¡TE ODIO! ¿AMOR? (+18)

Autor: carlarobpatt4ever
Género: + 18
Fecha Creación: 28/04/2013
Fecha Actualización: 13/04/2014
Finalizado: SI
Votos: 36
Comentarios: 85
Visitas: 98689
Capítulos: 27

fanfic finalizado!!!!

Del odio al amor? ¿Habrá solo un paso? ?¡Te odio!?Grité. Él empezó a sonreír de lado?Pero aún así me amas, querida?Bufé exasperada?¡Ni loca, Cullen, primero muerta!?Esperaba no tragarme mis propias palabras.

HOLA! ESTE ES MI PRIMER FIC ESPERO QUE SEAN BUENAS Y AUNQUE LA IDEA NO ES TODA MIA ESPERO QUE LES GUSTE ; ESTE FIC PERTENECE UNA PARTE A CHAPIS CULLEN DE LA PAGINA DE FF PERO NO LO TERMINO Y ME HABIA GUSTADO ASI QUE LO TERMUNO YO SI NO LE IMPORTA A LA Q LO EMPEZO PERO COMO NO PUEDO HABLAR CON ELLA ESPERO Q ME DE SU PERMISO

ESTE FIC ES MIO , DE MI AMIGA CARLA Y CLARO CHAPIS CULLEN AUNQUE LOS PERSONAJEN NO ME PERTENECEN , ESTOS SON OBRA DE LA MARAVILLOSA STEPHANIE MEYER

¡ESPERamos QUE LES GUSTE!;)

tenemos otros fics 

los recuerdos de mi intercambio el link: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3803

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Capítulo 1: observando al enemigo

Capítulo 01. Observando al Enemigo

 

—¡No puede ser! Otra vez el estúpido de Edward-jodido-Cullen, está cerrando esas persianas—Era la tercera vez que lo hacía en lo que iba de la semana, ¿Qué no se cansaba?

 

—Vamos, Bella, hablas como si estuvieras celosa—Volteé a ver a Emmett molesta por su inoportuno comentario.

 

—No digas estupideces Emmett, el idiota de Edward es un tipo que utiliza a las mujeres, ¿Tienes idea de con cuantas mujeres lo he visto entrar a su oficina? —Emmett sonrió de lado y soltó una carcajada.

 

—Vaya, Bella, veo que estás muy bien informada—Emmett se estaba pasando, era mi primo y mejor amigo pero no por eso tenía derecho a insinuar nada sobre mí y el neandertal de Cullen.

 

—No alucines, Emmett, Edward Cullen es un bastardo, así de simple—Y como sí hubiera dicho algo gracioso se soltó a reír como loco una vez más.

 

—Emmett, cállate o te vas—Advertí. Ya habíamos platicado mucho de Edward-caliente-Cullen por el día.

 

—Ok, preciosa, pero te recuerdo que yo jamás me equivoco y que el pez por su propia boca muere—Entrecerré los ojos y le aventé el lápiz que tenía en la mano.

 

—¡Auch! —Gritó cuando el lápiz golpeó justo en medio de su frente. Mientras él se sobaba levemente la parte "afectada", volteé a ver discretamente hacía la ventana de Edward-que seguía cerrada-¿Por qué le estaba dando tanta importancia al asunto?—Sólo te diré preciosa que… jamás digas de esta agua no beberé—Tuve que contenerme de no aventarle la perforadora en la boca.

 

Después de su arranque de sinceridad y bonitas frases que no se de donde sacó, pudimos trabajar en "paz", Emmett tratándose de trabajo era serio y se concentraba, pero hacia falta que alguien dijera algo inapropiado para que él soltará una que otra tontería pero era soportable, y por eso lo adoraba.

 

oOoOo

 

—¿Bells? —Demasiado tarde me di cuenta quien era la persona que llamaba.

 

—Hola mamá, ¿Cómo estás? —Solté monótonamente.

 

—¡Excelente! ¿A qué hora llegarás? —Bufé bajito para que ella no lo notará, luego se ponía sentimental—¿Te falta mucho? —Mi madre tenía ese tino para no dejarte hablar, mientras ella hablará no había problema.

