Ed.-
...
Sus gemidos inundaban la habitación, como una invitación para alcanzar la cima junto a ella. Levanté mi torso para verla bajo mi cuerpo, entregada totalmente al placer que causaba la fricción de nuestros cuerpos y de nuestros sexos.
Éste era mi momento preferido, el cual me acompañaba cada día en que despertábamos hambrientos el uno del otro y nos fundíamos en uno solo sin mediar aviso.
- ¡Dios! ¡Más rápido!...- jadeó mi mujer
Manteniendo mi pecho desunido al de ella, estiré mi brazo hacia el cabecero de la cama y me impulsé para llegar mas hondo y más rápido como ella lo pedía. Su rostro me lo dijo todo, era lo que necesitaba…sin embargo, yo necesitaba al mismo tiempo escucharlo de sus labios
- ¿Te gusta?.- pregunté impulsándome con todas mis fuerzas hacia ella
- ¡Si! ¡Si!... ¡Edward!.-
Exploré su cuerpo con mis ojos lujuriosos en el momento exacto de su orgasmo ¡Era perfecta! Nada en ella estaba de más o de menos. No había una sola parte de su cuerpo que tuviera falla…ella era la perfección hecha mujer.
Con ese pensamiento cerré mis ojos y me dejé llevar…
Mi relajación luego de un fabuloso orgasmo duró lo que alcanza un misero pestañeo…
- Edward, levántate.- me pidió.
Rodé a un costado permitiéndole lograr su cometido ¡Levantarse y acabar con la pasión!
- Tanya.- suspiré, ésta frase venía repitiéndola de hacía tiempo.- ¿Podrías algún día dejarme disfrutar mi orgasmo como corresponde?
Ella se acercó a mí, aún con su desnudez como su mejor prenda…
- Te juro que otro día mi amor.- me dio un corto beso y se irguió.- Debo estar a las diez donde Marco para las fotos publicitarias
La observé deambular por el cuarto y me deleité viendo su figura, la cual seguía siendo exquisita o incluso más, que hacía dos años atrás cuando habíamos comenzado nuestra relación.
...
Tres años atrás.
...
A mis 22 años cursaba mi penúltimo año de Arquitectura y mi hermana Alice, mayor por dos años, estaba ejerciendo su carrera de Diseñadora.
Gracias a las influencias de nuestros padres y la familia de su novio. Por esos meses lanzaría su primer trabajo al mercado y necesitaba contar con modelos para la promoción del mismo.
Fue así como contactó a una agencia de modelaje y le ofrecieron varias chicas que podrían servirle y sus costos no serían excesivos, dado que en su mayoría eran principiantes, y otras como en el caso de Tanya, sería su primer trabajo. Además que mi hermana había sido categórica en su juicio No aceptaría dinero de sobra para costear su lanzamiento
El éxito de mi hermana fue inminente y pronto comenzó a expandirse a otras regiones del país y otros países a corto tiempo.
Tanya se convirtió en su modelo permanente y fue allí donde entré al juego.
La había visto desde sus inicios, pero nunca me había atrevido a hablarle. Si bien el juego de la seducción y conquista se me daba a la perfección. A ella la veía fuera de mis estándares, casi inalcanzable y más aun cuando no solo empezó a ser llamada por mi hermana, sino que de pasarelas muchísimo más prestigiosas.
Los meses pasaron y el día del matrimonio de mi hermana, fue fecha coincidente con su despegue al estrellato máximo, pues sus diseños estaban siendo requeridos ahora por grandes personalidades del mundo, llegando incluso a alcanzar renombre en el espacio competitivo de la cuna de la moda europea.
Durante la fiesta pude observar muchas de las personas que trabajaban con mi hermana, entre ellas, Tanya. No pude despegar mis ojos de ella en todo momento, y por primera vez, ella estaba tan pendiente de mí como yo de ella.
Tenía entendido por boca de mi hermana que no había podido abrirse paso en el extranjero y aquí sus valores por trabajos habían subido, sin embargo, no se justificaba aquel incremento. De hecho estaba al tanto que varios diseñadores habían prescindido de sus servicios, entre ellas, mi hermana.
- ¿Es tu facha del día o el renombre de tu hermana lo que tiene como un imán a la modelito de allí?.- preguntó mi amigo Emmet
Éramos compañeros de carrera y desde el primer año nos habíamos hecho inseparables. Lo mismo que Jacob y Leah, la novia de este último. Con los cuales algún día tendríamos nuestra propia empresa, al menos esos eran nuestros sueños hasta ese entonces…el cual se cumpliría a cabalidad años después.
