The dream of any teenager

Autor: CrissitaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 05/11/2011
Fecha Actualización: 05/11/2011
Finalizado: NO
Votos: 1
Comentarios: 1
Visitas: 13649
Capítulos: 11

A Bella Swan, una chica de un pequeño pueblo de Estados Unidos, le dan una beca para pasar unas vacaciones inlovidables en uno de los cruceros 'Cullen C&CO' por el Caribe. ¿Que pasará cuando conozca a un chico de pelo cobrizo y ojos verdes?

Disclaimer Los personajes reconocidos de esta historia pertenecen a Stephanie Meyer, la trama y los personajes no reconocidos son de LiseHarnett, tengo su total permiso para publicar esta historia en esta página.

He hablado con Lise y la hisotoria cuenta con aproximádamente unos 11 o 12 capitulos, asi que está en proceso de finalización, enjoy!

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 10: Juegos escondidos

Por fín había llegado la hora, había presenciado de como cada uno de mis amigos, a escepción de Ethan, se escabullían para reunirse con sus respectivas parejas.

Le había contado a Ethan la relacción que mantenía desde hacía algunas pocas horas con Edward, y lo aceptó sorprendentemente bien, me dijo que me apoyaría en cualquiera de mis decisiones y que ocurriera lo que ocurriera con Edward, siempre le iba a tener a él. No pude escaparme de las muchas preguntas que me hicieron Alice, Rose y Ángela, y como no, tuve que contarles lo sucedido, no sin que antes se me escapara alguna que otra mentira y evitara contar algunos detalles, siempre manteniendo en secreto nuestra relacción.

Le conté ha Ethan el plan que teníamos esta noche, y el estaba dispuesto a encubrirnos tanto a Edward como a mi si algo se torcía en su proceso. Tenía que aceptar, que Ethan era una de las mejores personas del mundo, estaba dispuesto a anticipar mi felicidad antes de evitar su tristeza.

Salí de mis cavilaciones y recuerdos cuando me choqué contra un mueble que se encontraba a escasos metros de la puerta, enseguida supe que algo malo le había pasado a mi pié, tenía un dolor no muy común, por lo que me apresuré a salir de la habitación lo antes posbile para poder visualizar los daños con más nitidez, y poder reunirme con Edward en su habitación. Encendí la luz del baño en el que me había metido, y no, no era nada grave, pero sabía que me saldría como mínimo, un moratón a consecuencia de mi torpeza, pero eso era algo que jamás podría solucionar, era parte de mi, de mi esencia.

-¿Bella?- Me dijo esa voz aterciopelaba que me quitaba el sueño todas las noches- ¿Eres tú?- Su voz dejaba entrever que estaba nervioso.

-Si, Edward- Le dije mientras me levantaba y me ponía las zapatillas, para acontinuación abrir la puerta del baño y encontrarme con una de las vistas más gloriosas que había visto. Al parecer Edward dormía solo con los pantalones del pijama, y ver sus pectorales a estas horas de la noche, era realmente excitante. Rápidamente se apresuró ha acercarme hacía su cuerpo colocándo sus manos en mi cintura para besarme.

-Pensaba que te habías arrepentido- Me dijo con la voz ya más tranquila mientras escondía su cara en mi cuello mientras lo besaba.

-No podría arrepentirme- Le dije acariciándo su espalda- Núnca.

Noté su alegre sonrisa en mi cuello , de esas que tanto me gustaban, pero claramente, prefería mil veces más su sonrisa torcída, esa era la que de verdad me hechizaba y me dejaba con sin aire, obligandome a recordarme que tenía que respirar cada vez que la veía.

-Ven, vamos a la habitación, ahí estaremos más tranquilos- Dijo mientras me dejaba un casto beso en mi frente. Para después dirijirnos hacía su habitación.

