POV Alma
Estaba tan tranquila ahora. Estaba como siempre a gusto a su lado.
- ¿No será caro?
- Come, ¿vale? – me tranquilizó.
Comimos en silencio y a lo último nos trajeron una botella de champán.
Me sorprendí.
- ¿Qué celebramos?
- Todo. ¿No? Estamos juntos. ¿No te vale con eso?
- Y por ser más feliz que nunca.
Brindamos y salimos fuera después de pagar. Salimos al pequeño jardín y se oía una dulce música.
- Mira… no se me da bien, ¿vale? –empezó Jacob.
- ¿Cómo? Ha sido genial.
- No. No. Digo bailar…
- Oh. –lo comprendí seguidamente.
- Bueno a mi tampoco. – reímos. – Venga.
Empezamos a fundirnos con la melodía que sonaba sobre nosotros y nos besamos.
Entonces nos dimos un susto pero era algo realmente bonito.
Las luces empezaron a encenderse y estaba ambientado con las luces de colores suaves y las fuentes que había empezaron a marchar.
- No quiero que esto nunca acabe. –le confesé en un susurro.
- No acabará.
Decidimos marcharnos.
Fuimos hasta el coche y tenía ganas de estar con él. Pero en ese instante pensé en Reneesme. No sabía porqué. Y también pensé en Jacob. Este me miró.
- ¿Qué ocurre?
- Por.
- Querías decirme algo. Has pensado en mí. ¿Verdad?
- Cierto. Solo era una tontería.
- Dímelo.
- Había pensado que el cuerpo de mi hermana ¿Dónde está enterrado?
Jacob pareció que le costaba.
- Está en… no se si debo decírtelo.
- ¿Por qué?
- Por que está enterrada en el prado.
Me quedé parada pensando en nuestro prado, todo lleno de flores preciosas.
Pero ahí no era un lugar de una tumba.
- Imposible. Yo no he visto ninguna tumba.
- Hay una placa. No quisieron tus padres hacerlo público.
- ¿Por?
- No lo sé. Pero bueno…
- Podemos ir.
- Sí.
Fuimos en coche hasta la Push y luego fuimos andando. Era un poco incómodo en tacones por eso me los quité.
- Odio los tacones. –le dije y Jake empezó a reír.
- Para que te lo pones…
Andamos hasta el precioso prado, lleno de flores de todos los colores.
Pero nosotros andamos un poco más y entonces al final casi nos paramos.
Jacob se agachó y me enseñó la placa.
- Está aquí mismo. Bajo de nosotros.
Me dio un poco de cosa, pero fui a velocidad vampiro a por unas flores moradas y se las puse encima.
- Era su color favorito. –confesó Jacob.
- No lo sabía.
- Será cierto, que tenéis un tipo de conexión. En fin… ¿Nos vamos?
- Claro.
Sabía que para Jacob le costaba. Y lo entendía.
Me acompañó hasta mi casa andando y luego se marchó.
Subí hasta mi habitación no sin antes darle un beso.
Subí y me puse mi pijama.
- ¿Papá? ¿Mamá?
No había nadie. Me puse mi pijama. Y al darme la vuelta me di un susto tremendo.
- Jacob. ¿Qué…?
- Solo quería decirte lo mucho que te quiero. –me dijo desde la ventana.
- ¿Ocurre algo?
- No. Pero nunca sabes si mañana te despertarás.
- No digas eso. – se me cayó una lágrima. – Esta noche ha sido perfecta. No lo estropees.
- Te quiero, vale.
- Yo también.
Entonces me fui a dormir cuando él se fue. Estaba teniendo un sueño precioso. Algo que viví cuando tenía los dieciséis años. La fiesta de la Push.
Jacob se me declaraba en el agua y lo acepté. Tan solo era una niña. Pero ya lo amaba. Luego se cruzó otro recuerdo en mi sueño. Cuando estaba en plena pubertad, el vampiro que me atacó y pedí mis poderes, era totalmente una humana frágil. Carlisle me puso un líquido, se supone que ponzoña con algo por lo cual volví a mi estado de hibrida. Pero en un 65% de vampiro, más que la mitad. Y mi miedo por la sed y casi bebo la de Jacob sin querer… eso se convirtió en la pesadilla. Dejando a Jacob detrás en el bosque cuando hacíamos los cinco meses y encima me marchaba a la tierra de los Vulturis, los que me quieren matar. Y que me mataron una vez y gracias a dios no se como resucité. Y ahora luego de todo aparece Nahuel y desaparece. Y esta vida tan bonita que tengo. Tengo ganas de estar todo el día con Jacob, despertar junto a él. Eso es lo que mi mente hacía que soñase. En una casa perfecta, con todo perfecto y yo ayudando a Jacob con la mudanza y el precioso jardín donde pondríamos juguetes para los niños. Fue tan bonito el sueño que no quería despertar. Pero tenía que despertarme.
|