Amor, rencor, ¿perdon? (+18)

Autor: fiofio
Género: Romance
Fecha Creación: 23/10/2011
Fecha Actualización: 22/01/2012
Finalizado: SI
Votos: 13
Comentarios: 59
Visitas: 150002
Capítulos: 44

¡¡¡FIC TERMINADO!!!

Esta historia relata la vida de Bella cuando se ve abandonada por el hombre que ama.

Les dejo el link de mi nueva historia por si alguien quiere derle una leidita

Perderlo todo: http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=2539

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Capítulo 9: Visitas.

Aquí estaba yo con el teléfono en una mano, el número de Alice en otra y sin saber qué hacer, que decir ni porque me sentía tan nerviosa. Qué pasaría si no era ella quien atienda? Si era él? Si me preguntaba algo que no pudiera responder? Si la decepcionaba? Que le diría cuando me pida venir a verme? Como evitaría el tema cuando quiera hablarme de su hermano? Como podía ser que una tontería de estas me tenga tan nerviosa, puedo cerrar negocios de millones de euros sin pestañar y una simple llamada a una ex amiga y compañera de instituto me tenía mordiéndome las uñas. Respire profundo y marque, sonó una, dos, tres, cuatro veces y nada, estaba a punto de colgar cuando…

-                     Hola. –me saludo esa voz inconfundible desbordante de alegría. Se escuchaba mucho barullo a su alrededor.

-                     Hola Alice. –mi voz tembló al pronunciar su nombre.

-                     Bella? –escuche como todo en murmullo se callaba de golpe.

-                     Si soy yo, he llamado para saludarte y felicitarte, pero puedo llamar luego si es mal momento. –por favor que diga que es mal momento, rogué en mi interior.

-                     Claro que no es mal momento, tu llamada es el mejor regalo de bodas para mi. –su voz se escuchaba cohibida.

-                     Si lo sabía antes no te mandaba el regalo de verdad. –trate de romper el hielo.

-                     No tenias que preocuparte en enviarnos nada. –me aseguro.

-                     En realidad el regalo es mas para Jasper que para ti. –Emmett me convenció de enviarles un “set intimo” para su luna de miel, me daba mucha pena pero no se me ocurrió nada mejor.

-                     Como están tus cosas? Ya se ha solucionado el problema que tenias? –parecía en realidad preocupada.

-                     Ya esta casi todo bajo control. Tu ya estas a un paso del altar, no?

-                     Si, faltan exactamente 27 minutos, no puedo pasarte a Jasper porque ya llevo mi vestido puesto, en realidad si no fuera por Edward que vio mi teléfono sonar y me lo alcanzo, no te habría atendido. –maldito Edward, pensé. Un segundo, eso quiere decir que el esta ahí.

-                     Mira que bueno. –hable entre dientes.

-                     Eh, si. Como esta tu hija? Espero algún dia conocerla en persona. –ahí estaba lo que temía.

-                     Mi princesa esta bien, gracias por preguntar. Respecto a verla lo tendré en cuenta en el futuro. –ni en sueños se acercaría a mi hija.

-                     Bueno capaz que no falta tanto tiempo, tenemos planeado dar un paseo por parís después de la luna de miel. –esto no puede ser.

-                     Cuando seria eso? –trate de no escucharme preocupada.

-                     Dentro de un mes aproximadamente.

-                     Que lastima, estaremos de vacaciones para ese momento. –me hice la afligida.

-                     Donde irán? –esto era un poco sospechoso, lo se soy una paranoica.

-                     Todavía no lo decidimos, es la niña quien elige. –era cierto, siempre es Lydia quien elige nuestro destino.

-                     Como se llama? Siempre la llamas princesa o niña, pero ninguno ha dicho su nombre. –no quería el numero de pasaporte también de casualidad.

-                     Es natural, es única nieta, sobrina e hija todos la llamamos de forma cariñosa. –trate de escapar por la tangente. El nombre Lydia lo tiene por uno de los personajes de mi libro favorito, que también es el de Edward.

