Fuente: UK.eonline
Ya os habíamos anunciado la posibilidad, ahora lo confirma el representante de Kirsten para eonline.
Según E! Online, la actriz Kirsten Prout ("Kyle XY") formará parte del reparto de "Eclipse" como la vampira Lucy. Lucy es una parte importante del pasado de Jasper, y forma un ejército de vampiros.
Recordemos dónde aparece Lucy...
ATENCIÓN: SPOILERS
»Me encontré con tres mujeres a pie a kilómetro y medio de la ciudad. Di por hecho que se trataba de rezagadas y eché pie a tierra para ofrecerles mi ayuda, pero me quedé petrificado cuando contemplé sus rostros a la tenue luz de la luna. Sin lugar a dudas, eran las tres damas más hermosas que había visto en mi vida. »Recuerdo lo mucho que me maravilló la extrema palidez de su piel, ya que incluso la muchacha de pelo negro y de facciones marcadamente mexicanas tenía un rostro de porcelana bajo la luz lunar. Todas ellas parecían lo bastante jóvenes para ser consideradas muchachas. Sabía que no eran miembros extraviados de mi grupo, pues no habría olvidado a esas tres beldades si las hubiera visto antes. »—Se ha quedado sin habla —observó la primera. Hablaba con una voz delicada y atiplada, como las melodías de las campanas de viento. Tenía la cabellera rubia y la piel nivea. »La otra era aún más rubia, pero su tez era de un blanco calcáreo. Tenía rostro de ángel. Se inclinó hacia mí con ojos entornados e inhaló hondo. »—¡Um! —dio un suspiro—. Embriagador. »La más pequeña, la morena menudita, le aferró por el brazo y habló apresuradamente. Su voz era demasiado tenue y musical como para que sonara cortante, pero ése parecía ser su propósito. »—Céntrate, Nettie —la instó. «Siempre he tenido intuición a la hora de detectar la jerarquía entre las personas y me quedó muy claro que era la morena quien llevaba la voz cantante. Si ellas hubieran estado dentro de un ejército, yo habría dicho que estaba por encima de las otras dos. »—Es bien parecido, joven, fuerte, un oficial... —la morena hizo una pausa que intenté aprovechar para hablar, pero fue en vano—, y hay algo más... ¿Lo percibís? —preguntó a sus compañeras—. Es... persuasivo. »—Sí, sí —aceptó rápidamente Nettie mientras se inclinaba de nuevo hacia mí. »—Contente —le previno la morena—. Deseo conservarle. »Nettie frunció el ceño. Parecía irritada. »—Haces bien si crees que puede servirte, María —dijo la rubia más alta—. Yo suelo matar al doble de los que me quedo. »—Eso haré —coincidió María—. Éste me gusta de veras. Aparta a Nettie, ¿vale? No me apetece estar protegiéndome las espaldas mientras me concentro. »El vello de la nuca se me puso como escarpias a pesar de que no comprendía ni una sola de las palabras de aquellas hermosas criaturas. El instinto me decía que me hallaba en grave peligro y que el ángel no bromeaba al hablar de matar, pero se impuso el discernimiento al instinto, ya que me habían enseñado a no temer a las mujeres, sino a protegerlas.
»—Vamos de caza —aceptó Nettie con entusiasmo mientras alargaba la mano para tomar la de la otra muchacha. »Dieron la vuelta con una gracilidad asombrosa y echaron a correr hacia la ciudad. Parecían volar e iban tan deprisa que los cabellos flameaban detrás de sus figuras como si fueran alas. Parpadeé sorprendido mientras las veía desaparecer. »Me volví para observar a María, que me estudiaba con curiosidad.
