Razón Para Vivir (+18)

Autor: MPattinsonCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 03/11/2013
Fecha Actualización: 22/12/2013
Finalizado: NO
Votos: 15
Comentarios: 130
Visitas: 30543
Capítulos: 16

Isabella Swan, una joven dulce y tranquila, se muda a Chicago pero su primera noche en la ciudad, se torna su peor pesadilla.

Edward Cullen pensaba que su vida no tenía sentido que no tenía nada por lo que luchar, hasta que vio unos ojos chocolates aquella noche; sin saber que iban a cambiar su vida completamente.

 

 

N/A: Hola, como veréis soy nueva así que os ruego que tengais un poco de paciencia conmigo. Todos los consejos son bienvenidos y me aydarían con mis errores. Hasta ahora me limitaba a leer los fics de la sala, pero me he animado a escribir uno así que espero que me deis un voto de confianza y apoyo :)

 

Espero que os guste,

MPattinsonCullen

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Capítulo 1: Prefacio

Bella Swan


Me asomé a la ventanilla del avión como despedida del cielo encapotado de Forks. Este pequeño pueblo había sido mi hogar desde mi adolescencia, cuando decidí irme a vivir con mi padre.

La despedida fue un poco incómoda ya que ninguno de los dos solía mostrar sus sentimientos. Mi estancia en Forks duró lo que tardé en graduarme en el instituto para más tarde matricularme en la universidad de Seattle, en cuanto terminé el grado universitario me ofrecieron un puesto de trabajo en Chicago por mis logros académicos.

En cuanto a mi vida amorosa no hay nada que contar ya que nunca me he interesado por nadie, durante el instituto y la universidad hubieron algunos chicos que me pidieron salir, pero ante mis negativas se cansaron y acabaron olvidandose de mí.

Eso estaba bien nunca socalizaba demasiado, no por culpa de nadie, simplemete me sentía bien yo sola pasando desapercibida.

Cuando llegúe era cerca del mediodía, recogí mi equipaje y me dirigí hacia mi nuevo apartamento. Por las fotografías que había visto tenía un pequeño comedor que estaba unido a la cocina y un par de habitaciones, cosa que me vino bien para poder tener mi pequeña bibloteca allí.

Mis pocas pertenencias las había mandado unas semanas antes por insistencia del casero, Carlisle Cullen, asegurando que era para mi comodidad; así que cuando entré encontré las cajas listas para ser abiertas y poder colocar todo.

Todavía no podía creer el precio del alquiler incluyendo el que estubiese totalmente amueblado, casi todos los apartamentos de la zona que se alquilaban, estando o no amueblados eran más caros.

No tenía muchas ganas de ponerme a desempaquetar todo, todavía tenía un par de semanas antes de empezar el trabajo así que no tenía demasiada prisa.

Cogí mi bolso y un libro del equipaje de mano y me dispuse a dar un paseo por la zona. Encontré un parque cerca y me senté en un banco dispuesta a leer un poco y relajarme cuando mi móvil comenzó a sonar. Era un número desconocido, supuse que sería de la empresa.

-Isabella Swan. ¿En qué puedo aydarle?-Respondí en mi tono más formal.

-Buenas tardes Isabella soy Carlisle Cullen, espero no haberte pillado en mal momento.-Respondió una voz masculina cálida.

-¡Oh! No, porsupuesto que no Carlisle. De hecho acabo de llegar al apartamento hace un rato y estaba dando un paseo.-Respondí más tranquila. La verdad no me apetecía tener una charla con mi jefe ahora mismo.

-Bien, entonces me gustaría...-escuché una voz femenina de fondo que hizo que se corrigiese-bueno más bien a mi esposa y a mi nos gustaría invitarte a nuestra casa para conocer a nuestra nueva inquilina.-Sonaba divertido, supuse que por la actidud de la mujer que le hizo corregirse.

-Claro, no hay problema. Un segundo que anoto la dirección.-Dije sacando mi libreta.

Cuando el taxi me dejó delante de aquella casa me quedé totalmente asombrada de su belleza, era el tipo de casa que solo esperas ver en revistas de decoración o en películas, grandes ventanales, con el tamaño perferfecto para un familia numerosa, con un precioso color chocolate.

Llamé a la puerta nerviosa por primer vez por conoocer a mis caseros. Cuando decidí alquilar el apartamento creía que el Sr. Cullen mientras igresase el alquiler todos los meses, no aparecería por el apartamento o no se interesaría en mí como suele hacer toda la gente en general.

Me abrió la puerta una mujer de ojos verdes y el cabello color caramelo con una expresión amable en su cara. 

-Buenas tardes, supongo que usted es la Sra. Cullen.-Le dije extendiendo mi mano y una sonrisa la cual correspondió.

-Hola Isabella-para mi sorpresa me abrazó y aquel simple gesto hizo que algo dentro de mí se removiese-pasa, mi marido ha tenido que salir por una urgencia en el hospital, pero no tardará en volver.-Dijo guiándome hasta la sala de estar.-¿Has comido?¿Te apetece tomar algo?-Preguntó con el ceño fruncido.

-Solo Bella.-Ese gesto tan maternal hizo que soriese y aceptase su propuesta.-Gracias Sra. Cullen, la verdad no me di cuenta de la hora que era cuando vine.

-Llamame Esme, querida.-Me pidió.

Estubimos horas hablando sobre mi, aquella mujer tenía una curiosidad insaciable pero no lo hacía a mala intención. Le conté como decidí irme a vivir con Charlie cuando mi madre falleció en un accidente de coche y Phill, su nuevo esposo, estuvo de acuerdo con esa decisión.

Me preguntó sobre posibles novios y yo me sonrojé al confesarle que a mis 21 años de edad no había ni tenido mi primer beso, por alguna extraña razón que no alcanzaba a adivinar aquello le hizo sonreir aún más viéndome con lo que me pareció un brillo de esperanza en su mirada.

Cuando me di cuenta de la hora ya era de noche.

-Espero que vuelvas pronto Bella, así conocerás definitivamente a Carlisle. Le vas a encantar, ¡oh! y también te presentaré a mis hijos, ya verás lo contenta que se pondrá Alice.-Reí ante su entusiasmo y me despedí prometiendo volver pronto.

Decidí volver caminando, hacía una noche agradable para pasear y no estaba demasiado lejos del apartamento según pude observar desde el taxi que tomé a la ida.

Hacia la mitad del camino tomé un callejón que me pareció familiar, pero resutó que solo logré extraviarme, decidí dar marcha atrás cuando dos pares de manos me agarraron con fuerza por los brazos, solté  un grito y sentí cómo me golpearon la  cara con fuerza; después solo hubo oscuridad.

Capítulo 2: El Ataque

 
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