
5. 12 Asustada
No podía creer lo que estaba escuchando. Mis padres y el entrometido de mi tío Emmet… ¡hablando sobre mis relaciones sexuales! Quería desaparecer... o como mínimo volver a quedarme en trance. Note como los almohadones empezaban a engullirme. La verdad que no me hubiese importado… ya que en ese momento… prefería no escuchar todas las absurdas conjeturas de mi madre.
En ese mismo momento, escondida debajo de las sabanas y con el cuerpo de Jake en medio de todo aquel alboroto, me vi sumida en mis pensamientos.
Kahiel…
“-Tengo que irme, pero pronto nos veremos y podré contarte mis “intenciones”, mientras tanto… piensa sobre ello, tu regalo no tardara mucho en llegar hermanita”
Sus palabras resonaron en mi mente una vez más. ¿Qué quería decir con “contarte mis intenciones”? ¿Qué intenciones eran esas? ¿A caso volvía a estar metida en otro de sus juegos? … Todo parecía indicar que si. Y lo que aun era peor… era que yo quería que continuase con el juego.
Me pase la palma de la mano por al frente. Estaba húmeda, perlada en sudor. Supongo que se trataría del calor que hacia debajo de las sabanas… o eso pensé yo en aquel preciso momento. Sentí como Jake se levantaba de la cama. Aquello me produjo algo de curiosidad y decidí echar una ojeada. Su mano sobre al tripa de Leah era lo ultimo que me podía haber imaginado.
Mientras cada uno se encontraba en su mundo. Me destape del todo. Tenia que salir de allí. Empezaba a encontrarme realmente cansada de estar rodeada de gente. No me encontraba muy bien. Y aquel ambiente no era la mejor para tranquilizarme y pensar en todo lo que había visto.
-Nessie… ¿A dónde vas?- pregunto mi abuelo que se había mantenido alejado de las discusiones.
-¡Ah! Necesito tomar el aire… no es nada importante- sonreí falsamente- necesito salir de aquí –le conteste en casi un susurro.
-Me parece que no seria lo más adecuado señorita –sonó la voz de mi padre justo a mi lado.
-Papa yo…
-Cariño… ¿Estas bien? No tienes muy buena cara… cada vez te veo más pálida… -me interrumpió mi padre un poco preocupado.
-Necesito refrescarme, solo es eso… -le mentí descaradamente, supongo que se había dado cuenta de ello y mas aun… cuando sabia que seguramente me estaría leyendo la mente en este preciso momento.
“Estoy bien papa, solo quiero salir de aquí” me dije para mi misma. Y por lo que pude ver mi padre lo entendió a la perfección. Vi como Jake me miraba algo perplejo cuando salía de la habitación. Pero no tenia ganas de hablar con el.
Avance por el pasillo hasta llegar a la habitación de Emmet. Como era evidente Emmet estaba el la habitación sacando de quicio a mi madre, cosa que tengo que admitir… parecía un autentico experto. Fui directa al baño. Necesitaba mojarme la cara, quizás así me encontraría algo mejor.
Mientras secaba las pequeñas gotas que surcaban mi cara me observe en el espejo. Mi padre tenia razón, mi color de piel se encontraba varios tonos por debajo de lo normal. Observe mis pupilas, parecían dos cabezas de alfiler rodeadas de un mar marrón oscuro. El tono cobrizo que tanto me gustaba había desaparecido de ellos. Mis ojeras se habían acentuado. Palpe mi frente, el calor de mi cuerpo había descendido varios grados.
Empecé a hiper ventilar. ¿Qué me estaba pasando? Me deslice y acabe agazapada el lado del lavabo.
La cabeza me iba a estallar. Un dolor agudo reemplazo todas mis preguntas. Era insoportable. Como se arraigaba en lo más profundo de mi cerebro y se expandía a su antojo. Me sujete la cabeza con las manos. ¡Que me estaba pasando! Durante segundos todos los sonidos desaparecieron. La luz de la lamparilla del baño me cegó. Todo se me echaba encima. No podía soportarlo.
Quería gritar, que todo parase. Me tape los oídos con todas mis fuerzas. Sentí como un pequeño chasquido en mi cabeza. Durante un segundo todo paro. El tiempo se detuvo para mí. Y con la vista fija en aquella lamparilla… la vi estallar ante mis narices.
-¡Ahh! –grite asustada.
¡Que había pasado! ¿Quién había roto la lamparilla? Cientos de pequeños pedacitos de bombilla minaban el cuarto de baño. Deslice mis manos de mis orejas lentamente. ¡Ya no me dolía nada! ¡Volvía a estar bien! No podía creerme nada de todo aquello… me puse en pie de un salto y volví a inspeccionarme.
Las pupilas, las ojeras, el tono de mi piel… todo había vuelto a la ¡normalidad! ¡Pero que..! Cuando comencé a tocarme la frente… me sorprendió que fuese la única cosa… de mi cuerpo… que no había cambiado. Seguía estando bañada en sudor. Y fría… bastante fría.
-¡Nessie! –oí gritar a Jake por el pasillo.
O_o_kristy_o_O
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