 

—En realidad…—No tenía idea como calmarla —No falta mucho, ¿Por? —Estaba segura de que era lo que quería y estaba vez no estaba muy dispuesta a aceptar su "invitación" —Oh, querida—Dijo maléficamente—Tenemos una cena con amigos y es necesario que asistas—Solté el aire retenido, esta sería una plática nada agradable para ninguna de las dos.

 

—Una cena a la que no iré, madre, ¿Sabes? Tengo una vida—El colmo de los colmos, lo que yo más deseaba era llegar a mi departamento y tomar un rico baño con sales y relajarme espléndidamente, lo que menos quería era ir a cenar con mis padres para estresarme aún más ante sus invitados.

 

—No estoy pidiendo tú opinión, Isabella, vendrás y no se diga más—Y así sin más colgó, literalmente fulminé el auricular con la mirada. Más valía que nadie entrará a mi oficina en esos momentos porque descargaría toda mi frustración en esa persona.

 

—Swan—Y como si lo hubiera pedido a gritos apareció ante mí la persona más desagradable del mundo.

 

—Cullen—Murmuré. Y literalmente lo acribillé con la mirada —¿Qué necesitas? —Grave error haber dicho eso.

 

—Pues necesito muchas cosas, pero no creo que tú, querida, puedas dármelas —Estúpido, enfermo, ¿Qué se creía?

 

—A todo esto, ¿Quién te dejo entrar? —Le dije en el momento que me levanté de mi lugar, Edward era más alto que yo y tenía ese algo que hacía que las mujeres se tendieran a sus pies, pero no por eso podía venir a mi oficina y entrar como si fuera dueño y señor, eso sí que no.

 

—Jane —Cuanta familiaridad, definitivamente tenía que hablar con ella, Edward-jodido-Cullen tenía prohibida la entrada a mi oficina sin mi permiso. Aún sí se estuviera tirando a mi secretaría, ella no podía dejarlo entrar.

 

—Y bien, ¿Qué quieres? —Sin esperar una invitación se sentó frente a mí—Bueno, querida—Rodé los ojos, ¿Por qué siempre tenía que decirme así? —Mi padre me pidió que viera el contrato de los Vulturi contigo, así que… aquí estoy, ¿Ya lo revisaste? ¿Tienes alguna duda? —Tenía que hacer uso de todo mi autocontrol para no soltar alguna blasfemia en su presencia.

 

—Pero…Edward, no sé por que tú padre te pidió eso—Él entrecerró los ojos, como si algo le hubiera venido de repente—Entonces… ¿No estabas al tanto de que yo vería contigo ese proyecto? —Obviamente teníamos algunos contratos con los Cullen, ya que ellos se hacían cargo de la parte estratégica y nosotros de la operativa de varías de las empresas.

 

—Charlie me acaba de pasar ese archivo, ni siquiera lo he podido revisar —Esto estaba muy sospechoso —Mi padre estaba a cargo del proyecto y según me había comentado lo veía con Carlisle —Estaba buscando el archivo por todo mi escritorio —Incluso esta mañana él me…—Volteé a ver a Edward, que estaba muy callado y distraído, entonces fue cuando noté que se levantó de su lugar y caminó en dirección a mi ventana. ¡Oh por Dios! ¿Se daría cuenta?

 

—Que vistas Swan —El aire se me quedó atorado en la garganta—Sí… ¿Verdad? —No pude evitar titubear—Es curioso —Dijo pensativo—Justo mi oficina está enfrente—Me volteó a ver y una sonrisa coqueta bailó en su rostro.

 

—¿En verdad? No lo había notado —Espeté despreocupadamente —¡Aquí está! —Murmuré con mucho entusiasmo cuando por fin encontré la maldita carpeta que contenía la información. Él tan sólo asintió y movió la cabeza negativamente mientras sonreía.

 

—¿Preciosa? —Irrumpió Emmett en mi oficina como siempre, y yo literalmente me atraganté con mi propia saliva. ¡Dios! Esto no podía estar pasando, y menos teniendo a Cullen en mi oficina, le rogaba a Dios que Emmett no abriera el pico.

