Bella POV

Era tan sencillo convivir con Edward. Su compañía era lo que necesitaba para mantenerme tranquila y no matar a la primera divina que tocara a mi puerta. Después de que su familia se fue y tuviéramos una pequeña charla, recuerdo haber encendido el televisor y al recostarme en el sofá, me quedé en blanco. Creo que me quedé dormida, pues cuando volví a la realidad, Edward acababa de levantarse del sillón para abrir la puerta.

-Un paquete para la Srita. Swan.-dijo el hombre, quien cargaba en sus manos una pequeña caja envuelta en papel negro y un sobre en su tapa, siendo sujetado por un listón rojo. Pero a pesar de ver la escena, no estaba segura de haber despertado ya. Cerré los ojos de nuevo y me concentré en despertar.

Los brazos de Edward me rodearon y como si pesara mucho menos, me levantó del sofá, cargándome contra su pecho. Iba a protestar, pero si esto era un sueño después de todo, por qué molestarme. Su loción me encantaba, era una marca muy conocida, recuerdo haberle comprado una igual a Jake, solo que nunca la ha usado. A pesar de que es mi favorita. A él no le agrada. Creo que Edward y yo tenemos bastante en común...

Vi la puerta de mi cuarto abrirse, ¡acababa de romper la primera regla!, me dejó sobre la cama y separó mis manos de su camisa, pues cuando me alzó me aferré a él por acto reflejo. Abrí un ojo cuando lo sentí alejarse; estaba observando mi habitación con un poco de sorpresa, pero quien era yo para juzgarle...si entras al cuarto de una divina, no esperas ver nada en orden ni...nada de lo que hay en el mío, para ser sinceros.

Se sentó en la silla frente al escritorio, donde descansaba mi álbum fotográfico abierto. Se dedicó a observar las fotos, mientras yo lo miraba a él desde la cama. Me incorporé un poco, apoyándome en un brazo, pero el no pareció notarlo.

-Son muy buenas tomas...-dijo en un susurro. –Sale bien en todas...-

-Gracias.-mi voz lo alertó de que no estaba dormida, se giró hacia mí con los ojos abiertos de par en par. –Y tu...acabas de violar la primera regla.- un sonrojo cubrió sus mejillas, definitivamente, él era lindo...¡Stop, Bella! Piensa en Jake...¡al diablo, Jake! Mi novio y yo casi no nos vemos...talvez debamos terminar...

-Lo siento...yo...-

-Edward.-sus ojos se clavaron en mi rostro y desvié la mirada avergonzada. –¿Puedes traer ese álbum y sentarte a mi lado?-asintió y se levantó, pero mi rostro seguía ardiendo. –Ellos son mis padres, Renée y Charlie.-dije señalando la primera foto.

-Tu madre y tu se parecen mucho.-dijo él observando la foto y luego mi cara sonrojada. –Aunque, tu me pareces mucho más bonita.-

-Mi madre tuvo sus tiempos.-dije de forma avergonzada. –Y si te gustara más mi madre que yo...no me iba a agradar.-él se río. –Estos somos Mike, Jess y yo en secundaria.-él sonrió al notar mi cara de inocente. –Y estos son unos amigos de La Push: Sam, Emily, Quil, Embry, Jared, Paul y Jacob.-

-¿Él es tu novio?-preguntó viendo una foto donde salía sentada sobre el regazo de Jake. Asentí. –Hacen buena pareja.-comentó, pero sus palabras sonaron forzadas. Negué, pero él no me hizo caso alguno. -¿Y esta foto?.preguntó curioso.

-Jess la tomó el otro día. No entiendo como no notamos el flash.-dije de forma cortante e indignada. En esa foto estábamos Edward y yo , juntos...muy juntos, pero mirando a diferentes puntos, con las mejillas teñidas de carmín. –Puedes quitarla si te disgusta...-pero no deseaba que lo hiciera.

-No me molesta.-dijo con una sonrisa y, por el brillo en su mirada, comprendí que no me engañaba. –Es raro ver a una divina sonrojada.-fruncí el ceño y torcí los labios.