- ¿Tan poca fé me tienes?.- inquirí en tono arrogante divertido
- La verdad es que no.- dio un sorbo a su copa.- Pero hombre, es primera vez en todo este tiempo que te mira como si quisiera violarte aquí mismo
Los cuatro reímos por las palabras de Emmet, pero lo cierto era que tenía razón. Si bien yo conocía de su existencia desde el primer momento en que pisó la empresa de mi hermana, apostaría que sólo hasta hoy ella había notado la mía.
Luego de unos cuantos bailes con mi madre, Esme y con mi hermana, además de Leah y otras amigas o conocidas, me dirigí a la barra por algo de beber.
- Supongo que podré obtener un baile del apuesto hermano de la novia ¿O no?.- escuché a mi espalda, sabiendo perfectamente a quien correspondía esa voz
- Estaría encantado de tener ese honor.- expresé con mi mejor tono cautivante
- Soy Tanya Denali.- extendió su mano hacia mí
- Lo sé.- respondí, estrechando su cálida mano.- Edward Cullen
- También lo sé.- rió con acordes sensuales
Después de esa noche, nuestros encuentros se fueron haciendo cada vez más y más constantes. Quisiera poder alardear de mis planes de seducción, pero debo reconocer que fui yo el seducido. Era ella quien me llamaba seguido y concordaba nuestras citas.
- ¿Edward?.- llamó un día mi hermana a mi móvil
- Hola pitufa.- la saludé con el apodo que usaba siempre.- ¿Cómo estás?
- Bien.- su tono de voz fue un tanto cortante.- ¿Estás aun en clases?
- No, pero entro en una hora más ¿Pasa algo?
- Haz visto el periódico el día de hoy.- no fue una pregunta
- La verdad es que no ¿Qué pasa con eso? Sabes que no soy muy fáns de leer noticias.- reí
- No tienes que irte a las noticias en sí. Puedes ir a la sección Espectáculos y quedar claro ¿Dónde fuiste anoche?.- esa pregunta me desconcertó
- Yo…salí a tomar algo.- dije rápido no queriendo entrar en detalles
- ¿Dónde te quedaste?.- mi respiración quedó atrapada ¿Sería posible…?
- ¿Por qué tu pregunta? En donde E…-
- No te atrevas a mentirme.- me cortó antes de que pronunciara mi mentira
- Alice.- pasé mis manos por mi cabello.- No quiero pelear, pero tampoco quiero que te metas en mi vida. Soy lo suficientemente grande como para saber lo que hago y con quien lo hago
- Mira Edward, yo no tengo problemas que tu trasero esté metido en la cama de quien quieras.-
- No pasó nada, solo…-
- No me interesa. Lo que sí voy a pedirte es que a tus conquistas las dejes lejos de lo que es mi trabajo.- por primera vez oía furiosa a mi hermana, y lo peor era que no entendía muy bien sus palabras.- Acepto que no me complace que mi hermano se involucre con modelos, pero no puedo hacer nada al respecto.
- ¿Por qué hablas de tu trabajo? ¿Qué tiene que ver Tanya y lo que tengamos contigo?.- yo también estaba comenzando a enfurecerme
- Compra el periódico, ve por Internet o espera a ver las revistas de farándula y verás. Adiós.-
Me quedé unos minutos con el teléfono en mano. Cuando reaccioné, corrí hasta mi Computadora y comencé a revisar toda la farándula del día.
Ahí aparecía yo en compañía de Tanya. Fotos del local donde habíamos ido a tomar algo, más fotos de nosotros a la salida, de nuestro ingreso a su departamento y mi salida de él, siendo detallada las seis y media de la mañana, luego de haber pasado la noche ahí.
Reí sin humor por las ocurrencias de los periodistas "La extensa y apasionada noche de la nueva pareja farandulera"; rezaba el título de la nota. De apasionada no tenía nada, solo habíamos subido a su departamento a conversar y terminar viendo sus nuevas fotos.
Hablaban de mí como el hermano de la famosa Diseñadora Alice Cullen, ni siquiera me llamaban por mi nombre y a Tanya se referían como la nueva musa de los diseños de mi hermana
¿Sería eso a lo que se refería ella con lo del trabajo?
