PROLOGO

Salimos del despacho de abogados en silencio, mientras caminábamos por el estacionamiento rumbo a nuestros respectivos automóviles, no me atrevía a mirarlo, dolía demasiado, casi llegaba a mi auto cunado me hablo en tono bajo.

-Necesito ir al hospital por una horas, podemos hablar con Grace hoy en la noche…-, dijo mientras lo miraba a los ojos por un momento, necesitaba ir al hospital o verla a ella, se me formo un nudo en la garganta, pero no me permitiría llorar frente a el.

Solo asentí con la cabeza, abrí la puerta y volvió a hablar antes de que subiera,

-¿Iras a trabajar?-, pregunto y yo aferre mi mano a la puerta, lo mire con todo el odio que pude expresar que no era mucho ya que todo el era eclipsado por el dolor.

-Si…-, me limite a contestarle

-Claro, como pude imaginar que faltarías ¿no?-, me dijo en tono acusador, yo no pude soportarlo mas me metí en el auto y salí de allí sin mirar atrás.

-Te amo...te ame siempre Belly-, apreté los ojos y odie mis lagrimas y mis recuerdos, me desgarraba recordar sus palabras, el día en que me dijo que me quería, el día que pensé que moriría, el chico que amaba en secreto me correspondía, mi príncipe azul por fin había tocado a mi puerta para vivir nuestro felices para siempre…ahora sabia que no existía el maldito para siempre.

-Estaré contigo cada minuto de mi vida, si tu me aceptas-, ¿Por qué?, me engañe yo misma al pensar que funcionaria, yo lo sabia alguien como el no se podía conformar conmigo, busco a otra y yo me quede vacía desde hace mucho, hace mucho que el dejo de ser el hombre que pronuncian esas palabras.

Desee no haberlo conocido, no haberme enamorado como una tonta, para no sentir dolor, para no sufrir hasta sentir mi alma desgarrada, éramos dos extraños en la misma casa, nos desconocidos en la misma cama, pero hace mucho que había dejado de ser Nuestra cama…jadee al recordarlo entre los brazos de ella, pero jamás dejaría que el supiera que eso fue lo que destrozo la poca fuerza que sostenía mi voluntad en nuestro matrimonio, jure que el jamás sabría el daño que me hizo, mi indiferencia seria lo único que el vería hasta el final.

Grace…, era la única que no se merecía sufrir, mi hija no merecía pagar por nuestros errores, pero no importaba ya arrepentirse, solo era otro alfiler a mi corazón uno bastante doloroso, como le explicas a una pequeña que sus papas se van a divorciar, ¿Cómo?

-¿Quieres ser mi novia, Isabela Swan?-, y si le hubiera dicho que no aquel chico popular, inteligente y misterioso en el baile de graduación, y si pudiera volver y cambiarlo,…¿lo haría?.