-Sabes como arruinar las cosas, ¿verdad?-cuestioné con cierto recelo y él soltó una carcajada. Lo miré enojada y dirigí una mirada asesina en su dirección, pero sus ojos atraparon los míos. El verde esmeralda se fundió con el chocolate y antes de que alguno de los dos apartara la mirada del otro, estábamos a tan escasa distancia que su aliento golpeaba mis labios. Sentí la sangre fluir a mis mejillas antes de acariciar su mejilla y terminar de acortar el espacio que nos separaba.

El beso era lento, dulce...no era como el anterior, pero la sensación de revoloteo era mucho más fuerte. Me gustaba realmente Edward. Él podía darme lo que Jake no, empezando por su compañía...Pero tampoco era correcto lo que estaba haciendo, jugar con él. O quizás fuera el quien jugaba conmigo...¿Me importaba, acaso? La respuesta era sencilla. No, no me importaba.

Nos separamos con pesar, por lo menos de mi parte. –No creo que esto...-dijo con voz enronquecida, y con "esto" se refería al beso. -...sea correcto.-

-Nunca dije que lo fuera.-mi voz sonaba mucho mas provocativa de lo que hubiera deseado. –Me gusta estar contigo, disfruto tu compañía y cuando me besas...-no pude terminar, me sentía tan avergonzada hablando más de la cuenta.

-¿Qué pasa entonces, Bella?-mantenía mi rostro entre sus manos y sus ojos atravesaban mi alma con esa mirada.

Negué con la cabeza y cerrando los ojos, suspiré. El silencio se prolongó y él acabó retirando sus manos para ver un punto apartado de mi cuarto. Yo clavé la vista en mi cama. Y los minutos comenzaron a pasar...

Edward POV

Estaba seguro que no respondería a mi pregunta. Su mirada perdida me lo confirmaba. Pero, ¿de verdad esperaba una respuesta? Es obvio que me gusta Bella Swan, pero ella tiene un novio...no creo que sea justo para ninguno de los tres lo que hacemos. No importa si piensa romper con él o no, hoy soy yo y mañana ¿otro, talvez? Esto solo es un juego para ella..

Me permití observar con detenimiento su cuarto. Era totalmente opuesto a lo que esperaba. Una repisa llena de discos –tal como tenia yo en mi cuarto-; cientos de fotografías de artistas ¿autografiadas? apiladas en una esquina; libros en repisas –novelas románticas con varios siglos de antigüedad-; las paredes de un azul claro; todo tan...sencillo. ¿Dónde estaba el estilo, las revistas de moda y los dibujos en las paredes?

-No es lo que esperabas, ¿cierto?-preguntó, rompiendo con su dulce voz el molesto silencio. Negué con la cabeza y ella me dedicó una sonrisa sincera, de esas que veía poco. –Disculpa por cambiar tan abruptamente de tema, pero, ¿han enviado algo para mí?-

La miré sorprendido y asintiendo me dirigí a la sala, para después volver con el paquete en las manos. -¿Estabas despierta?-pregunté sin poderlo evitar.

-Bueno, supongamos que lo estaba, pero no lo sabía.-le sonreí y ella abrió la pequeña caja, retirando antes el sobre que tenia pintado en letras negras su nombre. En el interior venían algunas fotos puestas boca abajo, dos discos y otras cartas. Tomó la primera y la leyó en silencio, olvidándose momentáneamente de mi presencia.

Su sonrisa se fue apagando y el brillo es sus ojos se perdió. La angustia era evidente en sus facciones y pude notar algunas lágrimas formarse en sus ojos y empapar sus pestañas, pero no las dejó correr.

-¿Te importaría volver en otra ocasión?-preguntó de forma amable, pero tras su tono se mostraba la amenaza de provocar un infierno si no me iba.

-Estaré en el dormitorio de Jasper, nos vemos luego.- y salí, sin saber que no la iba a ver al regresar.

Bella POV

La carta era de Emily. Hablaba sobre mi relación con Jake y...

Bella:

Se que talvez no sea un buen momento para hacer esto o que puedes molestarte con nosotros por intentar dañar tu relación con Jacob, pero creo que debes ser consciente de lo que está pasando en Forks y en la Push. Sabes que Leah ha intentado salir con él desde sus tiempos de secundaria, y como divina consagrada de Twilight, y segunda abeja reina después de Kassandra Mallory, no ha dejado pasar el hecho de que haya escogido a una "niñita" como novia antes que a ella.