-                     Claro, es lógico, y como se llama? –suspire derrotada.

-                     Se llama Lydia. –el volumen de mi voz fue casi imperceptible.

-                     Lydia, que lindo nombre. –conociendo a Alice no fue nada casual que lo repitiera en voz alta.

-                     Si es muy lindo, casi tanto como ella. –dije en tono dulce.

-                     Siendo hija tuya no podía ser de otra manera, aunque según Emmett se parece mas al padre. Quien es su padre? Lo conozco? Lleva su apellido? –ese bombardeo de preguntas me agarro desapercibida.

-                     Mi hija no tiene padre Alice, ella se llama Lydia Swan. –dije de forma tajante.

-                     Las dos sabemos que los hijos solo se pueden hacer con ayuda de alguien más. –se la está buscando.

-                     Alice llame a felicitarte por tu boda y desearte lo mejor para el futuro, debes concentrarte en lo que estas a punto de hacer, por lo que será mejor que hablemos en otro momento. –esta conversación ya había llegado muy lejos.

-                     Muchas gracias Bella, transmitiré tos deseos a Jaz. –su voz era triste pero ella se lo había buscado.

-                     Me parece perfecto, adiós Alice. –termine la llamada sin esperar respuesta, esta era la última vez que hablaba con Alice Cullen.

Regrese con mi hija y Emmett, esta era nuestra ultima noche en de internación, mañana regresaríamos a casa.

-                     Como te ha ido? –pregunto Em, Lydia se había dormido en mi ausencia.

-                     Mas o menos, a Alice se le paso la lengua como siempre. Lo único bueno que saque de todo esto es que en dos semanas me iré de vacaciones con Lydia. –me miro sorprendido.

-                     A que se debe eso? Que te ha dicho?

-                     Dijo que en un mes vendría a pasear por parís. Además de preguntarme como se llama mi hija, quien es su padre y si ella lo conoce. –Emmett me miraba con cara incrédula.

-                     Que le respondiste? –pregunto asustado.

-                     Que mi hija se llama Lydia y que no tiene padre, a lo que la muy víbora agrego que sabía muy bien que no se puede tener hijos sin ayuda. –realmente me había sacado de mis casillas con ese comentario.

-                     Por lo menos no te pregunto su edad. –observo buscando el lado positivo.

-                     No se la diría de todos modos. –eso sería admitir que es hija de su hermano, a estas alturas no dudaba que Alice ya lo sospechara.

Después de esa pequeña charla no se volvió a tocar el tema Alice Cullen, en cuanto llegásemos a casa me encargaría de que mi princesa escoja un lindo lugar para vacacionar, luego de estar tantos días encerrada en esta pequeña pieza esta idea le encantaría.

Emmett se fue a ducharse y dormir a su casa por lo que me quede sola con mi niña esa noche, mi hermano insistió con instalarse en mi casa al menos una semana luego de la internación de Lydia pero se lo negué firmemente, no era justo que cambiara su rutina por nosotras, Lydia es mi hija y nadie mas que yo debe hacerse responsable de ella, puede sonar egoísta, pero la que estará toda su vida con ella seré yo, el dia de mañana Emmett tendrá sus propios hijos y, como es lógico, tendrá que darles toda la prioridad a ellos, por lo que es mejor que desde ahora me las arregle sola con mi niña.

La noche paso muy tranquila, mi princesa ya no tenía nada de fiebre y había recuperado su hermosa voz. A las 8 de la mañana llego Emmett, Lydia aun dormía por lo que aproveche para bajar a comprarme una manzana. Alrededor de las dos de la tarde salimos del sanatorio rumbo a casa, Lydia estaba muy alegre, a pesar de que no se quejaba mucho yo sabia que había heredado mi aversión a los hospitales, que irónico teniendo un padre medico.

