Chicas se que dije que actualizaría ayer, pero es que el Internet no quería funcionar, siento el retraso pero creo que este capítulo os va a gustar mucho. Intentaré actualizar hoy o mañana. Ah también quería deciros que he puesto a mi fic para +18, me gustaría que me dijerais que os parece. Un beso y un abrazo muy fuerte. GRACIAS por leer.

PD: Espero que os guste y comenteis. Y os recomiendo que escucheis la canción es una de mis favoritas.

Cintia =).

Íbanos ya por Roma, cuando sonó el teléfono de la híbrida. Empezó a sonar la canción de Titanic, pero a los treinta y tres segundos sonó como una alarma de un reloj, y después de eso empezó un rapero a cantar:

-Ey, buenos días princesa. Traigo algo para ti, dice algo así como. Dime si habrá algo más bonito que despertar a tu lado cada día, susurrarte que te quiero es mi particular manía. Si apareces en mi sueños me adormeces, me meces con tus dedos me enloqueces, eres mi única alegría y cada mañana pienso robarte uno de tus besos...

La híbrida no contestaba así que la canción seguía escuchándose.

-¿Nos vas a contestar?-Pregunté.

-No, es mi madre y no quiero hablar con ella delante de ti.-Me contestó triste.

-Así que... prefieres guardarte para ti la opinión que tienes sobre mí, ¿eh?.-La pregunté con mi típica sonrisa pícara.

-No, ¿quieres que te diga lo que pienso de ti?-Me preguntó.

-Por favor me gustaría saberlo.-Pregunté con mi cara de niño bueno.

-Creía que te lo había dejado claro con mis miradas en mi casa, pero te lo voy a decir, ¡Te odio!-Contestó.

-Oh, querida no más que yo a ti.-Contesté.

En ese momento la canción llegó al estribillo.

-Buenos días mi princesa, hoy quiero llevarte el desayuno hasta la cama que me comas a besos mi boca nunca se acaba, amarte hasta de madrugada mientras escalas por mi cuerpo, gastaremos el tiempo entre las sábanas...

En ese momento la híbrida presionó el botón de colgar en su BlackBerry, e hizo una mueca de desagrado.

Llegamos al palacio, salí del coche. Me dirigía a abrirla la puerta del coche, pero ella salió sola, así que opté por abrir el maletero desde el mando del coche, ella rápidamente cogió todas sus maletas como pudo. Sabía que prefería ir cargada con todo antes que pedirme ayuda. Llamé a la puerta mientras la híbrida dejaba las maletas en el suelo y observaba los alrededores y la puerta del palacio. Nos abrió Heidi y nos sonrío a los dos.

-Hola Alec, ¿qué tal el viaje?.-Preguntó amablemente mientras observaba a la híbrida quien le devolvía la sonrisa.

-Bien.-Contesté.

-¿Cómo te llamas querida?.-Preguntó Heidi.

-Laura, encantada.-Respondió la híbrida, y le extendió la mano para que Heidi se la estrechara.

-Aro os espera ansioso a los dos.-Dijo Heidi mientras nos conducía hasta la sala central.Puedes dejar en la recepción las maletas hasta que Aro te asigne tu habitación.-Repuso Heidi.

-De acuerdo.-Contestó la híbrida, se notaba que Heidi la había caído bien.

-No.-Contesté.-Acompáñame, dejarás tus maletas en mi habitación.-Dije mirando fijamente a la híbrida.

No es que me hiciera mucha gracia llevar a la persona que más odiaba a mi habitación, es más allí solo entraban mi hermana o mis amos a parte de mí. Pero necesitaba hablar con ella para decirla que debía mentir a mis amos, y esta era mi única oportunidad. Ella me siguió y cuando llegamos a mi habitación, abrí la puerta y le indiqué donde quería que dejara sus maletas. Cuando acabó de dejar sus maletas y se dirigía hacia la puerta para salir la cogí de su brazo derecho.

-¿Qué haces?-Me preguntó.

-Necesito que me hagas un favor.-La contesté.

-Nunca.-Me respondió e intentó escaparse de mi agarre pero no pudo y la apreté más fuerte.

-Me lo debes y lo sabes.-Repuse.

-Está bien, ¿qué quieres?.-Me preguntó.

-Necesito que cuando mi amo Aro te lea la mente y después te pregunté que por qué te cuidó tu supuesta madre, le digas que yo iba a verte todos los fines de semana, y que ella te cuido porque quiso, ya que yo estaba aquí trabajando en la guardia.-Dije.

No sé si eso funcionaría pero tenía que arriesgarme.

-Ah, ¿así que tienes miedo a que tus amos te maten?, ¿eh?-Me preguntó poniéndome una sonrisa pícara.

-No, lo que no quiero es que mis amos vean que no he cumplido su misión, y que he rechazado su recompensa.-Dije apretándola aún más el brazo.

-Lo haré. ¡Suéltame! ¡Ya!-Me dijo exigiéndomelo.

-¿Segura?-La pregunté mientras la acercaba más a mí.

-Sí, lo haré.-Me contestó y la solté.

