POV Alma
¿Qué sorpresa sería?
Tan solo quedaban horas, minutos, segundos…
- Tía Rosalie, mi madre está ahí. ¿Verdad?
- Se fue a cazar, cariño. ¿Qué ocurre?
- ¿Puedes venir?
- ¿Yo?
- Sí. Estoy en casa.
Ahora pensé en mi salvadora.
Alice no se pero tenía el presentimiento de que no estaba en casa.
A los minutos estaba mi tía aquí.
- ¿Qué ocurre?
- Sé que no te gusta Jacob… pero…
- ¿Pero?
- Presiento que hoy será uno de esos días que no podré olvidar nunca. No me preguntes por que, no lo sé. Y me gustaría que me ayudases con la ropa y con mi peinado.
- Vaya… Por que no está aquí Alice…
- Por que quería que en esta situación me ayudases tú. Me hubiera gustado mi madre, pero no está así que tú. Eres mi tía.
Me dio un achuchón y yo se lo agradecí.
- ¿A que hora has quedado con el… Jacob? – paró a pensar mientras esbozaba una sonrisa.
- A las seis y media.
- Muy bien, una hora antes me avisas.
- Claro. Sé que tú puedes.
Abrió mi armario y yo mientras la miraba.
Miraba cada uno de mis vestidos y los que más le gustaba los sacaba.
- Creo que este es más que perfecto. –dijo tía Rose.
- Me encanta. Por cierto, ¿tú sabes algo?
- No. –sonrió. –Y aunque lo supiera no te lo diría.
http://www.fotolog.com/just_m0da/45339788
Una vez lista empezó con mi pelo.
http://www.google.es/imgres?q=peinados+de+kristen+stewart&num=10&um=1&hl=es&biw=1280&bih=933&tbm=isch&tbnid=-D98xtKHDk1ZMM:&imgrefurl=http://peinados.es/peinados-para-nochevieja.html&docid=WMKBYJUXMvd_QM&imgurl=http://peinados.es/wp-content/uploads/2011/11/peinado2-kristen-stewart.jpg&w=400&h=296&ei=iNbMToC6LujY4QSXob0i&zoom=1&iact=hc&vpx=596&vpy=348&dur=776&hovh=193&hovw=261&tx=160&ty=136&sig=108366547132436931515&sqi=2&page=1&tbnh=129&tbnw=174&start=0&ndsp=26&ved=1t:429,r:9,s:0
En menos de cinco minutos lo tenía todo perfecto.
Mientras yo pensaba en que sorpresa sería, recordé todos los momentos preciosos con Jacob, pero también con mis padres y mi familia.
Cuando ella me acercó hasta el espejo, no era yo.
Mi tez pálida me hacía más hermosa, nunca me había fijado tan de cerca. Me veía como una chica y normal, como son todas, pero yo sabía que mi tez era de un vampiro…
- Gracias.
- Espero que te lo pases genial. Y con cuidado con Jacob.
- Tranquila.
Me dio un beso cuidadosamente en mi frente para no borrar su obra maestra y se fue.
Mientras yo caminaba de un lado a otro y me ponía mis cosas en una maletita bajé bajo a esperarlo.
Andaba de un lado para otro, estaba tan nerviosa. Oí un coche parar y la sangre humana, bueno de un hombre lobo me hizo sonreír.
Ya estaba aquí.
Lista, Alma. Tú puedes.
- ¿Preparada? –dijo él, y yo le cogí de la mano.
- Estás… perfecto. Me asusta un poco.
- No tengas miedo.
Cogió mi maleta y las puso en el coche.
Mientras el coche iba por la carretera iba todo en silencio.
- Te va a estallar el corazón. –me dijo y me puse un poco sonrojada.
Todo lo que mi metabolismo de humana y medio vampiro me permitía.
- ¿Me puedes adelantar algo?
- Bueno... a ver si lo aciertas.
Puso cara de adivinanza y sonrió.
- Regalo de cumpleaños a los dieciséis.
Me acordé perfectamente, nuestra primera noche. Fue la mejor.
- ¿Por qué vamos ahí? –dije pensando en el chalet.
- ¿No puedo pasar un fin de semana con mí… novia?
- Por supuesto.
Llegamos y al entrar estaba todo lleno de velas aromáticas y la música sonaba en voz baja. Era… perfecto.
Me giré hacía Jacob y este tan solo sonreía.
Algo pasaba y no quería decírmelo.
Puso las maletas en la habitación, cuyo no me dejó ir con él. Tan solo me dijo:
- Siéntate en la silla, vuelvo en un minuto. No te levantes, lo sabría.
Él se fue y yo estaba sentada pero el corazón iba más rápido todavía, pero no era el único, el de Jacob ahora iba muy acelerado.
Oí sus pasos y fue a la cocina.
Sacó un plato con ensalada y macarrones. Mi plato preferido.
- No se te olvidará nunca.
- No.
Nos sentamos a cenar, era pronto, pero la verdad que entre los nervios no había comido nada en absoluto.
- ¿Te gusta? –me sorprendió cuando habló.
- ¿Estás de broma? Me encanta, pero aun me falta saber porque…
- Por que Alma…
Empezó y terminamos de cenar y él tan solo me miraba cogiendo me de la mano.
- Te quiero, te amo… y tú y yo… estamos predestinados. Tan solo quería celebrar todos estos años juntos y no juntos. Siempre me hacías feliz, y siempre lo harás.
- Jacob… -iba a llorar pero me contuve.
- Alma. Te amo… -y se levantó y sacó una cajita de su bolsillo y se puso de rodillas.
- Jacob… -sonreí y no pude contener las lágrimas.
- Alma Carlie Cullen Swan. ¿Quieres casarte conmigo?
Mi corazón y mi respiración estaban descontrolados y él abrió la cajita. Era un precioso anillo.
- Jacob Black. Acepto estar contigo para el resto de nuestras vidas.
Me levantó de la silla en voladas y nos besamos. Cuando me dejó en el suelo me puso el anillo y yo sonreía.
- Te amo. –le dije toda la verdad.
- Yo más.
Nos volvimos a besar y esa noche fue tan perfecta como otra, pero aquí solo había una diferencia. Estaba prometida con Jacob Black. Mi futuro marido.
|