Narra Jacob
Cuando la deje en su casa, a salvo me fui a la mía.
Alma me pidió perdón, pero de que? Si no me había echo nada, bueno estaba rara junto a mí los últimos días pero nada más.
El jueves pasó rápidamente, también era por que tenía muchas ganas de que fuera viernes, por la noche.
Jueves por la noche no paraba de pensar como se lo diría… estaba un tanto preocupada, sí, pero tenía que afrontar ese miedo.
Busqué algo cómodo para el viernes por la noche.
El bañador ya que Alma llevaría, lo dijimos. Así que cumplo mi palabra.
Amaneció, era por fin viernes, preparé los planes y listo.
Narra Alma
El jueves pasó rápido, pero lo que pasó por la noche anterior no se lo dije a Andrew.
Estaba preocupada por que hoy era viernes, e iba a asistir a la fiesta de la Push, tenía miedo por si Jacob estaría buscando a su chica. Se que me pondría triste y lo más seguro que saldría corriendo llorando, procuraría no hacerlo.
- Alma, ¿haces algo esta noche?- me preguntó María en clase de castellano.
- Si, voy a la Push, lo siento.
- Ah, no tranquila, otro día.
- Si, vale.
- Que vas a ver a ese chico
- Bueno… se puede decir que sí, pero es que hay una pequeña fiesta, me han invitado.
- Ala, que bien.
- Si…- le dije en voz apagada
- Que ocurre
- Y si encuentra a la chica y no me dirige la palabra… es que… no se.
- Tu no pienses en eso, vale Alma
- Vale… será complicado
- Inténtalo.
Como si fuese fácil no pensar en la persona que más amas.
- No seas pesimista,- me dijo
- A veré que puedo hacer.
- Bueno y que tal la cita con Andrew, no me contaste nada
- Solo amigos
- Lo se
- Pues fuimos a ver una película de terror, tía, que fuerte
- Que pasó
- Me di un susto y me tape en su hombro.
Empezamos a reír.
- Es normal, chica, yo ni hubiera podido entrar.
- A mi es que me gustan, pero si da mucho miedo, pues me cago.
- A mi me van más las de amor y drama.
- A mi un poco de todo, pero todo, todo de amor, no.
Sonó el timbre para irnos a casa, me fui con Andrew, como todos los días.
- Alma, que te lo pases muy bien esta noche.
- Gracias Andrew.
- Ve con cuidado.
Entonces rápidamente se me vinieron todas las imágenes de otro día.
- Alma, estas bien
Entonces reaccioné
- Si, si, lo siento. Adiós Andrew.
- Adiós.
Estaba pensando si pasarme por casa de Jake…
Mientras que andaba le llame por teléfono. Necesitaba verle, aunque me doliera luego al saber toda la verdad.
Narra Jacob
Estaba dándome una ducha, de pronto me sonó el móvil, no me dio tiempo a salir a por el, colgaron.
Cuando terminé de ducharme, fui a ver quien me llamó, era Alma.
No dudé ni un segundo y le llame:
- ¿Si?
- Alma, dime que querías.
- Nada, era por si estabas en casa, para ir.
- Estaba en la ducha
- Ah.
- Vas a venir
- Si quieres que vaya… doy media vuelta
- Eso es lo que quieras, yo no te obligo
- Pues… ahora voy
- Vale.
- Dos minutos
Me colgó.
Fui a cambiarme, me puse los pantalones, pero cuando iba a ponerme la camiseta llamaron a la puerta.
Me fui con la camiseta en la mano.
- Hola, pasa.
Me puse la camiseta, Alma entró.
- Vas a venir esta noche?- se lo pregunté por si acaso.
- Claro, dispuesta a meterme en el agua, y tu
- Claro.
- Anda… que bien
Nos sentamos en el sofá.
- Bueno que te trae por aquí
- Pues, no se quería verte, y pedirte gracias, otra vez.
- Alma… soy tu amigo, ¿no?
- Si
- Pues ya está. No te tienes que preocupar por nada.
Alma tenía cara de preocupación y tristeza, si le preguntaba que le pasaba, lo más seguro que no me lo diría. Pero se lo pregunté
- Alma, que te pasa, estas mal
- ¿Yo?
- Si, estas como triste, lo noto en tu cara.
Hundió su cara entre las piernas.
- Si.
- ¿Qué te pasa?
- Cosas de chicas.
- ¿Y se las puedes contar a tu amigo?
- No es buena idea.
- Tan malo es
- Para mi si, y mucho.
- Vaya… pues si no es tan personal, puedes contar conmigo
- No creo…
- Bueno
- Déjalo, no tiene mucha importancia.
- Yo te digo que puedes contar conmigo para todo.
- Gracias.
Vi como le caía una lágrima.
Me acerqué a ella más y se la limpié.
- No llores, que eres muy guapa.
Se ruborizó.
- Jake… por favor…
- A que hora bajaras
- ¿A que hora quieres que baje?
- Quieres venir a las ocho, paso a por ti si quieres.
- Vale.
- Pos a las ocho estaré en tu casa.
- Vale, gracias.
Echó la cabeza hacía atrás. Me preocupaba esta chica, aunque parecía una niña de quince años era madura para su edad, y tenía algo especial, que me gustaba mucho de ella, no podía vivir sin saber lo que sentía.
Al rato era casi hora de comer.
- Quieres quedarte a comer?- le pregunté
- No, no tengo hambre, pero debería irme a casa, mis padres estarán preguntándose donde estaré.
- Vale, pues asta esta noche.
Se fue a su casa, yo me preparé la comida para mi y mi padre.
Le llamé por teléfono.
- Papá, ¿donde estás?
- Hijo, lo siento ahora voy, me e entretenido en casa de Sue. Lo siento
- Tranquilo, voy a preparar la comida.
- Asta ahora.
Empecé a preparar canelones.
Llegó a la media hora y comimos.
- Hijo, se las dicho a Alma…
- No, aun no. Quiero decírselo esta noche.
- Suerte.
Tan solo faltaban pocas horas.
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