Un Amor En 1920

Autor: vaneian08
Género: Drama
Fecha Creación: 12/08/2010
Fecha Actualización: 12/09/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 43
Visitas: 46625
Capítulos: 27

En la epoca de 1920 las mujeres eran obligadas a casarse, aunque no existiese el amor. ¿Como sera la vida de Bella una adolecente de alta sociedad , cuando se enamore de un campesino hijo de su nana, Edward Cullen? ¿Que hara su padre para separarlos?

Hola chicas aca les traigo una nueva historia otra q me encanto y la queria compartir con ustedes, la autora es LOkiicita Cullen. Esperoq les guste y la voten y comenten.

Terminada

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Capítulo 10: -"Bungalo"-

¿Isabella que haces levantada a estas horas de la mañana? Y ¿vestida? Pregunto mi padre, sabia que no existía respuesta alguna para ello, seria imposible mentirle, como decirle que desde que estaba aquí comenzaba a madrugar sin problemas cuando él tanto sabia que amaba dormir hasta tarde, pero no solo eso, sino que ¿Qué le diría? Ni en broma le diría que estuve con un hombre, sobre todo si ese hombre es Edward Cullen, un campesino y un don nadie para mi padre, a diferencia de mi que es todo, estaba pensando rápidamente en que decirle, pero no fue necesario.

-Isabella, te dije que no era necesario que lo hicieras, que yo te ayudaría cuando te levantaras- dijo de repente Esme a espaldas de mi padre, ambos nos giramos con la misma cara de confusión, pero la mía rápidamente la compuse cuando mi padre me miraba como preguntándome a que se refería Esme y ésta me hacia señas para que siguiera el juego.

-Isabella ¿me puedes explicar que esta diciendo Esme, por favor?- iba a comenzar a tartamudear por que la respuesta a eso ni yo la sabia, Esme rápidamente me ayudo.

-Disculpe Sr. Resulta que Isabella me pidió ayuda ayer para prepararle un paste que le enseñe a hacer para dárselo a usted y se lo llevara cuando se fuera a la ciudad, es solo que la pequeña testaruda no me espero a que llegase y lo preparo ella misma, esta abajo en la cocina- no se de donde saco la creatividad para decir aquello y tan fluido, me sentía mal por hacerla mentir, pero ¿y el supuesto pastel?

-¿De verdad hija mía?-me preguntaba mi padre atónito, lleno de emoción y felicidad, yo solo podía asentir con la cabeza, pues de por mi me sentía mal por Esme, tan fiel como siempre aunque me preguntaba por que hacia eso, de seguro me haría decirle la verdad y eso seria aún más incomodo, pero tampoco quería que mi padre viera que mentía y menos ella que lo hacia por mi ante él, así que rápido reaccione.

-Bueno así es, solo espero que halla quedado bueno, discúlpame si te asuste caminando a estas horas de la mañana, pero como se que te vas después del desayuno quería que lo probaras antes- me parecía fluido, así que me aproveche un poquito para hacerme la victima y ganar un poco más de tiempo aquí en el campo.

-Esme es magnifica, me enseña todo lo que sabe, pero siento que aún me falta para ser igual de buena, el lugar ya no apesta tanto, pero si quieres que me valla contigo no tendré problema- y claro que los tenia pero no quería alejarme de ahí.

A eso de las 12 del día mi padre se fue junto con un pastel que Esme había traído para mi ese día, de ahí su ocurrencia, Mi padre me besó y abrazo para marcharse no sin antes recordarme que al llegar a la ciudad tenia varios compromisos por atender y que por el bien del joven que me esperaba en la ciudad para mi compromiso que me esforzara a diario para perfeccionarme en lo que él consideraba "debía aprender". Se infartaría si se enterara de que he ordeñado vacas, acorralado gallinas, guiando ovejas, dándole comida a los caballos y un sin fin de trabajos de campo, trabajos que a pesar de ser duros los disfrute por sentirme útil, agradecía que Carlisle y Esme me dejaran la parte fácil, pero a mi padre sobre todo se le caería el mundo si supiera que su única hija, una condesa y dama de la alta sociedad se había declarado hace pocas horas al hijo de su capataz, sin duda un secreto que debíamos mantener por un tiempo más si no quería ser viuda antes de casarme o pensarlo siquiera.

