No pude evitar fruncir el ceño, no sabía en qué parte del asunto decía que debía olvidarme de mi mejor amigo, eso no, no ahora.

Cada vez parecía que el destino e empeñaba en hacerme sufrir, yo se que lo que no te mata te hace fuerte pero a mí me confundió con Jackie Chang o con Hulk.

Tranquila Isabella respira profundo y ya hablaras con Jacob, ahora disfruta de tu estadía aquí, pásala súper, ya luego pensaras en lo demás.

Como pude me levante de la cama y me encontré con la mirada curiosa de Damon, no pude evitar enarcar una ceja y mirarlo con incredulidad, ¿debo suponer que tengo monos en la cara o cómo?

-¿Acaso te debo y no lo recuerdo Salvatore? –no era mi intensión ser tan cortante, pero se lo merecía.

-Mmm, Hasta donde recuerdo, no, solo tengo unas cuantas preguntas que hacerte Lille, es solo eso –frunció  los labios reprimiendo su puta sonrisa, estúpido y sensual Salvatore.

-¿Preguntas? –Lo seguí mirando pero me senté en el borde de la que sería mi cama estos días -¿Por qué debería yo responder a lo que sea que quieres saber?

- solo quiero saber ¿qué fue lo de abajo Con Elena? –bufe por lo bajo

-¿Qué se supone que debo responder a eso? Fue lo que fue Damon, yo dándole mi opinión a la grandísima perra que tienes como mejor amiga, solo eso –sonreí forzadamente-

-Vamos Lille, no le llames así –me miro con el seño fruncido.

-Mejor ve y consuela a Elenita Damon, ella lo necesita, supongo –me puse de pie y pase a su lado, aunque antes de lograr salir, el me tomo por el brazo y no tuve más opción que encararlo, para mi mala suerte, su rostro estaba a solo centímetros del mío y era muy tentador.

-No te pongas así Lille, vamos, disfrutemos estos días juntos. –el me miraba a los ojos y los labios, yo no podía apartar la mirada de los suyos, para ser sincera.

-¿Seguro que lo tienes permitido? No quiero que pierdas a tu chica por pasar tiempo conmigo.

-Primero, no es mi chica, segundo, no tengo porque pedirle permiso a nadie. –coloco su mano derecha en mi rostro y lo acaricio levemente y justo cuando iba a decirle que no estaba muy segura de eso, se escucho un carraspeo seguido de su horrenda voz.

-Damon, ¿estás listo? Me gustaría que diéramos un paseo y conociéramos el lugar.- me sobresalte y me separe de Damon con brusquedad, no pude evitar poner los ojos en blanco.

-Los dejo, iré a ver donde esta Jasper –fruncí el ceño e intente irme, pero, de nuevo la larga mano de Damon me detuvo lo mire inexpresiva.

-De hecho Elena, creo que tendrás que ir sola o con Stefan, yo iré con Isabella –dijo el sin quitarme la mirada de encima, por alguna extraña razón mi pecho se hincho y no pude evitar sonreír, el por fin me demostraba que estaba dispuesto a dejar a su amiguita de lado, no pude evitar sonreír y mirar a Elena socarronamente.

-¿Estás hablando en serio Damon? –ella lo miro incrédula y juro que quería reírme de ella pero me aguantaría, yo era mucho mejor que eso.

-No me estoy riendo Elena ¿O sí? – ok eso hasta a mi me dejo boquiabierta era un cambio extraño e impresionante, no me emocionaría, de seguro estaba dormida y luego la realidad me daría un verdadera patada en el trasero para burlarse de mí.

Elena solo frunció el ceño y dio media vuelta enojada, entrando a la habitación del frente con un tremendo golpazo a la puerta.

Mire a Damon totalmente confundida y él se rio con ganas.

-¿No me digas que te enojaras por esto Lille? Si es así, déjame decirte que eres muy extraña –su sonrisa ladina simplemente me cautivaba y me encantaba, era arrebatadora.

