BELLA POV
La noche estaba oscura, fría y triste. Como todas las noches de mi desgraciada vida.
No todo era tristeza en mi vida, hubo una etapa en que era muy feliz. Claro que todo cambio desde aquel desgarrador día en el que, por alguna maldita razón, el destino decidió arrancar a mis padres de mi lado y con ella arrancarme la poca felicidad que hasta ese día tuve. Aun me recuerdo aquel accidente como si hubiera sido hace 11 años.
Flashback
Me encontraba en el sillón favorito de papa viendo un poco de TV, mientras lo esperaba a él y a mama que regresaran del supermercado para que me den mi beso de las buenas noches y así poder dormir tranquila. Solo basto una llamada, una simple llamada, para arruinar lo que yo consideraba vida.
-Diga?-conteste el teléfono que no dejaba de sonar
-Señorita Swan?
-Sí. Qué desea?
-Emmm… rayos no sé cómo decir esto…hay algún adulto en su casa?
-Emmm no. Debería?
-Por la gravedad de la noticia, si
-A que noticia se refiere?-me comencé a asustar, el señor comenzó a balbucir pero después carraspeo y soltó todo de golpe.
-Sus padres murieron en un accidente de tránsito, señorita-y después silencio absoluto. Pasaron minutos, tal vez, y caí en la cuenta de que yo había colgado. Mi llanto no se hizo de esperar. Dormí entre sollozos sabiendo que desde ese día mi vida se había acabado.
FIN FLASHBACK
A partir de ese día, mi vida nunca volvió a ser la misma.
Recuerdo que al día siguiente unos señores policías vinieron por mí para llevarme a un orfanato, ya que había quedado huérfana de padre y madre teniendo solo 6 años.
Cuando entre en ese orfanato, en contra de mi voluntad, me sentí tan vacía y enferma. Juro que me hubiera quitado la vida en ese momento, pero si no fuera por Alice que me dio un pequeño brillo a mi vida, de seguro ya estaría con mis padres.
Específicamente, dentro de una semana cumplo los 18 y por fin podre salir de este horrible lugar. O al menos eso creí. Ya que, justo el día de ayer, escuche a uno de los empleados que mi pesadilla nunca iba a terminar.
FLASHBACK
Puede decirse que por una parte estaba feliz. No solo por Alice, sino que dentro de una semana iba a ser una adulta total y por fin saldría de esta cárcel. Mis pensamientos pararon cuando dos enfermeros entraron para ver si ya todos estábamos dormidos, así que automáticamente cerré mis ojos al mismo tiempo que sentí sus pisadas parar al pie de mi cama
-Bonita no?-dijo uno de ellos, por lo que reconocí se llamaba Erick
-Hermosa. Qué pena que se vaya pronto no?-dijo el que creí que era Mike
-Que hablas! Ella se ira, pero la volveremos a ver- me tense
-A que te refieres?
-Swan será trasladada al O.R.O- QUE ¡? Según lo que había escuchado, el O.R.O era la famosísima Organización de Reserva de Órganos! Y según tenía entendido, de ahí nadie salía…vivo. No hasta que haya donado hasta el último de sus órganos.
FIN FLASHBACK
Eso basto para tomar mi decisión final. Me escape de aquella casa del horror. Claro, también saque a Alice de ahí pero ella tomo otro rumbo junto a su inseparable Jasper (uno de los enfermeros, el que nos ayudo a salir y el amor de mi amiga). Yo no me iba a quedar como violín toda mi vida, así que yo tome mi propio camino.
El hambre y la sed, que sentía en ese momento, era intenso.
No podía pasar toda la noche corriendo sin rumbo alguno, mis fuerzas se debilitaban aceleradamente.
Con el último de mis sentidos pude escuchar una autopista. Con mis últimas fuerzas corrí para pedir que alguien me ayudara. Corrí y corrí sin parar guiándome solo del ruido de los autos deslizándose sobre la acera, hasta que mis fuerzas cedieron. Lo último que recuerdo son unas luces centellantes y el chirrido estruendoso de un auto dirigiéndose hacia mí.
