By. Yurika Cullen

*-B-pov-*

Tocamos el timbre de la mansión y a los minutos sentimos la voz de la empleada.

— Buenas tardes, ¿a quien necesita?—

— Buenas tardes, ¿Se encuentra el señor Eleazar?— dije

— Si señorita, ¿Quién lo necesita?—

— Bella Swan—

— Un momento por favor—

Yo suspire nerviosa, Edward al notarlo me abrazo y me dio un suave y corto beso en los labios. Después de unos minutos el portón se abrió.

— Al parecer, él señor Denali si acepto verte— me dijo Edward mientras me daba la mano y entrabamos, todo el recorrido hasta la casa lo pase tomando grandes respiraciones, tenia que calmarme o Eleazar sospecharía algo. Cuando la puerta se abrió, me sorprendió ver que el propio Eleazar la había abierto

— ¿Bella? ¿En serio eres tu?— me pregunto acercándose a mi. No había cambiado mucho, obviamente se notaban mas los años, pero seguía siendo él mismo de antes

— Hola Eleazar, si, soy yo— le dije sonriendo, él corrió hasta mí y me abrazo, me sentí bien, me recordaba mucho a mi padre

— ¡Pero que grande estas, por Dios eres toda una mujer! No te veía desde la lectura del testamento, Charlie estaría muy orgulloso de verte— me sentí triste ante ese hecho, ¿Qué pensaría mi padre de mi, si estuviera vivo?— Perdón querida, no era mi intención incomodarte yo…—

— Tranquilo, no me incomodas, solo me causa nostalgia, es todo—

— Hay pero que mal educado soy, perdón, entren y así me presentas a este chico— me dijo con una sonrisa picara. Entramos hasta la sala y antes de sentarnos en el sofá presente a Edward

— Eleazar, te presento a Edward Cullen, mi novio— me sentía muy rara diciéndolo, pero a la vez me llenaba de felicidad. Edward le tendió la mano

— Mucho gusto señor Denali—

— El gusto es mío muchacho, me alegra mucho ver que Bella tiene alguien que la quiera— yo le sonreí— siéntense, ya mismo les mando traer un té o café— y toco una campanita para llamar a la empleada

— Té para mi estará bien— le dije

— Yo acepto el café— dijo Edward. Luego la chica del servicio apareció

— Irina, trae un té y una café para mis visitas y algunas galletas también por favor—

— Si señor Eleazar, con permiso— luego de unos minutos volvió con todo lo que le habían pedido

— Y díganme, ¿a que debo su grata visita?—

— Vine a visitar a mis viejos conocidos, ya que Aro esta de viaje, es la única forma en la que puedo salir— Eleazar puso cara serie

— ¿No te deja salir?—

— No, desde que me gradué estoy encerrada en la casa—

— Pero, Aro me había dicho que estabas viajando, que te tomaste un año sabático y no estabas en el país— dijo sorprendido. Yo no lo podía creer

— ¿Eso te dijo? Pero si el me tiene confiscado mi pasaporte—

— ¡¿Qué? ¿Cómo es eso?— Eleazar estaba claramente disgustado

— Desde que estoy a cargo de Aro, el tiene mi pasaporte, mi licencia de conducir y todo tipo de papeles que me permitan salir, confiscados, cuando estaba en la universidad, solo podía ir allá y regresaba a la casa, nada mas, pero desde que termine, me tiene encerrada en la casa y no me deja salir—

— ¡No lo puedo creer! El desgraciado me decía que estabas estudiando demasiado y no te quedaba tiempo para nada mas, también me dijo que no te interesaba nada que tuviera que ver con la empresa y que preferías dejarlo todo en sus manos, que por eso nunca has ido a visitarnos—

— ¡Eso es mentira!— no lo podía creer, aunque pensándolo bien, si lo creía, solo alguien tan retorcido como Aro, podría poner semejantes escusas

— Bella, dime inmediatamente que esta haciendo Aro contigo— me pidió Eleazar

— Señor Denali— intervino Edward— Me gustaría que habláramos, pero en un lugar mas privado— Eleazar miro a Edward fijamente, luego de unos segundos de debatirse internamente se levanto

