Todo a su tiempo (+18)

Autor: AtalCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 16/09/2012
Fecha Actualización: 07/10/2012
Finalizado: SI
Votos: 9
Comentarios: 15
Visitas: 58358
Capítulos: 27

Edward, un joven médico que ha dejado que sus prioridades sean lo más importante lo más importantes en su vida, dejando de lado lo más importante,... el amor.

¿Qué pasará cuando llegue la jefe de enfermería?

 


Hola amigas les dejo otra locura de mi mente,... esta es una historia que escribí hace un tiempo, la he publicado en otras partes, pero aquí la he querido colocar un poco editada, he corregido algunas cosas, sobre todo la gramática y redacción.

Espero les guste y pueda recibir comentarios y votitos,... un beso a mis lectoras que no me abandonan

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Capítulo 9: "Primer beso"

EPOV

Al día siguiente, toda la mañana estudie, cuando tomaba un respiro pensaba en Bella y me venía las ganas de verla y de estar con ella. Ya era hora de almorzar, bajé y encontré a mi madre poniendo la mesa para comer, Alice llegaba hasta la tarde, solo estábamos los dos, sabía que sería un almuerzo lleno de preguntas, ya que sabía que mi padre le había contado de nuestra conversación del día anterior.

-¡Hola mamá!- Le saludé con beso en la mejilla.

-¡Hola hijo! ¿Cómo estuvieron los estudios?- Me preguntó respondiendo mi beso. -Se te ve bien hoy, mi curiosidad es el ¿por qué tienes esa carita?, tus ojitos te brillan como nunca. ¿A caso hay algo que no me has contado?

-¡Mamá no te hagas! Si sé que papá te ha contado- le dije riéndole.

-Bueno hijo solo es que quiero que me lo cuentes tú- me dijo con una sonrisa en sus labios guiñándome el ojo.

-Bueno ya sabes, pronto verás a tu hijo completo, llegó esa parte que me faltaba mamá- se lo dije abrazándola fuerte y dándole vuelta por tanta felicidad que tenía al saber que Bella estaba en mi vida y que era correspondido.

-Me hace tan feliz verte así de feliz hijo, solo quería que llegara este momento, de ver como mi hijo más hermoso lo flechara Cupido, no le digas eso a tus hermanos de lo más bello- me dijo riéndose.

-Mamá ella es lo que siempre había deseado, es hermosa, suave, tierna, ingenua e inteligente, es… es todo lo que deseaba en una mujer a pesar de que no la conozco casi nada, pero es como si la conociera de toda la vida, es como que llegó para estar completo, ya no siento ese vacío que he tenido durante este tiempo en mis estudios- le dije con un énfasis en mis palabras. -Creo que si todo sale bien la familia aumentará- le dije riéndome a carcajada y besando a mi madre en su cuello. Le encantaba eso, cuando jugábamos siempre era igual, siempre la imagen de mi madre era la perfección de mujer, quizás me gusta Bella porque en cierta forma se parece a Esme, en lo cálida. Sé que a medida que la conociera me haría cautivarme cada vez más y vería más cualidades de ella.

Nos sentamos a la mesa y comenzamos a comer.

-¿Edward así que le ya le dijiste a Bella de tus sentimientos?- me preguntó.

-En cierta forma ya lo sabe mamá, solo que me falta decírselo frente a frente, se lo dije por medio de una carta respondiendo a la suya- Le dije.

-¿Y cuándo se lo dirás?- preguntó mi madre.

-A penas dando mi examen mamá- le respondí.

-¡Pero eso en un mes hijo! ¿Cómo vas a esperar tanto?, creo que no deberías esperar, tus estudios son importante, pero sé que con decírselo no influirá en tu preparación, todo lo contrario, estarás más tranquilo y no estarás nervioso en forma doble- Me dijo aconsejándome a decirle lo antes posible a Bella sobre mis sentimientos.

-Tienes razón mamá, pensaré cómo decírselo o ¿acaso me quieres ayudar a pensar cómo tener una velada romántica para decírselo?- le dije.