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Desperté desorientada, totalmente aturdida y con hambre. Abrí los ojos lentamente, acostumbrándolos a esta nueva luz.
Con los ojos ya abiertos, comencé a inspeccionar el nuevo ambiente en el que me encontraba. Me encontraba en un amplio cuarto, específicamente, en una enorme cama cubierta por diversos edredones de diferentes patrones. También me fije que solo llevaba una camisa azul marino cubriéndome. Pero donde rayos estaba ¡?
Comencé a desesperarme, pero todo ello se esfumo al ver entrar a un mismísimo ángel. Ojos verdes que te penetraban hasta el alma, cabello cobrizo despeinado, figura esbeltica de todo un modelo… un ángel.
-Hola, veo que ya despertaste-esa voz… tan sublime como el mismísimo coro de los ángeles me dejo petrificada y muda- Emmm, siento mucho lo que paso pero no te preocupes, estas totalmente sana. Te encontré despistada en la carretera y por poco te arroyo, hasta creí que lo hice porque te desmayaste pero solo tuviste un ataque de deshidratación, pero ya paso. Te encuentras bien?-me pregunto ya que de mis labios no salía ni pio. Me sentía tonta así que atine a responderle, pero con cierto deje de desconfianza aun por el ángel desconocido.
-Si…-al hablar pude ver cierto brillo en aquellas esmeraldas
-Vaya creí que eras muda- soltó de repente, no se que mueca hice pero automáticamente se rectifico - Lo siento. Emmm… Cómo te llamas?-intento cambiar el tema. Dude al contestar pero finalmente lo hice
-Bella…
-Qué hermoso nombre-me sonroje ante el halago-Yo soy Edward Cullen
-Edward…-repetí su nombre como si recién aprendiera a hablar, pero solo es que hasta su nombre me parecía hermoso.
-Muy bien. Te gustaría bajar a cenar? Ya se acerca la hora- percibí cierto entusiasmo en su tono, y mi cara desconcertada no se hizo de esperar- Ya sabes… ya se acerca la medianoche-aun no lo captaba- Navidad- solo basto esa palabra para que cayera a la cuenta que este día justo era el día de Noche Buena-Así que, bajamos?-y me brindo una hermosa sonrisa torcida que me hiso hiperventilar sonrojándome en el acto por lo que me apresure a cubrirme para que no lo notara. Instantáneamente, escuche una musical risa que lleno el cuarto. Me cautive al escucharlo y solo me destape los ojos porque no podía dejar de verlo.
-Vamos pequeña, no seas tímida. Falta para las 12, así que ayúdame a preparar la cena, que solo no puedo-me guiño el ojo, me dio una palmaditas y se fue. No sé cuánto tiempo quede babeando por semejante dios griego, pero creo que mi cuerpo se movió solo ya que cuando desperté de mi trance ya me encontraba sentada en la alacena de su muy bonita cocina.
-Quisieras ayudarme con el pavo?-asentí con la cabeza y me dispuse a ayudar, después de todo ¿Quién era yo para negarme a ese ángel divino ?
Mayormente él se encargo con el pavo, yo solo le alcanzaba lo que el necesitara. Hubiéramos acabado más rápido pero mi torpeza no ayudaba mucho y cada vez que nuestras manos se rozaban al alcanzarle lo que el pedía, yo automáticamente lo soltaba y se desparramara por el piso. Me sentía taaaan estúpida.
-Lo siento-solté en un murmullo casi imperceptible al haber dejado que se derramara el vinagre por todo el suelo.
-No te preocupes, esto se limpia fácilmente-tomo un paño y se agacho al mismo tiempo en que yo lo hacía y accidentalmente nuestras manos se tocaron más de lo común. Sentí una desconocida descarga eléctrica que me recorrió el cuerpo por completo, muy agradable por cierto. Lentamente levante mi cabeza y me encontré con esas hermosas esmeraldas mirándome fijamente.
Por alguna razón, mis ojos no se despegaban de los suyos y al querer separar mi mano de la suya él la atrapo y no la soltó. Me sorprendí ante tal hecho y me sonroje en el acto escondiendo mi rostro, pero él con su otra mano libre me levanto del mentón obligándome a verlo.
