
5. 18 Esta comenzando
-¿Nessie? –dijo una voz detrás de mi mientras el despertador caía al sueño haciéndose pedazos.
-¡Mama! –grite al verla en el umbral de la puerta- ¿Lo has visto? ¿Mama lo has visto?
-Nessie tu… lo… ¿Lo estabas moviendo tu? –pregunto mirándome de una forma algo extraña… parecía… ¿Asustada?
-¡Si mama! ¡Me viste! ¡Es increíble pude moverlo! ¡Se movía hacia mí como le ordene! –le conteste eufórica.
-Cariño eso es… increíble, ¿desde cuando puedes hacerlo? –su rostro dejaba entre ver la curiosidad que sentía con mi nuevo poder.
-Pues no lo se… yo empecé a notar algunos cambios desde hace días… pero no sabia a que eran debidos, pero creo que se debían a este nuevo poder –respondí titubeando.
Será mejor que oculte mis conjeturas sobre donde viene este nuevo poder. No creo que a mi madre le entusiasmase la idea de que una niña vampiro medio loca, la cual persigue a su hija para matarla le regale así sin mas un poder tan increíble como ese. En verdad era desconcertante. Pero encajaba a la perfección. Debo tener cuidado con lo que pienso delante de mi padre… no quiero montar un lió antes de saber con certeza que ese Don tiene algo que ver con mi hermanastra.
¿Hermanastra? Me pare a preguntarme a mi misma como la podía haber llamado así… nunca había usado ese “termino” con ella.
-¿Nessie cariño estas bien?-me pregunto mi madre mientras se acercaba a mi con cautela.
-¡Si claro! ¡Todo esta bien! ¿Por qué lo dices? –pregunte curiosa me encontraba mas excitada de lo normal, mi cuerpo se estaba comportando de una forma algo… extraña.
-Estas bastante pálida cariño –pronuncio mientras me pasaba su mano helada por el rostro- ¿Seguro que te encuentras bien? Estas muy… fría.
-¿Fría? –pregunte mientras miraba el tono de mis manos.
La verdad es que mi tono habitual de piel había descendido notablemente en muy poco tiempo, parecía que en vez de coger color como cualquier humano al sol, yo lo perdía. Mi cabeza le daba vueltas al asunto mientras sentía la fría mano de mi madre rozándome la cara. La verdad es que la sentía como un alivio. Estaba ardiendo por dentro, me desconcertaba mucho el hecho de que aun siguiese pálida o tan pálida como para preocupar a mi madre.
-Cariño será mejor que llame a Carlisle para que te eche una ojeada, quizás no sea nada pero podría ser alguna especie de efecto producido por el nuevo don, lo mas prudente seria que…
-¡No! ¡Se me pasara ya lo veras mama! ¡Solo estoy algo confusa y cansada! ¡Voy a vestirme! ¡Ya veras como en nada estoy bien de nuevo! –mentí.
-En ese caso iré a por algo de ropa de Alice, la tuya esta echa una pena cariño, la verdad es que no se que haces con ella últimamente, siempre llena de tierra y hojas… ¿Pero que cazáis Jake y tu?
-¡Mama! ¡Estoy helada! ¡Tráeme algo rápido por favor! –grite. Que vergüenza. Maldito Jake. ¡Sabría que se daría cuenta!. Me decía a mi misma mientras escuchaba el sonido de los zapatos de mi madre desvanecerse por el pasillo.
Una punzada de dolor me atravesó el estomago.
¿Qué? Me lleve las manos en un acto reflejo y estreche mi estomago. ¿Qué había sido eso? Antes de que me diese tiempo a preguntarme nada más otra punzada me dejo sin respiración.
A continuación sentí como si alguien me apretase el estomago entre sus manos. Sentí unas horribles nauseas. Las siguió la calma de nuevo. Sin más todo volvió a la normalidad. Intente dar un paso hacia la cama pero una nueva oleada me hizo perder las fuerzas y caer de bruces, apoye las manos contra el suelo y todo acabo en un enorme charco de sangre.
La habitación se tiño de rojo. La sangre se concentro en la moqueta del suelo, pero pequeñas gotas salpicaron toda la pared.
Me limpie la boca con la palma de la mano horrorizada por lo sucedido. ¿Qué me estaba pasando? Mi corazón el cual siempre había aleteado cual colibrí empezó a descender rápidamente en su número de aleteos. La habitación comenzaba a moverse a mí alrededor. La garganta me quemaba. El estomago parecía tener vida propia y mi mente no lograba centrarse y pensar con claridad. Intente coger aire, pero mis pulmones se agarrotaban impidiendo su paso.
Clave con fuerza mis uñas sobre la moqueta ensangrentada mientras sentía ese calor que me abrasaba por dentro. Iba a explotar.
-¿Nessie? –pregunto una voz desde la puerta. ¿Mama? -¡O dios mío Nessie cariño! ¡Que te esta ocurriendo!
Unos brazos helados me sostuvieron durante unos minutos mientras mi cuerpo convulsionaba y tiritaba a la vez. Tenia mucho calor y sin embargo podía notar el frió que desprendía mi propia piel.
Aquello a lo que llevaba temiendo desde que era una niña… estaba comenzando.
O_o_kristy_o_O
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