— Vamos a mi despacho, ahí nadie nos molestara— ambos lo seguimos, cuando nos instalamos en su despacho Eleazar volvió a hablar— Ahora estamos completamente solos y seguros, pueden hablar— Edward empezó relatándole lo de mis encierros, las prohibiciones de salir y hablar con mis empleados, el que no me dejara ejercer mi titulo, el que Aro contratara protectores para mi, claro que no le dijo que él era el protector, y por ultimo le conto las dudas que teníamos con respecto a la muerte de mis padres, el testamento y los manejos con la empresa

— Eso es todo— le dijo Edward

— Muchacho, me dejas realmente sorprendido, no puedo creer que todo esto estuviera pasando y yo ni por enterado—

— Aro ha sabido jugar sus cartas— volvió a decir Edward

— Bien, yo te contare la cara de Aro desde mi punto de vista todos estos años— Edward asintió— desde la muerte de Charlie, tuve mis sospechas, especialmente porque a Aro se le acuso como principal sospechoso, pero las pruebas desaparecieron y luego paso lo del testamento, cuando se leyó, yo me quede tan sorprendido como Bella, Charlie me había comentado en una ocasión que quería dejar a Bella a cargo de todo, pero nunca me reafirmo si realizo el cambio o no, pero el testamento que leyeron, era tan absurdo como cursi, prácticamente Charlie le estaba declarando su devoción a Aro como la razón por la cual lo dejaba a cargo de todo, las autoridades al leerlo y ver la "devoción" que este le profesaba a Aro dejaron de inculparlo, además sin las pruebas no podían hacer nada tampoco—

— Estamos al tanto de esa parte— dijo Edward

— Cuando Aro se mudo a la casa de Charlie, deje de ver a Bella casi al instante, solamente sabia de ella, por lo que mi hija me lograba contar del instituto, pero cuando se graduaron, ambas fueron a universidades diferentes y yo perdí todo el contacto contigo Bella— yo asentí ante la verdad— en muchas ocasiones le pregunte a Aro por ti, pero siempre me decía que estabas ocupada estudiando o con tus amigos— yo me reí ante lo falsa de la acusación, ¿amigos? Por Dios, nunca llegue a sentir que tenía un amigo en estos siete años, hasta que llegaron Edward y los demás— con referencia a la empresa, su respuesta era que, no te interesaba y que considerabas que lo que él decidiera estaba bien, le creí, porque a parte de eso, las autorizaciones estaban siempre con tu firma, aunque el quedo como encargado de las empresas, al ser tu la dueña, sin tu firma no puede hacer nada—

— Lo sabia— dijo Edward

— Yo jamás firme nada— le dije

— Te creo, desde que te graduaste me dijo que habías querido tomarte un año de descanso y que estabas de viaje en Europa. Que rabia me da ahora, me siento como un estúpido— en el rostro de Eleazar se notaba claramente la frustración— Bella, la empresa no ha estado muy bien, a faltado dinero en los últimos dos años, Aro ha estado administrando muy mal el dinero, si la empresa no ha caído, es porque los otros socios y yo hemos hecho todo lo posible por remediarlo, pero en todo caso, Aro administra el sesenta por siento de las acciones, tiene todo el poder y él es quien toma las decisiones al final—

— ¿Aun tenemos el sesenta?— le pregunte

— Si, en ese sentido las cosas siguen igual yo aun tengo el treinta—

— Señor Denali—

— Dime Eleazar, por favor Edward— él asintió

— Eleazar, hay algo mas que no te hemos contado, hay un par de cosas que debes saber—

— ¿Qué es?—

— El abogado de los Swan, Cayo Fecinety, en realidad se llama Cayo Vulturi y es el hermano menor de Aro— Eleazar abrió grande los ojos— sospechamos que Cayo cambio el testamento a favor de Aro—

