Fuente: elperiodico.com
Lo que sucedió ayer en el festival de Sitges confirma que el fenómeno fan está más vivo que nunca. El Auditori del Melià Sitges, una de las salas de proyección, fue el punto de encuentro de 1.400 incondicionales de Crepúsculo (2008), la popular película adolescente de vampiros inspirada en el best-seller homónimo de Stephenie Meyer. La razón: la presentación de Luna nueva, continuación de Crepúsculo y cuyo estreno en España está previsto el 18 de noviembre.
Quieres saber mas?... haz click en leer mas
Algunos acompañados de sus padres, que los vigilaban pacientemente desde sus coches, los adolescentes (en su mayoría chicas) más incondicionales de la serie de filmes y --suponemos-- de la saga de libros empezaron a hacer cola en el Auditori la noche del viernes. Para ellos la larga espera (el acto fue ayer a la una de la tarde), aderezada con el fresquillo de la noche que algunos torearon con mantas, merecía la pena. No iban a ver Luna nueva, pero sí iban a disfrutar en el cine de dos escenas y del tercer tráiler de la película, iban a recibir como regalo merchandising del filme y, lo más importante, iban a conocer a uno de sus actores: el inglés Jamie Campbell Bower. Pues bien, a juzgar por la excitación de la platea, no se arrepintieron de la larga espera. Bajo la suelta batuta de Javier Ruescas, presidente del club de fans de Crepúsculo, los asistentes disfrutaron de lo lindo.
Más variada de lo esperado (niños, adolescentes, padres, madres, periodistas y algún famoso, entre ellos el director Paco Plaza y la actriz Leticia Dolera), la audiencia aplaudió, gritó y jaleó a placer. Los asistentes (más ellas que ellos) gritaron especialmente cuando Campbell Bower dijo que prefería «hacer de malo que de bueno» y cada vez que los intérpretes masculinos de Luna nueva aparecían en pantalla, sobre todo con los planos de Robert Pattinson (protagonista de la saga) y Taylor Lautner. Tres chicas redondearon su sueño al tener el honor, previo sorteo, de subir a darle un par de besos a un sorprendido Bower que, curiosamente, o no salía en las imágenes o solo se le veía de refilón. |