-Bueno si quieres te ayudo a preparar algo, creo que sé cómo a las mujeres nos gusta las cosas- me dijo guiñándome el ojo tomando mi mano encima de la mesa.

-¿Sabes que te amo mamá?- Le dije besando su mano.

-No tanto como yo a ti hijo- me dijo cayendo por sus mejillas una gota por la emoción que le hacía tener a mi madre.

Aunque no era mi madre biológica, la amaba como tal, me había dado tanto amor cuando llegué a su compañía con mi padre, ellos eran lo más hermoso que tenía en mi vida y sabía que todo lo que me hacía feliz a mí, les daría felicidad a ellos. Ahora también estaba Bella en mi vida, pero ella nunca ocuparía el lugar de mis padres.

Terminamos de almorzar y me fui a mi recamara a seguir con mis estudios, sin antes de pensar en mi musa más hermosa,… ¿qué estará haciendo?, ¿Con quién estará?,…Dios cuídala y has que pronto estemos juntos, miré al cielo suplicando, necesitaba verla, estar con ella aunque solo sea mirar esos ojos color chocolate que me cautivaban.

Sin dejar mis estudios ya había pasado toda la semana y ya estábamos en viernes, di un respiro y salí a correr por el bosque, corrí y corrí y llegué sin darme cuenta a la casa de los Swan, eran casi las seis de la tarde, vi que estaba la patrulla de Charlie y que estaba saliendo por la puerta, cuando me vio que pasaba por fuera y me llamó.

-¡¡Edward!!- gritó llamándome.

-¡hola Charlie!- Le saludé sin dejar de trotar.

-¿Qué lejos andas en tus ejercicios?- me dijo riéndose.

-Sí es que no me percaté y llegué hasta aquí- le dije jadeando sintiendo mis mejillas arder, pero no se notaba por lo agitado que estaba.

-¿No quieres pasar a saludar a Bella?- está dentro y está un poco aburrida- me dijo como sabiendo que en mi interior deseaba ver a su hija.

-¡Claro! Solo que me enfriaré y necesitaré un baño pronto- le dije parando mí trote.

-Entonces me voy tranquilo sabiendo que Bella se quedará con alguien- me dijo subiendo a la patrulla y yéndose.

Llegué hasta la entrada y toqué sintiendo mis piernas temblar y por el nerviosismo. Por fin la vería después de una semana sin saber de ella, solo que su trabajo en el hospital había sido impecable y que mi padre estaba muy satisfecho por tenerla entre el personal. De pronto se abrió la puerta y era ella, vi cómo su rostro se iluminó con una sonrisa en sus labios y sus ojos se abrieron de par en par al verme parado ahí enfrente a ella.

-¡Hola!- Le dije. -Pasaba por aquí y Charlie me dijo que estabas un poco aburrida y no dudé en pasar a saludarte.

-¡Hola!- Me dijo mordiendo su labio inferior y mirándome. Que lastima que pasaste porque mi padre te pidió que pasaras y no fue por tu propio gusto- me reprochó.

-¡No!, iba a pasar igual, aunque no me atrevía, no sabía cómo lo tomarías al verme así todo sudado- Le dije con pena.

-Te vez adorable así, más apetecible que nunca- me dijo quitando su mirada de mí y yo ruborizándome.

-¿De verdad piensas que soy apetecible?- Le pregunté tomando su mandíbula inferior y subiéndola para verle sus ojos.

-¡Sí! No sabes cuánto- sin quitar su mirada en la mía. Viéndola como su pecho estaba tan agitado.

Al escucharla me acerqué a ella y sin decir nada posé mis labios encima de los de ellos, fue un beso suave y tierno. No sabía cómo hacerlo era el primer beso que daba en mi vida, y sin pensarlo dos veces creo que el de ella también. Fue un beso cálido, inocente y casto. Me estremecí al sentir sus suaves labios pegados en los míos. Sentir su sabor exquisito y sentir su aroma a fresa que emanaba en ella. Nos separamos un poco para poder respirar, y nos dimos cuenta que estábamos en la entrada y que no había entrado, se disculpó y me jaló hacía dentro de la casa y cerró. Tomó mi cuello como poseyéndolo y me jaló hacia ella con ímpetu y me besó, esta vez ella lo hizo y fue un beso tan bueno como el primero, se separó y me miró riéndose.

