Mágico Destino(+18)

Autor: mar14
Género: Romance
Fecha Creación: 16/09/2012
Fecha Actualización: 22/07/2013
Finalizado: NO
Votos: 6
Comentarios: 12
Visitas: 16014
Capítulos: 16

LOS VAMPIROS SON NUESTROS MAYORES ENEMIGOS, MONSTRUOS SIN ALMA QUE NOS PERSIGUEN POR EL PODER DE NUESTRA SANGRE, ACABAR CON ELLOS NO SOLO ES UN DEBER PARA MI... ES VENGANZA. NUNCA DUDARE... O ESO PENSÉ HASTA QUE VOLVI A ENCONTRARME CON UNA AMIGA DEL PASADO Y UN HOMBRE QUE NO SOLO ME TIENTA HASTA LO IMPOSIBLE, SINO QUE ES UN SER CON QUIEN DEBO ACABAR ¿QUE HACER CUANDO SUS BESOS ME QUITAN EL ALIENTO Y ME DEJAN SIN RAZON? ELLOS NO SON COMO LOS DEMAS, AUNQUE AHORA, YO TAMPOCO LO SOY.

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Capítulo 8: CHISTES VERDES

POV.EDWARD

Eran una lindura, fue lo primero que paso en mi cabeza mientras leía los recuerdos de Rosalíe, había  visto lo inusual de su encuentro y ciertamente no pude evitar quedar igual de encantado con  el carisma de ambas niñas, sin embargo, mis pensamientos seguían repitiendo la sonrisa resplandeciente de bella cuando Rosalíe y ella compartieron su color de coche favorito. Por un momento me quede embelesado, intentando relacionar ambas imágenes en mi cabeza, la adulta y la pequeña bella, me pregunte como seria recibir una de esas sonrisas solo para mí. Me patee mentalmente, no sabía que pasaba conmigo últimamente, no solo no podía dejar de pensar en esa pequeña humana, sino que después del encuentro en el bosque, cuando nuestras miradas se juntaron y por unos segundos nos tocamos, puede sentirme…completo, como si hubiese pasado todos estos años esperando conocerla. Y sin hablar de la chispa de deseó, o más bien, hoguera, cuando ella me toco, tuve unas infinitas ganas de saltar sobre ella y no precisamente para beber su sangre.

-          -¿Porque me miras de esa forma? – pregunto malhumoradamente Rosalíe, sacándome de mis pensamientos, la mire sin comprender, viendo que el resto de mis hermanos y padres me miraban extrañados

-          -Has sonreído – señalo  Jasper, dándome una mirada evaluativa, me encogí de hombros

-          -Suelo sonreír, no es raro – dije calmadamente, leyendo en sus pensamientos lo extraño de mi acción, yo también me sobresalte cuando vi mi cara en sus recuerdos.

-          -Esa sonrisa si lo es – dijo Alice quien me miraba con media sonrisa divertida “y yo sé porque” pensó

Hice una mueca y volví rápidamente la vista Rosalíe, cuando leí su alarma,  me miraba con el ceño fruncido.

-          -Estabas en mi cabeza – acuso, volví a encogerme de hombros, se tensó – voy a contarlo, así que,  sal de mi cabeza.

-          -No es cierto, no quieres hablar de ello – le dije diciéndole lo que pasaba por su cabeza antes de que ella empezase a recitar notas musicales intentando bloquearme- ¿de qué te sientes culpable?

Se levanto bruscamente, haciendo caer la silla, sus ojos estaban rabiosos, pero había algo mas allí, que solo ira.

-          -No es tu maldito asunto – siseó, Jasper se coloco junto a ella con una mano en su brazo, intentando calmarla, ella se lo sacudió - ¿Qué has visto?

-          -Rosalíe – intervino Carlisle levantándose, pero ella no dejaba de temblar con los ojos llenos de ira y…miedo, fijos en mí.

-          -¡QUE HAS VISTO! – rugió, sobresaltándonos, su ira había hecho que dejara de concentrarse en evadirme, y volví a captar sus pensamientos de pánico, me paralize con uno de ellos…

-          -Jasper, ayúdame- escuche a Alice gritar junto a mí

Casi no note cuando los dos cayeron sobre mí, salvo por el fuerte sonido que hicimos cuando caímos y la fuerte sujeción que note sobre mis brazos.

 No reaccione, seguía intentando buscar una explicación al último recuerdo que pude captar, cuando  empezaron los sollozos de Rosalíe, también oí a Carlisle y a Esme intentando saber qué pasaba.

