
5. 4 Cambios
-¿Con quien hablas Nessie? –pregunto alguien detrás de mi.
Sabia que estaba allí, mucho antes de que Kahiel desapareciese entre las sombras… la había oído. Podía escuchar perfectamente sus pasos, su respiración, su corazón palpitante… y por su puesto en continuo flujo de sangre que la envolvía, que la hacia tan calida y… apetecible. Respire profundamente y mis pulmones se expandieron. Intente serenarme antes de darme la vuelta. Eso me tomo varios segundos. ¡Piensa en Jake! ¡Solo tienes que pensar en Jake! ¡No puedes hacerle esto! La cabeza me daba vueltas. Intentaba calmarme. Podía sentir como el color de mis ojos cambiaba con cada oleada, tenia que controlarme. Por un momento me centre y me di la vuelta.
Hubiese sido el momento perfecto. Estábamos solas en aquel pasillo. No podía oír a nadie mas cerca. Podría haberla…
-Eres tan… ¡dime con quien hablabas! –exigió algo sobresaltada.
Me aclare la voz y conteste con la mayor naturalidad, en esa situación.
-El embarazo debe ser agotador, ya estas teniendo alucinaciones Leah – conteste pausadamente y con calma.
A pesar de que no le podía ver la cara con mucha claridad, podía imaginarme la reacción de cada músculo de su rostro ante mi contestación. Escuche como el roce de sus dientes emitía un molesto chirrido. Definitivamente mi contestación le había molestado.
-Se perfectamente que estabas hablando con alguien Nessie, no intentes hacerme quedar como una loca, yo no soy como Jake querida, a mi no podrás convencerme con estúpidas excusas –me contesto con ese aire de condescendencia que la hacia única y… exasperante.
Una nueva oleada tiño el color de mis ojos. ¡Contrólate Nessie! ¡Contrólate! Su contestación me había irritado lo suficiente como para clavarme las uñas en la palma de la mano. ¡Contrólate! ¡El hijo de Jake esta en su interior! ¡Cálmate! Aquel pensamiento me sorprendió a mi misma. “El hijo de Jake…” El negro líquido de mis ojos volvió a desaparecer como si se derramase por el suelo.
-Leah te agradecería que no te metieses en mis asuntos, ya tienes bastante para ti… con lo del niño –le conteste fríamente y empecé a caminar por el pasillo.
Cuando me encontré justo a su altura, antes de pasarla de largo, note como su mano se cerró en torno a mi brazo. Aquello me hizo detenerme.
-Nessie, se que era ella, algo te traes entre manos y lo descubriré – soltó en tono amenazante.
Levante la mirada del suelo y gire lentamente mi cuello. Primero observe su mano, rodeando mi brazo. Esa sensación, toda aquella tensión… el calor que desprendía. Levante la cabeza violentamente y la mire con los ojos inyectados en el más profundo negro. Lo deseaba. Deseaba matarla.
- Suel… tame Leah –dije en un gruñido- o esta vez no me detendrá el echo de que lleves el hijo de Jake en tu interior.
La mano de Leah me soltó inmediatamente. Me di cuenta como retrocedió un paso. Debí asustarla. Aquello me provocó una sonrisa. Maldita loba entrometida. Bastante tenia con aguantarme las ansias de matarla como para que encima estuviese detrás mía investigando. Eso me recordó que aun no le había dicho nada sobre eso. No se había movido del lugar donde la deje. Ni siquiera me moleste en girarme. La verdad es que estaba un poco asustada por como reaccionaria mi cuerpo.
-Por cierto Leah, yo en tu lugar dejaría de meterme donde no me llaman, una nunca sabe lo que puede encontrarse.
No me contesto. Desaparecí en el siguiente pasillo. ¿Qué me estaba pasado? Esa no era yo. Mi cuerpo se comportaba de manera extraña. ¿Qué eran esas ansias por… la sangre? ¡No entendía nada! Solo sabía que algo raro me estaba ocurriendo y que cada vez… era más difícil de controlar. Me detuve antes de llegar al final del pasillo.
Apoye mi espalda contra la pared y observe como enfrente de mi, se situaba una ventana. Las vistas desde ese lado del hotel no eran muy buenas durante el día. Pero admito que la vista por la noche cambiaba mucho. Se podía observar la ciudad. Las luces y los tejados de todos los edificios colindantes. Era precioso. Durante varios minutos me dedique a dejar vagar mi mente por esa preciosa estampa. Hasta que vi algo sospechoso recorrer sus tejados.
-Pequeña, ¿Dónde te habías metido? Llevo un rato buscándote –sonó la voz de Jake prácticamente a mi lado.
-Ah…- aquello me asusto, estaba tan absorta en lo que había visto que perdí el resto de mis sentidos durante un rato- yo… estaba dando un paseo.
Mis ojos le recorrieron ansiosa. Su presencia me calmaba. Ya no sentía esa necesidad, en mi mente solo estaba el. Ya no tenía miedo de mi misma. Por que sabia que si era necesario… el sabría como detenerme.
-¿Cómo te encuentras? –pregunte avergonzada por no haber estado a su lado en todo este tiempo.
No lo oí llegar. Sus brazos me envolvieron en un calido abrazo mientras sus labios se depositaron en mi frente.
-Te e echado de menos.
Sus palabras me rompieron el alma. Aquello me desestabilizó y una nueva oleada devolvió momentáneamente el oscuro tono a mis pupilas. Tenia que tranquilizarme.
-Jake suéltame…
O_o_kristy_o_O
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