fuente: elmulticine
Precisamente la escena del parto de Bella Swan fue una de las que requirió más "imaginación" por parte de los guionistas y del director (Bill Condon). Ya que su crudeza en el libro hacía imposible de reflejar en pantalla para poder adaptarse a una franja de edad de entorno a 13 años.
En la representación de dicho fragmento del libro de Stephenie Meyer, Bill Condon muestra una cruenta escena a base de rápidos "flashes" de imágenes. Cuyas tonalidades predominantes son a base de rojo, negro y blanco. Según los expertos, todo ello unido a la oscuridad existente en una sala de cine, puede provocar -en personas propensas a ello- episodios de epilepsia fotosensible.
Al parecer ya se están dando algunos casos. Como el que se relata en California, cuando un hombre fue trasladado de urgencia al hospital tras sufrir un ataque de epilepsia mientras precisamente veía el alumbramiento de "la criatura" de Bella Swan y Edward Cullen. El suceso provocó la inmediata paralización de la proyección, con el lógico estupor de los espectadores allí congregados.
No se trata del primer suceso de ataques de epilepsia con proyecciones cinematográficas o televisivas. Ya que el tipo de sucesiones de imágenes rápidas, a modo de "flashes", son bastante habituales en ámbitos como espectáculos públicos (discotecas, conciertos) o en los videojuegos (muchas videoconsolas y dispositivos de ocio en el hogar ya traen advertencias de este tipo de problemas).
Pero sin duda alguna que tiene que ser "un shock" estar en la sala de cine con una escena de Amanecer, y que de pronto alguien sufra un ataque de estas características.
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