Cuando entramos Edward se dirijió rápidamente hacía su cama, se sentó en ella y me posiciono a mi en su regazo para así comenzar a besarme. El beso empezó siendo dulce y lento, pero poco a poco se fue convirtiendo en un beso más apasionado y ansioso. Cuando nos quedamos sin aire, Edward se pusó toda su atención en besarme el cuello y moderme el lóbulo de la oreja dejando así tiernos besos por la línea de mi clavícula.

No me dí cuenta, pero de un momento a otro estabamos tumbados en el cama con Edward encima mio. Los dos estabamos sin camisetas. Con un rápido movimiento Edward me quitó el sujetador y se concentró en succiona y endurecer mis pechos con su boca y su mano, mientrás yo gemía ante el placer que me estava dándo con su toque.

Iba bajando poco a poco por mi vientre dejando un regero de besos a su camino, hasta que llegó a la fina tela de mis shorts, que enseguida desaparecieron de dónde estaban para dejarme solamente con unas pequeñas bragitas de encaje. En ese momentó me anoté en la cabeza que le tenía que dar las gracias a Rosalie por haberme obligado a comprarme los pequeños conjuntos de lencería.

Edward posó rápidamente su mano sobre mi sexo, por encima de mis bragitas, y en ese mismo momento un gruñido salio de sus labios, mientras se dirijía hacía mi cuello para darle pequeños mordiscos y besarlo

-Estas empapada pequeña- Me dijo con voz ronca mientras me mordía levemente el lóbulo. Gemí ante su toque experto- ¿Necesitas que te acaricie nena?- Asentía rápidamente ¡Si! ¡Dios! Por supuesto que lo quería ¡Lo necesitaba!

-¡Oh, nena!- Me arqueé hacía él para que la fricción entre su mano y mi sexo se hiciera más grande. Deslizó rápidamente las bragas por mis muslos para quitarmelas, para después darle a mi sexo esa sensación que estaba aclamando desde hacía ya un rato, sus expertos dedos. Dos dedos se introducían y salían lenta y tortuosamente mientras que otro de sus dedos se encargaba de estimular mi clítoris.

-No te reprímas pequeña, gime para mi. Hazme saber lo mucho que te gusta lo que te doy, lo que solo yo te puedo dar.- Y lo hice, gemí para él, grité su nombre y otras muchas cosas más, hasta ese momento no lo había hecho pensando en que los demás podrían oirnos, pero cuando la tensión fue subiendo no pude evitarlo.

De una forma demasiado rápida los espasmos comenzaron a expandirse por mi vientre, y Edward lo notó, lo supe cuando ví la sonrisa canalla que se había formado en su rostro mientras sus dedos seguian entrando y saliendo, la diferencía era que ahora había cuatro dedos estimulandome, y cada vez el ritmo iba aumentando más. Mi vientre empezó a combulsionar de una forma casi dolorosa, justo en el momento en el que me estaba acercando a mi liberación Edward sacó sus dedos de mi sexo. Le miré confundida, no me podía dejar así, no lo haría.

-No te preocupes, no te dejaré así- Me dijo acariciandome la mejilla con su otra mano, intentando reconfortarme- Quiero estar dentro de ti- Me dijo mientras se quitaba sus boxers, no me enteré de cúal fue el momento en el que sus pantalones del pijama habían desaparecido. Se puso un preservativo y volvió a la cama, se colocó entre mis piernas y entró en mi de una sola estocada.

-¡Ah...Edward!- Gemía sin control, estableció un ritmo casi frenético hasta que los dos alcanzamos nuestro orgasmo, casi a la vez. Edward salió despacio de mi vientre intentado ser lo más delicado posible, aunque tenía que reconocer, que después de este duro y placentero asalto, había quedado algo adolorida, pero lo volvería a repetir una y otra vez.

Me acurruqué en el pecho de Edward mientras pasaba un brazo por su cintura, él mientras acariciaba la espalda de forma suave y deteniendose en los puntos exactos, reconfortandome.

