Bella se restregó las mejillas mientras entraba a la habitación, odiaba llorar, pero ahora no podía contenerlo, no sabia si era el embarazo o solo que las palabras de Edward dolieron demasiado, le había molestado que fuera tan intransigente, tan injusto, tan…machista…estaba dolida por su insinuación pero mas que nada le aterraba que el se estuviese preguntando sobre aquello, no estaba preparada para decirlo, no quería que el lo supiera, que nadie lo supiera.
Cerró la puerta disfrutando el sonido del golpe, se sentó en la cama incapaz de hacer nada, trató de calmarse pero no lo conseguía…
Edward apretó los puños cuando miró la puerta cerrada de su habitación, tuvo el atisbo de tirarla, de forzar la cerradura y entrar, pero eso solo complicaría las cosas.
Tocó dos veces sin respuesta, cerró los ojos recargando la frente contra el frío material de la puerta, de repente todo esta demasiado frío, “Imbecil, imbecil, imbecil”.
-Bella, lo siento-, murmuró sin ninguna respuesta.
-Tienes razón amor, Alice es capaz de tomar sus propias decisiones, pero es difícil aceptarlo, no quiero que sufra…-, continuó
-No soy nadie para decir si esta “lista”, y tienes razón no fui el mejor en ese aspecto por años hasta ti, perdóname, no me importa lo que haya pasado antes de tenerte…no quise agredirte ni insinuar nada…no supe lo que dije, me di cuenta demasiado tarde-, Edward golpeó suave la puerta con un puño, sin sonido alguno.
Bella lo escuchó todo y aun así no lograba quitarse el miedo que la tenia paralizada, como explicarle lo que sentía, como explicarle que desde que había hablado con Alice, no había dejado de pensar en algo que creyó olvidado, se había convencido de que su primera vez, la primera vez que había hecho el amor había sido con el, el le había enseñado lo que era sentir, disfrutar…
-Amor, ábreme por favor, perdóname-, pidió Edward de nuevo, Bella miró la puerta y tragó fuertemente, se limpió la cara, se levantó y quito el seguro de la puerta, para volver a la cama, sentándose en la orilla, la puerta se abrió despacio, Edward entró cerrándola tras de si pero sin acortar la distancia, se quedo recargado con la espalda contra la pared.
-Lo siento-, susurró
-No quiero hablar de eso…por favor-, pidió Bella sin mirarlo.
-Bella, no me importa tu pasado o el mío, no me importa nada antes de que entraras esa noche a mi cuarto, lo juro-, Edward la miró tragando en seco, ella aun no lo miraba.
-No sabes lo que dices-, murmuró bajito
-Amor…mírame por favor, tan siquiera dime lo enojada que estas, dime algo-, pidió el mientras Bella sollozaba, la garganta le quemaba.
-¿Sabes por que se que Alice será feliz con lo que decida?-, preguntó al fin encontrando su mirada, Edward negó incapaz de hablar
-Por que lo haría por amor-, contestó, se limpió una lágrima antes de que Edward tomara sus manos, ni siquiera notó el movimiento, al final lo tenía frente a ella de cuclillas, mientras sus dedos limpiaban sus mejillas.
-Si…lo haría por amor-, contestó Edward con los dientes apretados, ella esta así por su culpa.
-Cuando tenia 16-, suspiró Bella mientras el la miraba tratando de entender, ella respiró mientras las palabras salían, palabras que creía ya inexistentes.
-Estaba enamorada de un jugador de futbol de la preparatoria…del ultimo año…Mark, dos años mas grande-, confesó mientras el asentía sin decir nada, ¿Su primera vez?, Edward jamás se había creído el cuento del juguete sexual, al principio lo había tomado como una broma pero tenia cierta curiosidad, después ya no había importado, no importaba.
-Era sobresaliente…así que los maestros me asignaban tutorías-, continuó.
-¿El fue una de ellas?-, preguntó Edward
-Si…por un tiempo, por primera vez me sentía…especial, no tuve muchas amigas, mi estilo no les parecía convenientemente atractivo, pero jamás me importo, Jessica, mi única amiga en la escuela, y su novio Mike eran lo únicos a los que conocía, Mark fue a mi casa casi todas las tardes los últimos meses de clases, y había avanzado-, Bella se detuvo y de nuevo la garganta se cerró como hierro caliente.