-No podría enojarme –dije sonriendo sin poder evitarlo, cual niño en feria cuando sus padres le compran un pomposo algodón e azúcar, no pude evitar besar su mejilla a lo que el sonrió y yo solo me sonroje.

El tomo mi mano y en ese momento sentí que el rubor de mis mejillas jamás desaparecería… Ese fue el momento en el que mi corazón simplemente se puso del tamaño de una nuez para luego ensancharse y parecía como si allí jamás hubiera existido siquiera una fisura. Fue la sensación más reconfortante en mucho tiempo.

No podía hacer otra cosa que mirar nuestras manos unidas, y no podía pensar en nada que no fuera la pequeña electricidad que me recorría, me sentía nerviosa, inexplicablemente nerviosa, pero de algo estaba segura no quería que Damon me soltara.

Bajamos las escaleras tomados de las manos yo mirando el suelo, pero era imposible que la mirada curiosa de Alice y de Rosalie pasara desapercibida, puesto que ambas estaban en los puff de la pequeña sala de estar y un poco más y se caen para mirar lo que ocurría, no pude evitar sonreírles.

-Chicas iré a dar un paseo con Damon, nos vemos en un rato –Alice se limito a guiñarme el ojo y Rose articulo un “Comételo” con los labios, y allí estaba de nuevo el estúpido sonrojo.

Salimos de la cabaña y el camino como si conociera el lugar mejor que su casa, alce el rostro para ver hacia donde nos dirigíamos no pude evitar notar que nos estábamos adentrando al bosque y me detuve en seco.

-¿A dónde se supone que vamos Salvatore? –lo mire confundida.

-Solo confía en mí -me dio una de sus mejores sonrisas moja bragas y no pude evitar negar ligeramente, aun me perturbaba en sobremanera la forma en la que con solo una sonrisa me ponía los nervios de punta.

Me deje guiar por un sendero casi invisible que había justo detrás de algunos arbustos, caminamos aproximadamente unos 7 min y nos encontramos con eso… Era el lugar perfecto, la vista daba justo con un hermoso lago el cual tenía un pequeño puente, que daba justo al otro lado con un prado lleno de flores silvestres totalmente hermosas, mi mirada no podía apartarse de las nomeolvides azules y hermosas, suspire y solo pude articular un:

-Damon es totalmente hermoso –alce el rostro y lo mire el sonrió y dijo.

-Sé que soy hermoso, pero quiero saber tu opinión sobre el lugar –dijo divertido.

-Eres un idiota, ya sabes a que me refiero –dije conteniendo una sonrisa.

-Ven –tomo mi mano y me guio a la mitad de puente, donde por alguna extraña razón la luz solar hacia énfasis en el pequeño prado haciéndolo parecer un cuento de hadas o un sueño.

No podía dejar de mirar a mí alrededor, conocía muy pocos lugares como este y no hay palabras para expresar la sensación de bienestar, aunque tal vez era algo más que solo el hermoso paisaje, en ocasiones, la compañía influye.

-Te tengo una propuesta Lille –pude sentir la fuerza de sus orbes grises sobre mí, incline un poco mi cabeza para mirarlo y sonreí.

-Te escucho –lo mire a los ojos y en él había un brillo especial, puede ser incluso estúpido, pero ese tipo de gestos, solo me lograban que mis sentimiento por el crecieran un poco más.

-Bueno, como te dije, quiero impresionarte –dijo con su mejor sonrisa- quiero que me quieras y quiero demostrarte que te quiero, mientras estemos aquí quiero que nos veamos aquí a diario, a las ¿3? ¿Te parece?-intento aclararse la garganta y frunció ligeramente el ceño- Lille tu me interesas y de veras quiero mi oportunidad, quiero que me conozcas y que me quieras a pesar de mis defectos.