— Eso es lo más probable— dijo Eleazar

— Pero además de eso, Cayo también estafo a Aro y se escapo un año después de la lectura del testamento con una fuerte cantidad de dinero, ese dinero, supuestamente fue robado de la empresa—

— Ahora que lo mencionas, hace seis años hubo un desfalco gigantesco en las cuentas de la empresa, cuando me entregaron el informe inmediatamente acudí a Aro y le pedí explicaciones, pues ese dinero era tan sustancioso como para dejarnos en la calle a todos, él me dijo que era un error y que haría lo posible por arreglarlo, quince días después todo volvió a la normalidad y el dinero apareció, por lo que le creí y jamás pregunte nada. ¿De donde abra sacado el dinero?—

— Yo puedo imaginar de donde— le dijo Edward, ambos lo miramos

— ¿De donde?—

— Eleazar, Aro es uno de los mafiosos mas buscados de Chicago—

— ¿Qué? ¿Pero tu como sabes eso?— pregunto sorprendido

— Porque yo soy agente especial del FBI y mi trabajo es capturarlo— yo acompañe a Eleazar en la sorpresa, y no por saber que era del FBI, si no por ver que se lo estaba confesando a Eleazar, eso significaba que Edward confiaba en él

— ¿Me hablas en serio?— pregunto aun sorprendido

— Totalmente, Eleazar, tengo que pedirle un favor— le dijo Edward

— El que quieras—

— Necesitamos entrar a la empresa sin que Aro se de cuenta, Bella sabe de un lugar donde su padre guardaba las cosas importantes, tengo la leve sospecha de que ahí esta el testamento original y con el podremos hundir a Aro, solo usted puedo ayudarnos a entrar, tiene que ser mañana, Aro llegara en la noche y no se cuando se nos presente otra oportunidad—

— Cuenten con ello, mañana en la mañana pueden ir y yo mismo los escoltare—

— Muchas gracias— le dijo Edward— no siendo más, nos retiramos, sospecharan si tardamos mucho—

— Está bien, cuídense mucho, especialmente tu Bella— dijo acercándose a mi y dándome un abrazo

— Gracias Eleazar, y no te preocupes, Edward me protegerá— él sonrió

— No lo dudo y no porque sea un agente especial, si no, porque se nota que en verdad te quiere— yo me ruborice y Edward solamente le sonrió— Bueno, los escolto hasta la puerta, es una lastima que mi esposa Carmen esta visitando a su madre en Alaska, estaría encantada de verte—

— Dale mis saludos— le dije, él asintió

Edward me tomo de la mano y comenzamos a caminar junto Eleazar, íbamos pasando la sala cuando una horrorosa voz se escucho por toda la casa, lo que me extraño fue escuchar el nombre que salió de sus labios.

— ¡¿Edward? ¡Si, eres Edward!— grito la muy insoportable de Tanya, venia bajando rápidamente las escaleras y se lanzo a los brazos de Edward, claramente mi expresión fue de sorpresa, enojo y celos, muchos celos, ¿Cómo demonios conocía Tanya a Edward? ¿Y porque justamente ella? ¡La persona mas odiosa del planeta!— Querido Edward, ¿me estas buscando?— pregunto coqueta. Yo aun seguía sin entender nada. Edward rápidamente pero sin dejar de ser caballero la separo de él

— Tanya, es un gusto verte, pero no— dijo incomodo— no vengo a buscarte—

— ¿Entonces?— pregunto confundida

— Vine con mi novia Bella a visitar a Eleazar— en ese momento Tanya reparo en mi y en la mano que Edward jamás había soltado y que era justamente la mía, nos miro a ambos y luego a su padre

— ¿Bella es tu novia? ¿Vienes a ver a mi padre? No entiendo nada—

— Tanya, no seas mal educada, compórtate y explícame ¿Que pasa? ¿Por qué te tiras a los brazos del novio de Bella?— ella me miro frunciendo el seño, pero no dijo nada. Entonces Edward intervino

— Conocí a Tanya en Londres, fui un mes a visitar a unos amigos y ella era compañera de universidad de una de mis amigas, hablamos pocas veces y la verdad no sabia que tu apellido era Denali— le dijo

