POV Jacob
No dijo el sí quiero como siempre había soñado, ella dijo una frase la cual me alegro muchísimo más. Quería estar conmigo el resto de nuestras vidas, y eso… era lo mejor que podía oír.
Solo quería besarla.
La cogí en brazos y la llevé hasta el dormitorio. Esa noche fue la mejor sin duda.
Vi amanecer y Alma estar acostada tapada en la sábana. Era tan preciosa.
Le di un pequeño beso en la comisura de los labios.
Sonrió pero no despertó.
Fui hasta la cocina y puse los platos en el lavavajillas y volví a recordar todo por una vez más. Aun no podía creerme que Alma hubiera dicho que sí.
Estaba ocurriendo todo tan deprisa.
- ¿Qué le preocupa a mi chiquitín? –sonreí al girarme.
Alma estaba detrás de mi abrazándome.
- Nada, que aun no puedo creérmelo. Pero quiero hacer las cosas bien.
- ¿A que te refieres?
Se puso delante de mí y me dio un beso de buenos días.
- Quiero pedirle la mano a tus padres.
- Jake… ¿tú también?
- ¿Chapado al antigua? No. Pero como sé como es tu padre, quiero hacerlo bien.
- Bueno, lo que quieras. Y si dijese que no…
- Pues te secuestraría y nos casaríamos en secreto.
- ¿Podemos hacer eso?
- Poder podemos, pero se enfadarían.
Ella hizo la expresión de “mecachis”.
Yo sabía que a ella no le gustaba ser el centro de atención ni yo tampoco, pero ese día. Tenía que ser especial, tanto para ella como para mí.
- ¿Te apetece ir a ver a tus padres?
- ¿Ya?
- Sí. No puedo esperar.
Nos vestimos ya con ropa más informal y fuimos a casa de Alma.
Por suerte se encontraban ambos. Por lo que supe, Edward nos leyó la mente.
- Edward. Bella. –dije mientras nos sentábamos en el sofá y ellos en el otro.
- Queremos deciros algo. –anunció ella.
- Os escuchamos.
- Edward, se que me dijiste que no hacía falta, pero por favor. ¿Aceptarías nuestro matrimonio?
Entonces Bella sonrió que me pensaba que su boca desencajaría y nos miró Edward.
- Tenéis mi bendición. –sonrió.
Ahora si que estaba más tranquilo con la bendición de Edward y Bella.
Nos levantamos y nos estrechamos la mano y Alma y Bella se abrazaron.
- ¿Cuándo la boda? –dijo Bella.
- Mamá… aun no hemos planeado nada.
- Pronto, me gustaría. –afirmé y Alma me cogió de la mano.
Vio el anillo y sonrió.
Salimos de la casa y fuimos a casa de sus abuelos a comunicárselo.
Alice salió corriendo de la casa y como ya sabía ella abrazó a Alma y luego vino hasta a mi a abrazarme pero se paró. Me dio la mano.
Sabíamos que no podíamos.
- Enhorabuena. –nos felicitó.
- Gracias.
Entramos y estaban todos como siempre, tan normales.
- No has dicho nada, ¿verdad? –dijo Alma.
- No.
Nos vieron entrar por la puerta y Emmet vino hasta nosotros.
- Cumplí. –dijo Emmet refiriéndose a la apuesta que él perdió.
- Bien. Luego me enseñas que te ha comprado tía Alice. –dijo Alma riéndose.
Nos sentamos en el sofá y Alma empezó.
POV Alma
Respiré hondo y hablé.
- Nos casamos. –por fin pude decir y todos estuvieron quietos, no dijeron absolutamente nada. Pero Esme reaccionó.
- Cariño… -vino a darme dos besos y a Jacob también. – Me alegro muchísimo. Nos lo esperábamos… enhorabuena.
Entonces reaccionaron todos y me alegré. Me habían asustado.
Carlisle, Emmet, Rosalie, Jasper… nos dieron la enhorabuena y me puse muy contenta.
- Tenemos que hablar de la fecha y las invitaciones y el decorado, ¡tu vestido Alma! –estaba poniéndose histérica y a mí también.
- Tía Alice. Por favor, no me agobies antes de hora. Y la fecha es cosa de Jacob y mía.
- Tú llámame… -dijo casi susurrando. Esta personita era imposible.
- Jacob… ¿vamos?
- ¿Ya? –dijo Emmet. –A veremos que hacemos…
Rosalie le dio un codazo que se oyó.
- Estamos de finde juntos. El lunes empiezo ya.
- Llámame… -volvió a decir Alice.
- Tranquila, Alma. Tú a lo tuyo.
Nos despedimos y nos fuimos a la playa a dar un paseo.
- ¿Te parece precipitado si nos casamos al mes que viene? –le pregunté.
- Estaba pensando en lo mismo. Pero… es que no puedo más.
- Tranquilo, Jake… hemos aguantado todo lo que llevamos juntos, un mes más no pasaría nada.
- También. ¿Quieres en diciembre?
- Sorpréndeme en el día.
- Se me acaba de ocurrir una tontería, pero a lo mejor te gusta…
- Dímelo. –sonreí.
- Nos casamos el día 31. Hacemos nuestro matrimonio y encima con la gente que queremos y apreciamos… pasamos la nochevieja junta.
- Así me gusta, que me sorprendas siempre.
Le cogí cariñosamente del pelo y lo junté para besarnos.
- El día 31 de diciembre del 2011. Alma Carlie Cullen y Jacob Black… por fin juntos. Tendremos que mirarnos una casita.
- Tranquila. Todo a su debido tiempo.
- Tienes razón pero tan solo falta un mes y medio.
- No te preocupes… ¿Alice?
- Tienes razón. –soplé.
- Pero quiero que nuestra boda la elijamos nosotros, no quiero que nos pase igual que a mis padres. Lo organizó todo ella. Pero yo quiero elegir mi vestido, nuestra boda los dos juntos. Que sea una boda deseada.
- Por supuesto. Lo hablamos con Alice y con tus padres si te parece que ya tienen experiencia.
- Con mi abuela, Esme. También. Me gustaría dejar a Alice un poco al margen. Pero no puedo, la necesito.
Fuimos al prado y nos quedamos allí toda la tarde hablando y planeando la boda. Como sería, y luego mirando el futuro, los dos nos despertaríamos por las mañanas y nos besaríamos sin parar. Algo que siempre he soñado hacer. Y pronto se haría realidad.
- Te amo por siempre, Jacob.
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