Baje la mirada en un intento de procesar, tal vez para mí no sería difícil amar sus defectos, pero mi vida estaba tan llena de mierda, que era imposible saber cómo reaccionaría él y si estaría dispuesto a amar mis demonios, y mis defectos. Lo mire a los ojos y respire profundo.

-Damon, tu también debes conocer primero mis defectos, no puedo prometerte algo perfecto, esa es la realidad y quiero que lo tengas presente –el coloco ligeramente uno de sus dedos sobre mi labios para callarme y yo me limite a mirarlo a los ojos.

-Yo solo quiero que nos conozcamos cariño, ya veremos que ocurre más adelante.

No pude evitar sonrojarme cuando él me abrazo, como acto reflejo solo pude colocar mi cabeza en el hueco debajo de su cuello. Estuvimos unos minutos mas solo en silencio abrazándonos y luego sin más, volvimos a la cabaña.

Pude notar como su mano sudaba levemente al roce con la mía ya que no había querido soltar mi mano de camino regreso a la cabaña, iba totalmente sonrojada y la verdad sintiéndome algo estúpida tanto alboroto por este chico… Pero la verdad no podía evitarlo.

Al llegar a la cabaña el subió al dormitorio y decidí ir por algo de beber, entre en la acogedora cocina la cual contaba con un piso de madera y estantes del mismo material todo en color caoba, abrí el frigorífico para tomar un poco de agua, al apoyarme en un largo mesón que había justo  en medio de la cocina, pude ver como Elena entraba y me sonreía irónicamente, conté mentalmente hasta mil y me repetí esa cantidad de veces que no debía arrancarle el cabello ah tirones.

-¿Así que, ya te crees importante porque Damon se va a ratos contigo?-enarco una de sus perfectas cejas mirándome desafiante. Me limite a mirar mi vaso de agua como si fuera la cosa más interesante del mundo, me encogí de hombros, termine mi agua y deje el vaso sobre el mesón, y paso a su lado sonriéndole y encogiéndome de hombros. –Solo quiere divertirse contigo –su voz destilaba veneno decidí no hacerle caso, por mi bienestar psicológico y su integridad física

Vi que en la sala de estar se encontraban Alice y Rose me senté en medio de ambas en el sofá grande con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Entonces? –Alice me miro con picardía.

-¿Entonces qué?-pregunte divertida.

-Dale hazte la loca –dijo el pequeño duende con el ceño fruncido-

-No entiendo nada- dijo Rose confundida.

-Rossie nuestra pequeña Bella se fue con el guapo Salvatore a dar “un paseo” y ahora cree que puede no contarnos que ocurrió – Alice era el ser más dramático sobre la tierra, no pude evitar poner los ojos en blancos.

-Solo fue eso duende, un paseo, me dijo que quiere que nos conozcamos eso es todo –dije mirando mis manos y recordando como las manos de Damon sudaban en contacto con las mías. No pude evitar sonreír.

-Es un buen chico –susurre- de verdad parece querer conocerme.

-Yo creo que quiere más que solo conocerte cariño – dijo Rose con un guiño.

-No comiences Rosalie –dije riéndome –solo quiero intentarlo ¿sabes?  El en verdad logra hacerme sonreír y olvidarme un poco de todo.

-Lo dices como si tuvieras mil problemas bella –dijo Alice encogiéndose de hombros.

Guarde silencio y solo me levante, es más que obvio que la chica con la vida perfecta, padres unidos, que la aman sobre todas las cosas, todo el dinero que pueda derrochar y con buenos amigos, ella no entendería, por mas amiga que fuera, por más que lo intentara, por más que me quisiera. Alice jamás podrá ver lo que realmente ocurre.

Le sonreí y me levante para dirigirme a mi dormitorio a llamar a Jake, aun quedaba eso por resolver.

Subí las escaleras a paso lento, llegue hasta la puerta del dormitorio y al notar que estaba abierta y simplemente me tire sobre mi cama, tome mi telf. Que se encontraba bajo la almohada y marque el número que tanto conocía.