Cuando estuve sola en mi cuarto, con los recuerdos que se agolpaban rápidamente en mi cabeza provocando que mi corazón saltara de felicidad, sentí un golpe en mi puerta y sabía lo que venia a continuación.

-Pasa Esme, sabes que no es necesario que toques, te quiero y te tengo demasiada confianza- le dije mientras la veía atravesar la puerta de mi habitación.

-Es bueno saberlo y no quiero ser entrometida, pero si se trata de mi hijo necesito saberlo, ¿Qué paso anoche?- a pesar de ser una mujer que irradiaba amor para todos y ser muy dulce, hay que reconocerle que no anda con rodeos, es una mujer directa y con la confianza de una alta señora de la nobleza que las caracteriza.

-¿A que te refieres específicamente?- no quera confirmar nada, tampoco negarlo pues sentía que negaba mi amor, pero para confirmarlo tenia que hablar con Edward para saber que haríamos con respecto a su familia, mi padre era una cosa, pero su familia podría reaccionar de otra.

-Hoy en la mañana te defendí por que los vi de lejos llegando con Edward, no me hubiese gustado que tu padre al presionarte hubiese conseguido que le dijeras, sabes que no me gusta mentir pero por mis hijos y por tú bien lo haría sin pensarlo, pero ahora necesito saber el motivo por el cual mentí- la expresión de su rostro era inescrutable, nada me confirmaba que es lo que debería decirle, lo que ella esperaba o lo que quería escuchar, simplemente pensé en que una mujer como ella de la manera en la que me a tratado, la confianza que me a entregado como parte de su familia todo este tiempo, merecía mi confianza y mi verdad.

-Esme, no se como lo tomes, la verdad es que quisiera que tu más que nadie me entendiera y me apoyara, si no es así lo entenderé pero no me pidas que lo deje-me apresure a decir antes que todo -Amo a tu hijo con todo mi corazón, con toda el alma y anoche él me hizo saber que me correspondía a ello, no lo culpes por favor, creo que inconcientemente lo empuje a ello por como me he comportado, pero si me lo preguntas no me arrepiento, por él dejaría todo en un segundo con tal de estar siempre a su lado- a decir verdad tenia miedo de su reacción, pero me sentía mas liviana al poder confesarme con alguien, al decirle a alguien lo que sentía, compartirlo y ser escuchada.

-Bella cariño- su rostro se lleno de felicidad- me da gusto escuchar eso de tu boca, saber que mi hijo es tan amado por una persona como tu, no te negare que me da miedo por él, por tu padre si se entera, pero me hace feliz que le correspondas a mi hijo. Señorita no me mires con cara de confusión, he visto a Edward todos los días desde que estas aquí y nunca lo había visto con ese brillo especial en los ojos, bueno una sola vez cuando era pequeño pero nunca lo comprendí, la cuestión es que si son felices tienen mi apoyo y mi bendición, solo te pediré que lo mantengan oculto por un tiempo, por tu padre y por Carlisle.

-¿Carlisle?-dije extrañada-¿Qué tiene que ver Carlisle?

-Hija no juzgues a mi marido, él ama a Edward y te ama a ti también, habíamos conversado de esto por como se comportaba Edward últimamente y concluimos acerca de sus sentimientos, cosa que a él no le parece muy correcto, primero por ti por ser tan distinta de nosotros, esa distancia que tiene tu forma de vida a la de Edward, quizás no lo ve de la manera en que yo lo hago, se preocupa por ambos no lo dudes, pero siente que no saldrían bien de esto si están juntos, sobre todo si tu padre se entera, por eso, si Carlisle se entera no dudaría en pensar que se lo llevaría lejos, donde algún primo para alejarlo de aquí, también seria capaz de decirle a tu padre que te lleve de vuelta a la ciudad pero eso seria poner en evidencia que algo sucede- termino de decir preocupada, jamás me imagine algo así, no viniendo de Carlisle, pero es entendible, es su hijo y al igual que yo lo ama tanto que no quiere que nada le suceda, pero no podría soportar que lo separen de mi, sobre todo ahora que se que me ama, además somos novios, quizás para los demás eso no cuente pero para mi a sido lo más importante que me a pasado, y viendo así a Esme preocupada me aterra el pensar ser la causante del dolor que sentiría si la alejan de su hijo, aunque sea por el bien de él.

-¡No! Esme, no pueden alejarlo, lo amo y haré lo que sea por estar con él, lo prometo, seremos cuidadosos.