— Ya veo— dijo Eleazar

— En todo caso fue un gusto verte Tanya, pero Bella y yo tenemos que regresar a la casa, ya es tarde— dijo besando mi mano. Yo no podía de la felicidad ¡toma eso Tanya!— fue un gusto hablar contigo Eleazar, nos veremos mañana—

— Hasta mañana Eleazar, Tanya— me despedí, cuando dije el nombre de Tanya lo hice con tanta felicidad que ella rodo los ojos, no podía creer que ella fuera rechazada por un hombre y lo mejor, que ese hombre me escogiera a mí

— Adiós chicos, nos vemos después—

Salimos de la casa tomados de la mano y en silencio, aunque no era incomodo, subimos al Volvo de Edward y cuando arranco el motor, Edward empezó a reír.

— ¿Qué paso?— pregunte

— No puedo creer mi mala suerte, de todos los rincones del mundo, tener que encontrármela aquí—

— ¿Así de malo es?— pregunte

— No sabes el infierno que me hizo pasar en Londres, me acosaba todos los días, yo no veía la forma de esconderme de ella, mi viaje estaba planeado para unas vacaciones de tres meses, pero las acorte a uno solo, por culpa de ella—

— Es bastante intensa— afirme yo

— ¿Así que ella es con la chica que no te llevabas bien?—

— Si, es la mujer más egocéntrica y engreída que conozco, en el instituto se creía la reina solo porque todos se morían por ella, trataba a los demás como si fueran inferiores, así que jamás me agrado su actitud y era reciproco, como viste, Tanya tampoco agrada mucho de mí— reí— Aunque me sorprende que tu huyas en vez de perseguirla—

— ¿Por qué lo dices?—

— Ella es una mujer muy hermosa, se le tiene que reconocer, es despampanante y siempre tuvo a todos los hombres a sus pies—

— A ver señorita Swan— me dijo divertido— primero que todo, no me metas en el termino de "todos" que yo siempre me considere fuera de esa bolsa, y segundo, puede que Tanya sea bonita, pero no significa que me tenga que morir por ella, no es mi tipo—

— ¿No?— pregunte igual de divertida

— No— dijo deteniéndose en un semáforo en rojo— mi tipo de mujer eres tú— y me acerco por el cuello hasta él y me beso, nos besamos hasta que sentimos las bocinas de los autos de atrás, pues ya había cambiado a verde— Y que te quede claro— me dijo a modo de falso regaño

— Creo que me queda muy claro— le dije algo acalorada. El se rio— pero, ¿no es un problema para ti?—

— ¿Qué cosa?—

— El que te guste la mujer que estas protegiendo—

—No— me dijo rápida y sinceramente

— ¿Por qué? ¿No se supone que el trabajo y esas cosas no se mesclan?—

— Puede que sea cierto, pero, mi trabajo no es protegerte específicamente a ti Bella, ese es el trabajo que supuestamente tengo con Aro, mi verdadero trabajo es desenmascararlo y atraparlo, yo te protejo de esta forma, porque quiero y porque te lo prometí, además, esto no va a ser para siempre, cuando esta misión termine, las cosas serán diferentes Bella, ahí te pediré que seas mi novia oficial, cuando podamos salir sin preocupaciones— dijo tomando mi mano izquierda y besándola, mi corazón se acelero. ¿Me iba a pedir que fuera su novia?— ¿Aceptaras?— me pregunto

— ¿Es necesario que te responda?— le dije en broma

— Creo que si— yo sonreí

— Obviamente si, aceptare— le dije, Edward me jalo rápidamente hacia él y me dio un rápido beso en los labios. Después de diez minutos estabas de regreso a la casa, ya estaba empezando a oscurecer, no me había dado cuenta de todo lo que habíamos tardado

Cuando llegamos, me fui a mi habitación para darme una ducha antes de cenar, Edward se fue a buscar a los chicos, para contarles lo sucedido con Eleazar y avisarles que mañana iríamos a la empresa. Solo nos quedaba un día, teníamos que aprovecharlo.