Nunca había sido supersticioso y hasta ese momento no había creído en fantasmas ni en ninguna otra tontería sobrenatural. De pronto, me sentí inseguro. »—¿Cómo te llamas, soldado? —inquirió María. »—Mayor Jasper Whitlock, señorita —balbuceé, incapaz de ser grosero con una dama ni aunque fuera un fantasma. »—Espero que sobrevivas, de veras, Jasper —aseguró con voz suave—. Tengo un buen presentimiento en lo que a ti se refiere. »Se acercó un paso más e inclinó la cabeza como si fuera a besarme. Me quedé allí clavado a pesar de que todos mis instintos clamaban para que huyera. Jasper hizo una pausa y permaneció con gesto pensativo hasta que al final agregó: —A los pocos días me iniciaron en mi nueva vida. No supe si había eliminado de la historia la parte de su conversión como deferencia a mí o en reacción a la tensión que emanaba de Edward, tan manifiesta que hasta yo podía sentirla. —Se llamaban María, Nettie y Lucy y no llevaban juntas mucho tiempo. María había reunido a las otras dos, las tres eran supervivientes de una derrota reciente. María deseaba vengarse y recuperar sus territorios mientras que las otras dos estaban ansiosas de aumentar lo que podríamos llamar sus «apriscos». Estaban reuniendo una tropa, pero lo hacían con más cuidado del habitual. Fue idea de María. Ella quería una fuerza de combate superior, por lo que buscaba hombres específicos, con potencial, y luego nos prestaba más atención y entrenamiento del que antes se le hubiera ocurrido a nadie. Nos adiestró en el combate y nos enseñó a pasar desapercibidos para los humanos. Nos recompensaba cuando lo hacíamos bien... Hizo una pausa para saltarse otra parte. —Pero María tenía prisa, sabedora de que la fuerza descomunal de los neófitos declinaba tras el primer año a contar desde la conversión y pretendía actuar mientras aún conserváramos esa energía. »Éramos seis cuando me incorporé al grupo de María y se nos unieron otros cuatro en el transcurso de dos semanas. Todos éramos varones, pues ella quería soldados, lo cual dificultaba aún más que no estallaran peleas entre nosotros. Tuve mis primeros rifirrafes con mis nuevos camaradas de armas, pero yo era más rápido y mejor luchador, por lo que ella estaba muy complacida conmigo a pesar de lo mucho que le molestaba tener que reemplazar a mis víctimas. Me recompensaba a menudo, por lo cual gané en fortaleza. »Ella juzgaba bien a los hombres y no tardó en ponerme al frente de los demás, como si me hubiera ascendido, lo cual encajaba a la perfección con mi naturaleza. Las bajas descendieron drásticamente y nuestro número subió hasta rondar la veintena... »...una cifra considerable para los tiempos difíciles que nos tocaba vivir. Mi don para controlar la atmósfera emocional circundante, a pesar de no estar aún definido, resultó de una efectividad vital. Pronto, los neófitos comenzamos a trabajar juntos como no se había hecho antes hasta la fecha. Incluso María, Nettie y Lucy fueron capaces de cooperar con mayor armonía. »María se encariñó conmigo y comenzó a confiar más y más en mí. En cierto modo, yo adoraba el suelo que pisaba. No sabía que existia otra forma de vida. Ella nos dijo que así era como funcionaban las cosas y nosotros la creímos. »Me pidió que la avisara cuando mis hermanos y yo estuviéramos preparados para la lucha y yo ardía en deseos de probarme. Al final, conseguí que trabajaran codo con codo veintitrés vampiros neófitos increíblemente fuertes, disciplinados y de una destreza sin parangón. María estaba eufórica. »Nos acercamos con sigilo a Monterrey, el antiguo hogar de María, donde nos lanzó contra sus enemigos, que nada más contaba con nueve neófitos en aquel momento y un par de vampiros veteranos para controlarlos. María apenas podía creer la facilidad con la que acabamos con ellos, sólo cuatro bajas en el transcurso del ataque, una victoria sin precedentes. »Todos estábamos bien entrenados y realizamos el golpe de mano con la máxima discreción, de tal modo que la ciudad cambió de dueños sin que los humanos se dieran cuenta. »El éxito la volvió avariciosa y no transcurrió mucho tiempo antes de que María fijara los ojos en otras ciudades. Ese primer año extendió su control hasta Texas y el norte de México. Entonces, otros vinieron desde el sur para expulsarla. Jasper recorrió con dos dedos el imperceptible contorno de las cicatrices de un brazo. —Los combates fueron muy intensos y a muchos les preocupó