ya sabes que puedes contar conmigo para todo.

- Y tu tambien lo sabes querida; cualquier cosa... estoy a tu entera disposición

Y por segunda vez los labios de Aro se juntaron con los míos, solo era un simple beso de afecto, nada más, me dije a mi misma.

Capítulo 10: Culpabilidad Capítulo 12: El no me hace bien

 


Capítulos

Capitulo 1: Extraña existencia Capitulo 2: Primeras impresiones Capitulo 3: Todo está perdido Capitulo 4: ¿Alucinaciones? Capitulo 5: Todo por ella Capitulo 6: La gota que colmó el vaso. Capitulo 7: En brazos de otro Capitulo 8: Difícil de explicar Capitulo 9: Diferentes sueños Capitulo 10: Culpabilidad Capitulo 11: Consecuencias Capitulo 12: El no me hace bien Capitulo 13: Simples miradas Capitulo 14: Diversas sensaciones Capitulo 15: Hermanos Capitulo 16: Verdades Capitulo 17: Nada es lo que parece Capitulo 18: Charla pendiente Capitulo 19: Descubrimientos Capitulo 20: El jardín Capitulo 21: ¿Luchar por ella? Capitulo 22: Algo nuevo nació Capitulo 23: Se tu misma Capitulo 24: ¿Por qué? Capitulo 25: ¿Posible solución? Capitulo 26: Fuera de tu alcance Capitulo 27: Las mismas sensaciones Capitulo 28: Confesiones Capitulo 29: Una parte desconocida Capitulo 30: Segundas oportunidades Capitulo 31: Todo estaba planeado Capitulo 32: Por mi misma Capitulo 33: Santiago Capitulo 34: Entre dos aguas Capitulo 35: Amarga tortura Capitulo 36: El comienzo de una historia Capitulo 37: Eterno dilema y algo más Capitulo 38: Después de la dicha vino el dolor Capitulo 39: Tomando forma Capitulo 40: Llegó el olvido Capitulo 41: Todo encaja Capitulo 42: Ojala Capitulo 43: Nada está perdido Capitulo 44: No tan pronto Capitulo 45: Un nuevo trabajo Capitulo 46: Dejando paso a la felicidad Capitulo 47: Mi pasado Capitulo 48: Libertad Capitulo 49: El amargo otoño Capitulo 50: Segunda parte

 


 
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