Vampiros, la seducción en el terror

Gracias a diariotwilight

En elsiglodetorreon publicaron esta nota sobre la figura del vampiro, desde el gran exito de crepusculo los temas sobre vampiros son ya temas de discusion y amplio analisis,  asi que les comparto la nota:

Son la “encarnación” del hombre ideal: guapos, millonarios, seguros de sí mismos, mirada profundamente erótica y modales de caballero con halo de misterio que los hace terriblemente deseables.

Así son los vampiros modernos, personajes salidos de la literatura de terror que ahora inundan las pantallas de cine y televisión que hacen a las nuevas generaciones de mujeres desear a sus parejas a partir de este nuevo prototipo.

El terror, ese sentimiento que nos puede dejar paralizados, es una de las fuentes que la seducción ha tomado para generar el deseo sexual.

El personaje lo encarnan los vampiros que con sus miradas, seguridad, elevada autoestima, misterio, galanura y buenísima posición económica hacen que sus víctimas no sólo quieran caer en sus “colmillos”, sino pasar a ser unos entes iguales.

La novela de terror es una invención de la literatura de la Edad Media y, en específico, la vampírica tuvo su origen con el personaje de Drácula, creado por Bram Stoker, quien puso la base del terror moderno donde se explota más lo sicológico que lo físico.

Sin embargo, en aquel personaje las características del seductor no están en sí en la novela, sino en la película que años después Francis Ford Coppola hiciera, metiendo a la historia una narración de amor romántico.

Entrevista con el Vampiro es otra de las producciones cinematográficas que han hecho suspirar a mujeres y homosexuales, con Brad Pitt, Antonio Banderas y Tom Cruise seduciéndose entre ellos y tomando eróticamente la sangre de sus víctimas, amén de crear un deseo interno en los caballeros por ser ese tipo de hombres conquistadores, millonarios y poderosos.

Hoy, la zaga de Crepúsculo marca la moda en la juventud sobre la idealización del amor eterno, el sacrificio por éste, enaltece el trágico romance tipo Romeo y Julieta, pero sobretodo marca el tipo de galán de moda.

Para que esta clase de terror tenga éxito, debe usar un elemento. El erotismo en el cine es uno de los más valiosos de sus recursos, a todos nos gusta y nos pone frente a los deseos, pero más importante aún, frente a la fanatasía.

Con estos personajes los ideales sexuales se reacomodan, si bien en la vida real pocas personas dejarían de sentir miedo frente a un asesino que tomara su vida desangrándole, en la fantasía erótica es muy sedutor caer en los brazos de un hombre como estos.

Por otra parte, algo de real tiene los personajes, ya que manejados desde la sicología, el vampiro es una especie de Casanova que podemos encontrar en la vida real, mientras la víctima que se enamora de ellos, son mujeres de bajo perfil, con autoestima baja o bien, bellezas con problemas emocionales a las que se debe proteger por su debilidad, inseguridad e inocencia, como hay muchas en la sociedad.

Toma Nota

Investigadores de la Universidad de Michigan concluyeron que los hombres tienen mayor riesgo de mortalidad en su vida debido a su sexo; mientras las mujeres invierten más fisiológicamente en la reproducción, ellos compiten por aparearse.

La investigación asegura que esta competencia lleva a estrategias que son más arriesgadas para los hombres, tanto psíquicamente como fisiológicamente, lo que termina en índices superiores de mortalidad respecto de las mujeres.

Entre los factores relacionados con este nivel de competencia reproductiva masculina, y que contribuyen a mayores índices de riesgo y mortalidad, se encuentra la poligamia, situación social en la cual un hombre mantiene relaciones sexuales con numerosas mujeres y se beneficia al ser el sexo dominante.

Las culturas humanas tienen varios grados de poligamia y mientras más generalizada está la práctica, mayor índice de mortalidad se registra, precisó el estudio.

En el caso opuesto, el estudio encontró que mientras más igualitaria es una sociedad y más dedicada a la monogamia, se adoptan menos riesgos extremos, “aunque no existe una cultura humana que este libre de esta competencia”, señaló.