-Eres tan hermosa-me acaricio la mejilla con suavidad y ternura, al mismo tiempo que comenzó a acercarse poco a poco hacia mí. Me sorprendí por el atrevimiento de Edward al pretender hacer lo que yo creí que haría conmigo. No sé que me paso, pero en ningún momento me rehusé.
El no dejaba de aproximarse hasta llegar a mí, y sucedió. Sentí sus suaves labios posarse sobre los míos. Apenas recibí aquel contacto no pude evitar experimentar unos nuevos sentimientos muy extraños en mí. Según lo que me había contado Alice, esto se llamaba… amor. Pero… enserio estaba enamorada? Enserio esto era amor? Acaso se podría amar con un simple roce? Este hombre me había enseñado que así era.
En ese momento no podía pensar en nada, no podía pensar en nada claro. Solo podía sentir. Y en ese momento sentía solo aquella caricia carnal que a cada segundo se iba intensificando más y más. No sé en qué momento paso, pero de repente ya me encontraba aprisionada entre sus brazos, encima de la alacena. Yo aun era novata en este tipo de experiencias por lo que me tense de inmediato cuando sus avariciosas manos comenzaron a recorrer mi cuerpo virgen.
-Que pasa, pequeña?-se detuvo apenas noto lo tensa que estaba
-Es que… yo… yo nunca… pues-no podía dejar de tartamudear ante lo vergonzoso del tema. Pero gracias a Dios él lo entendió de inmediato
-Jamás has estado con un hombre?-yo solo me limite a negar con la cabeza escondiéndome en su pecho.- Entonces supongo que soy el primero-note cierta alegría en su tono de voz, yo solo asentí. No sé de donde saque el valor para decirle:
-Y espero que el ultimo también.
-Yo también cuento con ello, preciosa-me levantó el rostro de nuevo y me beso apasionadamente. Lo demás se los dejo a imaginación suya, solo les cuento que esa noche, en que me había escapado de aquel lugar nauseabundo, en el que conocí a aquel dios griego el cual despertaba nuevas cosas en mi, con el que di mi primer beso, con el que descubrí mas de un sentimiento y con el que esa misma noche me entregue en cuerpo y alma… fue la más maravillosa de todas.
Sobra decir que terminé con una sonrisa boba en la cara recostada encima del pecho de mi ángel.
-Hola-le salude tímidamente al recordar lo que había sucedido hace poco
-Despertaste-me sonrió mostrándome su perfecta sonrisa torcida- Justo a tiempo. Faltan 10 minutos para las 12, cariño.- entendí a la perfección a que se refería, tome aquella camisa azul marino con la que me cubrí nuevamente y junto a él me dirigí hacia el ventanal de su habitación. Dirigí mi mirada al cielo al mismo tiempo que sentí que Edward me abrazaba por detrás.
-Gracias
-Gracias? Por qué?
-Por regalarme mi primera navidad totalmente perfecta.
-No hay de que, bonita. Más bien tu convertiste esta solitaria noche en la mejor de mi vida-musito sobre mi cuello al mismo tiempo que depositaba un beso en el. Solo me limite a cerrar los ojos y suspirar.
-Júrame que tú nunca me dejaras-susurre al tiempo que recordaba a mis padres. El me giro para encararme y mirarme a los ojos mostrándome lo sincera de sus palabras.
-Nunca en mi vida. No creas que te desharás de mí tan fácilmente.-me regalo aquella sonrisa que ya se habia convertido en mi favorita y me estampo un dulce beso. Voltee nuevamente hacia el firmamento y automáticamente el me rodeo con sus tiernos brazos. Después de algunos minutos disfrutando aquel silencio para nada incomodo, se oyó el sonido de las sonoras campanas de la capilla dando la bienvenida a esta gloriosa navidad.
-Feliz navidad, princesa
-Feliz navidad, mi vida
Y terminamos disfrutando aquella pequeña fracción del “para siempre” que nos prometía el destino para nosotros rodeados de aquel delicioso sentimiento mutuo que nos envolvía a ambos, que es el amor.
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