El colchón de mi desarmada cama mostraba los signos de violencia de la noche anterior, había vuelto a soñar con los mismos ojos de mis últimas semanas, esta vez me miraba sin pestañear, lo cual estaba empezando a asustarme, a las únicas que les había contado de mis sueños recurrentes era a mis dos amigas, ellas no me creían del todo, siempre he demostrado ser un poco aislada y reservada con mis cosas, no podía imaginar contárselo a mi madre, pensaría que me estoy volviendo loca o peor aun que necesitaba un psicólogo.
Entonces recordé que hoy seguiríamos empacando para la mudanza, tenía tantas cosas en la mente que reinaba en mi un ambiente de confusión, la noche anterior no solo pensé en esa mirada sino que recordé lo feliz que era en mi infancia cuando los signos de mi adolescencia y autoestima no estaban tan marcados en mi vida presente.
Un leve golpe se sintió en la puerta de mi habitación, por el golpecito tenue me di cuenta que era mi madre Renee, diciéndome – Bella hija levántate tienes que retirar tus papeles del colegio para inscribirte en Forks y además te tienes que despedir de tus compañeros de colegio, su voz es tan suave como cuando la seda es tocada por primera vez.
Rápidamente me vestí, lo que llevara puesto me daba igual era de las chicas que no le importaba el último grito de la moda, baje a desayunar todo se veía más ordenado que ayer por la noche, mis padres se habían esmerado todo el día de ayer acomodando todo. Me desayune unos huevos con pan tostado, tenían el mismo sabor habitual de siempre.
Me levante de la silla con cierta flojera, fui en búsqueda de mi bolso, me despedí de mis padres y salí corriendo antes de que me dejara el autobús. Lo primero que hice cuando llegue, esta vez el camino se me hizo más corto aunque intente estudiarlo, sería la última vez que lo admiraba por mucho tiempo. Decidí pasar por administración para retirar mis papeles.
- Buenos Días srita es para solicitar mis calificaciones, constancias de buena conducta y de estudio. Dije un poco temerosa, la secretaria estaba limándose las uñas, tenían un color rojo escarlata y llevaba una minifalda negra además mascaba chicle. Me miro como si la estuviera interrumpiendo y procedió a hacerme una mueca, se levanto de su silla y me dijo:- Esta bien. Nombre completo por favor.
- Isabella Marie Swan Dwyer. Afirme con seguridad.
- Espere un momento Srita Swan, dijo con flojera.
La espera se hizo eterna, no podría pensar en otra cosa que no fuera el nuevo lugar, mis amigas del primer año me extrañarían a pesar de mi conducta extraña, pero igual ellas habían aprendido a quererme tal y como soy.
A la media hora regreso la secretaria con las calificaciones, tenía una cara de muy pocos amigos y seguía mascando su interminable chicle me dijo: - Firma aquí donde está la equis- dijo con una voz tenue.
- Está bien gracias – dije con mucha seriedad.
Cuando procedí a caminar por el pasillo principal de la escuela, estuve revisando todos mis papeles, y entonces me pregunte qué otra cosa me hacía falta para permanecer en mi adorada secundaria, me acorde de mis dos amigas y de uno que otro compañero con el que alguna vez había intercambiado alguna palabra. Me dirigí a mi salón de cotidiano, allí estaban Lucy, Daniela y Michael, muy pocas veces se la pasaba con nosotras ya que él era jugador de futbol y se la pasaba todo el tiempo allí. Todos me observaron de arriba abajo, especialmente los papeles que llevaba en la mano.
Michael me miro y me dijo – Hey Swan ¿Qué llevas allí?- sonaba intrigado.
- Ah bueno chicos tengo que contarles algo- dije con voz de misterio.
- Amiga este día te ves no sé, tienes un aire radiante, ¿Qué nos vas a contar?- dijo Daniela con mucha expectativa.
- Bueno es… que… mi padre lo trasladaron y entonces debemos irnos con él a un lugar diferente, es lejos del estado de Texas, iremos a Forks en el estado de Washington- dije con cierta melancolía. A pesar de siempre quejarme de mi suerte de mi vida aburrida, la había tomado cariño a todo: a la escuela, los estudiantes, la cafetería, las canchas, todo.
- Ohh Isa bueno nos cae de sorpresa esta noticia, hasta ayer parecía que nos graduaríamos juntas y seriamos inseparables- dijo Lucy mirando hacia el suelo, como tratando de reflejar lo que sería ese día tan importante en nuestras vidas.
Nos abrazamos con cierta nostalgia, hasta Michael entro en el más fuerte de todos los abrazos, era imposible contener las lágrimas que bajaban por mis mejillas. Me desearon la mejor de las suertes, entonces decidí despedirme definitivamente y no alargar un triste episodio, me di la vuelta, seque mis lagrimas y esa sería la última vez que los miraría en mucho tiempo, sentía como el corazón se rompía a pedacitos, pero debía continuar con mi vida, prometí visitarlos en vacaciones. Inhale y suspire.
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