“Querido diario,
Hoy me he sentido muy extraña. Cuando me levanté por la mañana, todo estaba bien e incluso estaba feliz… mi madre se ha casado y es feliz. Estoy contenta por ella, pero a la vez me embarga una sensación de amargura cada vez que Phill le dice que se tiene que marchar. Ella se ve forzada a quedarse conmigo y no sé qué hacer. Últimamente he estado pensando que sería buena idea ir con mi padre, hace mucho tiempo que no le veo. A fin de cuentas, siempre he estado con Reneé y sé que probablemente le moleste la decisión que estoy pensando en tomar. Pero le quiero demasiado como para obligarla a estar conmigo, cuando sé que desea estar con él… también sé que me ama, es mi madre… pero el amor de una hija no se puede comparar con el que da un hombre, supongo. Y estos mareos tan repentinos. He preferido no decirle nada acerca de ellos… seguro se pasa.” -Bella.
"— ¿Y qué fue lo que te sucedió el otro día?
No podía dejar nuestra conversación así, a medias, sin lograr saber completamente lo que pasaba con ella. Miró al frente, con aparente tristeza y volvió a escribir.
—Falta de vitaminas —respondió.
Rechacé conformarme con eso.
—No creo que por simple falta de vitaminas te hagan tantos exámenes —dejé caer, reprendiéndome luego por ser tan imprudente. Quizá sí era cierto que ella no sabía nada, y sus padres debían tener un motivo lo suficientemente fuerte como para negarle el saberlo.
Clavó sus ojos chocolate en mí, crispada." -Edward.
"— ¿Una guerra? —exclamó Alice, levantándose de golpe. Intentó ver más allá de las palabras, pero no lo logró. Su poder no tenía tal alcance. Deseó que sí.
—He dudado si debía o no ponerme en contacto con los Vulturi, pedir una audiencia, ya sabéis… —dudó en su decir lo siguiente, temía que la tomasen por cobarde, pero tenía sus razones para no querer proceder, y eran respetables. —Vosotros sabéis nuestra postura para con los Vulturi. En principio no tenemos buena relación, y si tentamos a la suerte, puede que se decidan a terminar con nosotros al igual que lo hicieron con nuestra madre.
—Pero vosotros sois inocentes, no pueden hacer nada —Rosalie parecía frustrada. Tanya le simpatizaba, odiaba que tuviera que ser juzgada por un pasado que ella no había condicionado.
—Seré yo quien hable con Aro —dijo Carlisle, según lo previsto. Él tenía una buena relación con ellos, de modo que el único que podría intervenir a favor de Tanya era él." -Edward.
It was you, Isabella. Una lucha entre el amor, los principios y la lealtad. Una historia triste y conmovedora, que relata la lucha de una familia, por preservar su integridad, y dos jóvenes, que luchan por su amor... y por la vida eterna.
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