 

—Oh, veo que estas ocupada… Hola, ¿Edward? —Se acercó Emmett hacía él bastante seguro de sí. Edward por su parte frunció el seño.

 

—Sí, ¿Tú eres? —Emmett sonrió.

 

—Emmett Swan —Estrechó la mano de Edward mientras este se relajaba un poco—No sabía que tenías hermanos, Swan —Lo fulminé con la mirada —Es mi primo, acaba de llegar de Londres para trabajar en la empresa —Solté sin ponerme a pensar si sonaba ruda o no. Además ¿Por qué le daba explicaciones?

 

—¿Sabes? Es raro verte de este lado y no a través de una ventana —Juró que un gritito ahogado salió de mi garganta cuando Emmett dijo eso —¿En serio? —Jodido Edward se está divirtiendo con todo esto.

 

—Que curioso, justo Isabella me estaba diciendo que no había notado que su oficina estaba justo enfrente de la mía —Emmett volteó a verme tan rápido que si no fuera por que estaba furiosa me hubiera soltado a reír. Y articuló un lo siento… sin emitir sonido alguno. Agaché la mirada, esto estaba siendo bastante incómodo y el idiota de Cullen ni siquiera apenado se veía ante evidente revelación, ¿Qué no era obvio que lo he visto entrar con infinidad de mujeres?

 

—Bueno Swan, al menos has aprendido algo al observar—¡Dios! No dijo eso enfrente de Emmett, ¿Verdad? Y mi pregunta fue contestada cuando el baboso de mi primo soltó una estruendosa carcajada que se atoró en su garganta cuando me volteó a ver y vio mi semblante enfurecido. Se calló en el acto.

 

—¿Qué quieres Emmett? —Aunque ya no sonreía su mirada brillaba alegre, traté de pasar por alto ese pequeño gran detalle, ya me las pagaría por ser tan indiscreto.

 

—Bueno…—De seguro no era nada bueno lo que me iba a decir —Verás…—Le estaba dando muchas vueltas al asunto y estaba poniendo aún más histérica —¡Dilo y ya! —Exigí.

 

—Vladimir Collins, quiere hablar contigo —Soltó de repente. Ese era nuestro cliente potencial desde hacia un año, su empresa se encargaba de importar y exportar ropa de las mejores marcas por todo el mundo, y nosotros nos encargábamos de su promoción —¿En que línea está? —Vi como la duda invadía el semblante de Emmett —¿Qué pasa? —No pude evitar fruncir el seño, manía que había heredado de mi padre cuando estaba confundida.

 

—Él… está aquí, Bells, y quiere hablar personalmente contigo —Por comentarios de los empleados y del mismo Emmett sabía que era un empresario joven que heredo el negocio familiar, muy pocas veces había hablado con él y por lo poco que lo traté sabía que era todo un caballero, además de inteligente, nada que ver con Edward que no decía nada. Por cortesía volteé a ver a Edward y le dije:

 

—¿Te molesta esperar afuera mientras lo atiendo? No creo tardar mucho —Irónicamente Edward sonrió —Claro que me molesta querida —Estaba empezando a sentir que la sangre me hervía, una vez más…—Edward, es algo importante por favor, espera afuera —Traté de decirlo lo más serena posible.

 

—Yo llegué primero, y no saldré de esta oficina —Entrecerré los ojos y volteé a ver a Emmett —Hazlo pasar, sólo dame cinco minutos —Regresé mi mirada al jodido de Edward —Y tú —Lo señalé con el dedo —Mantente callado —Como ordenes "querida" —Estaba empezando a alucinar esa palabra.

 

Entré al pequeño baño que tenía en mi oficina y me arreglé un poco, Collins era importante y necesitaba verme bien ya que él jamás venía a la empresa, siempre había alguien que iba a su oficina a tratar los asuntos importantes, Emmett siempre hablaba de él conmigo y sobre como aceptaba con agrado cada una de mis sugerencias. Y lo contento que estaba con nuestro trabajo, no entendía a que había venido.