No estoy segura si las divinas de su generación tienen algo que ver, si realmente están saliendo o si...Leah lo hace como venganza hacia ti. Cualquiera de las formas me parece aborrecible y el modo de actuar de Jake no ayuda en nada, parece despreocupado y mucho más feliz de lo que alguna vez ha sido.

No quiero arruinar tu cumpleaños, ni lo hago con mala intención. Pero creo conveniente, y me conoces perfectamente, que lo mejor es que termines de leer las cartas, veas las fotos y los discos que te envío. Y por favor, Bella, se prudente. No armes una escena y no te lances sobre Leah cuando la veas; no le digas a Jake que Sam y yo estamos detrás de esto...y sobretodo, si piensas cortar con él, no lastimes la amistad de sus padres.

Y Bella, ¿acaso tu y Jake han...? Por favor, quita esa cara, sabes muy bien que no soy chismosa, solo que "cuando una persona te importa, se escuchan cosas". Me imagino por su sonrisa socarrona cuando Renée te lo preguntó, que si. No puedo creer que hayas sido tan tonta, pero quien soy yo para juzgarte.

Ten mucho cuidado, e intenta mantenerte serena. Seca esas lágrimas y recuerda que no soy yo la que juega contigo, es él.

Emily.

Emily era sinceramente, una de mis mejores amigas, sino es que la única. Siempre había estado al pendiente de mi, y sigue haciéndolo. Ella y Sam están por casarse, creo que falta un mes para su boda...tienen algunos años de novios, creo que empezaron hace cinco, cuando tenían mi edad.

Casi podía escuchar la voz de mi amiga al leer su carta, y el modo en que me controlaba con las letras o me pedía que dejara de llorar, cuando lo estaba haciendo, me dejaron pasmada. Pero, ¿qué me extraña? Es Emily mi fiel confidente, y...aunque ahora el llanto no cese y me sienta mal..eso no significa que la deteste. Le agradezco lo que ha hecho, y ahora voy a ver los discos.

El primero es del 20 de junio de este año, la noche de graduación y es ¿el cuarto de Jake? No era cierto, no...lo era. El video había sido grabado en su cuarto, después de la fiesta de graduación...éramos nosotros...era...mi primera vez. Sentí las lágrimas correr por mis mejillas por la ira contenida, ¿a cuantos de sus amigos les había mostrado eso? Emily y Sam tenían una copia...¿los demás también?

El segundo disco, iba de la charla de "hombres" en casa de Quil.

-¿Bella Swan?-preguntaba un asombrado Embry.-¿Realmente lograste desvirgar a Isabella Swan?-preguntaba incrédulo. Jake asintió y soltó una de esas carcajadas estridentes. –Wooow.-

-Fue sencillo, el trato era ese...-murmuró Jacob y luego bebió de su cerveza.

-¿Trato?-Quil parecía sorprendido. –Oh, la apuesta con Kass y la oferta de Lau...-dijo cayendo en cuenta.

-Si, solo tuve que salir con ella dos semestres...-dijo riendo.

-¿Y que tal es Bella en la cama...?-Paul parecía dispuesto a ser el siguiente.

-No es tan mala, considerando que era virgen...-se encogió de hombros.

-Pero, ¡descríbelo hombre!-Jared era un imbecil.

-No tiene el cuerpo de Kass, Leah ni Lau; ni la experiencia de Jess...ni siquiera esa inocencia de Ang...-dijo contando con sus dedos a las divinas que habían pasado por su colchón. –Pero, no estuvo tan mal...empezando porque fui el primero.-

-¿Cuándo romperás con ella?-preguntó Sam, y supe que lo hacía con buena intención.

-Planeo jugar con ella un rato en su cumpleaños, quizás en octubre...-dijo indiferente y todos rieron.

Quité el disco y metiendo todo en la caja de nuevo, la guardé bajo la cama. ¿Con que una apuesta, eh? Con Isabella Swan no se juega, no importa quien sea...nadie pasa sobre ella.

Eran alrededor de las dos de la mañana cuando me tranquilicé, mi tan ansiado cumpleaños 17. Tomé mis maletas, siendo conciente que Edward seguía con Emmett, y partí. Tenía un largo viaje por delante...