-¡Qué bueno que viniste! ¡Te extrañe todo este tiempo!- Me dijo mirándome.

-No sabes cuánto lo hice yo- le respondí tomando su cintura entre mis manos.

-¿Cómo fue tu primera semana en el hospital?- Le pregunté.

-¡Bien!, solo que no hallo la hora de que esté un médico que tiene que llegar, es un cirujano plástico- me miró riéndose -necesito que me haga unos arreglitos por algunas imperfecciones que hay en mi cuerpo.

-Mmm bueno ya llegará, pero ¿sabes? No creo que necesites de esa cirugía, estas perfecta- le dije dándole un besito en la frente dejando que no viera mi sonrojo.

-¿De verdad te gusto Edward?- Preguntó como que aun no estaba segura.

-¡Claro!, no sabes lo que has hecho en mi vida, ha cambiado mucho, no hay momento que no pienso en ti y de estar así, juntos. No hallaba la hora de verte, era una necesidad tan grande, no sabes que me has hecho nena, te confesaré que es la primera vez que me pasa, no sé si tu sabes, pero nunca he tenido una novia, nunca había dado un beso a ninguna mujer, solo a mi madre y hermana en la mejilla, me reí avergonzado, pero nuestro primer beso fue lo más hermoso- le dije con timidez en mi voz mirándola fijamente.

-Edward yo también nunca he tenido novio, ni tampoco había dado un beso, así que es mi primera vez también- me dijo mirándome con unos ojos llenos de emoción, brillando de amor.

Nos abrazamos fuerte, que sentí cuanto la necesitaba tenerla tan cerca, era maravilloso tenerla así- Me separé y le dije que tenía que irme a bañar antes que se hiciera más tarde. Me hizo un mohín y preguntó cuando la vería de nuevo.

-Más tarde, te vendré a buscar para que salgamos a dar una vuelta, ¿ok? ¿Saldrías conmigo?- le pregunté sabiendo lo que me diría.

-Me sonrió, ¡claro que te espero y que saldría contigo a donde tú quieras llevarme!- Dijo besando mis labios.

-Entonces me voy ¡ya!, pero dejo mi corazón con el tuyo- le besé y salí por la puerta rumbo a la casa.

Ella quedó en la puerta viéndome alejar, se veía tan hermosa, había tenido su primer beso y ella el mío, me sentía en el aire, pensando en que ya estábamos seguros que estábamos unidos por nuestros sentimientos.

Cuando iba rumbo a casa de vuelta, fui pensando a dónde la llevaría en nuestra primera cita, de inmediato pensé en llevarla a cenar. Me acordé que debía decirle a Esme que no hiciera nada, ya que le había dicho a Bella de mis sentimientos, de una manera que jamás pensé. No fue la forma más romántica, pero fue original, y quizás fue la mejor.

Llegué a casa y llegué aun más sudado por la emoción, que Esme se percató y me siguió sin decir nada hacia mi habitación.

-¿Edward por qué esa carita?- me dijo.

-¡Mamá ya se lo dije! Así que no debes preparar nada, más tarde la iré a buscar y saldremos a comer- le dije contándole abrazándola con fuerza.

-Hijo me haces tan feliz escucharte con la emoción de cómo te refieres a Bella, ya la amo por hacerte tan feliz- me dijo con emoción.

-Lo sé mamá, por eso te amo, me voy a la ducha, porque apesto- le dije.

Esme me dejó y yo entré a la ducha y me saqué todo el sudor de mi cuerpo, mientras me acordaba de sus cálidos labios juntos en los míos. En su sabor dulce y en cuerpo que al estar tan pegado a mi sentí como temblaba de nerviosismo. En ese momento no sabía si esos temblores eran en realidad de ella o eran los míos.

Me estremecí mientras el agua caía en mi piel, pensando en mi niña, mi princesa, mi reina de todo mí ser.

Capítulo 8: "Confabulación" Capítulo 10: "Anhelo hecho realidad"

 
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