Intente levantarme, pero aun tenia a Alice sobre mí, con la  mirada perdida, suponía que intentando ver el futuro, no me moleste en leerla. Sentí a Jasper junto a mí, usando su poder y escuche sus pensamientos llenos de confusión; saliendo de mí parálisis logre desasirme de ellos lo suficiente para levantarme y ver a Rosalíe, que sollozaba entre los brazos de Emmet, quien a pesar de que le susurraba palabras tranquilizadoras no apartaba la mirada de mí.

-          -¿Qué diablos pasa, Edward? – preguntó angustiado, cuando nuestras miradas se cruzaron, en ese momento los sollozos pararon y Rosalíe giro a verme, con una expresión de angustia y dolor deformando su rostro.

-          -Lo sabes – susurro mientras apretaba los ojos– sabes que ellas no deberían estar  vivas.

*******

Vale, me daba por vencida, lo siento, Dios, lo siento, nunca más intentare probarte, así que ¿podrías sacarme de este lio?, como mandando a los Cullen a la Antártida, o haciendo que pareciesen más feos, dentudos, con granos, calvos. Ahora lo de un avión sobre mi estaría muy bien. Estacionamos el coche en el parking del instituto.

Habíamos desayunado rápido con Charlie, que se había cansado de esperarnos y ya casi había terminado de desayunar , charlamos un rato, o ellos lo hicieron, porque yo estaba en un trance con la comida, ahora que mis papilas gustativas estaban más sensibles la comida era un festín. Charlie solo sonrió ante mi apetito mientras comentaba que cenaríamos juntos en la cafetería  del pueblo, luego lo llamaron y se fue corriendo, deseándonos suerte.

Sonreí, cuando decidimos mudarnos a Forks, estábamos en Londres y el estaba de visita, en la que creía la casa de los padres de Maggie, donde esta aparecía de vez en cuando disfrazada de mujer mayor aparentando ser su tía. Había sido muy difícil para él cuando se entero de la muerte de Renee,  después del divorcio mamá me llevo con ella a Irlanda y Charlie nos visitaba regularmente o yo viajaba con él a Forks, cuando  murió estaba sorprendido de tener dos niñas de ocho años a su cargo, aunque Maggie tuviese solo 4, el solo sonrió y nos llevo a EE.UU. rápidamente, pero cuando paso el tiempo, el crecimiento de Maggie fue más difícil de ocultar, así que con ayuda, logramos convencerlo de una tía de Maggie en Londres y la buena idea de mandarnos a estudiar a un internado allí, fue difícil, más que nada porque tuve que usar la magia con mi padre y aunque el miraba a veces confuso hacia Maggie, nunca pregunto y la cuido como si fuese hija suya.

Por esa razón, cuando le preguntamos si podríamos mudarnos con él el próximo mes, salto del sofá emocionado decidido a tomar el primer vuelo para arreglar la casa para que estuviese habitable para los tres y por como todo el mundo nos saludaba en el pueblo, nuestra llegada había sido todo un evento.

Aunque por la mirada fija en nosotras y los cuchicheos, que lamentablemente podía escuchar muy bien, el evento no sería tan positivo para nosotras. Y aun más cuando nos enteramos que los Cullen venían al instituto. Por lo menos, aun no habían llegado.

-          -Tal vez, no nos miren a nosotras, solo al coche – dijo Maggie esperanzada sacándome de mis pensamientos, voltee con los ojos entornados - ¿qué? Ese es mi pensamiento positivo, así que no lo arruines.

-          -Te dije que el  Lexus  era demasiado – murmure quitándome el cinturón

-          -Hey!! No insultes a mi bebe, ¿tu Ferrari hubiese sido mejor? – exigió ella

-          -El negro si – respondí intentando mirar disimuladamente por el parking

-          -Si claro, un Ferrari pasando desapercibido en un pueblo pequeño– dijo irónicamente – y no están -  le devolví una mirada que esperaba fuese confusa – los Cullen

-          -No los conoces – dije esta vez buscando sin disimular, al no escuchar su respuesta me tense – porque no los conoces, ¿verdad? ¿Maggie?

-          -¿Cómo quieres que los conozca? – pregunto en respuesta, - Charlie los menciono esta mañana

-          -Porque tu le preguntaste por el doctor Cullen – me congele  - ¿Cómo sabias que era doctor?

Aparto la mirada demasiado rápido

-          -Lo escuche en el pueblo, cuando pasee a Port Ángeles – dije inocentemente, demasiado inocentemente.

-          -Maggie – gruñí, pellizcándole un brazo cuando ella no me miro,

-          -Ayyyy – aulló y volteo a verme  molesta – ¿qué esperabas? ¿Qué me quedase sin hacer nada cuando dices que viste a tía Rose?

-          -¿Fuiste a buscarlos a su casa? – pregunte alarmada, debía haber sido cuando me encerré en la habitación.