-Unas semanas antes de su graduación, me habían dejado un proyecto junto a Jessica en una clase…no recuerdo exactamente cual…algo sobre la composición genética, no pude localizar a Mark así que no estuve segura si había ido a mi casa o no hasta que llegué cerca de la hora de la cena-, terminó Bella mientras Edward rozaba sus manos con las suyas, no estaba seguro si quería escuchar lo que seguía.
-¿Estaba?-, preguntó tragándose todos sus miedos, se lo debía.
-Cuando llegué, la casa estaba demasiado callada, creí que mi mama aun no había llegado, tenia la costumbre de irse con sus amigas después del trabajo, a platicar y a veces a…divertirse, subí a mi habitación y dejé mis cosas, un ruido me puso alerta, la verdad temí que alguien se hubiera metido a la casa, caminé hacia la habitación de ella, la puerta estaba entre abierta y de repente los sonidos ya no parecieron tan descocidos…abrí un poco mas la puerta y ellos ni siquiera se dieron cuenta-, Bella apretó la mandíbula mientras Edward cogia sus manos.
-¡La pasión del momento!-, murmuró ella sonriendo con sarcasmo ella para luego tratar de controlarse.
-Salí de mi casa sin decirles nada, la odié, ella jamás se había preocupado por mi mas de lo necesario, siempre era ella primero, había tratado de comprenderla, de comprender lo que a mi papa y a ella les había costado el divorcio, pero …ella estaba haciéndolo con alguien que podría ser su hijo…no quería verla…solo quería desaparecer-, otra lagrima cayó por su mejilla mientras Edward trataba de calmarse, había creído saber hasta donde había llegado el rencor de los padres de Bella…no tenia ni idea.
-¿A dónde fuiste?-, preguntó el, ella alejó sus manos nerviosa y el la retuvo
-No necesito saberlo si tu así lo quieres-, murmuró Edward, Bella asintió temblando
-Habían estado hablando de una fiesta en la casa de un chico de la defensa del equipo de futbol, yo solo quería olvidar y ahí habría “bebida gratis”, cuando llegué me quite los lentes y me deshice la coleta, había gente que jamás había visto, muchos de los chicos no eran de l a escuela, las personas que me reconocían se quedaban algo impresionadas de que estuviera ahí pero no me importaba, no iba a socializar, encontré una botella, unos vasos, hielos y a unos chicos preparando bebidas.
Hasta el día de hoy no tengo mucha resistencia al alcohol…de repente todo se borró, la ultima vez uno de los chicos me había dado un trago dulce…muy dulce-, Bella desvío la mirada y Edward apretó los dientes…los mataría a todos de tener la oportunidad, levantó su mano y la besó.
-Me desperté en un auto, estaba casi amaneciendo, me costó enfocarme, oía voces, que gritaban y reían, luego fui consiente de que no estaba en mi casa, de que no conocía a esos chicos, de que no sabia que había pasado, les pedí que me bajaran y se rieron, comencé a llorar, solo quería irme de ahí, quería salir, uno de ellos se canso de mi…no se tal vez los gritos le habían causado dolor de cabeza, abrió la puerta después de haberme sujetado del brazo y apretarme fuerte… “Lo disfrutamos”, dijo con una sonrisa antes de dejarme salir… yo solo corrí de ahí, me dolía el cuerpo, la cabeza, lloré hasta que encontré un teléfono y llamé a Jessica, ella y sus papas me recogieron-, Bella se tapó el rostro con las manos, no soportaba que Edward lo supiera, lo que tenia con el había sido tan único que ya no importaba la frustración que había sentido ese día, el dolor de no saber que habían hecho con ella, ahora solo pensaba en su palabras, en como la juzgaría, ¿Lo haría?
Al instante unos brazos le respondieron, Edward la abrazó sentándose junto a ella, mientras le murmuraba que la amaba, que jamás volvería a recordar aquello, que no importaba…
-Le dijiste algo a Renee-, murmuró Edward después de un momento, Bella tenia el rostro escondió en su pecho, el trato de sonar lo mejor posible, quería encontrar a esos hombres y hacerlos pagar, quería gritarle el daño que le había hecho esa mujer a su hija, sin embargo comprendió que nada de eso ayudaría, ahora Bella estaba ahí con el y eso era el único bálsamo contra el odio que sentía….¡Como pudo haberla herido!, juró en silencio no volver a decir algo solo por la rabia del momento.