Esa tarde Edward fue a mi casa al ver que no llegábamos a su casa con Esme, se notaba la preocupación, me hizo saber que temía que mi padre me llevara con él, le conté todo lo sucedido por la mañana desde la mentira a mi padre a la platica con Esme, en parte estaba Feliz de poder ser sincero con Esme, pero al igual que ella, temía por la reacción de Carlisle. Esme nos vio afligidos, sabia cuanto significaba para Edward la aprobación de su padre pero no intentaríamos nadar contra la corriente, no todavía, ya que era todo aún reciente, pero gratamente nos sorprendió al darnos la mejor idea y ayuda posible, le hablo a Edward de un bungaló abandonado pasando el río cerca de las colinas y nos dio su bendición para que en aquel lugar encontráramos la paz y la mejor forma de estar juntos, ella confiaba en nosotros de una manera increíble, sabia que su hijo me respetaría sobre todo por que me ama y por que ella lo educo de la mejor manera, además también me conocía y confiaba en mi criterio y en mi buena educación. Por otra parte tuvimos que mentirle a los demás, detestaba tener que mentirle a Carlisle, pero Esme nos facilito esto al decirle que yo no podría salir tanto ahora de la casa por orden de mi padre y sobre Edward de que él estaba en un nuevo trabajo a las afueras del pueblo, pero lo que más difícil se me hacia era mentirle a Alice, la única amiga y hermana que he tenido, en quien confío plenamente y quien veía en mi un brillo especial difícil de ocultar, si le mentía es por que la conozco y es tan mala mentirosa como yo, bueno aunque últimamente por el bien de la relación con Edward se me estaba dando bastante bien, trataba de desviar el tema cada vez que salía o lo veía venir, ocultándolo con una falsa emoción por la boda.

Boda, acontecimiento que se acercaba a paso agigantado, no podía creer que ya llevaba mes y medio en este paraíso, del cual un mes he compartido secretamente con Edward, escabulléndonos a aquel bungaló que acondicionamos modestamente para estar juntos, los días los pasábamos hablando, compartiendo vivencias, conociéndonos aún más, es que sin duda alguna no me aburriría nunca de él, quería saber todo y cada parte de su vida, de la misma forma que me hacia saber lo importante que es mi vida para él.

Estábamos en lo que debió ser tiempo atrás un living de aquella casa, nosotros la limpiamos de la humedad, el polvo, arreglamos la chimenea para mantener el lugar tibio ya que como estaba detrás de las colinas no era mucho el sol que daba y le incluimos un par de muebles, teníamos un cómodo sillón largo que estaba abandonado en el sótano de mi casa, nos tapábamos con unas mantas hablando de nuestra infancia, él me contó que pasaba los años en una especie de internado, con la diferencia que podía salir los fines de semana para ver a sus padres y hermanos, pero debía estar ahí si quería terminar sus estudios ya que eran gratuitos, además me contó que la esposa del dueño del lugar se había encariñado mucho con él y con Emmett, debido a que se aislaban mucho de sus compañeros por que se sentían diferente a los demás chicos, lo que llamo la atención de aquella mujer que los llego a tratar como a sus propios hijo, hijos que no podía tener con su marido, ella le enseño mucho, además de leerle buenos libros le enseño a tocar el piano y a dibujar, habilidades que no conocía de Edward lo que me lleva a admirarlo cada vez más, este hombre es más culto y educado que muchos duques, condes, marqueses que he conocido. Le hice prometer que algún día me tocaría alguna pieza en el piano que tenia en mi casa de la ciudad, la manera en que el entraría ahí ya lo veríamos, además él por si solo me prometió algo que quería desde siempre querido… dibujarme, yo por mi parte compartí escasas escenas que recordaba de mis momentos más felices, momentos que únicamente estaba mi madre, mi madre y yo por que los recuerdos de mi madre con mi padre solo eran peleas. Le conté que desde que ella murió fue cuando mi padre cambio y se sumergió 100% al trabajo dejándome de lado, que desde entonces había tomado una actitud diferente hacia a mi, al principio algo alicaído, desconfiado, entristecido, después con el tiempo cambio a enojado, irritado pero sobre todo avasallador, no me dejaba ser, no me dejaba salir y cuidaba con esmero la gente que se acercaba a mi, reduciendo ya mi pequeño circulo social, me saco del colegio para contratar profesores particulares que me iban a dar las clases a mi casa, se estaba pasando de protector y eso me asustaba un poco, además le hable de los libros que quemó que pertenecían a mi madre diciendo que eran muy liberales, pero que gracias a Esme había conseguido guardarme uno por un par de años, mi favorito como le había dicho tiempo atrás "Utopia" pero que de igual manera lo encontró y lo quemó junto con algunas pertenencias de mi madre que decía que era mejor deshacerse de ellas para evitar los malos recuerdos, yo de ella nunca he tenido un mal recuerdo pero discutir cuando se exaltaba de esa manera, no era bueno.