 

Cuando salí del pequeño cuarto Edward seguía viendo por la ventana, y entonces por primera vez lo noté, sus hombros anchos y varoniles, como el traje se ajustaba perfectamente a su figura y lo hacía ver tan ¿Bien? Su trasero firme, lo que me faltaba, que Edward me atrajera de esa forma, la manera en que movía su pie nerviosamente mientras esperaba a que saliera.

 

—¿Qué tiene de especial esa ventana, Edward? —Se sobresaltó un poco y me volteó a ver algo serio ¿Qué había cambiado? —Nada, ¿Debería de tener algo de especial? —Inquirió molesto.

 

—No —Traté de comprender su repentino malestar —¿Interrumpo? —Un joven rubio de no más de treinta años entró a mi oficina con Emmett detrás de él, era casi tan alto como mi primo. Llevaba el cabello bastante corto y vestía un traje negro hecho a la medida por lo que se podía apreciar, sus ojos eran grises, su piel tan blanca como la nieve y un ligero rubor inundó sus mejillas cuando cruzó su mirada con la mía. Su estructura ósea era fuerte, varonil, no le podía pedir nada a ningún modelo de moda o de antaño, su físico era perfecto.

 

—¿Isabella? —Una sonrisa iluminó su rostro y me mostró su dentadura perfectamente alineada, fue inevitable no regresarle el saludo de igual forma —Así es, señor Collins, bienvenido —Extendí mi mano que él tomó gustoso y plantó un casto beso en ella.

 

—Por favor dime, Vladimir, al fin tengo el gusto de conocerte —Su comentario me hizo sonreír aún más —Lo mismo digo —Él aún sostenía mi mano cuando escuché como alguien se aclaraba la garganta.

 

Edward…

 

—Perdón —Dije más por obligación que porque en verdad lo sintiera —Vladimir, te presentó a uno de nuestros socios —Edward se adelantó y extendió su mano.

 

—Edward Cullen —Su semblante serio e incomodo fue de lo más extraño —Mucho gusto, Vladimir Collins —Contestó él sin perder su semblante relajado y alegre.

 

—Y bien, ¿qué te trae por aquí, Vladimir? —Intervine para romper el incómodo momento —No te molesta que Edward esté presente ¿Verdad? —Lo cuestioné cuando todos tomamos asiento, Edward por su parte se apartó hacía la ventana, una vez más…

 

—No hay problema —Sonrió —Bueno los dejos solos —Dijo titubeante Emmett —Necesito arreglar unos papeles que tengo que entregarte, Vladimir —Este por su parte lo volteó a ver y tan sólo asintió para una vez mas desviar su mirada hacia mí.

 

Una vez que Emmett se fue, nos acomodamos en nuestros lugares para empezar con la "reunión" de último momento.

 

oOoOo

 

—El motivo de mi visita básicamente es para pedirte un favor y para que veamos lo de un proyecto nuevo que tengo en mente —Empezó a hablar Vladimir con seguridad —¿Tienes alguna queja sobre Emmett? —Mi primo era excelente en su trabajo, ¿Por qué tratar de ver su nuevo proyecto conmigo? Y peor aún ¿Qué favor quería? —No me mal interpretes, Isabella… —No lo dejé continuar —Dime Bella, por favor —Sonrió y asintió en señal de estar de acuerdo.

 

—Ok, Bella —Volvió a sonreír —Mi prima Rosalie, recién egresó de la universidad, estudió diseño de modas, y está empezando a abrirse paso en la industria —Guardó silencio —Mi tío, o sea su padre, me pidió que la apoyará y así ha sido —Titubeó un poco —El problema es que… no basta con toda la publicidad que se le ha dado, obviamente, las personas buscan el respaldo de una marca conocida, o en su defecto que personas "famosas" o influyentes, las porten —Entonces comprendí a que venía tanto misterio.

