Comenzó a acercarse lentamente a mi rostro tomándolo de la misma forma como yo lo tenia a él, sentí mis mejillas arder y pude sentir su indecisión en mis manos, se estaba debatiendo si debía hacerlo o no, mi corazón gritaba por que finalizara su cometido, pero no quería espantarlo si era yo quien tomaba la decisión, pero su acercamiento se estaba haciendo cada vez mayor, solo cerré mis ojos y espere el contacto que tanto deseaba.
Su acercamiento, su roce, su olor se me hizo tan conocido, tan familiar, casi como un deja vú, de mis labios salio sin pensarlo «Anthony»… ¿qué?, ¿Qué hice? Suicidio, eso fue lo que hice, mate el momento más esperado desde que llegue a este lugar, no quería abrir mis ojos y ver lo molesto que estaba, sabia que tenia que hacerlo tarde o temprano ya que no podía estar así toda la tarde, comencé a abrirlos lentamente para ver en ellos enojo, decepción… ¿diversión?.
-Bella, ¿qué fue lo que dijiste?- no comprendía por que estaba mirándome así, definitivamente este hombre tiene que ser bipolar, o quizás yo mal interprete el momento y no iba a besarme.
-Lo siento, no se por que dije eso, me sentí como si hubiese vivido algo parecido y se me salio, perdóname por favor.
- No tengo de que perdonarte, al menos podrías decirme ¿quien es el muchacho que me robo mi momento?-realmente si era su momento no entendía que le causaba tanta gracia.
-No te burles, pero creo que fue el primero chico con el que me bese –estaba comenzando a sentir nuevamente mis mejillas a arder, es algo bochornoso revelar algo así a la persona que te gusta, ¿gusta?, cínica seria a estas alturas si no fuera capaz de reconocerlo conmigo misma.
-¿creo?, ósea ¿que no estas segura si así se llama el chico?- su semblante cambio de la diversión a la tristeza, definitivamente este hombre tienes los humores que se le pidan.
-Digo creo, no por que no sepa su nombre, sino por que no lo recuerdo muy bien, es una larga historia.
-Tengo tiempo, tenemos una larga caminata de vuelta a tu casa.
Y me convención de que así fuera, intente ser un poco más rogada pero con él y sus hermosos ojos el trabajo se complicaba un poco. Caminamos mientras él llevaba los caballos atados entre si para facilitar la manera en que los llevaba, el viaje de regreso fue agradable, haciéndome olvidar lo que había sucedido con mi padre.
-Y bien ¿Cómo es que no recuerdas tu primer beso? ¿Eras muy pequeña acaso?-pregunto finalmente, se notaba la impaciencia en su voz, lo cual me parecía divertido.
-Verás, si era pequeña pero no es por eso que no lo recuerde, Esme tiene una teoría acerca de mis recuerdos.
-¿Esme?- dijo extrañado.
-Si, bueno es con ella con la única que converso de cosas realmente importantes, cuando mi madre murió, algo debió suceder por que no recuerdo nada hacia atrás, generalmente mis recuerdos en donde ella aparece son muy confusos y nublados en mi mente, a veces veo cosas solo en sueños, como mi primer beso, pero no estoy segura, sobre todo por que le pregunte a mi padre por la familia de aquel muchacho que me dijo que provenía de familia noble, pero mi papá no recuerda aquel apellido así que de seguro solo fue solo un sueño.
-Uhm…Pero…pero… si sientes que fue importante, no deberías rendirte- ¿nervioso? ¿ansioso?, valla que es difícil poder interpretar sus cambios –pero cual es la teoría de Esme sobre tu memoria?.
-Bueno ella cree que quizás vi algo que no me gusto, y por eso mi mente bloquea cualquier recuerdo en donde mi madre este, no creas que no e intentado yendo con doctores, pero mi padre cada vez pone más obstáculos, el simplemente se limita a decir que por algo pasan las cosas y que mis recuerdos de pequeña quizás no fueron tan importantes como los que debo de tener ahora.
Caminamos el resto en silencio, sentía que al igual que mi, iba procesando la información que le había dado, solo que no entendía que tanto tenia que pensar él, si la que le complica el no recordar es a mi, de igual manera me gusto ver en su rostro algo de preocupación.
Cuando divise mi casa, toda la pena y la agonía llegaron de manera violenta a mi pecho, ¿Qué haría? Primero con lo de la supuesta boda y segundo pero no menos importante ¿Cómo explicarle a mi padre del por que salí como loca de la casa?
Edward me dijo que seria mejor que nos despidiéramos a una distancia considerable de mi casa, ya que aún llevaba con él los caballos, si mi padre lo veía a él y luego dos caballos como explicarle aquello.
-Bueno Bella, que tengas suerte con tu padre, espero que todo se mejore, la verdad es que no me gusta verte así de preocupada, quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que quieras- de verdad que sus palabras fueron muy valiosas para mi, me hicieron estar un poco más calmada, me beso la frente y se fue. El momento había llegado, entre a mi casa y Esme me indico que mi padre se encontraba en el despacho.