Seguí pasando por la página hasta que una breve entrevista llamó mi atención. Era dada por Tanya, según decía y figuraba hecha hacia unos días. No tenía nada de relevante, dejaba en claro que nos estábamos conociendo y que éramos amigos. Le preguntaban por su trabajo y respondía que estaba viendo nuevos proyectos. Lo que llamó mi atención fue la alusión a mi hermana, planteaba que dentro de sus proyectos estaba viendo unas ofertas y entre ellas nombraba a Al Fashion, propiedad de mi hermana.
- Hola Ed.- saludó Tanya al primer repique de su móvil
- Hola Tanya ¿Cómo amaneciste?.- no sabía como abordar el tema y menos quería que este detalle opacara lo que comenzábamos a tener
- Un tanto agobiada. Mi móvil no ha parado de sonar ¿Te haz enterado?.- cerré mis ojos y eché mi cabeza hacia atrás en el respaldo del sofá
- Mmm ¿Te refieres al exhaustivo seguimiento que nos han hecho?.- pregunté divertido, tratando de bajar la tensión
- Lo siento tanto Edward. De haber sabido que algo así ocurriría, jamás hubiera insistido en que subieras a mi departamento
- No tienes nada que disculparte Tanya. Siendo el hermano de una mujer famosa, creo que tendría que tener claro que algún día pasaría
- Lo sé, pero es que los periodistas inventan tantas cosas. No quiero que tengas problemas por mi causa.- sonreí ante su preocupación y se despejó cualquier duda que haya tenido sobre ella. Era obvio que los dos habíamos caído en este sucio juego
- No tienes que preocuparte por nada. Además no veo con quien pueda tener problemas
- Con alguna…novia.- su voz fue baja
- No tengo novia alguna. Creo haberlo dejado claro
- Bien.- respondió y decidí dejar en claro las cosas
- Bueno…aún no tengo, pero mis intereses van encaminados.- comencé a jugar
- Ojala todo te resulte Ed. Tengo que dejarte. Adiós.
No me dejó emitir ni una despedida. Gruñí y aventé mi teléfono al sillón contiguo. Obviamente había malentendido mi juego, creyendo que había alguien más. Cuando a pesar que no habíamos compartido ni un beso, me traía loco.
...
Los días pasaron y me fue imposible comunicarme con ella por mis exigencias universitarias y eventos anexos. Mi hermana no perdía oportunidad para recalcarme que no se quería ver inmiscuida en mis romances y menos que se utilizara su nombre para hacer figurar a otras personas. No entendía cual era su problema y me estaba hartando de la situación.
Una noche en mi casa, decidí tomar el toro por las astas. Dejé mis deberes de lado y tomando mis cosas me aventuré a dar el paso definitivo.
- Mamá, Papá. Voy a salir un momento.- les informé al verlos en la sala viendo TV
- ¿A esta hora? ¿Dónde vas Edward?.- quiso saber mi madre, parándose de su lugar
- Tengo que solucionar unas cosas.- no quise dar mas explicaciones
- Edward. Recuerda que mañana debemos partir temprano.- me recordó mi padre
Mis padres cumplían treinta años de matrimonio y habían decidido celebrarlo en el fundo que habían adquirido hacia unos años. Sería una gran celebración, teniendo en cuenta los más de cien invitados convocados.
- No hay problema. Estaré de vuelta en un par de horas.-
Manejé ansioso hasta el departamento de Tanya. Repasé mi discurso una y otra vez. Le daría a conocer mis sentimientos y me arriesgaría a todo o nada esta noche. Una vez parado fuera de su puerta, mi discurso quedó en blanco, mas aun cuando esa preciosa mujer abrió
- Edward ¿Qué haces aquí?
- Vengo a hablar contigo
- Pasa.- me hizo un gesto para adentrarme
Puse mis manos en mis bolsillos, estaba realmente nervioso y no sabía como empezar mi discurso y menos declararle lo que estaba sintiendo por ella.
- ¿A que se debe tu visita? No es que me moleste, sino que me extraña.- se apresuró a aclarar
- El otro día cuando hablamos te dije que estaba encaminado…-
- Ed, no tienes que darme explicaciones sobre tus romances. Lamento lo que los periodistas han estado divulgando sobre nosotros, pero en cuanto pueda daré una entrevista para aclarar las cosas
- El que tiene algo que aclarar aquí, soy yo.-
- ¿Qué…?.-
No le di tiempo de hablar y la besé, la besé con todo el ímpetu que sentía en ese momento. No podía decir que jamás había sentido algo así, pero saborear sus labios era una experiencia sublime.