-No…la mamá de Jessica me llevó al hospital después de contarle lo que había pasado…o lo que creía que había pasado, me revisaron y me dieron medicamentos como prevención…Renee creyó que dormí con Jessica ese día…les hice jurar que no le dirían…no sabes lo frustrante que fue no saber nada…aunque con el tiempo llegue a agradecer no recordar…es una noche perdida de mi vida, después de esa ocasión dejé de pensar en cuentos de hadas, cuando era algo mas joven me imaginaba el día de mi boda, al final mi esposo y yo iríamos a una gran carpa, como esa árabes que salían en las películas, Sherezada, me cubriría mis ojos e iríamos descubriendo juntos …nuevas sensaciones, dejé de esperar que mis padres cambiaran, dejé de tratar de esperar, la vida es tal y como es, mejor decir las cosas, directo, sin daños, sin engaños, sin mentiras-, susurró Bella mientras Edward acariciaba su espalda.
-Así decidí vivir…pero al final…cuando la Universidad estaba acabando estaba de nuevo sola, vacía, Jessica se había casado con Mike, y yo ansiaba algo mas que solo la cáscara que era por dentro, algo mas que las bromas que me mantenían, por ese pensé en tener al menos un mejor recuerdo….no quería pensar en mi cuerpo….en…quería algo…real…-, Bella cerró los ojos, avergonzada pero agradecida del hombre que la sostenía, Edward levantó su mentón y le sonrió.
-Gracias mi amor-, murmuró y la abrazó mas fuerte, se acomodó contra el cabecero para que ella pudiera acostarse en su pecho, el se inclinó un poco y murmuró a su oído.
-Te voy a contar un secreto…la primera vez que hicimos el amor fue juntos…nuestra primera vez-, terminó Edward, Bella sonrió y el besó su mejilla antes de que ella cerrara los ojos.
Edward sintió la respiración acompasada de Bella, acarició su cabello y perdió el tiempo que se quedo así, había demasiados sentimientos en su pecho, había sido un estupido muchacho, un chico que creía que el sexo era otra parte de la diversión mientras que ella al mismo tiempo había estado sola…nadie la había protegido.
-Tratare de que seas feliz…mi pequeña luchadora…con cada aliento de mi vida-, murmuró rompiendo el silencio de la habitación.
.
.
.
Bella se despertó cubierta con una manta, se dio cuenta que había dormido con la ropa del día anterior, no tenia los zapatos ni el reloj de pulsera, buscó a Edward con la mirada pero no lo encontró, se levantó y fue hasta el espejo del tocador, tenia los ojos un poco irritados y sentía la boca seca, cerró los ojos y trató de tranquilizarse, era a la primera persona que le contaba su secreto, además de Jessica y sus padres nadie sabia que había pasado esa noche, al principio tuvo miedo, pero por primera vez se dio cuenta que no necesitaba nada mas que a el, que se podía derrumbar y el estaría ahí.
Se duchó y cambió, cuando colocó sus lentes, sintió un ligero estremecimiento en su vientre, era como un retortijón pero mas interno, mas sensitivo, sonrió, una sonrisa que borró cualquier estupida pelea, cualquier rastro de ese pasado.
-Ambos hemos crecido bebe-, murmuró acariciando su vientre
-Aprendí a entregar mi corazón-, terminó mientras escuchaba el tintineo de los platos en la planta baja.
Edward miró a Bella en la entrada de la cocina, sonrió mientras ella caminaba hacia el, se sentó a su lado sirviéndose algo de pan tostado.
-Buenos días-, murmuró besándole la comisura de los labios después de dar una mordida a la rebanada, dejándole las morusas en la piel.
-Buenos días-, murmuró el mirándola.
-Te despertaste temprano-, continuó ella
-Si… ¿Cómo dormiste?-, preguntó algo inseguro, Edward quería hacerlo bien, pero sinceramente no sabia como seguir, vamos Bella era la sensata en la relación, la que decía como eran las cosas, la que lo hacia sentir bien… ¿Cómo podía hacer el lo mismo?
-Bien…-, contestó ella, se levantó y se acercó mientras Edward abría los brazos.
-Por que dormí a tu lado, por que por fin tengo algo real, algo que me hace feliz…te amo demasiado Edward Cullen…aunque sean un machista hermano sobre protector incorregible-, trató de bromear peor sus ojos se volvieron cristalinos.
-Yo también te amo Swan-, murmuró besándola, un beso tierno sin ninguna intención que la de sellar sus palabras, Bella sintió de nuevo aquella sensación en su pequeña barriga y sonrió abrazándolo.
Cuando terminaron de desayunar, Edward salió a la oficina, Bella había quedado con Esme y Rosalie para la próxima prueba del vestido, así aprovecharían para ver el vestido que Alice había escogido para su otra madrina.