-                     Segura que no quieres que me quede Bells? –pregunto Emmett cuando llegamos a casa por millonésima vez.

-                     Si Emmett, segura. Ve tranquilo, cualquier cosa te llamamos, además en una hora llega Tanya a visitarnos. –Lydia no quería que su tio se fuera pero sabia que esta era una conversación de adultos.

-                     En ese caso me voy, pasare por tu oficina, Heidi me pidió que viera unos documentos. –comento mientras le daba un beso en la frente a Lydia a modo de despedida.

Una vez se marcho Emmett lleve a mi Lydia a su cama, le acerque unos juguetes y nos quedamos jugando las dos juntas, luego se nos unió Tanya y seguimos ahí hasta la hora de hacer la cena, Lydia ceno en su cama y Tanya y yo esperamos hasta que se durmiera para cenar nosotras.

No había llegado a probar el primer bocado cuando note el estado de nervios de Tanya.

-                     Que es lo que te tiene asi? Suéltalo de una vez. –conociéndola había algo que no se animaba a decirme.

-                     Es que no te va a gustar lo que tengo para decirte. –me advirtió.

-                     Dilo y ya. –esboce una cálida sonrisa animándola a seguir.

-                     Quiero hablarte de lo que vi en Forks. –hablo muy rápido.

-                     Y que viste? –pregunte indiferente pero completamente tensa.

-                     Vi a dos personas que sienten mucho por ti y que se arrepienten de haberte perdido. –hablo muy segura.

-                     Dos? –había alguien mas demás de Alice que si quiera me recordaba?

-                     Si dos, Alice y Edward. –me quede estática.

-                     Bueno el odio y el desagrado son sentimientos. –era cierto.

-                     No te hagas la tonta Bella, sabes que me refiero a que te quiere. –se había ofendido.

-                     Tu no seas tonta, ese hombre nunca me quiso, uno no trata de la forma que el me trato a un ser querido, y si no me quiso entonces menos me querrá ahora. –dije enojada.

-                     Yo no pienso igual, lo que paso antes fueron caprichos de adolecentes, el no supo que hacer y como cualquier niño trato de hacerte sufrir solo porque el sufría. –esa era su explicación científica del asunto?

-                     La gente no hace sufrir a sus seres queridos solo por capricho.

-                     Tal vez lo veas asi ahora, pero hace mas de seis años no lo veías igual. Yo misma lo observe preocuparse por ti, prestar toda su atención a cada persona que pronunciaba tu nombre, me pregunto por ti y tu hija y estaba mas que dispuesto a ayudar en todo lo que sea necesario. –no puedo creer que haya creído sus mentiras.

-                     Que tierno, ahora es tan buenito y sacrificado,, no seas tonta Tanya lo único que intentaba era ligar contigo! Porque crees que lo llaman el mujeriego numero 1?! –dije alzando un poco la voz.

-                     Piensa lo que quieras, yo estoy segura de que ese hombre aun siente algo por ti. –dijo ofendida.

-                     Sé que no es asi, pero aunque lo fuera no tiene importancia ya que no planeo volver a verlo en mi vida. –eso era un hecho.

-                     Espero que no llegue el dia en que te arrepientas de esta decisión.

-                     Te aseguro que eso no sucederá. –dije muy segura de mi misma.

-                     Lo que digas Bella. –con eso zanjo la discusión.

Tanya termino de comer, yo no llegue a probar bocado, y luego se fue. Limpie la cocina y me fui a dormir. Desde la partida de Emmett las únicas horas que dormía eran gracias a los fármacos que consumía.

Al otro dia me despertó la alarma de mi celular (teléfono móvil), me duche, vestí y prepare un rico desayuno de waffles y leche achocolatada, el desayuno favorito de mi Lydia, coloque todo en una bandeja y fui a despertar a mi hermosa hija.

-                     Hora de despertarse dormilona –se empezó a remover incomoda-. Hola mi amor, como has dormido?