- Me gustas.- musité con mis labios aun sobre los suyos
- Tu a mi me encantas Ed.- respondió arrancándome una sonrisa genuina
...
...
Volvía a la actualidad al observarla vestirse. Todos sus movimientos concientes e inconcientes eran sensuales y despertaban cada una de mis terminaciones nerviosas. No me podía quejar de nada estos dos años de relación. Hacía seis meses que habíamos decidido vivir juntos y si bien, como toda pareja normal teníamos problemas…la cama siempre lo solucionaba.
Lo único que opacaba mi dicha, era mi hermana. Ella en todo este tiempo jamás logró aceptar mi relación con Tanya. De hecho mi madre tuvo que influir para que la aceptara volver a su Staff de modelos, lo que ocasionó una pelea campal…a la que al fin y al cabo accedió, no sin antes advertirme que mis acciones serían las que me llevarían al dolor.
- Tu madre llamó anoche. Dijo que debía hablar contigo urgente.- informó Tanya
- ¿No dijo para qué?.- me extrañó esa urgencia
- Ni idea. Llámala para que salgas de dudas.-
Tomé el teléfono y marqué a casa de mi madre. Me paré tras de Tanya observándola mientras se maquillaba. Era perfecta.
- Bueno.- contestó mi madre del otro lado
- Mamá ¿Cómo estás?
- Hijo ¡Que bueno que llamas! Necesito hablar contigo mi amor
- Claro ¡Dime!
- ¿Te recuerdas tú de la niñera que tuvieron con tu hermana cuando eran pequeños?.- hice memoria a las palabras de mi madre y una hermosa mujer de ojos azules apareció delante de mis ojos
- ¿Renée?.-
- Ella misma Edward.- se notaba la voz alegre de mi madre
- ¿Qué pasa con ella?.- Tanya miraba en mi dirección frunciendo el ceño
- Tu padre se la ha encontrado en su viaje al pueblo de Forks y sabes que tiene una hija de dieciocho años.- fue mi turno de fruncir el ceño al no entender donde quería llegar
- Me alegro por ella. Pero… ¿Qué pasa con eso madre?
- Mmm pues… Pasa que Isabella, así se llama su hija vendrá a estudiar acá. Quedó en la Universidad y quisiéramos pedirte un favor.
- ¿Cuál sería?.- pregunté cauteloso. Algo en todo esto no me olía bien
- Tú sabes que tu padre estará por tres meses especializándose en Europa. Yo iré con el. Y…quisiera saber si tú pudieras hospedarla por esos meses en tu casa.- soltó de corrido
Quedé mudo. Miré de reojo a Tanya, esto debía ser una conversación de dos para ver si aceptábamos o no la petición de mi madre. Seis meses no eran tanto tiempo, pero debía reconocer que a pesar de no estar casados, con Tanya llevábamos una vida como tal…en especial como si fuese su luna de miel.
Además desde hacia algunos meses estábamos conviviendo. Había comprado una casa, era amplia, pero no estaba seguro de si sería una buena idea traer a vivir a una extraña.
- Mamá…creo que no puedo darte una respuesta ahora mismo.- Tanya se volteó hacia mí
- Lo sé hijo. Piénsalo y luego me comentas la decisión que haz tomado.- asentí aunque no pudiera verme.- Tu hermana se ha ofrecido a tenerla, pero con dos bebés y su ritmo de vida, pensé que sería mas factible para ti y Tanya que aun no tienen mayores responsabilidades.
Luego de unas palabras más, dimos por terminada la conversación con mi madre.
- ¿Qué quería tu mamá?.- preguntó Tanya lista para salir
- Necesitaba pedirnos un favor.- si bien mi madre jamás habló en plural, yo notaba que era necesario
- ¿Sobre qué?
- Cuando éramos niños, mi hermana y yo tuvimos una empleada a cargo nuestro. Mi padre se la encontró en un viaje a Forks y resultó que tiene una hija de dieciocho que viene a estudiar acá.- observé su mirada, aun estaba sin expresión alguna
- ¿Y qué tiene que ver eso con nosotros?.-
- Mis padres se van a Europa por tres meses. Ella quiere ver si podemos tenerla aquí durante ese tiempo.
