
5. 22 Espeluznante
-¡Detente Nessie! ¡Que vas hacer! –grito Jake.
Y sin darme la vuelta di un paso hacia delante y me precipite al vació…
Las puntas de mis pies tocaron el asfalto. Aquel primer contacto con la realidad me sorprendió. ¿No se supone que el asfalto es frió? ¿Duro?... Para mi ya no lo era… tan solo se trataba de un material mas al que mi cuerpo parecía despreciar haciéndolo inocuo a mi piel. Un golpe de aire despego algunos de los mechones de pelo que se me habían pegado a la cara durante la caída. Completamente desesperada por todo lo que acababa de suceder, me lleve la mano a la cara y limpie la última lágrima que habían derramado mis ojos cuando presencie aquella enternecedora escena. Lo que seria de ahora en adelante… la vida de Jake.
Llene de aire mis pulmones, aunque de ahora en adelante nunca mas necesitaría volver a usarlos, me reconfortaba no perder todos los hábitos que había tenido como humana. La luna brillaba en lo alto de un cielo completamente despejado y cuajado de estrellas.
Varios segundos me concedió mi “nuevo” cuerpo antes de que una puntaza atravesase mi estomago. Aquel maldito dolor me retorcía las entrañas. Quería atravesar mi cuerpo con mis propias manos si con eso lograba cesar semejante dolor. “Sed” “Sangre” “¡Dámela!” gritaba cada poro de mi piel mientras me torturaba mi propio cuerpo.
¡Maldita y antojadiza gula! Me grite a mi misma. Necesitaba sangre… y en estos momentos no me importaba en lo más mínimo de donde saliese.
Así fue como comenzó el camino a mi perdición.
Desesperada, ansiosa… hambrienta… me deslizaba por las oscuras calles de la ciudad. Mi cuerpo camuflado entre la sombra buscaba expectante el momento de verse al fin satisfecho con el sabor de la ansiada recompensa liquida. Mis sentidos totalmente agudizados analizaban cada sonido a mí alrededor. “Sangre, sangre, sangre… ¡Sangre!”
-¡Cállate! –me grite- ¡Ya basta cállate! –me lleve las manos a la cabeza mientras enterraba mis dedos entre los rizos que caían como una cascada desde mi nuca.
Fue en ese preciso momento cuando recobre momentáneamente el control sobre mi propio cuerpo, cuando me vi reflejada en el cristal de una tienda.
-Mi… mis… ojos… -tartamudee.
Horrorizada, contemple atónita el que seria de ahora en adelante mi aspecto. La belleza que se dibujaba ante mi era tal, que rompía con los cánones vampiricos hasta el momento. Esos ojos verdes que ahora me contemplaban me provocaban el miedo mas profundo que había sentido nunca. Estire mi brazo hasta que las yemas de mis dedos perfilaron suavemente el contorno de mis ojos sobre el cristal. “Kahiel”…
-Pero… en que… me he convertido…- logre pronunciar, casi entre susurros.
Una impotencia y rabia ilimitada volvió hacerse con el control de mi cuerpo. ¡Mis ojos eran como los de ella! ¡Yo me había convertido en el mismo despreciable ser que ella! ¡Kahiel! ¡Maldita cría del demonio! ¡Que me has echo!, gritaba en mi interior mientras clavaba en las palmas de mis manos mis cinceladas uñas.
Recorría a toda velocidad los callejones oscuros buscando una presa que saciase mi cuerpo. Necesitaba sangre… necesitaba a Kahiel… solo ella sabría como ayudarme a librarme de aquel asqueroso sentimiento de hambre. De repente escuche un sonido que provenía de unas calles mas abajo. Mi sentido del oído había aumentado considerablemente. Podía escuchar con total claridad los pasos de una persona. Sin mas estimulo que el de unos pasos me abalancé sobre lo que seria… mi primera victima.
Mi mente gritaba sin cesar... ¡Detente! ¡Es un humano! ¡No lo hagas!... pero mi cuerpo era el que había tomado el control de todos mis actos.
Era una mujer. Su sombra dibujaba un perfecto cuerpo. Su melena lisa recogida en una coleta con una cinta verde, le daba un aire de juventud. Probablemente tuviese entre unos 26 o 28 años. Parecía tan… sabrosa.
La seguí unas calles… hasta que mi instinto pudo más que mi razón y… comenzó la masacre.
No le dio tiempo a gritar. Salte sobre ella por detrás. De un solo movimiento la inmovilice, mientras se revolvía entre mis brazos sollozando.
-Perdona…
Clave mis afilados colmillos en su cuello antes de acabar la frase. La sangre, ese delicioso manjar que tanto ansiaba mi cuerpo se deslizaba ahora por mi garganta mitigando esa voz que gritaba y gritaba su nombre… ¡mas! ¡Mas! ¡Bebe más!
Sentía como la fuerza de aquella desconocida se debilitaba entre mis brazos… sus sollozos se habían convertido en pequeños susurros de dolor. Solo podía oír el sonido que producía la sangre cada vez que me alimentaba de ella. ¡Basta! Grito una voz en mi interior… ¡Basta! ¡Vas a matarla Nessie! ¡Basta!. Aquello me sorprendió tanto que la solté de repente y deje que su cuerpo moribundo cayese al suelo. ¿Qué había sido eso? ¿A caso mi conciencia humana aun rondaba por mi mente?
En ese preciso momento recobre en control de mi cuerpo. Contemple la espeluznante escena que yo misma había creado ante mis pies. Unos ojos calidos color miel me observaban exhaustos desde el suelo. Su cuerpo ahora frágil se encontraba tendido como el de una muñeca de trapo sobre un charco, que no dejaba de aumentar. Era su propia sangre. Aquella preciosa cinta que envolvía sus cabellos se había desprendido en el mínimo forcejeo y se encontraba a unos pasos de ella.
Escuche como unos pasos se acercaban detrás de mí. Pero no me importaba que alguien me viese. ¡Que más daba ahora! ¡Me había alimentado de una humana! ¡Un inocente humano! ¡Era un moustro! Me decía a mi misma mientras aun goteaba su sangre de mi barbilla.
-Estoy orgullosa de ti… hermanita.
O_o_kristy_o_O
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