-                     Quiero dormir un poquito mas mami. –pidió mi princesa.

-                     Nada de eso, mira el hermoso dia que hace, no quieres ir al parque? –hacia días que no salíamos a nutrirnos de vitamina D.

-                     Claro que quiero mami, pero en un ratito. –era tan dormilona, un rasgo adquirido de su padre.

-                     Si no te despiertas ahora me tendré que comer este rico desayuno yo solita. –abrió un ojo para comprobar lo que decía.

-                     Mis waffles! –dijo contenta sentándose en la cama.

-                     Si, no creías en la promesa de tu madre. –dije riendo.

-                     Claro que si mami. –me aseguro tomando los cubiertos y empezando a devorar.

Termino de desayunar entre risas y planes para el dia, luego la ayude a bañarse, cuando la estaba vistiendo sonó el timbre.

-                     Parece que tu tio no hizo caso –le comente a Lydia, ella sonrió en respuesta. Me acerque a la sala y grite en dirección a la puerta-. Ya te abro Emmett, estoy vistiendo a Lydia. –termine de vestirla y ella salió corriendo en dirección a la puerta.

-                     Tio! Tio! Vamos a pasear! –era tan linda.

-                     Aguarda cielo, estas recién bañada, no puedes salir aun –trate de frenarla. Legue a la puerta y abrí sin quitar la vista de mi hija-. Otra vez olvidaste la llave Em, tu no cambias –levante la vista y casi sufro una convulsión espontanea-. Alice! Jasper! –que hacían ellos aquí?

-                     Hola Bella. –me saludo Alice.

-                     Bella. –dijo Jasper a modo de saludo

-                     Quienes son ellos mami? –pregunto Lydia asomando la cabeza por detrás de la puerta.

-                     Unos antiguos conocidos de mami linda, ve a tu habitación a elegir que abrigo usaras, y elígele uno a mami. –mi niña salió corriendo, amaba usar mi ropa. Alice quedo con la vista fija en donde desapareció mi hija.

-                     Como pudiste ocultarle algo asi? –pregunto enojada.

-                     Ocultar que? –me hice la tonta.

-                     No te hagas la idiota. –dijo levantándome la voz.

-                     A mi casa no vienes a gritar, quedo claro? –hable amenazante.

-                     Tienes mucho que explicar. –me presiono.

-                     No tengo nada que explicarte, te recuerdo que cuando me quise explicar no se me permitió, todo esto es su culpa. –le aclare.

-                     Podías haberlo intentado mejor. –me acuso.

-                     Sabes lo que es para una embarazada en su primer trimestre hacer un viaje desde España a Washington, que le rompan en corazón, la humillen y volver a hacer otro viaje, casi pierdo a mi hija por su culpa. Piensas que volvería a poner en riesgo su vida solo para volver a escuchar como tu hermano me grataba que fui una mas? No, gracias.

-                     Me lo podías haber dicho a mi Bella. –dijo sollozando.

-                     No Alice, no permitiré que dañen a mi hija como lo hicieron conmigo, ella es todo lo que tengo en este mundo y no la perderé por vuestra culpa. –eso estaba fuera de discusión.

-                     Mami ya tengo lo abrigos. –dijo Lydia acercándose sonriente.

-                     Muy bien linda, en cinco minutos salimos, déjame despedirme de esta señora. –le dije dulcemente a mi hija.

-                     Bueno Alice fue un gusto volver a verte. –se notaba la mentira.

-                     No te deshaces tan fácilmente de mi Bella. –me aseguro.

-                     Ve a mi oficina mañana a las doce, no quiero hablar de esto delante de la niña. –lo mejor seria dejar todo claro desde un principio.

-                     Esta bien, eso lo respeto, nos vemos mañana. –no me despedí, solo cerré la puerta.

-                     Lydia, mi amor! –llame a mi hija- Es hora de irnos. –no rompería una promesa a mi hija.