Era increíble que así hubiera pasado aquel primer mes con mi novio (suspiro), nos complementábamos de una manera majestuosa, nuestros besos cada vez se hacían mejor, cada vez más perfectos, dulces, llenos de amor, pero a la vez se iban llenando de más pasión.

Habían veces que sentíamos que la confianza que nos daba Esme se irían a la basura y para ser sincera era lo único que deseaba, no de perder la confianza de Esme, pero si llegar un poco más lejos, aunque no lo habláramos por temor a lo que pensara el otro, sabíamos que lo pensábamos. Perder la virginidad después del matrimonio es algo que mi madre siempre me decía, sobre todo si es con el amor verdadero, por esa misma razón es que me cuestionaba que llegara ese momento…el del matrimonio antes de, sabia que era con Edward con quien quería experimentar todo lo que existiera en el mundo por primera vez, se me dificultaba la espera y se lo hacia saber de manera sutil, pero hace unos días atrás fue evidente, nos estábamos besando tierna y dulcemente como siempre, no era una niña, sentía y veía la pasión contenida en sus ojos, él no quería lastimarme y faltarme el respeto, pero yo seguí mis instintos y moví mis labios hacia su cuello, dejando húmedos besos alrededor de él, por el lóbulo de su oído, por su mandíbula, hombros, clavícula y lentamente lleve mis manos hacia su pecho para desabotonar su camisa, tenia vergüenza es verdad pero mis hormonas eran mucho más fuerte que cualquier raciocinio, sentí como su respiración se agitaba y su corazón se exaltaba ante mi tacto, lo único que deseaba era que al igual que yo se dejara llevar y no me sacara de ahí como lo había hecho un par de beses cuando notaba que mis besos eran demandantes, pero nunca me había permitido llegar tan lejos, tan lejos que sabíamos que si no me detenía acabaría en sus brazos, desnuda perdiendo toda inocencia que quedaba en mi.

-Bella, por favor no me hagas las cosas más difíciles, te amo con todo mi corazón incluso más que a mi vida misma y te respeto tanto que quiero que las cosas sean correctas, esto tiene que suceder cuando estemos casados- dijo algo agitado, intentando recomponerse apartándose de mi, me sentía herida y rechazada.

-Disculpa- fue todo lo que pude decir.

-Tontita Bella- me beso la frente -Amor no quiero que pienses que soy morboso o un depravado y cosas que no son, te deseo como nadie en el mundo, poseerte, hacerte mía, créeme que no me basta solo con tener tus pensamientos, tu amor y tu corazón, quiero y deseo cada parte de ti, recorrer tu cuerpo con mis impuras manos y cada día se me hace más difícil, no solo por tus insinuaciones, sino por que eres hermosa, adorable por si sola, sin esforzarte- la manera en que me decía todo aquello no debería de hacerlo, si lo que quería era mantenerme alejada y relajada debía cambiar su tono ronco y sensual, veía realmente que le costaba contenerse lo que me hacia feliz, pues con ello confirmaba que si me deseaba, que era de su agrado en todos los aspectos.

-¡Maldita esa Edward, odio tu autocontrol!- dije enojada haciendo una especie de pataleta con un puchero, pero en el momento que me regalo su sonrisa torcida me relaje –Lamento no poder tener esa capacidad que tienes de separarte tan fácilmente de mi-dije apenada y ruborizada, lo que menos quería es que pensara que era una cualquiera y menos una niña caprichosa.

-Si crees que se me hace fácil, es por que aún crees en el hada de los dientes-dijo alegre ya más relajado, me abrazo y me beso pero más lento para que no incitar a mis hormonas rebeldes.