 

—Y quieres que yo use sus diseños —Afirmé —Así es, ella hubiera querido venir a pedírtelo personalmente, pero… no creía que tú aceptarás, es inexperta y no hubiera sabido abordar el tema —No tenía que pensarlo mucho, me gustaba vestir bien, para mí la marca no importaba, con que yo me sintiera a gusto con la ropa bastaba.

 

—El único problema que yo le veo a todo esto —Enfrenté su mirada una vez más —Es que yo necesito ver su línea de ropa para estar segura que va con lo que estoy acostumbrada a usar —Una risita disimulada se escuchó en el incomodo silencio que se formó, estúpido Edward si abría la boca no podría mandarlo a callar, no frente a Vladimir.

 

—Por eso no hay problema, Bella —Vladimir ignoró la interrupción —Mi prima conoce perfectamente tu estilo —Sonrió como si hubiera recordado algo y meneó un poco su cabeza —¿Sabes? Existe mucha publicidad a tu alrededor —Vladimir tenía razón.

 

—De cualquier forma, mis padres están organizando una cena en su casa esta semana, y tenía pensado invitarte —Por el rabillo del ojo puede ver como Edward se giraba completamente —Si no hubiera tenido que tratar el asunto de mi prima contigo el día de hoy, de todos modos habría venido a invitarte personalmente —Su declaración me sorprendió, ya que prácticamente no nos conocíamos.

 

—¿Cuándo sería? —Toma eso Edward-jodido-Cullen, no nada más tú tienes a tus amiguitas. La cara de Vladimir se iluminó. —Es este sábado, pero si tienes algún compromiso, podrían posponerla hasta que tú pudieras asistir —La mandíbula de Edward se abrió un poco.

 

—El sábado es perfecto —Aseguré —Y me encantaría asistir —Vladimir se levantó de su lugar —¿Te parece si paso por ti a las ocho? —Por un momento una alarma se encendió en mi sistema, cosa que él notó.

 

—O… sí te sientes más a gusto te doy la dirección y tú llegas allá —Era tonto que hiciera eso, él me estaba invitando, como despreciar el que él fuera por mí.

 

—Claro que no… —Dije apenada —Te daré mi dirección —Agarré una de mis tarjetas de la empresa y al reverso anoté donde se encontraba mi departamento. Junto con los números de teléfono de mi casa y celular.

 

—Gracias —Murmuró —Es hora de irme —Nos encaminamos hacía la puerta y antes de que pudiera abrir la puerta que cuidadosamente Emmett cerró cuando se fue, se le callo un boligrafo que llevaba colgando del bolsilllo de la chaqueta y yo gustosamente me agache con cuidado con la falda recogi el boligrafo y se lo entregue en ese momento pude notar un sutil ruboor en sus mejillas y aunque tenia curiosidad por saber lo que era simplemente le sonrei y me despedi quedandome don la duda despues Él me tomó de la mano, cosa que me sorprendió.

 

—Me dio mucho gusto conocerte, Bella —Se fue acercando lentamente y plantó un casto beso en mi mejilla, cuando eso ocurrió pude escuchar claramente como se caían unas cosas de mi escritorio, desconcertados volteamos y vimos como Edward estaba agachado juntando unos cuantos lápices y plumas del suelo. ¿Qué le pasaba?

 

—Oh, Edward disculpa —Vladimir se fue de mi lado y se acercó a despedir de él, quien de muy mala gana le correspondió el saludo, caminó de nuevo a mi encuentro y dijo:

 

—Cualquier duda, sabes donde encontrarme —Caballerosamente se volvió a despedir de mí.

 

Acompañé a Vladimir hasta el ascensor donde me aseguró que su prima también estaría en la cena y me mostraría todos los diseños que había contemplado que yo usará, justo cuando se cerraron las puertas del elevador me dirigí a mi oficina donde Edward Cullen seguía plantado.

 

—¿Qué carajos te pasa, Cullen? —Creí que me encontraría con un semblante arrogante en su cara, algo que le había visto muchas veces, pero lo que jamás imaginé era que vería una expresión furiosa en su lugar, sin una razón aparente, o al menos eso creía yo…

 

 ;)

Capítulo 2: en casa del enemigo

 
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