- ¿Tenerla aquí?.- su tono de voz aun se mantenía suave
- Ajá. Mi hermana se ofreció para aceptarla en su casa, pero mamá cree que con todo lo que tiene ya es suficiente.- expliqué
- Bueno.- movió su mano como restándole importancia.- Hablaremos con ella y le diremos que no
Automáticamente mi cabeza se giró hacia ella. Yo no había tomado ninguna decisión y esperaba hacerlo en conjunto, no me figuraba que ella prácticamente me diera una orden a seguir.
- Tanya creo que esto amerita una conversación más amplia y la conclusión hecha por ambos.- me paré de la cama
- No veo que más tengamos que hablar mi amor. No queremos a nadie aquí en casa y tu mamá no puede venir a imponer nada. Que se la lleve tu hermana
- Mi madre no está imponiendo nada y mi hermana no puede hacerse cargo de alguien más. El dinero no es problema, pero sus dos hijas la consumen casi entera
- ¿Acaso estás de acuerdo con traer a una chica de pueblo a nuestra casa? ¿Qué alguien que no conocemos llegue aquí?.-
En una milésima de segundo me dí cuenta que en ningún momento había negado la posibilidad de traer a esa chica a mi casa. Pensé en Renée y en lo que le debíamos junto con mi hermana por todo el tiempo que nos había dedicado, hasta que se había casado y al tiempo había llegado su hija.
Tenía vagos recuerdos de esa niña en casa. Renée nos había cuidado hasta cuando su hija había cumplido los tres años y su esposo, un policía había sido trasladado a otro lugar.
Se lo debía…
- No veo nada de malo.- respondí simplemente
- ¡¿Estás loco?.- gritó. Lo cual me dejó sorprendido
- No tienes porque gritarme.- le espeté molesto por su reacción
- Pero es que Edward es inaudito.- decidí enfrentar el tema con tranquilidad
- Tanya.- la tomé de los hombros para enfrentarla a mí.- Solo serán tres meses amor. Es poco tiempo y luego de eso ella irá a casa de mis padres
- No estoy de acuerdo, pero es tu casa al fin de cuentas.- se soltó de mi agarre
- Es nuestra casa, pero creo que podemos hacerlo. Vamos bebé, no será por mucho
- Haz lo quieras. Me voy
Me quedé allí de pié con mi mano extendida hacia ella. Tanya tenía un temperamento fuerte y cada cuanto lo daba a demostrar. Según mi hermana, ella me dominaba y yo hacía todo lo que se le antojaba…quizás estaba en lo cierto, pero la amaba y esa era mi única respuesta para aquello.
Nuestras peleas no eran continuas, pero cada cierto tiempo volvía a ver algo que nos enfrentaba. Observé la foto que descansaba en la mesa de la sala, ese había sido un continuo desacuerdo, pero yo de forma terminaba cediendo y entendiendo su punto.
Aquella foto mostraba a mi ahijada de dos años, la hija de Alice. Cada vez que la miraba pensaba en como sería tener una hija y rogaba todos los días para que Tanya por fin tomara en cuenta mi proposición. Ella argumentaba que su trabajo era su cuerpo y aun no estaba preparada para ello…
Dejé mis pensamientos de lado. Ese día llegaría pronto o cuando Dios quisiera y nos haría por fin una verdadera familia. Así mismo podríamos casarnos…cuando ella decidiera.
Caminé a mi estudio y tomé el teléfono del buró. Marqué el número de mi madre…
- Diga…
- Mamá. La hija de Renée puede quedarse aquí
- Hijo ¡Que alegría mas grande!.- reí ante su entusiasmo
- ¿Cuándo llega?.- averigüé para ambientar otra habitación
- Pasado mañana mi amor…
Bien, tendría una huésped por tres meses. Esperaba que pasaran rápido y que este acto no me separara de la mujer de mi vida…con la cual anhelaba estar siempre juntos…
...
Continuará...
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Pequeñas Aclaraciones: No es la típica historia en donde Bella llegará y se enamorarán descontroladamente. El amor irá gradual, así mismo como el cambio de percepción que Edward tiene de todo cuanto conoce. Les he dicho que habrán sorpresas porque las cosas no son tan sencillas como se ven. Hay algunos detalles que ni Esme conoce. Y Edward, además de todos será participe de ellas en el transcurso.
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