Fuente: cinepremiere
Gran controversia causó el hecho de que Summit Entertainment utilizara la misma estrategia que Warner con Harry Potter y dividiera el último libro de la saga Crepúsculo en dos largometrajes. Después de ver Amanecer – Parte 1, se corrobora que fue una decisión correcta; hay demasiados detalles importantes que se hubieran perdido, aunque por otro lado, hubieron otros que no fueron bien aprovechados. Evidentemente existen demasiadas expectativas para esta entrega, algunas se cumplieron, y otras no tanto.
Uno de los momentos más esperados por los fans, sin duda, era la boda de los protagonistas. El director Bill Condon logra mostrar la intensa conexión que existe entre Edward y Bella. De todas las cintas anteriores, en ésta las actuaciones de Robert Pattinson y Kristen Stewart se sienten mas naturales, la química entre ellos es excepcional y eso se refleja en sus personajes. La ceremonia resulta algo muy personal, como si no existiera nadie en el mundo más que ellos dos, “literalmente” –ya lo verán en la película. La producción no escatimó en detalles, desde el vestido de novia hasta la decoración del lugar, pues supieron respetar la esencia del libro.
Otro aspecto que hay que reconocerle a Condon, es que trata de aportarle un poco de humor al filme. Hay varias escenas que muestran el lado cómico de algunos personajes. Aunque lo que sí hay que mencionar es que el cameo de la autora de la saga, Stephanie Meyer, deja mucho que desear. Generalmente es divertido ver a un director o autor hacer una aparición en un filme, siempre y cuando sea algo sutil y que funcione con la historia, aquí eso no sucede. En Crepúsculo se justificaba un poco más la presencia de Meyer, pero aquí parece que está a fuerzas. Si ella decide hacer otra aparición en la última cinta, se debe mejorar su inclusión.
En cuánto a la esperada luna de miel, por fin podemos ver acción entre los protagonistas, y a pesar de que oferce mucho más de lo que hemos visto antes, no esperen escenas demasiado fuertes. Sólo recuerden lo que dijo el productor Wyck Godfrey: “Sería un crimen rodar una adaptación para mayores de dieciocho años cuando el núcleo duro de fans está por debajo de esa edad”. Aún así, lo importante está: la escena del mar, la cabecera rota, las plumas etc.
Desafortunadamente, lo que resta de la luna de miel se siente un poco tedioso, el ritmo es lento y hay algunos momentos que pueden caer en lo cursi. Es difícil imaginar a dos personas que pasan su tiempo jugando ajedrez, aun cuando la intención sea hacer referencia a la portada del cuarto libro.
Las cosas se ponen más interesantes cuando Bella se entera de su embarazo, por primera vez existe tensión en su relación con Edward, los vemos discutir mientras tratan de lidiar con una situación tan compleja. Mientras que Jacob vuelve más maduro, con muchas decisiones importantes que tomar, y podrán observar a un Taylor Lautner más cómodo en su papel de líder. Finalmente se le da la oportunidad de mostrar más su actuación y no sólo su abdomen, como anteriormente se la ha criticado.
Sin embargo uno de los aspectos que debieron cuidar más en la cinta es cuando la manada de lobos aparece completa. En el libro se comunican telepáticamente, y esto es algo que no supieron traducir a la pantalla grande. En una de las escenas, las voces exageradas de los lobos nos hacen pensar que más bien estamos escuchando a Optimus Prime y a los demás Transformers... Realmente le quitan toda la seriedad a una de las secuencias más importantes de la película.
Por otro lado, algo que siempre ha caracterizado a las cintas de Crepúsculo son sus bandas sonoras. Incluso personas que no son fans de la saga reconocen que es algo positivo que podemos esperar de cada entrega. Sin embargo aquí los tracks casi no sobresalen, a diferencia de Luna nueva, donde cada escena cuadraba perfectamente con la música y de ahí que varias se convirtieran en éxitos. Aquí únicamente lucen, “Flightless bird” de Iron & Wine –que ya había aparecido en la primera entrega– y en los créditos finales podrán apreciar en su totalidad “It Will Rain” de Bruno Mars y “A Thousand Years” de Christina Perri.
Hablando ahora de los aspectos positivos, lo más impresionante del filme es ser testigos de la transformación de Bella durante el embarazo. Es una Bella como nunca antes la hemos visto y eso se debe a los impresionantes efectos especiales que usaron para hacerla ver tan desmejorada –visualmente es similar al cambio real que tuvo Christian Bale en El maquinista. Esto causa más impacto que en el libro, pues muestra el gran riesgo que corre y hace que la audiencia entienda la desesperación de los que la rodean. Y sin duda es la secuencia final, la que le suma puntos al filme, porque pudo haber caído en algo absurdo debido a la complejidad de la historia, pero fue resuelta de una manera correcta. Tanto la guionista Melissa Rosenberg como el director, supieron donde cortar la cinta para dejarnos picados para una segunda parte.
En pocas palabras, Amanecer – Parte 1 no es la mejor representante de la saga, siguen teniendo problemas en el área de caracterizaciones, en algunos momentos las pelucas y exceso de blancura de algunos vampiros resultan algo incómodas, sin embargo hubieron otras buenas sorpresas que mejor no revelamos para que puedan apreciar en su totalidad.
Hay cosas por mejorar, pero es un buen puente para la segunda parte. Y quédense hasta que terminen los créditos, porque podrán ver una escena que sale en el trailer y que marca el ritmo de lo que vendrá.
–Andrea Adame |