el probable regreso de los Vulturis. Tras dieciocho meses, fui el único superviviente de los veintitrés primeros. Ganamos tantas batallas como perdimos y Nettie y Lucy se revolvieron contra María, que fue la que prevaleció al final. »Ella y yo fuimos capaces de conservar Monterrey. La cosa se calmó un poco, aunque las guerras no cesaron. Se desvaneció la idea de la conquista y quedó más bien la de la venganza y las rencillas, pues fueron muchos quienes perdieron a sus compañeros y eso no es algo que se perdone entre nosotros. »María y yo mantuvimos en activo alrededor de una docena de neófitos. Significaban muy poco para nosotros. Eran títeres, material desechable del que nos deshacíamos cuando sobrepasaba su tiempo de utilidad. Mi vida continuó por el mismo sendero, de violencia y de esa guisa pasaron los años. Yo estaba hastiado de aquello mucho antes de que todo cambiara. »Unas décadas después, trabé cierta amistad con un neófito que, contra todo pronóstico, había sobrevivido a los tres primeros años y seguía siendo útil. Se llamaba Peter, me caía bien, era... «civilizado»; sí, supongo que ésa es la palabra adecuada. Le disgustaba la lucha a pesar de que se le daba bien. »Estaba a cargo de los neófitos, venía a ser algo así como su canguro. Era un trabajo a tiempo completo. »Al final, llegó el momento de efectuar una nueva purga. Era necesario reemplazar a los neófitos cada vez que superaban el momento de máximo rendimiento. Se suponía que Peter me ayudaba a deshacerme de ellos. Los separábamos individualmente. Siempre se nos hacía la noche muy larga. Aquella vez intentó convencerme de que algunos de ellos tenían potencial, pero me negué porque María me había dado órdenes de que me librara de todos. »Habíamos realizado la mitad de la tarea cuando me percaté de la gran agitación que embargaba a Peter. Meditaba la posibilidad de pedirle que se fuera y rematar el trabajo yo solo mientras llamaba a la siguiente víctima. Para mi sorpresa, Peter se puso arisco y furioso. Confiaba en ser capaz de dominar cualquier cambio de humor por su parte... Era un buen luchador, pero jamás fue rival para mí. »La neófita a la que había convocado era una mujer llamada Charlotte que acababa de cumplir su año. Los sentimientos de Peter cambiaron y se descubrieron cuando ella apareció. Él le ordenó a gritos que se fuera y salió disparado detrás de ella. Pude haberlos perseguido, pero no lo hice. Me disgustaba la idea de matarle. »María se enfadó mucho conmigo por aquello... Peter regresó a hurtadillas cinco años después, y eligió un buen día para llegar. »María estaba perpleja por el continuo deterioro de mi estado de ánimo. Ella jamás se sentía abatida y se preguntaba por qué yo era diferente. Comencé a notar un cambio en sus emociones cuando estaba cerca de mí; a veces era miedo; otras, malicia. Fueron los mismos sentimientos que me habían alertado sobre la traición de Nettie y Lucy. Peter regresó cuando me estaba preparando para destruir a mi única aliada y el núcleo de toda mi existencia. »Me habló de su nueva vida con Charlotte y de un abanico de opciones con las que jamás había soñado. No habían luchado ni una sola vez en cinco años a pesar de que se habían encontrado con otros muchos de nuestra especie en el norte; con ellos era posible una existencia pacífica. »Me convenció con una sola conversación. Estaba listo para irme y, en cierto modo, aliviado por no tener que matar a María. Había sido su compañero durante los mismos años que Carlisle y Edward estuvieron juntos, aunque el vínculo entre nosotros no fuera ni por asomo tan fuerte. Cuando se vive para la sangre y el combate, las relaciones son tenues y se rompen con facilidad. Me marché sin mirar atrás. »Viajé en compañía de Peter y Charlotte durante algunos años mientras le tomaba el pulso a aquel mundo nuevo y pacífico, pero la tristeza no desaparecía. No comprendía qué me sucedía hasta que Peter se dio cuenta de que empeoraba después de cada caza. »Medité a ese respecto. Había perdido casi toda mi humanidad después de años de matanzas y carnicerías. Yo era una pesadilla, un monstruo de la peor especie, sin lugar a dudas, pero cada vez que me abalanzaba sobre otra víctima humana tenía un atisbo de aquella otra vida. Mientras las presas abrían los ojos, maravillados por mi hermosura, recordaba a María y a sus compañeras, y lo que me habían parecido la última noche que fui Jasper Whitlock. |