-          -No sabía donde vivían – se quejo – fui a cenar con Charlie

La mire sin comprender

-          -Tu estabas dormida – explico – íbamos a levantarte, pero no sabía cómo hacerlo. Llamaron a Charlie diciendo que había habido un accidente y se llevaban al herido al hospital; Charlie menciono la suerte que tenían que el doctor Cullen trabajase en el hospital

-          -¿Es medico? – dije estupefacta - ¿un vampiro medico? ¿de los que operan?

-          -Sí, es cirujano- me miro - apuesto que puse la misma cara.

La mire en silencio, aun impactada. Maggie lucia increíblemente animada.

 - ¿puedes creerlo?  Es uno de los mejore médicos del hospital, un vampiro que no beba sangre de  personas ya es raro, pero uno que los cura- termino en un suspiro - Son geniales

- ya- repuse escéptica – ¿cómo puedes saber que no se merienda a uno de sus pacientes?, esos que ya van a morir.

- porque no parecía de esos – repuso mirándome con mala cara – además tía Rose pertenece a su familia; ella tampoco bebía de humanos.  Eso explica los ojos dorados

-- nunca lo dijo – respondí tiesamente – nunca nos dijo que era, tuvimos que averiguarlos nosotras mismas ¿recuerdas? Además ¿como puedes saber que no beben sangre humana? Porque un vampiro dijo que los ojos amarillos significaban que no beben sangre, ¿crees que es cierto?. Ellos mienten

 Maggie se soltó el cinturón y giro a encararme

-          -Sino les creíste porque los dejaste vivos – pregunto observándome fijamente – no has dudado en cargarte a los que nos encontrábamos, incluso jugabas con ellos. ¿Qué fue diferente con ellos?

-          -No jugaba- dije ahora molesta, ella bufo – se lo merecían, mataban a niños ¿y esas basuras que solo se alimentaban de embarazadas? Vas a decirme que no debí hacerlo.

-          -No he dicho eso – dijo exasperada, pero sacudí la cabeza  cuando vino a mi mente algo que dijo

-           - ¿no parecía? ¿lo has visto? – pregunte recelosa

Fue su turno de ponerse incomoda, pero justo iba empezar a gritar cuando un timbre sonó. Maldiciendo, ambas nos bajamos rápidamente del coche

-          -Mi primer día y llego tarde – se quejo cuando cerramos las puertas  - es tu culpa

-          -¿mi culpa?  Si…– no termine de hablar porque me quede congelada mirando a un buen número de alumnos que deambulaban alrededor de nosotras dándonos miradas fijas.

-          -Esto es peor que Italia – susurro Maggie acercándose -  y ni siquiera estoy un bikini, son vaqueros.

Me encogí de hombros mientras caminábamos hacia el edificio más cercano, ella siempre destacaba.

-          -Dime que sabes donde tenemos la primera clase – pregunte desesperada, una vez que habíamos empezado a caminar, hubiera jurado que todos lo hacían tras nosotros.

Ella asintió

-          -Me he aprendido el mapa que me dieron ayer – suspire aliviada, mientras la seguía, atravesando el mar de ojos curiosos, apuramos el paso al ver la puerta de la clase  y fue por eso que casi nos chocamos con el profesor que estaba entrando a nuestra aula, el nos miro evaluándonos unos segundos, luego sonrió.

-          -Sois las alumnas nuevas? – pregunto, asentimos

-          -Bella Swan- me presente, mientras escuchaba como se hizo un silencio repentino en el aula y el pasillo

-          -Hola, soy Maggie Swan, su prima –  saludo Maggie,

-          -Ohh, vaya, claro, las Swan.- asintió - Soy su profesor de literatura, el señor Roberts, creo que ¿venían de Europa?

Asentimos

-          -Supongo que será un cambio – dijo en tono pensativo, luego miro hacia el pasillo, no gire, sabía lo que estaría viendo, algo molesto, volvió la vista a nosotras y nos dedico un guiño–no se preocupen no tendrán que presentarse, entremos, entonces.

Casi le abrace de lo aliviada que estaba, este profesor me iba a encantar. Le seguimos, el señalo una de las mesas del fondo que estaba libre y ambas caminamos hacia allí.

Un chico, rubio y de ojos azules, que se sentaba delante de nosotros volteo a mirarnos con una sonrisa

-          -Hola, soy Mike – se presento levantándose – bienveni…

-          -Señor newton al parecer usted será nuestro primer voluntario para nuestra ronda de que preguntas

Escondí una  sonrisa al escuchar las tartamudeantes escusas que newton le daba al profesor

-          -Por fin!! – dijo Maggie, sacando un cuaderno

-          -No te vas a escapar de nuestra conversación –  cuchicheé, volteo a verme con una mirada inocente.