<<-Hola–respondió esa conocida voz al segundo timbre.

-¿Jackie qué ocurre? –solté sin saludar o preguntar cómo estaba-

-Estoy bien Bella gracias por preguntar, ¿qué ocurre respecto a qué? – su voz era un poco osca, y la verdad, no sabía como diablos tomar eso.

-No sé, tu novia me escribió y me dijo que pase de moda o algo así, ¿tienes algo que decirme?

-Bells, Nessie no se siente cómoda con que seamos tan unidos y creo que lo más sano para mi relación es que nos distanciemos un poco.

-¿Estás hablando en serio Jacob? –Estaba estupefacta, esto tenía que ser un mal chiste-.

-No estoy riéndome Bella, es en serio. Habrá limitaciones, ya no puede ser todo igual tengo una relación que respetar.

-Ahora para ser amigos hay que tener límites ¿Estas bromeando? De que me hablas. ¿Por qué limitaciones? Siempre hemos sido solo amigos.

-No mas llamadas a todas horas, no mas mensajes de textos diarios, no dormir juntos de nuevo- el aclaro su garganta y susurro- hay cosas que harán que Ness se incomode, bella, espero que comprendas.

- ¿Sabes? No hare mas nada de eso contigo, no porque ella sino por ti Jake porque te vez feliz, pero te diré que tu novia es una total idiota, tu y yo somos solo amigos y no actuamos de otras maneras, siempre ha existido respeto de por medio… me parece realmente estúpido de su parte.

-Bella yo…

-Tu una mierda Jacob Black, adiós ->>

Es impresionante el nivel de idiotez de esa chica, no más llamadas de auxilio, no más mensajes de textos, no más Jake, no más mi mejor amigo.

Esto es realmente frustrante.

Me voltee y vi como Damon estaba en la puerta observándome.

-¿Necesitas algo? –le mire con el ceño fruncido mientras me sentaba al estilo indio, el se acerco se acostó en la cama y puso su cabeza en mi regazo-

-No realmente –el miraba fijamente el techo- Pero algo me dice que tú no estás del todo bien lille.

-No sabía que eras supersticioso Salvatore –comencé a acariciar su cabello y el sonrió torcidamente.

-Oh vamos nena, dime que ocurre de una vez –dijo divertido, su sonrisa me mataba y me hacia sonreír-

-Mi mejor amigo es un tonto, prácticamente me saco de su vida por su nueva novia –el tomo mis manos entre las suyas y las coloco en su pecho-

-No hay que ser tan duros Lille, simplemente hay cosas que cambian cuando uno está en una relación –suspire y fruncí el ceño-

-No discutiré sobre eso la verdad no tengo animo de eso, tal vez, solo es porque estoy enfadada, pero supongo que tienes razón-

-Siempre la tengo nena –y ahí estaba el de fanfarrón como siempre, le di una palmadita en el pecho y reí por lo bajo-

-Eres un tonto cariño –negué levemente-

La puerta seguía abierta así que al alzar la mirada pude notar a Elena mirándonos con el ceño fruncido y como buena tonta me sentí de lo mas incomoda y al parecer el noto mi tención porque , dirigió su mirada justo a donde se situaba la mía y frunció el ceño.

-Solo ignórala –me susurro- está haciendo una rabieta- me encogí de hombros y simplemente la ignore.

Tal vez solo estaba ahogándome en un vaso con agua, pero me sentía herida por Jacob, se supone que el siempre estaría para mi sin condiciones igual que yo para él, pero al parecer las cosas cambian, nuevamente, solo debo habituarme a los cambios… Al parecer todos avanzan y yo sigo sintiéndome estancada, tal vez Alice tiene razón y no son más que dramas, pero… No puedo hacer nada para cambiar mis sentimientos. ¿O sí?

-Damon ¿podemos hablar? –no sé porque pero su boca era como un culo cada vez que se abre la caga, ahí estaba la señorita perfección otra vez. Creo que jamás se cansa…