-Isabella, hija que preocupado me tenias, saliste así sin más ¿Dónde andabas?- me dijo mientras se acercaba a mi rápidamente para abrazarme.
-Necesitaba pensar papá, tu noticia para serte sincera me tomo desprevenida
-Hija ¿Qué es lo que te molesta?, el joven que elegí para ti es de lo mejor, de buena familia, caballero y por que no decir guapo.
-Papá, ese es el problema, es que lo elegiste, yo no e tomado decisión por mi- sabia que no debía decir aquello, para mi padre el tener que tomar una decisión de mi vida es como estar revelándome ante él.
-Isabella- lo dijo enojado separándose de mi, sabia lo que venia –No te lo pregunte ni te lo consulte, te avise por cortesía, cuando estés preparada estarás de vuelta en la ciudad con tu mejor cara para unirte con el hijo de mi mejor amigo y no hay más que decir, ya me echaste a perder el día, ándate a tu pieza a reflexionar el buen padre que tienes que busca lo mejor para ti, no quiero volver a tener esta conversación insensata contigo otra vez.
Y así fue, estuve encerrada en mi pieza unos 5 días, sin salir ni para comer, Esme se preocupaba de llevarme la charola con cada comida del día, mi padre ni se asomaba por mi habitación lo cual agradecí, lo que si me ponía ansiosa era ver a Edward, pero ¿como poder hablar con él? No podía enviarle una carta con Esme pues, ésta preguntaría desde cuando tan amigos y no quería ponerlo en problemas con su madre. Mi padre solo asomo su cabeza por la puerta aquella tarde para avisarme que se iría en 2 días más, 2 eternos días que tendría que soportar lejos de mi ángel.
Cerca de la medianoche me sobresalte al escuchar un golpe no fuerte pero si intenso por mi ventana, 2 nuevos golpes me hicieron acercarme lentamente para ver de done provenían.
Ahí, con todo su esplendor estaba Edward lanzándome pequeñas piedritas hacia la ventana, me asome e instantáneamente apareció una gran sonrisa en su hermoso rostro, una sonrisa que literalmente te quita la respiración.
-¿Estas loco? ¿Quieres que mi padre te vea y te mande a matar por molestarme a estas horas de la noche?- de solo pensarlo mi piel se erizo de nervios, jamás permitiría algo así, antes de eso que me mate a mi.
-Tonta Bella, no dejare que nada me pase, por que si así fuera no podría estar contigo- ¿conmigo? ¿Que acaso tenia pensado en estar conmigo? Por que yo al menos muero por estar con él.
-¿Qué sugieres? Por si no te haz dado cuenta soy prisionera en mi propia casa.
-Toma- dijo lanzándome una cajita pequeña como de fósforos –Dentro de ella hay 2 píldoras de diazepan, las conseguí con un amigo, échaselas en el jugo a tu padre mañana en la cena, te paso a buscar a esta misma hora para salir.
-¿quieres que lo mate?- estaba algo asustada, no creía capas de hacer algo así a Edward.
-No Bella- dijo entre risitas –Eso solo lo pondrá a dormir, mi madre mañana pasara la noche en casa, así que será más fácil poder sacarte de aquí, él despertara después de 12 hrs. más o menos, suficientes para que estemos junto- la sola idea de estar con él para mi era suficiente para arriesgarme incluso a esto.
-Nos vemos mañana entonces- le dije con una gran sonrisa.
-Hasta mañana pequeña- me dijo mientras me lanzaba un beso, definitivamente debí de quedarme dormida, ya mañana vendrá el bajón al despertarme y darme cuenta de aquello.
Por la mañana al despertar rápidamente vi debajo de mi almohada y ahí como lo deje en la noche, la cajita con las píldoras, ósea que no había sido un sueño, realmente Edward se arriesgo a venir para ayudarme a salir hoy en la noche, m corazón rápidamente comenzó a híper ventilar de emoción, tenia que hacer las cosas bien si no quería que mi padre sospechara de algo, así que cuando vi a Esme entrar con mi desayuno le dije que mejor me lo sirviera en la mesa con mi padre, me miro extrañada pero tenia que jugar bien mis cartas, ya sentada en el comedor, mi padre me miro de la misma manera, aproveche de explicarme al tiro ya que quería que Esme también lo oyera
-Padre, te vas mañana, no quisiera que te fueras molesto conmigo, aunque no lo creas me duele el saber que estas enojado, eres mi única familia y sabes que por ti haría lo que fuera –Vaya, me asombre yo misma de mis buenos dotes de actriz, no sentí culpa ya que mi padre solo estaba recibiendo lo que se estaba ganando de mi parte.
El día paso lento, ya que tenia que ser la hija perfecta para mi padre y eso costaba mucho ya que prácticamente tenia que hacer lo contrario a mi forma de ser, pero al fin había llegado la hora de la cena, espere el momento indicado y ese momento llego cuando mi padre e levanto para recibir un recado de uno de sus mensajeros de trabajo, en ese momento aproveche de abrir la píldora y poner el polvo de ella para apurar el efecto, Dios sabe que no quería ser mala pero mi padre lo hacia todo más difícil, si tendré que irme al infierno por hacer esto para estar con Edward gustosa lo haría nuevamente.