-          - ¿conversación?, vamos bella debemos atender en clase o ¿quieres acompañar a Mike?

-          -Margaret Teodora Swan– siseé

-          -No me llames eso, odio ese nombre ¿Teodora? Debería ser ilegal llamar así a sus hijos– replico molesta – ¿de verdad quieres hablar de esto aquí? ¿con todos  intentando escucharnos?

Cerré la boca y me enfurruñe, mocosa molesta.

-          -No lo soy  - murmuro en tono divertido

-          -¿Ahora lees mentes? – refunfuñe

-          -No, pero recuerdo esa mirada, mis nalguitas me dolieron durante dos días después de que me miraste así

-          -Que buenos tiempos aquellos – Sonreí mientras ella reía.

Estábamos de vuelta en el coche, rumbo a casa a cenar cuando por fin tuvimos un rato para hablar. Porque no solo habíamos sido acosadas, vigiladas y casi expuestas bajo el microscopio, sino que quisieron acompañarnos a cenar…

-          - ¿de verdad fue necesario quemar sus ruedas? – amonesto Maggie aunque sonreía – un pinchazo hubiese sido más sutil

-          - Iban a seguirnos, incluso nos esperaron en la puerta del baño-me queje, luego sonreí al recordar- se me paso un poco la mano

Maggie rodo los ojos

-          -Era eso o que les cayese un rayo encima, tienen suerte que pude esquivar esos abrazos.

-          -Es cierto – frunció el ceño -  ¿Qué le hiciste a Tyler? parecía escaldado

-          -Ahh, eso, le pico una abeja – respondí riendo, nota mental, ponerle una vela a esa pobre abeja por su sacrificio – intento pasarse de listo en la cafetería.

-          -Ohh, ¿sus chistes verdes? – asentí

-          -“¡¡Tienes un polvo que no te lo quita ni la aspiradora!!” – repetí bufando

Reímos

-          -“Perdí mi número de teléfono, ¿me das el tuyo?”  - imito

-          -Ciertamente podrían ser más originales – repuse con los ojos en blanco

-          -“Si tu pierna izquierda fuera viernes y tu pierna derecha fuera domingo... déjame pasar un fin de semana contigo”.

-          -No tiene gracia – pero aun así reí – eso lo dijo Mike

-          -Solo me alegro de no tener el poder de leer mentes porque si no estaría en un manicomio-me miro divertida- tus respuestas tampoco fueron buenas.

Me encogí de hombros.

-          -Pero no tenias que ser así, pobre Mike – sacudió la cabeza -el tío te pregunta donde estuviste toda su vida y tu vas y le respondes “escondiéndome de ti”

La ignore

Y cuando te pregunto si el asiento junto al tuyo estaba libre ¿qué le dijiste?

-          -Si te sientas, el mío también lo estará – reí macabramente

-          -Y lo del templo y tu cuerpo “preciosa tu cuerpo es como un templo” – imito

-          -Lo siento, pero hoy no hay misa – me salían lagrimas de la risa

-          -Parece que los tienes preparados – comento

-          -Por supuesto – respondí aun riendo – internet un fiel aliado contra esos idiotas ¿tal vez debería crear un blog?

-          -O un hechizo de protección, para todas  esas miradas que nos daban las chicas – se estremeció - quizás deberíamos empezar usar  chalecos antibalas.

-          -Tú tienes la culpa, fui al baño, unos minutos y estabas rodeada. – acuse – por lo menos, no todo fue tan mal, tengo bilogía, historia y gimnasia lejos de ti y…tu atracción fatal.

-          -Eh , no lo hago a propositivo –  se quejo ofendida – y tu tenias a más de la mitad detrás de ti

Volví a encogerme de hombros,  no había sido tan malo, hace mucho que no usaba mi sarcasmo y los Cullen no habían hecho su parición, así que fue mejor de lo esperado.

No termine el pensamiento cuando un brusco frenazo, me dejo sin aliento, agradeciendo haberme puesto el cinturón

-          -¿Qué..? – dije desorientada, pero tuve mi respuesta cuando un vampiro de cabello moreno y grandote abrió mi puerta

-          -Tú te vienes conmigo – dijo y prácticamente me arranco del coche.

SIGUIENTE CAPITULOOOO, GRACIAS A TODOS LOS QUE SIGUEN LA HISTORIA, NO SE OLVIDEN DE LOS COMENTARIOS Y LOS VOTOS. PRONTO TENDRAN EL SIGUIENTE CAPI.

BESOS

Capítulo 7: DESASTRES DE NIÑOS Capítulo 9: BESO DE BRUJA

 
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