Aun mantuvo la sonrisa al llegar a la empresa de sus padres cuando recordó la cara de su novia, el martirio de las compras era un suplicio según ella, Bella preferiría comenzar a trabajar temprano, eso lo sabia.
Cuando entró a su oficina se encargó de checar algunos correos electrónicos que había dejado pendientes el fin de semana.
Después de casi media hora su teléfono sonó, frunció el ceño al ver la extensión de Esme parpadear.
-¿Diga?-, contestó
-Buenos días Edward puedes venir un momento-, pidió su mamá
-Claro…pero…voy para allá-, murmuró confuso
Edward abrió la puerta de la oficina de su madre, detrás del escritorio estaba ella, intachable como siempre, a su lado y para su sorpresa su padre lo miraba con una expresión dura.
-Creí que irías con Bella-, susurró mientras Esme le indicaba la puerta, cuando la cerró se quedo parado mirándolos.
-¿Qué pasa?-, preguntó
-Siéntate Edward-, pidió Carlisle.
-Pueden decirme que pasa…mamá ¿y Bella?-, insistió el, su mente jugó con demasiados escenarios.
-Fue con Rosalie…me excusé con ellas, necesitábamos hablar contigo, por favor hijo siéntate-, murmuró Esme, Edward supo que algo no andaba bien al oír el tono de su madre.
-Escucho-, les contestó Edward sentándose.
-Esta seria una buena oportunidad para decirnos la verdad Edward-, sentencio su padre.
-Carlisle-, llamó Esme
-No cariño, lo hablamos, quiero saber la verdad-, replicó el padre de Edward
-¿Qué verdad papa?-, preguntó el
-Ayer hablé con el padre de Bella, quería darle la sorpresa el día de la boda…-, explicó Esme.
-Nos dijo que su hija había iniciado su relación contigo hace poco menos de 5 meses, ¿es cierto?-, preguntó Carlisle, Edward se llevó la mano al puente de la nariz y suspiró, todo cae por su propio peso.
-Si-, contestó simplemente.
-Entonces todo es mentira-, murmuró casi inaudible su madre, su voz parecía dolida.
-No…no…-, contestó Edward seguro.
-Yo…yo les mentí, no tuve una novia en toda la Universidad…estuve con muchas mujeres…muchas…, mamá tu querías conocer a alguien que no existía…lo siento-, confesó, su madre lo miró mientras su padre negaba.
-Y Bella se prestó a tu engaño…por que…que ganó ella-, preguntó Carlisle molesto.
-Nada…ella fue mi mejor amiga cunado lo necesité…y yo gané…gané-, explicó levantándose tratando de relajarse un poco.
-Y el bebe…la boda es por el-, siguió su padre.
-No…, la amo, nuestro hijo no cambia nada-, contestó Edward molesto
-¿La amas?, de verdad-, preguntó Esme
-Mas que a mi vida, con ella soy una mejor persona, un mejor hijo, un mejor hermano…créanme, se que no lo merezco, se los diríamos, ella insistió que debíamos hacerlo, teníamos pensado hablar con ustedes antes de la boda-, terminó Edward, sus padres lo miraron hasta que Carlisle suspiró medio sonriendo
-Entonces el tiempo no importa…-, murmuró su padre, Edward lo miró sin entender, mientras su madre sonreía.
-No vamos a mentirte Edward nos duele que nos mintieras, pero Bella es lo mejor que te ha pasado hijo, temíamos que el amor que habíamos notado entre ustedes solo fuera una ilusión de nuestra parte, pero si la amas y ella te ama, no tiene importancia como fue, lo importante es que ahora tienes una familia, ahora estamos mirando a nuestro hijo por fin convertirse en el hombre que esperábamos-, concluyó su madre.
-Se los agradezco, no saben lo que significa para mi que entiendan que mi felicidad esta con ella, aun con todos mis errores-, contestó Edward.
-¿Quieren hablar con Bella de esto?-, preguntó después
-Creo que esperamos la conversación que había planeado… ¿no crees?-, murmuró Esme sonriendo
-Gracias-, susurró Edward caminando hacia la puerta, se detuvo antes de abrirla y se giró un momento.
-Mamá…tienes el teléfono de Charlie-, preguntó el, tal vez aun podría al menos demostrarle a Bella que su padre la quería mas de lo que quizás el mismo sabia…si no ¿Por qué había contestado a su madre?.
Tendría una larga conversación con Charlie Swan, quizás no fuera demasiado tarde para que el y su padre no volvieran a fallarle.
|