5.19 Division

La puerta de la habitación se abrió en cuanto Edward pronunció las últimas palabras de aquella frase. Bella entró, nos miró unos segundos y continuó sin decir nada.

-¿Ropa? – preguntó Edward extrañado.

Bella no le contestó, supuse que mentalmente ya lo había hecho. Ella rebuscaba en una de las maletas que había allí hasta que encontró lo que parecían unos vaqueros y una camiseta.

-Jake – dijo mientras se giraba hacia mí -, creo que es mejor que vengas conmigo… Nessie tiene un nuevo poder, creo que debemos ayudarla.

-Puede mover cosas, ¿no es cierto? - le contesté con una sonrisa.

-¿Cómo…? – balbuceó Edward – Ya lo sabías… ¿Cómo has hecho para ocultármelo?

-Años de práctica, Ed – musité mientras me encogía de hombros – sospeché que Nessie estaba rara por eso, pero supuse que se le acabaría pasando.

Bella me hizo una seña para que la siguiera.

-Sea como sea, Nessie nos necesita, así que ven conmigo. Estará más tranquila si tú estás cerca.

La seguí sin oponer resistencia, al fin y al cabo yo también quería saber cómo estaba. Edward se negó a quedarse en aquella habitación y vino con nosotros. Como siempre, él tenía que saber todo lo que pasaba. Creo que si no tuviese su don de leer mentes, se volvería loco por no poder saber todo lo que pasa a su alrededor. Edward me clavó una mirada asesina en el momento en que yo pensé eso. Llegamos a la habitación en la que estaba Nessie y Bella abrió la puerta.

-¿Nessie? ¡Oh dios mío, Nessie, cariño! ¡Qué te esta ocurriendo!– gritó.

Bella y Edward entraron corriendo, pero lo que había allí me dejó paralizado. Nessie… Estaba todo cubierto de sangre… Parecía que era otro de sus ataques, pero ésta vez no era lo mismo. Sabía que ya estaba ocurriendo. Nessie se convulsionaba entre los brazos de su padre.

-¡Bella, llama a Carlisle! ¡Ya!

Bella cogió el móvil y al momento comenzó a hablar muy rápido. Yo todavía estaba paralizado sin saber qué hacer. En ése momento un grito nos sobresaltó. Leah.

-Jacob, corre a buscar a Leah, nosotros nos ocuparemos de Nessie – me aconsejó Edward -. No importa qué esté pasando, llévala a la habitación de Carlisle, en éstos momentos debemos estar todos juntos, será peligroso separarnos. ¡Corre!

Lo obedecí sin pensarlo siquiera, Nessie estaría igual estuviera yo con ella o no, y Leah parecía necesitar ayuda. Corrí por el pasillo siguiendo su olor y el sonido de sus gritos y finalmente la encontré en las escaleras que llevaban al ático. Estaba apoyada en una de las paredes, sujetándose la barriga. De repente sentí un dolor y un quejido en mi mente. Era el bebé.

-Jake, ayudame… - gimió Leah. Su vestido blanco estaba empapado y el sudor le perlaba la frente – Va a nacer ya…

Rápidamente la cogí en brazos, con cuidado de no lastimar a ninguno de los dos. Por su expresión cuando la cogí debían quedar escasos minutos para ser padres. Corrí con ella entre mis brazos hasta llegar a la habitación de nuevo. Nessie ya estaba tumbada en la cama, todavía retorciéndose de dolor. Edward nos miró con los ojos abiertos de par en par y me señaló la cama para que también tumbara a Leah allí.

-El bebé casi está aquí… - susurró Edward

Leah me sujetaba la mano mientras me la apretaba por el dolor que estaba pasando. Entonces el dolor de mi cabeza se extendió por el resto de mi cuerpo. Vi como Bella se situaba al lado de Nessie, impotente por no poder hacer nada por ella, y como Edward estaba utilizando sus conocimientos de medicina para sacar al bebé de allí. Sentía su dolor, nacer era horrible. Pasaban los minutos y cada vez me retorcía más con lo que sentía el bebé. De pronto todo se acabó. Vi como Edward envolvía a un pequeño ser entre una manta, y éste empezaba a llorar. Él lo puso entre mis brazos y el bebé me miró y dejó de llorar.

-Felicidades Jake, tienes un pequeño niño precioso- me dijo Edward sonriendo.

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