Así compartíamos cada día, entre besos, conversaciones, declaraciones de amor, besos, intentando tentarlo, besos, excediendo el limite, besos, frenando los limites, riéndonos, besos, siendo casi una pareja que vivía junta ya que estábamos desde la mañana hasta la noche, pero esta semana se me haría sumamente difícil y larga

Alice me prohibió y me exigió que dejara de dar excusas, que tendría que contarle todo tarde o temprano pero que por el momento se conformaba con que me pasara por la casa de los Cullen para ver mi vestido para la boda de Emmett y Rosalie que se realizaría la siguiente semana, le había dicho que no quería que gastara en un vestido para mi, era absurdo, en ambas casas (ciudad y campo) tenia miles que mi padre me había comprado, pero te todas formas ella quería que tuviera algo diferente, ella sabia que mi fascinación hacia la moda y en general a la vestimenta no era de mi agrado por ser cosas superficiales, estaba conciente que no podía aparecerme con alguno de mis vestidos por aquella boda, sino seria rápidamente reconocida, si quería pasar por la amiga lejana de la familia debía acomodarme a su situación y hacer gastar dinero a la familia para ello en absoluto lo permitiría. Se me había ocurrido la idea de pedirle a Alice que acomodara uno de mis vestidos, que hiciera lo que quisiera con el para trasformarlo pero que no gastara nada para ello.

Estaba realmente emocionada por dejar que manipulara algún vestido de ellos, caros de marca, traídos directamente desde Europa, en agradecimiento le dije que le regalaría varios que estaba intactos sin utilizar y que con ellos igual podía hacerle cambios, de cierta manera era mi forma de compensar el tener que mentirle a mi amiga, mi hermana y en la persona que se que puedo confiar, pero que es muy mala disimulando.

Emmett nos encontró preparando el vestido, me sentía incomoda aunque le tuviera mucha confianza no era agradable que estuviera ahí cuando prácticamente tenia el inicio de mis pechos al aire con un hermoso aunque provocador escote que Alice estaba dejando.

-Bella, si vistes así no dejaras a ningún hombre poner atención a la boda y Rose te querrá asesinar por ello-dijo riéndose fuertemente.

-¡Emmett!- le grite ruborizada tapando el escote- le dije a Alice que no lo hiciera pero ves que muy llevada de sus ideas, ni me a escuchado en lo que quería para el vestido.

-Bella había pensado y papá esta de acuerdo en que para tapar un poco las apariencias con tu visita para mi boda, viniendo desde lejos en que…- en ese momento Edward entro y al observarme sus ojos se ensancharon saliéndosele casi de las cuencas oculares, me ruborice pero me sentía bien conmigo misma al hacerlo ponerse así, Emmett no había notado su presencia así que suyo hablando.

-… en que le diré a mi amigo Eric que te lleve como su prometi…- no alcanzó a terminar ni la palabra cuando Edward estaba al lado mío, abrazándome por la cintura empujándome hacia su costado, escondiéndome de Emmett, con su rostro lleno de furia.

-Ni se te ocurra hacer tal cosa Emmett- le grito sin poder ocultar su furia y los celos que le brotaba por los poros, a mi parecer era innecesario ya que jamás podría estar con otra persona que no fuese él, pero a la vez esa muestra de amor tan profunda me llenaba de felicidad…sonreí y lo miraba con cara de boba mientras él por su parte de la cara de enojo hacia Emmett cambio en un segundo a llena de amor, protección y devoción hacia mi, tarde nos dimos cuenta de ellos, ya que no estábamos solos, al voltearnos para ver que tanto habíamos demostrado.

-¿Se puede saber de que nos estamos perdiendo?-dijo una Alice entre esperando la respuesta más ansiada de su vida y algo molesta al observarme.

Emmett no dijo nada, a pesar de ser algo infantil creo que para él quedo todo más que claro- Disculpa Edward, yo no…no sabia, hablamos después- y salio de la habitación. Por un lado estaba el tener que explicarle a Emmett, pero diferente seria explicarle a Alice, pondría las manos al fuego que a penas ella sepa la verdad Carlisle lo descubriría.

Continuara...

Bueno aca les dejo el ultimo capitulo del dia de hoy, mañana vuelvo a publicar dos nuevos capitulos.

No me imaginaba a nuestro Eddy tan celoso q dicen cuanto falta para q los descubran los demas.

Capítulo 9: -"Contigo Quiero Estar"- Capítulo 11: -"La Boda"-

 
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