-Siento haber sido tan brusco- Me dijo mientras me besaba la frente de forma tierna- Es solo que... Cuando estoy contigo no tengo forma de estar tranquilo, no puedo evitar perderme en tu cuerpo... Y en ti.

-No has sido 'tan' brusco, me has dado justo lo que necesitaba- Le dije mientras besaba su pecho.

-Me hubiera gustado que nuestra primera vez hubiera sido más especial, más premeditada, no te tendría que haber tomado por sorpresa, tendríamos que haberlo hablado previ...- Le corté besandole en los labios de forma dulce, no podía dejar que esos pensamientos inundaran este bonito momento, nuestro momento- Remarqué en mi cabeza.

-No digas eso, ha sido perfecto, perfecto porque estabas tú. Solo con eso me basta, no necesito más- Sonrió de lado, con esa sonrisa que tanto me gustaba.

-Tu si que eres realmente perfecta- Me dijo besandome en la frente- Gracias por aceptar ser mi novia, por aceptarme a mi.- En ese momento unas imagenes de la mañana anterior se me vinieron a la cabeza, mi subconsciente me decía que debía aclarar con Edward todo lo que había pasado.

-Siento que me vieras besandome con Ethan, no era eso lo que quería. Fue un momento de impotencía, de rabia. Sentía que me habias traicionado, aunque sé perfectamente que no fue así, yo te rechacé de algún modo, tenías derecho ha hacer lo que quisieras. Pero lo siento, no quería que nos vieras así...

-No tienes que pedirme perdón por nada, la culpa la tuve yo, te dije que necesitaba pensar eso y que te daría tiempo para que te decidieses, y a la primera de cambio ya estaba con otra.- Me dijo con el ceño fruncido.

-Bueno- Dije intentando cambiar de tema, no quería que nada malo inundara este momento- Dejemos de hablar de eso, ya todo se ha solucionado.

-Tienes razón, y será mejor que vayamos bajando para ir a desayunar, todo por no levantar sospechas.- No lo entendía, aún era las tres o las cuatro de la mañana... ¿No?

-Edward, todabía es bastante temprano, creo que podríamos estar un poco más antes de que se levanten los demás- Le dije acurrucandome más cerca suyo.

-Bella, son las 9 de la mañana- Me dijo riendo. Le miré asombrada, no podía ser, no había pasado tanto tiempo desde...bueno, desde eso...

-¡¿Las nueve?- Le dije levantandome rápidamente- ¿Cómo ha pasado el tiempo tan deprisa? Hace un minuto juraría que eran las tres, como mucho las cuatro.- Empezó a carcajearse para después imitar mi movimiento y sentarse a mi lado.

-Eso es porque hemos estado haciendo cosas más interesantes, ¿No?- Me dijo mordiendo mi hombro de forma seductora.

-Será eso- Le dije riendo- Así que, si de verdad son las nueve, será mejor que bajemos.

-Sus peticiones son ordenes para mi- Me dijo de forma teatral, a lo que le contesté con una enorme sonrisa por mi parte.

Bajamos rápidamente las escaleras, con cuidado para que nadie nos oyera, y rezando para que nadie estuviera despierto, y efectivamente, todo salió bien.

-Genial- Dije con un suspiro de alivio- Creo que todo a salido bien, nadie esta despierto por ahora- Le dije acercandome a él para besarlo.

De repente escuchamos un ruido detrás nuestro, enseguida nos separamos dándonos la vuelta para mirar de quién se tratába, y nos quedamos paralizados en ese mismo instante, no había nadie. Bueno, no literalmente ya que en ese momento escuchamos una voz detrás nuestro que nos hizo girarnos de inmediato.

-Bueno, creo que os equivocais, me he adelantado a vosotros- Nos dijo la voz que menos nos esperabamos escuchar en esos momentos.

Capítulo 9: Lágrimas de impotencia Capítulo 11: Conversaciones profundas

 
14640707 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10860 usuarios