
4. 37 ¿Traicion?
-¡Basta! –grito tapándose los oídos- ¡No quiero escuchar nada mas!
Nunca la había visto así. Tan desolada, tan confusa… tan dolida. Ni siquiera sabia que podía hacer por ella. Solo deseaba envolverla entre mis brazos para que no pudiese recibir mas daño. Mi niña… mi pequeña Nessie.
Sola… me sentía sola. No sabia que hacer por ella. Muchas veces me planteaba si había sido una buena madre para ella. Si… era feliz. Sabía que mi forma de pensar algunos temas con respecto a Nessie hacían daño a Edward, pero no podía evitarlo. Si ella fuera humana no… no tendría que pasar por todo esto… si ella fuese un vampiro completo no…
-Bella ni se te ocurra seguir con esa teoría –sonó la voz de Edward detrás mía.
-¡Edward! ¡Necesito intimidad! –dije como si ocultase mi corazón frió e inerte entre las manos, detrás de mi espalda.
Había desarrollado tanto mi “don” que inconscientemente había olvidado retraerlo de vuelta, permitiendo así que mi querido marido campase a su anchas por me mente.
-Cariño, tu eres una buena madre… -susurro antes de mecerme entre sus brazos.
-No lo parece… ¡No puedo evitarle todo este sufrimiento Edward! ¡Tan solo mírala! –apoye mis manos con fuerza en su pecho marmóreo e hice jirones su camisa.
Sus brazos me apretaron contra su pecho hasta el punto que… de seguir siendo humana… me habría roto todas las costillas. Me beso la cabeza suavemente y me separo de sus brazos.
-Volveré enseguida.
Tan solo pasaron unos minutos cuando un fuerte olor que podía distinguir a kilómetros de distancia me abofeteo la cara. Sangre. Era la sangre de Nessie. Como si no me encontrase allí salio de aquel cuarto de baño con las manos ensangrentadas. Intente detenerla… pero no sirvió de nada. Desapareció de la habitación como entro.
Empezaba a enfadarme seriamente con Jacob. Sabía que en el fondo no era culpa suya. Edward me explico lo sucedido después de leerle la mente. Pero… últimamente estaba causando más problemas que de costumbre. Y no me gustaba nada que al final de todo, mi hija fuera la más perjudicada. Debía hablar con el. Quizás así...
Pero tuve poco tiempo de margen poder pensar como plantearle todo lo que pensaba a Jacob, la sorprendente noticia que nos desvelo horas después del incidente con Leah, era mucho peor de lo que podía imaginarme.
Después de que Leah le interrumpiese por segunda vez, mientras Jacob intentaba explicarse me di cuenta de todo. ¡Un hijo! La manada necesitaba que… ¡Jacob tuviese un hijo de Leah!... antes de que nadie llegase a esa conclusión mis ojos buscaron ansiosos el rostro de mi querida niña antes de que… la nefasta noticia le rompiese el corazón en mil pedazos.
Su expresión fue desoladora. Son sonrosadas mejillas ya un poco demacradas por los últimos acontecimientos… perdieron todo su color. Sus ojos se tornaron vacíos y como una estupida paradoja… empezaron a deslizarse de ellos unas enormes gotas cristalinas.
Aunque fuese mi hija… a veces la envidiaba. Poder llorar… a veces deseaba tanto poder… deshacerme de todo el sufrimiento que llevaba dentro… que recordaba borrosamente aquella sensación de bienestar… de calma después de desahogarme. Intente levantarme del asiento. Pero Edward me impidió que atrapase a nuestra pequeña entre mis brazos cuando huyo de la habitación al escuchar las conclusiones de Leah.
-¡Edward! ¡Me necesita! –le grite desconsolada.
-Mi vida… ella necesita estar sola y aclarar sus ideas… -suspiro dulcemente y como si necesitase hacer una pausa, por que le avergonzaba lo que iba a decirme, se mordió ligeramente el labio inferior y me acerco sus labios a mi oreja- …soy yo el que te necesita.
Aquellas palabras me sorprendieron tanto que si aun hubiese podido sonrojarme… la habitación entera se habría iluminado con mi rostro.
-¡Por favor! ¡Iros a un hotel! –rió Emmet, que por lo que parecía había estado al tanto de la conversación. Cotilla.
-Nadie te manda escuchar las conversaciones ajenas- le guiño un ojo.
-Solo quería probar que era eso de meterse donde no te llamaban… ya sabes… yo no tengo ningún “don” especial –rió.
-No Emmet, tu no lo necesitas… el don de la oportunidad es único en ti –acto seguido me saco de la habitación.
-Bella, cariño, quiero saber cual es tu opinión… con respecto a Leah…Jacob y el… niño.
No me costo mucho decidir que era lo mejor para Jacob, para la manada, para la Push… para todos… excepto para mi propia hija.
-Aunque… se que esto destrozaría a Nessie… Jacob… debe tener ese niño con Leah.
Mis palabras sonaron mas duras cuando tomaron forma fuera de mi mente y como puñales se clavaron en mi corazón seco y marchito, traicionaba a mi hija. Pero no podía evitarlo. Los labios de Edward se posaron en los míos lentamente y entre un beso y otro… le escuche susurrarme…
-Has cambiado mucho Bella… estoy muy orgulloso de ti, por poder distinguir con tanta claridad tus sentimientos y… lo mejor para todos.
O_o_kristy_o_O
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