Mi padre comenzó a sentir cansancio, se me hacia difícil no reírme, ya que parecía algo atontado, solo espero que no le pase nada grave, confiare en lo que me dijo Edward, se escuso de sentirse realmente agotado y se retiro a su habitación, espere cerca de 30 minutos para informarle a Esme que igual me retiraría a descansar, ya en mi habitación fui directo al baño a cepillarme los dientes y por que no decir a asegurarme de estar aceptable visualmente. Me puse mi camisón de pijama y debajo de este unos pantalones y una blusa, Esme siempre se despedía antes de irse así que tenia que asegurarme de que me viera lista para dormir, ya cuando se fuera me pondría un abrigo. Como lo predije, Esme fue a despedirse, apenas escuche la puerta principal cerrarse fui a la habitación de mi padre para ver que tan dormido estaba, al salir al pasillo no pude evitar reír al escuchar los enormes ronquidos de mi padre, pero tenia que asegurarme aún más. Entre a su habitación, si no había funcionado de la mejor manera y despertaba tendría que decir alguna mentira de por que me encontraba ahí, entre tan apurada que tropecé con la conexión de la lámpara, cayendo esta y quebrándose la ampolleta y la lámpara en si, pero mi padre ni se inmuto, lo cual fue suficiente para corroborar lo dormido que estaba, recogí la lámpara quebrada y salí de su cuarto, me dirigí al mío, me saque el camisón reemplazándolo por mi abrigo.
Espere sentada en la escalera, cuando escuche unos toquecitos en la puerta mi corazón salto de emoción, ahí tras la puerta, la luz de mis ojos.
-Si estas esperándome aquí, quiere decir que hiciste lo de las píldoras, veo que tienes un lado oscuro pequeña- dijo divertido, lo que me hizo sonreír, lo que no sabe él es que no es por mi lado oscuro, es por que haría cualquier cosa para estar con él.
-¿Dónde iremos? Espero que sea algo realmente bueno, por que estoy arriesgando mucho- le dije, podríamos ir a un depósito de basura pero aún así me parecería hermoso solo por que estuviéramos juntos, aunque no fuera de la manera en que yo quisiera.
-Ya veras es una sorpresa, es un lugar secreto que solo yo conozco- dijo mientras me tomaba de la mano y salíamos a la intemperie.
Caminamos cerca de 40 minutos internándonos por el bosque, de estar sola o con otra persona me sentiría sumamente asustada, pero en estos momentos estaba en paz, relajada y sumamente feliz.
Edward me señalo hacia delante, donde habían dos árboles unidos de tal manera que formaban un arco, como un dintel, lo atravesamos y me encontré en un hermoso prado reflejado solo por la luna, se me revolvió el estomago de ver algo tan hermoso, tan calido ya que los árboles que estaban alrededor impedían la entrada del viento, pero a la vez se me hizo un poco conocido, imposible pero cierto, pero al girarme para ver a Edward rápidamente cambie de parecer, no podía haber en este mundo algo más hermoso que él, su semblante igual estaba en paz y felicidad pero había algo más, algo que no me dejaba descifrar.
-¿Te gusta este lugar?-dijo mirándome directamente a los ojos, lo que me hacia perderme de mi alrededor.
-Es precioso Edward, pero ¿Cómo es que nadie más que tu conoce de este lugar?- estaba extrañada, si bien estaba algo apartado, no era difícil llegar ahí.
-La gente camina sin observar realmente su entorno, suelten pasar bordeando este lugar pero nunca viendo más allá, además este lugar no lo conozco solo yo, una vez estuve aquí con una chica- su confesión me entristeció, por un momento me sentí única al estar ahí con él.
-Ah- fue todo cuanto pude decir.
-Para mi esa chica es importante, fue donde me di mi primer beso y quería compartir eso contigo- ¿conmigo? No pude evitar ya demostrar mi pena en mi rostro, lo se por que él me miro de tal forma, él quería compartir conmigo algo así de importante, el me ve como una amiga y yo tontamente sintiéndome especial.
-Bella ¿Por qué tienes carita triste? No me gusta verte así.
-¿Puedo preguntar algo?
-No lo estas haciendo ya- dijo divertido, eso me hizo recordar la vez que yo le dije eso.
-¿Por qué me traes aquí, si es tan especial? Deberías traer a esa chica en vez de a mi –que tonta me sentía, salí de mi casa llena de ilusiones y ahora, aquí ante él, con el corazón triste y sin poder ocultarlo.
-Bella- dijo con dulzura, colocando su mano en mi mejilla, lo que me hizo cerrar los ojos y simplemente sentir su tacto, su tacto que me quema y electriza la piel, su tacto que me llena de nuevas sensaciones –Traje aquí a la mujer correcta, a la mujer que hace que se me detenga y se me acelere el corazón a la vez- dijo mientras posaba mi mano en su pecho, cerca de su corazón -Es hora de que recuerdes.
Continuara...
Hola aca otro capitulo de esta historia este es uno de los q mas me gusta y a ustedes, comentenlo y votenlo por favor, nos vemos en el siguiente capitulo
|