-                     Voy mami! –vino corriendo hacia mi con los abrigos para ambas- Ya se donde quiero ir.

-                     Donde mi amor? –pregunte tiernamente.

-                     Al parque que nos llevo el tio, el que no nos pudimos quedar por culpa de los señores cotillas. –me hizo reír escucharla hablar asi.

-                     Si mi princesa quiere ir iremos. –dije y luego la llene de beses, la abrigue bien y salimos de la casa.

Llegamos al parque, esta vez no había periodistas, subimos a todos los juegos para niños pequeños, comimos algodón de azúcar y luego fuimos a almorzar al restaurant que se encuentra en la Torre Eiffel, el favorito de mi Lydia.

El dia se nos paso volando hacia tanto que no podíamos estar asi las dos solas, disfrutando nuestra relación madre e hija.

Mi pequeña se durmió en el auto camino a casa, la saque en brazos muy suavemente para no despertarla, la deposite en su cama y la cambie con mucho cuidado para no despertarla. Me dispuse a llamar a Emmett para preguntarle si se podría quedar con ella mañana mientras yo me encontraba con Alice. Marque al número de mi hermano, demoro un poco en atender.

-                     Hola Bella, como estas? –su voz no era de lo mas animada.

-                     Hola Em, interrumpo algo? Puedo llamarte luego o mejor esperar tu llamada. –ofrecí casi decidida a cortar la llamada, con mi hermano nunca se sabe.

-                     No seas tonta Bella, no interrumpes nada importante. –me aseguro.

-                     Si tú lo dices. Te llamo para pedirte un favor.

-                     Lo que sea. –me prometió.

-                     Necesitaría que te quedes con Lydia mañana a partir de 11.30, no serán mas de dos horas.

-                     Lamento decirte que justo a esa hora tengo una junta muy importante, lo siento pero me es imposible faltar. –se escuchaba apenado.

-                     No te preocupes Em, no me quedara otra que llevarla conmigo. –podría pedirle a Heidi que se quede un momento con ella, era algo abusivo pero ya sabría recompensarla.

-                     Llevarla a donde? –dijo haciéndose el desentendido.

-                     Vamos me quieres hacer creer que no sabes nada? –pregunte incrédula.

-                     Saber que?

-                     Por favor Emmett, no me creo que Alice Cullen se encuentre en parís sin que tu sepas nada al respecto. –si no quien le daría mi dirección.

-                     Que? Me estas jodiendo? Alice Cullen? Como lo sabes? –parecía realmente sorprendido.

-                     Vino a mi casa esta mañana a hacerme reclamos, Jasper la acompañaba. Pensé que lo sabrías. –esto era raro, de donde podía haber sacado mi dirección.

-                     Que te reclamo?

-                     Que no le haya hablado antes de la existencia de Lydia, que no haya vuelto a intentar hablar con él cuando aún estaba embarazada. –se me escapo un suspiro al final.

-                     Mira que son hipócritas, como se le ocurre sacarte en cara ese tipo de cosas? Acaso no recuerda como te trato el idiota de su hermano? –pregunto enfadado.

-                     Es muy parecido a lo que yo dije, pero bueno le dije que se fuera y que nos veríamos mañana en la oficina, la muy desubicada se puso a levantar la voz estando Lydia en casa. –le explique.

-                     Esa gente no cambia. Lo lamento hermanita pero no podre ayudarte, porque no hablas con Tanya, ella tal vez pueda ayudarte. –sugirió.

-                     Si, la llamare ahora. Gracias de todos modos Em.

Colgué con mi hermano y llame a Tanya, ella se vio mas que dispuesta a ayudarme, me dijo que llegaría a las diez solo por si a caso. Me pude acostar mas tranquila al saber que no tendría que llevar a mi princesa a la empresa mañana.

Capítulo 8: Noticias Capítulo 10: Capitulo 10: Verdad. (Repetido)

 
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