-Pues vamos.-Dije y abrí la puerta.

Fuimos hasta la sala central y cuando llegamos allí estaban todos: Demetri, Félix, Jane, Iván , Leila, Heidi, mis amos, la híbrida y yo.

-Querida, por fin estás aquí.-Dijo mi amo Aro acercándose a la híbrida y cogiéndola la mano.

-¡Oh esto es increíble!-Dijo mi amo Aro con la mano de la híbrida aun en sus manos, mientras que la miraba fijamente.-No puedo leerla la mente, y si lo intento me duele la cabeza.-Repuso y soltó delicadamente su mano.

-¿Aro no será que tu poder está menguando?-Preguntó mi amo Cayo.

-No Cayo, esto solo le paso con Bella, pero eso fue antes de que ella fuera vampira. Después de eso no le ha vuelto a pasar, además sabemos que ahora Edward puede leerla mente, con lo cual Aro ni Edward podían hacerlo antes por su escudo.-Contestó mi amo Marco.

-Así es.-Repuso mi amo Aro.-Así que ahora tú eres a la única a la que no puedo leer la mente. A lo mejor tu don también es un escudo como Bella, pero eso no lo sabremos hasta que tú misma nos lo muestres. Para ello entrenarás con el resto de la guardia.-Dijo finalmente mi amo Aro.

-Habrá que asignarla una habitación Aro.-Dijo mi amo Marco.

-Estoy de acuerdo.-Repuso mi amo Cayo.

-Entonces la daremos la habitación que está al lado de la de Alec.-Contestó mi amo Aro.

Genial, ahora tendría al lado de mi habitación la habitación de la híbrida. Las habitaciones estaban distribuidas por pasillos, en el que estaba la mía, había seis habitaciones al lado derecho, y otras seis al izquierdo. Mi habitación estaba en el lado derecho del pasillo, pero la mía era la segunda, la primera sería la de la híbrida, que estaba al lado derecho de la mía. Al lado izquierdo de mi habitación estaba la habitación de Jane, y al lado de la habitación de ella estaba la habitación de Heidi. Al final del pasillo había dos habitaciones vacías, esperando a futuros miembros de la guardia, por eso no entendía porque Aro le había dado a la híbrida la de al lado de la mía, seguro que porque creería que nos llevábamos bien y era justo todo lo contrario. En frente de mi habitación, estaba la de Leila y al lado izquierdo de la habitación de Leila, estaba la habitación de Demetri y al lado derecho, en frente de la de la híbrida la habitación de Félix, en frente de la habitación de Heidi estaba la habitación de Iván y al lado de la habitación de este había otras dos habitaciones vacías.

-Alec deberías ir a ayudar a Laura a colocar sus cosas, ¿no crees?.-Preguntó mi amo Aro.

-Claro amo.-Respondí.

Salimos juntos los dos de la sala central y la conduje hasta su habitación cuando entramos en ella, pude ver que era muy grande y luminosa al igual que la otras. Había una cama de matrimonio como en las demás, un armario empotrado bastante grande, unas mesillas, un baúl al pie de la cama, varios cuadros y unas estanterías.

-Que te quede claro Alec que no te vas a salir con la tuya.-Me dijo la híbrida.

-Pues creo que ya lo he hecho.-Contesté con mi típica sonrisa pícara.

-Ah eso crees, pues pienso putearte todo el rato.-Me dijo.

-Vaya, ¿qué ha pasado con la adolescente educada?-Pregunté con mi tono de sarcasmo y mi sonrisa pícara.

-Para ti se ha quedado en casa, para los demás no.-Me contestó.-Por cierto, ¿verdad que me vas a ayudar a colocar toda mi ropa?.-Repuso poniéndome ahora ella una sonrisa pícara y de satisfacción.

-Si no hay más remedio.-Contesté, seguro que ella era la típica niña rica que tenía un montón de ropa y se pondría a enseñarme todos sus conjuntos y a pedirme mi opinión.

-Pues ya podemos empezar.-Me dijo y abrió una maleta y empezó a colocar todo lo que esta contenía en el armario.

Cuando abrí una maleta, la encontré llena de lencería de marca, entonces volví a poner mi sonrisa pícara, y antes de que la híbrida se percatara cogí un conjunto de Victoria Secret formado por un sujetador y un culot con encajes negros, y me volví hacia ella.

-¿También coloco esto?.-Pregunté con mi sonrisa pícara y con el conjunto en la mano.

-Si te gusta te lo regalo.-Me contestó ella devolviéndome la sonrisa pícara.

-Pues seguro que a Leila le gustaría estrenarlo esta noche.-Dije de nuevo con mi sonrisa pícara.

-Sabes que dámelo es mi favorito, además te lo estaba regalando para que te lo pusieras tú no esa tal Leila.-Repuso con sarcasmo y me arrebató el conjunto de la mano.-Puedes irte ya no hace falta que me ayudes.-Me dijo.

Salí de su habitación y me dirigí hacia la mía, sabía que ella había intentado molestarme al ofrecerme el conjunto y que yo la había ganado con mi respuesta.